Entre la vanidad, la estupidez y el declive

Aún faltan dos años y tanto para las elecciones, ya comienzan avizorarse los probables candidatos, los cuales, según mi modesta opinión no les importa el país sino inflar su ego. Me refiero, en efecto, a Sebastián Piñera y a Ricardo Lagos.

El primero manifestó que le gustaría competir con el ex Presidente, sin importarle mucho los actos de corrupción, nepotismo y despilfarro que hubo en ese gobierno. Me da la impresión que el demócrata cristiano, Sebastián Piñera no sabe distinguir la apariencia del ser, el oro del oropel, la pinta de estadista con ser estadista. Quizás desea competir con Lagos solamente porque ahora trabaja como funcionario de las Naciones Unidas. Luego si sale electo Presidente del país, después querrá estar a cargo de la ONU.

Ricardo Lagos ha manifestado en primer momento que no desea postularse. Por esa razón sostuvo que no quería participar en las primarias de la Concertación. Aunque dio la impresión que como verdadero dios del Olimpo, él no se prestaba a participar en las pre-candidaturas del bloque oficialista, ya que éste debía casi designarlo por derecho divino.

Tanto a Piñera como a Lagos no le importa el país, sino sus respectivos egos. ¿Cómo no se dan cuenta la directiva del Renovación Nacional? La Derecha al tener solamente a Piñera como candidato, está cayendo en el mismo error de la Derecha que existió hasta 1973. Piñera es la versión de Jorge Alessandri. Si Piñera tiene 80 años, lo van a llamar a él. El problema es que la Derecha todavía no aprende que es bueno que haya varios pre-candidatos como ocurre con la designación del candidato Repúblicano a la presidencia. Y que durante el proceso se vaya decantanto. El otro error que comete es creerle en las encuestas. La elección Bachelet probó que el camino recorrido previamente por Lavín no le servió de nada, lo que no significa descartar si un candidato pierde una elección presidencial no pueda postularse nuevamente.

Sigo pensando que uno de los mejores candidatos de la oposición a la presidencia es, pues, la senadora Evelyn Mathei, quien era favorita en las encuestas, sin tener ella el deseo de postularse.

Finalmente, la vieja loca de Carmen Castillo Velasco obtuvo su Oscar chileno al obtener el Premio Altazor por su documental ‘Calle Santa Fe’. Los documentalistas chilenos justifican así la mentira y el terrorismo. Después de todo, los hombres de la cultura, desde el cuerpo ‘Artes y Letras’ de ‘El Mercurio’ y otros se postraron ante la viuda del terrorista Miguel Enríquez. El elogio a la estupidez. Triunfó la incultura. Los Premios Altazor son políticos e ideológicos como los Premios Goya de España.

Desde que comenzó la crisis del gas con Argentina, siempre me llamó la atención las declaraciones del gobierno, a saber, que el racionamiento del gas no afectaría a las residencias y que las empresas debian llevar toda la carga. Me figuro que los inútiles políticos que gobiernan pensaban que las empresas son como Hercúles, Atlas u otro titán de la mitología clásica. Por tanto, deben tener energía y fuerza ilimitada, sin pensar que se puedan cansar. A los economistas del gobierno se les olvidó las palabras del periodista norteamericano, Henry Hazzlit, ganador del Premio Pulitzer: "el arte de la Economía consiste en considerar los efectos más remotos de cualquier acto o política, y no meramente sus consecuencias inmediatas; en calcular las repercusiones de tal política, no sobre un grupo, sino sobre todos los sectores". Así lo vemos en el cierre de la empresa Cerámicas Cordilleras, cuyos costos en energía debido al racionamiento llegaron a un 600%. Los políticos cuando decían que las empresas asumieran el racionamiento, estaban diciendo: "usted produzca los mismo 5000 martillos con 200 voltios, aunque usted necesite 1000 voltios para producir los 5000 martillos". Es lo mismo que a un corredor le pusieran cargas y le exigieran la marca sin carga.

Para el colmo el poder adquisitivo de los chilenos bajó en un 3,3% durante los dos años del reinado de Bachelet. La culpa la tiene el ‘neoliberalismo’.