A
millones de personas se les ha hecho creer que todas las muertes han sido por
el coronavirus. Con el objetivo de atemorizar a la población partiendo por la
propia Organización Mundial de la Salud, seguido por los gobiernos y los medios
globalistas. En realidad, no sabemos a ciencia cierta si las personas que
fallecieron son por bicho o por otra enfermedad.
Veamos los principales más afectados: España e
Italia. Ambos países se violó la praxis médica que es hacer autopsias a los cadáveres.
En el primer país pusieron a los cadáveres los pusieron en la categoría de
radioactivo, basándose en un instructivo del ministerio de insalubridad
español. Fue algo arbitrario. No hay que ser médico para darse cuenta que una
cosa es un cuerpo con radioactividad y otra cosa muy distinta es tener un
virus. Hay un océano de diferencia. De
la urgencia de cremarlos, sin la autorización de los familiares. Otra violación
de la práctica médica. En Italia los fueron cremados por orden de la OMS, hasta
que descubrieron los italianos la causa de la muerte: trombosis. De expulsaron
a los funcionarios de esa organización genocida.
En abril
pasado dos médicos de Bakersfield, California dijeron lo mismo: Dan Erickson y
Artin Masshi. El primero dijo: “el número de muertos en Estados Unidos por
coronavirus era de 43.545, lo que era muy similar a los muertos por enfermedades por influenza”.
En mayo apareció la siguiente noticia: “Mujer
infectada de coronavirus muere y deja
mensaje denunciado que la mataron con una injección”. Se trata de la
dominicana, Gertrudys Tavera que vivía Brooklyn. Tenía 49 años de edad. En el
mensaje ella dice que todos los pacientes que fueron inyectados murieron: “En el mensaje, con voz llorosa, Gertrudys explica que
ella también fue inyectada y muestra resignación, porque
sabía que moríría al igual que los demás que junto a ella estaban
confinados en aquel hospital”.
En su página de Facebook
aparece la leyenda “En memoria de…”.
A fines de junio
encontraron en México que médicos daban falsas defunciones. La Fiscalía de la
capital azteca encontró que los médicos del Ministerio de Salud había
alterados a lo menos 800 fichas médicas.
El propósito generar más muertos por el Covid-19.
La noticia
dice: “como tienen restringido el número de folios para emitir los certificados de
defunción, se descubrió que por lo menos mil folios fueron robados a la Agencia
de Protección Sanitaria y posteriormente utilizados para el llenado irregular”.
Igualmente, estaba involucradas las funerarias que modificaban el acta de
defunción, que luego se lo cobraban a las familiares.
La fiscalía mexicana se dieron cuenta que había un incremento anormal de
los certificados médicos.
El 21 de julio encontré
el siguiente comentario en el video titulado “Conferencia de Trump sobre el
virus no transmitido por CNN”. La forista Sam Cárdenas dice lo siguiente: “Yo conozco seis familias que ha sufrido de
asesinatos por médicos, entre esos mi hijo, murió en accidente de moto y que devolver el cuerpo si no firmaba por
covid, no firme y me tarde 4 días en recuperarlo”.
Desde que empezó la falsa pandemia o plandemia
muchos médicos y enfermeros anunciaron por Youtube que obligaban a decir que
cualquiera que falleciera en los hospitales había ponerle: muerte por el
coronavirus.
Así, por
ejemplo, el médico de familia norteamericano y además de senador estatal de Minnesota,
Scott Jensen lo denunció: “Debería
haberlo anticipado porque vi las amenazas en las redes sociales; las he visto
durante los últimos dos o tres meses”, El médico añadió: “No estuvieron de
acuerdo conmigo. No les gustó que estuviera tratando de proporcionar un
contexto para la gripe, para COVID-19”.
Él lo explica así: “Hasta ahora hemos tenido entre 35,000
y 40,000 casos de COVID-19 en Minnesota. Según el departamento de salud, eso
podría traducirse en 10 veces más. Y si se traduce a 10 veces más, eso es
350,000 casos. Pero en 2018, tuvimos más de medio millón de habitantes de
Minnesota con gripe. Cuando digo eso, ¿te estoy dando consejos imprudentemente
sobre COVID-19 y la gripe?”
En nuestro país ocurre lo mismo. Ramón Freire en su canal
‘Bitácora del Sur’ contó una historia similar. Una vecina había dejado a su
madre en el hospital. Murió por un achaque de la edad. Sin embargo, no le
quisieron entregar el cuerpo a menos, claro está, que admitiese que murió el
coronavirus.
Una señora por la televisión abierta dijo lo mismo. Dejo
a su madre en el hospital. Murió. El cuerpo muerto desnudo estuvo tres días en
el refrigerador. Cuando fue a buscarla le preguntaba como quien dice a la
suerte, si tal persona es o no el familiar. Ella se quejó de la falta de
empatía que había mostrado los servicios médicos. Le entregan el cuerpo si y
solo si dijera que murió el bicho.
Incluso para mantener el miedo los médicos han asesinado.
Los italianos descubrieron los ventiladores reventaban
los pulmones, los cuales seguía los protocolos de la Organización Mundial de la
Salud.
Los muertos reales son mucho menos, pues la OMS y los
gobiernos del mundo nos han mentido.
Javier Bazán
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