El sexto gobierno de la Concertación
No voté por Sebastián Piñera a sabiendas del temor a convertirnos en “Chilezuela”. Finalmente, los chilenos optaron por el empresario millonario más por el temor a que Chile se convirtiera en la Venezuela comunista o para los más viejos que se volviese la Unidad Popular a por los méritos del candidato. Piñera pensó que en la elección presidencial ganaría a la primera vuelta y no fue así.
No recuerdo cuando, si después de la primera vuelta o antes de la segunda vuelta dije que esté gobierno sería el sexto gobierno de la Concertación.
Y en efecto, a casi un mes leí la siguiente noticia, en abril pasado: “ChileVamos reivindica el legado de la Concertación”.
No hay que asombrarse, pues el dirigente de RN, Andrés Allamand había dicho que este gobierno sería como los de la Concertación.
En el primer gobierno de Piñera, su ministro de Interior, el abogado Rodrigo Hinzpeter se pavoneaba que la derecha había ganado con las banderas del adversario. Además, insultaba a los electores de la derecha que vivieron las nefasta Unidad Popular sacándose una foto con el retrato de Allende al fondo. Ese gobierno se enorgullecía de haber hecho lo que no hizo la Concertación en veinte años. Y la guinda da la torta fue cerrar el penal Cordillera y llamar a los que habían trabajado en el Gobierno Cívico Militar de ‘cómplices pasivos de las violaciones a los derechos humanos’.
Ya que el primer gobierno de derecha no fue de derecha, entonces apareció el Foro Republicano a quien lo comparaba con Tea Party norteamericano.
En el medio citan las palabras del actual presidente de Renovación Nacional, Mario Desbordes y la de la senadora de la Unión Demócrata Independiente, Ena von Baer. La política de la UDI antes de trabajar en el primer gobierno de Piñera había trabajado en el Instituto Libertad y Desarrollo. También aparecen las palabras de Jaime Bellolio de la UDI y de Luciano Cruz-Coke de Evolución Política (Evópoli).
La parlamentaria Ena von Baer dijo: “Chile Vamos es el heredero de la Concertación, porque estamos orgullosos del país que la Concertación, en conjunto con nosotros, construyó”.
La parlamentaria de la UDI debiera enorgullecerse de la obra del Gobierno Militar, porque gracias al sistema binominal, la ex Concertación tenía que llegar acuerdos con la oposición de derecha. La Concertación cosechó lo que los militares sembraron con mucho esfuerzo. La gran clase media que surgió fue gracias al sistema económico liberal y no a la inversión social. Ni a bonos.
El ex actor Luciano Cruz-Coke dijo: : “Creo en el compromiso de una sociedad que valora la gobernabilidad y el encuentro en los valores de la democracia liberal, el respeto a los DD.HH. y las economías abiertas, pero, por sobre todo, que descree de extremismos y populismos. Hoy, claramente, el depositario de ese relato es Chile Vamos, como lo fue durante mucho tiempo la Concertación. Por supuesto que ahí se recogen una tradición y legado que han dado estabilidad a Chile”.
Por las palabras del actor se desprende que la ex derecha aprendió los derechos humanos de la Concertación. Por tanto, avalan los inconstitucionales Informes Rettig de Verdad y Reconciliación y el Valech de Prisión política y tortura respectivamente. A los políticos que alaban al conglomerado de centro izquierda, o de izquierda, pues la palabra ´centro’ en la política, es izquierda, lo cual es una redundancia, hay que recordarles que la Constitución de 1980 prohíbe expresamente comisiones extra judiciales, que vulneran los derechos de las personas: “Nadie puede ser juzgado por comisiones especiales, sino por el tribunal que le señale la ley y que se halle establecido con anterioridad por ésta”.
Si ChileVamos comparte la visión o el significado de los derechos humanos tal como lo planteó la ex Concertación, entonces significa que no acepta el principio de igualdad ante la ley, que acepta la figura ficticia del secuestro permanente, que acepta que a los militares se los juzgue con delitos que son no retroactivos como el crímenes de lesa humanidad, que acepta el delito de la prevaricación de los jueces, que acepta la reinterpretación de Ley de Amnistía de 1980. Y, por último, sólo los militares cometen violaciones a los derechos humanos, y no los terroristas o guerrilleros. La ex derecha no comparte los principios del Estado de Derecho como el pro reo, entre otros.
Si tanto admiran a la Concertación, entonces ante un grupo violento, prefieren dejarse extorsionar tal como hizo el primer presidente, el demócrata cristiano, Patricio Aylwin, quien prefirió transar con la extrema izquierda, la cual quiso el sesgado e inconstitucional el Informe Rettig y a los militares a la cárcel. Ese es el secreto de la transición.
Cuando los militares entregaron el poder, se acabo la transición hacia la democracia. Con todo, para la Concertación la expresión ‘transición hacia la democracia’ significaba desmantelar la institucionalidad política y económica que dejaron los militares. Ahí tenemos las continuas reformas a la Constitución de 1980 hasta llegar a que el socialista Ricardo Lagos se expropie de la Carta Magna, poniendo su firma y borrando la del general Augusto Pinochet.
Mario Desbordes dijo: “un hecho sintomático de los últimos años es que quienes defendíamos a Ricardo Lagos y su legado éramos los líderes de centroderecha”.
¿Cuál es el legado del Lagos? Corrupción y el Transantiago, entre otros. La lista es larga. Se olvida al presidente de RN, que Lagos quiso terminar la obra de Salvador Allende. Sólo que la circunstancia no se lo permitieron. Ricardo Lagos apoyo la retroexcavadora de Bachelet 2.0. El Informe Valech de Prisión Politica y Tortura se basa en el criterio de levantar falsos testimonios contra una persona, en primer lugar. En segundo lugar, el acusado no tiene derecho a defenderse. Para Lagos, los terroristas del Mir y del FPMR no violaron los derechos humanos.
Haciendo memoria, la Concertación estuvo formada por la Democracia Cristiana y los ex partidos y movimientos de la ex Unidad Popular, que se tradujo en el Partido Socialista y el Partido por la Democracia. Además, del Partido Radical, la socialdemocracia, los Humanistas y Verdes. Estos partidos eran los pequeños de la coalición nació gracias al plebiscito de 1988. Sin el plebiscito, los partidos de izquierda no se hubieran unido. Estaba excluido el Partido Comunista. Sin embargo, durante los gobiernos de la Concertación, los comunistas presionaban, sobre todo, en el tema de los derechos humanos.
Asimismo, dentro de la Concertación existían dos almas: los autoflagelantes y los complacientes. Los primeros querían cambiar el modelo económico liberal. Los segundos aceptaban el modelo por puro pragmatismo, no porque se convencieran del orden liberal. La ex Concertación desde que llego al poder quiso corregir el modelo, hasta que llegamos a la alianza pública privada, esto es, corporativismo. Acuerdos entre los grandes empresarios y los políticos de turno que estaba en el poder.
¿Con cuál el grupo se identificará el oficialismo: los autoflagelantes o los complacientes?
Quizás la derecha social que se siente macanuda por el hecho de ser social se identifique con los autoflagelantes, mientras los winners al estilo de Sebastián Piñera se identifiquen con los complacientes. ¡Qué más complaciente es el hecho de que el país pertenezca al club de la OECD! Es como subirse a un Mercedes Benz o un BMW.
En fin, cualquier auto de lujo.
La ex Concertación no trajo reconciliación.
Basta leer el blog de Tomás Bradanovic y en su buscador escribir Concertación o reformas, y se darán cuenta que todas las grandes reformas que se hicieron desde que se tomaron el poder en 1990 han sido, pues, un rotundo fracaso: el Transantiago, la jornada escolar completa, las reformas a las universidades, el programa de salud Auge y la reforma procesal penal, entre otros.
La ex derecha que ahora se identifica con la Concertación, se olvido que justo antes de que fuese electo Piñera y la derecha llegase al poder después de varios años, el Instituto Libertad ligado a Renovación Nacional saco un informe de Corrupción de la Concertación desde 1990 al 2008. La corrupción comenzó con el desmalezamiento en la planta de Con Con. Era los tiempos de la derecha tuitera. La corrupción que vemos en el tribunal de Rancagua, en realidad comenzó cuando los jueces llamados ‘derechos humanos’ no aplicaron las leyes.
A los líderes de la Concertación les convenía un Jaime Guzmán muerto. Desde luego que lo van a negar.
Puesto que no hay derecha en el gobierno, entonces está el movimiento de José Antonio Kast, Acción Republicana.
Etiquetas: ChileVamos, Concertación, Corrupción, Derecha chilena, Derechos Humanos, Ena von Baer, Luciano Cruz-Coke, Mario Desbordes, Segundo Gobierno de Piñera, Transición
2 Comments:
"El 6to gobierno de la concertación" que mejor frase para describirla. Están solo "administrando el legado de soa bashelé", ya que no pueden, ni se atreven a desmantelar todas estas chapuzas que nos han hecho por tanto tiempo.
José Cornejo:
Tanto sus palabras como sus actos lo confirman. Sus palabras al identificarse con la Concertación.
El único acto es mantener el legado de Bachelet.
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