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Al parecer al progresismo le importa más la democracia que la república cuando abordan el caso Hondureño. Las repúblicas se han acabado gracias a la democracia. Las instituciones funcionan en un país porque el gobernante quiso tocar un artículo que la propia Constitución establece como inmodificable y todos los progresistas de la televisión y los políticos hablan de ‘golpe militar’, cuando los militares cumplieron las órdenes del poder judicial. Un periodista de CNN Chile de la Radio Bío-Bío de apellido italiano se refería a la decisión de los poderes del Estado como ‘poderes fácticos’. Lo mismo con Alejandro Guillier. Persona que entrevista, ya sea el ex presidente Ricardo Lagos o el ex comandante en jefe del Ejército, Juan Emilio Cheyre –hoy analista internacional- les plantea que América Latina no se veían golpes militares. Tendría que decir no se veían golpes a secas. La memoria les falla a los progresistas, pues dos gobernantes de América Latina usaron golpes, a saber: Chávez y Evo Morales. El primero para derrocar al presidente socialdemócrata y el segundo para derrocar a Sánchez Losada. Ambos aprendices aprendieron igual que Hitler y optaron por la vía democrática para acabar con la democracia en sus respectivos países. La OEA brillo por su ausencia.

El caso es que Zelaya perteneciente a la oligarquía y de derecha se salió de las reglas del juego. Es cierto era de derecha, pero al aliarse con Chávez prefirió el camino fácil. Prefirió seguir a Hitler, Allende, Chávez y Evo Morales. Además, hay recordar que él mismo había hablado mal de la Carta Democrática y había sido uno de los promotores de que Cuba ingresara a la OEA.

Salvador Allende, “el gran demócrata” paso a llevar las instituciones y se puso al margen de la ley como recuerda el Acuerdo de la Cámara de Diputados, la Contraloría y la Corte Suprema. Cuando la vocera del gobierno de Bachelet, Carolina Tohá habla sobre Honduras y se retrae al pronunciamiento militar del 11 de septiembre de 1973, miente. La izquierda hace 36 años era partidaria de los regímenes totalitarios comunistas e intento instalar un régimen así en Chile. Despreciaban la democracia ‘burguesa’. Más aún, a los golpes de Estado de izquierda le llamaban románticamente revoluciones, y, por tanto, eran buenos. Lo curioso viéndolo en retrospectiva, los intelectuales y políticos antes de referirse a la Unidad Popular menciona un país del Oriente, creo que es Yakarta. Jorge Edwards en ‘Persona non grata’. Con todo, omiten que la guerrilla comunista intentó un golpe de Estado en ese país.

El personaje más siniestro del asunto hondureño ha sido, pues, el socialista chileno, José Miguel Insulza admirador del dictador Fidel Castro como lo muestra un video de Youtube. Antes de que fuese la rebelión en Honduras, Insulza le pedía gestos a los Estados Unidos para que Cuba pudiese entrar a la OEA. Sin embargo, no viajó a Cuba pedir elecciones libres y a exigir la libertad a los presos políticos. Dicho se de paso, Cuba fue expulsada de la OEA a petición de Venezuela, porque el dictador Fidel Castro había enviado guerrillas a ese país.

Insulza se burlaba de los hondureños porque en su Constitución establecía que aquel que quiera perpetuarse en el poder, es considerado traidor a la patria. Es cierto que en varios países los gobernantes son reelectos. Cada país tiene sus chequeos y controles. Los americanos tienen el federalismo y los diversos contrapesos entre los poderes del Estado. Tan así, que los propios cientistas políticos señalan que cualquiera gobernante de América Latina tiene más poder que el presidente de los Estados Unidos. En otro lugar leí a propósito de sistemas electorales, que los ingleses optan por el sistema mayoría relativa, porque excluye a los partidos extremistas. Después de leer en otra parte, que Honduras había pasado por dictaduras a lo largo de historia, ellos prefirieron que el gobernante optara por un período. Ahora bien, si a Insulza o Ricardo Lagos no les gusta, es problema de ellos.

Durante la Colonia no recuerdo a qué gobernador los colonos lo sacaron por ser mal gobierno.

A los matones como Hitler, Allende, Morales, Chávez o Zelaya hay que sacarlos a tiempo. Como dicen en un arte marcial chino inventado por una mujer, según dice la leyenda: una buena defensa es un buen ataque. Así los matones quedan descolocados.

Los progresistas quieren negar el derecho a la rebelión, cuando los progresistas se salen de la ley.