viernes, septiembre 04, 2009

La derecha descafeinada y la última venganza de la izquierda

La Guerra Fría terminó. El comunismo fue derrotado en Chile y en otras partes del mundo. Sin embargo, la Guerra Fría continua en su forma gramsciana y en tergiversar el pasado que no le conviene a la izquierda. Y en perseguir a quienes los derrotaron hecho y derecho. La izquierda acepta el mercado por pragmatismo, pero si puede le gusta llevar la economía de mercado a capitalismo crony, como le gusta llamar a los intelectuales de izquierda, para luego culpar al mercado de las fallas del Estado. La sangre ya fue derramada, perdiendo los auto denominados ‘progresistas’. En el mundo de la post-comunista, la batalla es cultural.

El candidato a diputado por Vitacura, el nieto del general Augusto Pinochet, Rodrigo Pinochet ha dicho que la pelea no es económica, pues ‘Los empresarios aman a Lagos’. O sea, el Centro de Estudios Públicos (CEP) ama a Chile21 y Expansiva. Precisó que el bloque opositor era débil en lo valórico.

Valores y coherencia

Antes de ser nominado candidato presidencial, el demócrata cristiano, Sebastián Piñera por la UDI, el senador Longuiera militante de ese partido, elogió por la prensa al joven candidato de la izquierda oficialista, Marco Enríquez Ominami en la Fundación Jaime Guzmán: "Miren cómo ha prendido la candidatura de Marco Enríquez. Un joven de la izquierda chilena que lo único que muestra a los chilenos es coherencia". Es justamente lo que no ha sido los representantes de la derecha en estos últimos veinte años, es mostrar coherencia. La incoherencia es lo que más ha brillado. Ha sido tal incoherencia que apoyaron y aprobaron la estatua de Salvador Allende por la reconciliación, el propio Longuiera sugiero el Informe Valech por la Reconciliación y borrarle el prontuario criminal al Mir y al FPMR, “participar en la destrucción de la “Llama de la libertad”, dejar sin trabajo al jefe se seguridad de congreso, por haber participado en el asalto a la Moneda el 11 de septiembre de 1973, aceptar las mentiras del Informes Valech, contribuir a la industria de DDHH, legitimando indemnizaciones o reparaciones a familiares de “víctimas” de los DDHH.., ignorar la “lucha contra la dictadura” que la propia Bachelet confesó que hizo en los ’70, ignorar las actividades Bachelet en el exilio, permitir que Bachelet no se pronuncie sobre el genocidio del que fue testigo voluntaria en la Alemania Comunista, no insistir en que esta precise su supuesta tortura”, aceptar sin previo examen el Informe Rettig, haber aprobado el ingreso al TPI, permitir las funas, ser cómplice de la reinterpretación de la Ley de Amnistía y la última movida de la derecha es, pues, haber aprobado el Instituto de los DD.HH., con la facultad de querellarse; como si no bastara las querellas del Consejo de Defensa del Estado contra los propios funcionarios del Estado y las eternas querellas de los abogados de los DD.HH., y finalmente, haber permitido los jueces prevaricadores y el perjurio en los tribunales. Con todos ejemplos se ve que la derecha tiene un graves problemas valóricos.

Cuando fue nominado el DC, Sebastián Piñera por la UDI, aquél dijo: “Nuestro futuro Gobierno no va ser neutral en materias valóricas”. En efecto, la crisis valórica de la derecha se refleja al haber nominado a Piñera como candidato presidencial, quien en tiempos del Régimen Militar intentó entrar por la puerta ancha de la DC. No me produce resquemor el hecho de que haya votado por ‘No’ en el plebiscito, pues era una alternativa. Como le fue mal en la DC, después del plebiscito ingresó al partido de derecha Renovación Nacional y apoyó al ministro de Hacienda de Pinochet, Hernán Büchi en la elección presidencial de 1989, para años más tarde calificar dicho gobierno como ‘el peor de la historia de Chile’, el mismo gobierno que le permitió trabajar con las tarjetas de crédito y enriquecerse con el Banco de Talca. Piñera aprobó la subida de impuesto durante el primer gobierno de la Concertación y la Reforma Laboral. Ambas cosas han contribuido al descrecimiento. Y ahora quiere hacernos creer que con él, Chile volverá a crecer. Además, cuando fue senador se opuso a que un juez que había aplicado la Ley de Amnistía llegara a la Suprema.

Los propios derechistas, cuando han muerto personajes connotados de la izquierda, que comulgó con la violencia y el totalitarismo, llueven los elogios de ‘consecuente’. En cambio, si derechista es consecuente o coherente, se expresa con claridad y lógica, entonces, es fanático y extremista.

Pues bien, la derecha perdió la batalla cultural al no haber revindicado a sus muertos que murieron previos al 11 de septiembre de 1973, ni mucho menos la verdad histórica, como si nada hubiese pasado. Así, no les importó a los políticos de la derecha de a principios de los 90 que haya muerto asesinado el militante de la juventud del Partido Nacional, Rolando Matus, entre otros que no recuerdo. Compañero generacional de Pablo Longuiera, Andrés Allamand, mientras Bachelet estudiaba en la universidad. También la perdió, cuando la izquierda derrotada en el frente militar, empezó hablar de ‘militares involucrados en violaciones a los DD.HH.’ o ‘terrorismo de Estado’ por haber enfrentado al terrorismo. O sea, un individuo es prejuzgado con la etiqueta de ‘violador de los DD.HH’ antes de ser juzgado. En otras palabras, tribunales populares a través de la prensa escrita y la TV. Así, vemos que cuando la ministra de Defensa, Michelle Bachelet le pidió la renuncia de los brigadieres (r) Miguel Krassnoff y Jaime Lepe Orellana al comandante en jefe del Ejército, con estas palabras: "Hemos manifestado la no conveniencia de la permanencia de personas que estuvieran involucradas en este tipo de juicios y procesos". Ambos estaban retirados, pero trabajaban para el Ejército. En el antiguo sistema judicial, ‘estar procesado’ no significa ser culpable. A la entonces ministra de Defensa no le importó mucho la presunción de inocencia de ambos brigadieres. Lo importante era hacer una purga en el Ejército.

La derecha en estos últimos veinte años no se ha atrevido a desafiar a la izquierda. De modo que ésta última tiene el monopolio del lenguaje, ya sea sobre los derechos humanos, reconciliación, la reconciliación a base de la justicia y la verdad. ¿Cuál verdad? ¿Cuál justicia? ¿Cuál reconciliación? Aquellos que creen en el relativismo absoluto, cuando le ponen entre dicho sus verdades, se convierten en dogmáticos, cuyas verdades no se puede cuestionar. Además de tergiversar la propia historia. Así, si un abogado como Javier Couso de Expansiva-UDP sostiene por TV en una entrevista que a la derecha previo al 11 de septiembre sólo le interesaba la propiedad y no la democracia y los derechos humanos, como si la propiedad no fuese un derecho humano. Y la izquierda, le interesaba la revolución. No hay periodista que haga un mero análisis de tanta tontera. Luego habló del tópico de los derechos humanos inculcados bajo el Gobierno Militar, cuando la universidad privada en la que trabaja nació durante ese periodo, respetándoseles los derechos humanos a los opositores que estudiaban en dicho plantel. ¿Qué es revolución? Totalitarismo. A la derecha le preocupó los DD.HH., como señala en Acuerdo de la Cámara de Diputados.

La nueva generación o el redescubrimiento de la rueda

La batalla cultural igualmente se ve en las declaraciones de los nuevos políticos de la derecha, que ya sea en una frase cliché que es usual escuchar, es que ellos tenían 5 o 6 años para el pronunciamiento, que no participaron en el plebiscito, ya sea la juventud, como si esta última condición fuese neutra. El diputado por RN, Francisco Chahuán y el analista y profesor universitario Cristóbal Bellolio argumenta así, lo cual es absurdo. Asimismo, pensamiento parecido tiene la doctora en Ciencias Políticas por la Universidad de Aachem e investigadora por el Instituto Libertad y Desarrollo, ex panelista del programa ‘Estado Nacional’ y actual candidata independiente por la UDI en la región de La Araucania, Ena Von Baer, quien afirmó en la revista Ya: “Tengo amigos de ideas opuestas. A mi generación la cruza una mirada transversal, nosotros no alcanzamos a vivir un Chile polarizado. Nos corresponde renovar el espacio político tendiendo puentes”. La negrilla es mía. Sin embargo, la izquierda sigue anclada en el pasado y con su odiosidad. Si le preguntan a un ‘progresista’ entre los 39 años y los 18 años si estarían dispuestos a indultar a los militares, se encontrará con una negativa del porte de portaaviones. Si acusan a la izquierda de totalitarismo y terrorismo, eso sería ‘ideologismo’ y de atentar contra la reconciliación. Ahí termina ‘la renovación del espacio político’. Si fuese cierto, el argumento de la juventud, no se entiende por qué jóvenes veintañeros destilan tanto odio en el mundo de la izquierda. Basta a escuchar al panelista Alfredo Joignant. En otras palabras, la nueva generación teme encararle a la izquierda que ella estuvo en el lado equivocado.

Asimismo, el diputado y abogado Francisco Chahuán junto con los diputados Alejandro Sule (PRSD), José Miguel Ortiz (DC), Álvaro Escobar (Ex PPD) y Marco Espinosa (PRSD) presentaron un proyecto para modificar el Código de Procedimiento Penal basándose en los recientes acuerdo internacional suscrito por Chile, para eliminar el principio de cosa juzgada cuando los tribunales hayan sacado una confesión bajo tortura, en que se pretende reabrir casos emblemáticos de los DD.HH y , “no se cierre ningún proceso de investigación sobre casos referentes a la violación de Derechos Humanos”. Omitiendo que rige el principio de cosa juzgada. ¿Alguien va creer en su sano juicio que un izquierdista, después de 36 años, sea intelectualmente honesto, para decir que dijo la verdad, sin ser torturado? Los recientes detenidos desaparecidos aparecidos que fueron presos por pocos días en recintos militares, nunca han dicho que ha sido torturados. Y con todo, así afirma el diputado Chahuán que le importa los temas de futuro, no los del pasado. Después de todo, para el diputado Sule, “nuestro ordenamiento jurídico remedia situaciones de cosa juzgada cuando esta tiene algún origen espurio”. Y aún así, si eliminan tal artículo del Procedimiento Penal, no puede tener efecto retroactivo que es la esencia del Derecho. Chahuán como Rubilar y el abogado liberal e investigador de http://www.cep.cl/ , Lucas Sierra que participó en el Informe Valech le creen toda a la izquierda que al general Contreras. Y no se toman en serio el manual del guerrillero del ‘Che’: “Los muertos o heridos que logren evacuar de la zona de combate, y que después mueren, deben ser reportados como detenidos desaparecidos en poder del enemigo. Cuando se hace desaparecer a un traidor o a un delator, o a un asesino, se debe informar que se trata de detenidos hechos desaparecer por el enemigo después de haber sido torturados". Al parecer, Al Qaeda imita al terrorismo latinoamericano de los 70, pues un manual de ese grupo encontrado en Manchester, Inglaterra en el 2005, afirma: “Al abrirse el proceso judicial... los hermanos tienen que insistir en demostrar que se les practicaron torturas por parte de los cuerpos y fuerzas de seguridad. Han de quejarse de maltratos estando en prisión".

Por otra parte, el diputado por RN se vanagloria de que él junto con Marcos Enríquez-Ominani, Rodrigo Álvarez, José Miguel Kast, Rubilar, Álvaro Escobar y otros de su misma edad han llegado acuerdos. Se tienen empatía entre ellos. Recién la política del consenso comienza con ellos. La expresión que emplean es ‘otra forma de hacer política’. Así lo dijo en el programa en ‘Libertad de Responder’. ¿Nunca oyó hablar mientras estudiaba Derecho de la expresión acuñada por la oposición ‘la democracia de los acuerdos’ que, por cierto al oficialismo nunca le ha gustado? La base de la estabilidad que ha tenido el país se debe al consenso que no nació con la Concertación, sino con Pinochet antes de entregar su gobierno: “El Presidente Pinochet anuncia en marzo de 1989 que ha instruido al ministro de Interior para que le informe sobre la conveniencia de modificar la carta política, con la condición de un absoluto consenso entre todas las corrientes.” (Chile, eligió la libertad, pág, 777). La negrilla es mía.

Por su parte, el joven profesor de filosofía del Derecho de la Universidad de Valparaíso y columnista del ‘El Mercurio de Valparaíso’, el liberal Claudio Oliva escribió en su artículo ‘El Momento de Piñera’ que: “Su programa no buscará encoger al Estado, sino modernizarlo y volverlo más eficiente, algo que, en la era Bachelet, el país ha empezado a echar especialmente en falta y que él parece particularmente capacitado para encabezar”, en tanto los liberales de la centro derecha han aprobado los ministerios de Energía, de la Juventud, del Deporte, de la Cultura, el Instituto de los DD.HH., del Medio Ambiente, la nueva superintendencia de la educación y proponen para la superación de la pobreza un ministerio contra la pobreza. Muy liberal la creación de burocracias.

La restauración de la amistad cívica o la última venganza

Hace una semana y media, en el programa ‘Estado Nacional’, el cientista político del CEP, Oscar Godoy sostuvo que ‘se había restaurado la amistad cívica’. Él como Harold Bayer; Eliodoro Matte, Presidente del CEP, ex Asesor del Ministro de Salud; Bruno Philippi, Presidente saliente de Sofofa, ex Director Comisión Nacional de Energía; Carlos Cáceres, Presidente de LyD, ex Ministro de Hacienda;Cristián Larroulet, Director de LyD, ex Jefe de Gabinete del Ministro de Hacienda; Luis Larraín, Sub Director de LyD, ex Superintendente de Seguridad Social; Hernán Felipe Errázuriz, columnista de El Mercurio, ex Ministro de RR.EE.; Herman Chadwick, Prdte de la Asociación de Concesionarios de Obras Públicas, ex Alcalde de Providencia; Juan Hurtado, Prdte de ENTEL, ex Asesor del Ministro de Economía., ni el mismo José Piñera que defendió los derechos humanos bajo el Régimen Militar han callado ante la persecución de los militares. Muchos ayudaron a izquierdistas después del 11. Desde hace buen tiempo le dieron la vuelta a la espalda a los militares y a los principios liberales y del Derecho.

La restauración de la amistad cívica se hundió en el Día del Desaparecido o del Odio –día que instauró la Presidenta como el equivalente al minuto del Odio de ‘1984’-, cuando se supo que para el Ejército trabajaban oficiales en retiro del la ex DINA y ex CNI- .Ello provocó la ira de diputados y senadores como Isabel Allende, Camilo Escalona y el DC Latorre. Ahora sabemos vía Internet que la Concertación contrató para llamada ‘Oficina’ y la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI) a los terrorista del MIR y del Frente. Pero, como de costumbre, la derecha calló.

Más aún, después apareció un columna de Luciano Fouilloux, ex miembro de la comisión Valech, quien escribió:” La cuestión no radica en la legalidad de contratar en las FFAA a ex uniformados procesados, sino en su legitimidad. Esto, de cara a la renovación de las ramas castrenses en materia de violaciones a los DDHH, a las que tan penosamente estuvieron vinculadas”.

Lo que me llamó la atención es que los parlamentarios de derecha, cuando han colocado alguien terrorista como Goñi y el subsecretario de aviación en un cargo del Gobierno no llaman a la prensa para manifestar su disconformidad. Esta vez el único que saco la voz fue el diputado Cardemil de RN, quien dijo que: “si hay contratadas personas con problemas de investigación policial y que han sido declaradas inocentes no hay problema, en el país se presume la inocencia antes de ser juzgado. Si hay algo incorrecto se dará a conocer tal como siempre lo ha hecho el Ejército”. Y agregó: “Las instituciones funcionan y parece que la izquierda está acostumbrada que cuando funcionan a favor de ellos se declaran contentos, pero si funcionan para los chilenos encuentran que hay faltas a la ética”. Si las instituciones funcionaran, Miguel Krassnoff y otros no serían marcados como “violadores de los derechos humanos”. Además de estar libre por la Ley de Amnistía. Después de todo, cuando un terrorista mató a un civil o militar no constituyó una violación a los DD.HH.

¿Cuándo ha salido a la prensa para manifestar su rechazo a que el grupo terrorista Mir recibo una pensión los senadores Alberto Espina, Andrés Allamand, Pablo Longuiera, el actual presidente de la UDI, Evelyn Mathei, Andrés Chadwick y Antonio Horvath, entre otros? Así hace pocos años, los derechistale quitaron el prontuario a los terroristas del Mir y del FPMR, ¿harán lo mismo a los militares quitándole el estigma social de ‘violadores de los Derechos Humanos? Me pregunto si Jaime Guzmán se la hubiera jugado por los militares, porque los así llamados ‘coroneles’ de la UDI no hacen nada.

La señora María Elena Astorquiza de RN y cercana a Piñera escribió en un blog: “Con respecto a los juicios a los militares, lamentablemente hay que esperar lo que la Corte dictamine, lo que sea de absoluta justicia.” Y agregó: “Creo que es bueno dar vuelta la página, confiar en la justicia y tratar de construir como con dolor aprendimos a hacerlo”. ¿Cuál justicia? Lo que hay es una injusticia. Si la izquierda no quiere dar vuelta la página. Se dará vuelta la página cuando los militares estén libres, pues ese es uno de los talones de Aquiles de la izquierda. Y para ello se necesitan personas valientes y no las veo, ya que veo puras niñitas en los representantes de la derecha en el Parlamento.

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9 Comments:

Blogger vicente said...

La derecha ha extraviado sus principios porque se averguenza o sencillamente porque renunció a sus convicciones en beneficio de acceder al poder, convirtiéndose éste en un fin y no en un medio.
Si creen que para llegar al poder necesitan convertirse en socialistas, lo harán sin asco. De hecho van paulatinamente en esa dirección.
Las discusiones políticas que se pueden observar, más bien parecen discusiones dentro del politburó donde los comunistas disputaban entre sí el acceso al poder donde cada facción aseguraba que podían ser mejores planificadores que los otros.
El estado se ha convertido en un botín demasiado atractivo.

10:37 a.m.  
Blogger vicente said...

No tengo muy claro de todas formas si la derecha fue alguna vez liberal, entendiendo por ésto la fé en las personas y en sus libertades económicas efectivas las que se manifiestan en el mercado libre sin el cual el resto de las libertades terminan siendo sólo una formalidad que se plasman sólo en palabras en la constitución, pero que no se verifican en los hechos.

10:49 a.m.  
Blogger vicente said...

La última vez que se vió al país en esa dirección fue en el gobierno militar. El resto del tiempo sólo han sido retrocesos en los cuales la "deresha" se ufana de haber participado en ellos disputándose el protagonismo.

10:55 a.m.  
Blogger Javier Bazán Aguirre said...

Vicente:
Recientemente, se publicó el libro del joven abogado e investigador Alex Kaiser en que aborda a eso, y culpa precisamente a las personas que tiene entre 40 y 60.
Leyendo la reseña que hace Gonzalo Rojas, habría que culpar a los políticos, analistas que tienen 60 años:
"La fatal ignorancia
Escrito por Gonzalo Rojas S.
viernes, 04 de septiembre de 2009
Axel Kaiser, joven intelectual que aún no llega a los 30, acaba de publicar un libro notable, titulado La fatal ignorancia.

Tal como afirmaba Chesterton en Ortodoxia, Kaiser entiende que algo está mal en Chile, quiere arreglarlo y sabe cómo hacerlo.

El autor nos hace recordar la importancia de las ideas y nos muestra nuestra habitual indiferencia frente a ellas; y, en consecuencia, nos abre con entusiasmo al desafío de cambiar la situación.

La descripción está muy bien fundamentada, perfectamente razonada y no tiene ni tintes apocalípticos ni un pesimismo basal. Es simple constatación del abandono en que toda una generación, entre los 40 y los 60 años de edad, ha sumido a los más jóvenes. Y esa comprobación la hace una persona que no conoció ni a Jaime Eyzaguirre, ni a Julio Philippi, ni a Jaime Guzmán, pero que es perfectamente capaz de darse cuenta de los eslabones que faltan entre ellos y su propia generación.

La fatal ignorancia obliga a pensar en proyectos: para eso está escrito el libro, para reaccionar.

Hasta ahora, de los más fundamentales, algunos ya están terminados. Circulan las segundas ediciones de Textos Fundamentales sobre la Universidad y de Textos Fundamentales para una sociedad libre y responsable; pero aún está pendiente de término el Diccionario del Pensamiento fuerte; y los intentos por iniciar la Breve Historia de Chile del Siglo XX y la Breve Historia Universal del siglo XX, se han topado hasta ahora con negativas de financiamiento que bien confirman la tesis de Kaiser: la anemia intelectual de tantos en la Derecha, en el conservantismo, en la Alianza, en cómo sea que se llame aquello.

Dos cosas se echan de menos en la magnífica obra, dos temas que es importante que Axel Kaiser trabaje en su próximo libro:

Cómo articular mejor una red de intelectuales, profesores, comunicadores y gente de cultura, y cómo conseguir el dinero que hace falta, desde las pequeñas cantidades hasta los grandes números. Quizás, al regreso de sus estudios de doctorado, el joven profesor pueda contribuir con los avances que se hayan logrado en estas materias.

Gracias a Axel Kaiser por su profunda penetración en el tema y su valentía para abordarlo. Gracias también a Angel Soto y al Instituto Democracia y Mercado, por demostrar que se puede hacer un libro así: joven, desafiante, propositivo.


"

12:58 p.m.  
Blogger Makeka Barría said...

Lamentablemente, Vicente, tienes razón, he visto como la derecho se inclina peligrosamente hacia el progresismo sin asco....

8:54 p.m.  
Blogger Makeka Barría said...

La derecha, quise decir...

8:55 p.m.  
Blogger Javier Bazán Aguirre said...

Así es María Angélica o ya es.

10:28 p.m.  
Blogger cristian said...

Esta derecha descafeinada, anémica de valores y convicciones propias, camaleónica con los colores de la izquierda, la venimos denunciando en nuestros blogs desde hace cuatro años, y no hemos conseguido siquiera que alguno de sus representantes apoye nuestras ideas o permita establecer un debate con nosostros.

8:55 a.m.  
Blogger Javier Bazán Aguirre said...

Cristián:
Muy cierto. Conste que este mi artículo lo escribí antes de saber de ese libro, que comenta el profesor Gonzalo Rojas.

Como tú dices, nosotros lo venimos denunciado, pero ni siquiera nuestro sector establece redes con nosotros.

11:51 a.m.  

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