miércoles, mayo 21, 2014

Desigualdad capitalista versus escasez socialista


Es sabido por todos que a los socialistas no les gusta la desigualdad natural propia de la especie humana. Todos somos únicos, tanto es así que nuestras huellas digitales y dientes son únicos. Esa unicidad produce diferencias. Cada cual tiene sus talentos: unos más y otros menos, hasta que sabe cómo sacarles provecho. Por eso, dicen algunos: “Lo único que sé hacer es tal cosa”. Y viven bien y no andan promoviendo la envidia o comparándose con otro. 
 A los socialistas cuando critican la desigualdad no les interesa la igualdad ante ley. La ley es un obstáculo, a menos que se dicten leyes a su medida. Por desigualdad se refieren a igualitarismo, ya sea de partida como de termino. Una vida bajo control estatal protegida de la cuna hasta la tumba, cuando la vida es azarosa y llena de misterios.
 Cuando en una sociedad los pobres dejan de serlo más por mérito propio que por ayuda estatal, los socialistas que antes lloraban por la pobreza, ahora les escandaliza que el esfuerzo individual de cada persona los destaque más que a otras. Son las propias elecciones individuales que generan desigualdades. Siendo los seres humanos tan diversos, cada cual elijara cosas totalmente diferentes. Cada uno sabe lo que quiere y lo que busca en la vida. ¿Quieren que todos sean jefes? ¿Quieren que todos sean empleados? De hecho, las jerarquías no les gustan, siempre y cuando ellos estén en la punta de la pirámide. En una sociedad capitalista donde se intercambias distintos bienes y servicios, naturalmente, habrá jefes y empleados. Por tanto, empresas de distintos rubros producto de la división del trabajo. En una sociedad capitalista lo que brilla es la abundancia por doquier. 
 Ahora bien, cuando ellos gobiernan y aplican sus recetas que buscan abolir el mercado y estatatizar hasta el vendedor ambulante, tal como ocurrió en la Unidad Popular y en todos los países comunistas, y tal como está aconteciendo en Venezuela de Maduro, los bienes y servicios que damos por sentado de repente desaparecen. Los almacenes y supermercados están vacíos, no se encuentran repuestos de ningún tipo, la maquinaria está parada. Obvio, si no se puede transportar y excavar el combustible, ya que las máquinas dejaron de ser mantenidas. El sistema de producción que funcionaba tan bien en el capitalismo, en el socialismo se parece a las ruinas de las civilizaciones antiguas, o a un pueblo fantasma. 
 A los zurdos no les produce indignación y rabia que no estén los productos de una canasta básica, la misma que utilizan para saber cuántos pobres hay en una sociedad capitalista. La culpa es el especulador, no ellos. El actual ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Heraldo Muñoz , cuando era director del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), un cargo exento de impuesto como el que ocupaba Bachelet en la ONU:“Sin embargo, América Latina y el Caribe sigue siendo la región donde hay más desigualdad en el mundo”. Los programas de la ONU sólo sirven para justificar las malas políticas públicas de los ‘progresista’. En otro lugar escribe: “América Latina no es la región más pobre del mundo, pero sí la más desigual. Somos, de hecho, los “campeones mundiales” de la desigualdad”. 
 El actual ministro proponía entonces para reducir la desigualdad: “Igualmente es indispensable lograr consensos para una reforma tributaria que asegure al Estado ingresos estables y generados de manera justa para responder a las demandas sociales”. Y añadía: “Además, la tributación generalmente es mal empleada”. ¿Le importará Heraldo Muñoz los escases de bienes y servicios en Venezuela? Naturalmente, no. De nuevo el cuento de las supuestas demandas sociales. 
 Para los que no saben y que se creen el cuento de los post títulos, el actual ministro de Relaciones Exteriores chileno, en tiempos de la Unidad Popular fue Supervisor Nacional de Tiendas del Pueblo (Almacenes del Pueblo), según Wikipedia. O sea, estaba a cargo de esclavizar a los chilenos a través de la JAP (Juntas de Abastecimiento y Precios), que fue una de las cosas que más violento al país en esa época oscura, además de la ENU. La tarjeta JAP es el modelo de la cartilla cubana, que tiene el propósito de que la ciudadanía no se rebele. Para Heraldo Muñoz era normal someter a los que pensaban distinto a él a través del estómago y así conducirnos al paraíso marxista leninista. Cuando vino el pronunciamiento militar, en vez de irse a un país comunista, se exilió en los Estado Unidos, donde obtuvo un doctorado en Denver, Colorado. Luego saco más doctorados. ¡Qué ejemplo de consecuencia! 
 Según los socialistas como Ricardo Lagos, la pobreza se acabaría cuando: “Todas las unidades económicas deben pasar en manos del Estado". Al inepto de Muñoz no le importaba el desabastecimiento generalizado en el gobierno de Allende. 
 Luego, durante el primer Gobierno de Bachelet, Heraldo Muñoz escribió un libro titulado “La sombra del dictador: una memoria política de la vida bajo el régimen de Augusto Pinochet” (2009), cuya tesis principal es que: “asegura que Pinochet no fue necesario para el éxito económico de Chile”, "El verdadero milagro económico se produce en la democracia” y que el general Pinochet "se transformó en el impulsor de unas reformas liberales en las que no creía”. Las bases del milagro económico chileno las sentó el Gobierno Militar, tanto en lo económico como político, que la coalición a la que pertenece el canciller desea demolerlo ocupando la retroexcavadora. Y la Nueva Mayoría en la cámara de Diputados elimino la FUT. ¿Alguien cree que a Heraldo, a Lagos se le hubiese ocurrido el Decreto Ley 600, que protege las inversiones como hicieron los militares, quitarle grasa el Estado y bajar los aranceles? El oficialismo también desea barrer el DL 600. Por otro lado, la Izquierda cuando era oposición a Piñera culpaba al modelo liberal de las desigualdades. Entonces, ¿Quién no cree en las reformas liberales que han dado prosperidad al país?


Según Heraldo Muñoz por Venezuela y sus manifestaciones contra el gobierno de Maduro: “No podemos aceptar movilizaciones violentas que buscan derrocar al gobierno”.
 Basándome un poco en el padre Mariana de la Escuela de Salamanca, quien justificaba el derrocamiento del gobernante, si éste cobra impuestos injustos , entre otras cosas, puedo decir que se puede derrocar un gobierno, que intenta someter a control económico y político por parte de Estado a la sociedad civil. Y si, además, las propias políticas económicas generan desabastecimiento e impiden el desarrollo de las actividades económicas producto de la división del trabajo. 
 La actual mandataria, la chavista Bachelet dijo cosas parecidas a las de su ministro de Relaciones Exteriores: "No aceptaremos jamás que nadie, ni persona ni país, incite a través de mecanismos violentos, a derrocar a un Presidente legítimamente electo". Y agregó: "Esperamos que siempre se respeten los derechos humanos y la Constitución, y que la democracia sea el valor esencial". Lo que hay en Venezuela como lo que hubo en tiempos de Allende no puede llamarse democracia liberal, de esas que no le gusta al colectivista Agustín Squella. “Y para sacarse los pillos” como se dice en Chile , hizo la siguiente declaración: "Sólo conozco lo que ha salido por la prensa y no prejuzgo en base a eso". El canciller no le informa. Tampoco sabía nada Cuba o de la Alemania del Este. 
 Deduzco que el hombre de mundo, que es Heraldo Muñoz estará informado de la presencia castrista en Venezuela a igual que en la UP.
 Un venezolano que estuvo en Chile en tiempos de la Unidad Popular escribe : “Como no han podido doblarle la cerviz a todos los venezolanos -una buena parte compra en esos mercados subsidiados precisamente por el precio- se las ingenian para disfrazar la cartilla cubana en lo que bajo el régimen de Allende implementó el General de la Fuerza Aérea Chilena Alberto Bachelet Martínez, quien fue secretario de la Dirección Nacional de Abastecimiento y Comercialización (Dinac)”. Y añade: “Yo estuve en Chile en 1973 en una misión de la Unión de Turismo con Diego Arria cuando esa escasez, inflación y devaluación se desarrollaban. Recuerdo las colas frente a la Embajada de Venezuela a cargo del jurista y ex diputado Orlando Tovar para venderle a los diplomáticos criollos -igual que a otras embajadas- algunos artículos de valor que iban desde joyas a vajillas, de muebles a carros, de cuadros valiosos a utensilios del hogar. La tarjeta de la JAP estaba en pleno ardor pues era mucho más lo que no se conseguía que lo que se encontraba en los anaqueles”.


De hecho, la tarjeta roja que hay en Venezuela es una copia de la tarjeta de Allende. 
 Tanto a Heraldo Muñoz como a Bachelet la situación en Venezuela no les recuerda la Unidad Popular. ¿Tendrán demencia senil o Alzheimer? 
 De la misma manera, a la actual Presidente Bachelet que se siente orgullosa de su pasado esclavista le importa un comino que los venezolanos como ayer sus compatriotas les falte los productos en los almacenes y supermercados.
 Para ella, lo escandaloso no es el desabastecimiento sino la desigualdad.

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5 Comments:

Blogger Jose Cornejo said...

Estos zurdocarroñas tienen demencia senil acompañada de un fanatismo similar al religioso... cuando les conviene.

10:03 a.m.  
Blogger Javier Bazán Aguirre said...

Así es José Cornejo y acomodan, además, la historia a su antojo.

2:44 p.m.  
Blogger Máximo said...

Heraldo Munoz esta incluido en el grupo de los supuestos "renovados" que ahora volvieron a sus orígenes. Estaban esperando su oportunidad agazapados.

4:42 p.m.  
Blogger Javier Bazán Aguirre said...

Así es Maximo.
Siempre estuvieron agazapados y mostrando otra fachada.

Mejor dicho, nunca renunciaron a sus orígenes.

5:08 p.m.  
Blogger Javier Bazán Aguirre said...

Así es Maximo.
Siempre estuvieron agazapados y mostrando otra fachada.

Mejor dicho, nunca renunciaron a sus orígenes.

5:08 p.m.  

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