lunes, julio 27, 2020

Estado policial




¿Quién se hubiera imaginado una circunstancia como la actual el año pasado? Solamente a través de una película o serie futurista. De repente, hemos perdido nuestras libertades. Para la mayoría de los personajes públicos que aparecen por televisión o que realizan programas en canales de Youtube, ya sea políticos, ya sea médicos, las medidas tomadas son normales, pues estamos bajo una pandemia de acuerdo a la definición que maneja la Organización Mundial de la Salud. Aun cuando el porcentaje de muertos con respecto a la población mundial sea mínimo.

 En principio se llamó a guardar cuarentena. Luego comenzaron las primeras restricciones: mascarillas y mantener la distancia social, puesto que el virus es de baja intensidad, pero de rápida transmisión.

Para salir de la casa, hay que pedir permiso en la comisaría. En algunos establecimientos como supermercados y bancos te lo piden para entrar.

Según la doctora argentina, Chinda Brandolino nos quieren acostumbrar a que pedimos permiso para salir, cuando antes gozábamos de libertad. Después de todo, el ser humano es un animal de costumbre. Cada vez se hace el trámite por el celular, esa información queda registrada y se guarda en una base de datos. ¡Es increíble la ceguera de personalidades académicas no que ven lo que se trae detrás de la nueva anormalidad! El activista Robert F. Kennedy jr ha dicho que a partir de ahora habrá que pedir permiso para ir la playa.

Habrá que recuperar nuestras libertades y la normalidad que conocemos con la fuerza.

Las personas sanas no pueden ir a trabajar, porque solamente dan permisos para dos días.

También podríamos incluir como restricciones a las libertades el hecho que cada vez que vamos al banco o cualquiera lugar haya que lavarse las manos con gel.

Igualmente que alguien nos tome la temperatura cada vez que se entra un supermercado o banco. Antes si alguien tenía fiebre se iba a la casa. A nadie se le ocurrían que estando en esa condición iba a propagar su enfermedad.  Ahora todos somos culpables, mientras no se demuestre lo contrario.
Los permisos duran unas cuantas horas: tres horas.

Las personas mayores de 65 años pueden caminar solamente 200 metros al día. Ni la novela o película más distópica hubiera aparecido. Cuando supe de esa información, me acordé que un medio español leí que un señor de 70 años en un maratón de 42 km había realizado un tiempo de dos horas y tanto.

Hace un mes el doctor Anthony Fauci director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de los Estados Unidos propuso que en virtud la propagación asintomática es necesario una vigilancia:“Lo que necesitamos hacer es encontrar por donde penetran las personas infectadas en nuestra sociedad”. Después dijo: “También la única manera de saberlo es mediante una amplia red”. El llamado “testing pool”. El doctor Robert Redfield director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades preciso: “Una de las cosas claves es la vigilancia, la expansión de la vigilancia, debido a la naturaleza asintomática de esta infección”. Para ello les sirve las antenas 5G u otros dispositivos.

Israel por su parte permitió vigilancia electrónica sobre sus ciudadanos. Y para las ya contagiados están usando herramientas del servicio de inteligencia que se emplea contra el terrorismo: que utiliza también registros de tarjetas de créditos y permite rastrear no solo a los infectados sino también a quienes estén en contacto con ellos.

Aquí en Chile al gobierno se ocurrió la idea de darles una tarjeta a los infectados para distinguirlos del resto. La OMS se opuso.

Todo lo que ha dicho entorno al virus es falso y las medidas que han elegido no se basan en criterios científicos.

Este virus en cuestión no se propaga por el aire, ni por contacto, sino  por inoculación. O sea, a través de una inyección. La mayoría de los ancianos que murieron en Italia, España y Chile tres meses antes fueron vacunados con la vacuna de la influenza. Ésta te debilita el sistema inmune. Si quieren saber más, escuchen a la doctora argentina Chinda Brandolino.

Cuando fui al banco estuve haciendo fila afuera. Llego una  joven madre con su hijo de seis o siete años y le decía: “te sientes”, “no toques”, pues había una baranda como también le decía “no te acerques a las personas”. Lo único que ha conseguido es que los seres humanos le teman a todo.
Luego me encamine al supermercado y vi como las cajeras limpiaban afanosamente el espacio por donde sale mercadería que uno se lleva.

Tanto ha llegado la locura que por televisión anunciaban un robot que dejaba limpio de bacterias en un 99%.

Cuando pasé por un servicio de automóviles, observé que una mujer para entrar a la farmacia ocupo su hombro para abrir la puerta, no las manos. Les han metido tanto miedo y ha dicho tanta falsedades. En todas partes hay bacterias y virus. Los buenos científicos han dicho eso, no los que siguen a la OMS.

El ministerio de Educación quiere llevar la nueva anormalidad a los colegios. Lo que significa que los cursos de cuarenta alumnos serán dividos en dos. Obviamente, los estudiantes estarán un metro de distancia. No se les ocurra a dos estudiantes sentarse uno al lado del otro, pues se pueden contagiar. En la sala no puede faltar el frasco de gel cloro para lavarse uno y otra vez las manos. Eso no se justifica, pues la población menos afectada ha sido la de los niños. Ha atacado a las personas de Tercera Edad, porque ya estaban débiles.

 El actual ministro de salud, Enrique París opto por una ingeniera social que es la nueva anormalidad  del NOM. Él descarto la inmunidad de rebaño.  Con ésta últimas nos hubiéramos evitado el colapso de la economía y de todos los inconvenientes que conocemos.

Si el ministro de Salud fuese serio, sería contrario a las mascarillas. En efecto, el virus es de tamaño nano. Por tanto, un bozal no lo puede detener.

Ahí está el video en que un doctor hace el test de oxigeno primero sin mascarilla y luego con ella. Los resultados eran 17 con mascarilla y 20 sin ella.  El aparato comenzó a sonar cuando llego al número señalado. El video se hizo viral que hasta lo reprodujo un canal ruso.

Otro video muestra que les hacen a las mascarillas el test de las bacterias. Encontramos los siguientes personajes Estafilococos, estreptococo, bacterias, gram negativos, bacilos contaminantes.

A me gustaría que a los médicos defensores de las mascarillas se hicieran el test de esfuerzo para ver los números reales.

Agregaría al test de oxígeno y al test de esfuerzo otra prueba, que al ministro de Salud, la presidente del Colegio Médico y el representante de la OMS en Chile hicieran un circuito todos con mascarillas: 30 flexiones, 20 sentadillas, 50 payasos, cargar un saco de 10 kilos o mancuerna rusa de esa peso por un trayecto de 100 metros 10 veces, un sprint de 100 metros planos, trotar 10 kilómetros en terreno plano y por último trotar en subido dos kilómetros. Pues alguien que es ministro de la Salud en principio debería tener buena salud y buena condición física.

La peor solución frente al corona virus son las vacunas que sirven, pues los científicos italianos descubrieron que muta. Es pura lógica. El presidente Donald Trump escribió en su cuenta twitter el 28-04-2014:  “Un niño pequeño y sano va al médico, le inyectan muchas vacunas, no se siente bien y cambia: AUTISMO. ¡Muchos de esos casos!". Por eso, surgió el movimiento anti vacunas en los Estados Unidos a mediados de los noventa del siglo pasado. Y ahora con las obsesiones por las vacunas por parte de la salud occidental, dicho movimiento se ha expandido.

Si hubiera médicos de verdad, buscarían otras alternativas a las vacunas.

La aduana de Chile retiene “remedios mágicos” procedentes de China, sin embargo no hace  lo mismo con las vacunas de ese país que no se han probado. 

Javier Bazán



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