La justicia llevada al absurdo
Si estuviese vivo el dramaturgo del siglo XX, Eugène Ionesco, uno de los tantos dramaturgos del teatro del absurdo , en Chile tendría bastante material para elaborar un obra en que el sin sentido, la locura y desquicio forman parte de los tribunales de justicia. En el que los defensores de los derechos humanos a viva voz y ungidos, le violan los derechos humanos a otros seres humanos, porque según ellos, no les conviene aplicar la ley, según sea no el color de la piel, sino el lugar en que se fueron enfrentados en la historia. Sin que ningún actor político se los haga notar o les apunte el dedo como lo hizo Ricardo Lagos con Pinochet.
Así es, pues, la justicia de la izquierda. Una serie de absurdos. Desde inventar la figura del ‘secuestro permanente’, lo que significa que los secuestradores lo tenían en sus casas o en las reparticiones militares a los secuestrados, hasta aplicar una ley que los benefició a ellos, como la Ley de Amnistía. Y a su vez proponiendo su derogación. Incluso ahora, los supuestos secuestrados comparten celdas con sus captores. Aunque al juez no le importe que el Código sostenga que los funcionarios del Estado no pueden secuestrar.
En la justicia de la izquierda, el asesinato que la izquierda realizó en nombre de la Revolución, la justicia social o la lucha por la libertad, no es considerada una violación a los derechos humanos. Por eso mismo, los abogados de los derechos humanos nunca se han querellado contra los terroristas. Más bien, se esmeraron en sacarlos pronto de las cárceles, haciendo lobby o cabildeo -que es la expresión en castellano-, ya sea en las iglesias, ya sea en los Gobiernos de la Concertación. Quizás, porque los representantes de los más altos valores de la humanidad, no son seres humanos las víctimas que dejó la izquierda. Quizás, también porque la oposición al Gobierno Militar no era tan ‘pacífica’, sino solapadamente apoyaban a los grupos terroristas. No así, los que están en el bando opuesto. ¡Pobre de ellos! Es un gran crimen contra la humanidad haber matado a un revolucionario que quería redimir la afligida humanidad a través de la violencia. Y así, poder extraer los buenos elementos que hayan quedado de ese filtro.
Cuando la justicia llega a nivel de absurdo, las leyes no se aplican tal como lo describió el autor checo, Franz Kafka en su breve cuento Ante la ley, en todos sus formas: negar la prescripción, la ley de Amnistía, la salida dominical para reos, la petición de indulto cuando han cumplido la mitad de la condena y negarles el arresto domiciliario a los mayores de 70 años. Y las leyes que forjan instituciones son consideradas ilícitas, como la reciente fallo del juez mirista, Alejandro Solís, quien considero que la DINA, “era una asociación ilícita”. En cambio, otra institución del Estado considera que un grupo terrorista que despreciaba la libre empresa en la vieja democracia, tiene ser considerado una empresa.
La justicia llevada al absurdo en condena a personas cuyo delito recién si hizo legal, desde el 2009. Desde luego, los guerrilleros o terrorista no caen en la categoría de realizar ‘crímenes contra la humanidad’. Así, pues, los que apoyaron una de las ideologías más criminales de la historia en el siglo XX, y cuya revolución resultó un fiasco en América Latina, se yerguen paladines y acusadores de aquellos que los derrotaron. Perdieron en el campo de batalla. Hace veinte años, intentan cambiar el resultado por secretaria. Son malos deportistas.
En la justicia de la izquierda es lo más normal del mundo que un juez sea árbitro y parte, y manifieste abiertamente preferencia hacia un lado, acarreando conflicto de intereses, sin que la prensa muestre asombro ni el mundo político liberal de la derecha que le gusta las uniones de hecho mire al lado. El Brigadier (r) José Zara Holger afirmó en CNN Chile: "En el año 1973 la esposa del juez Solís fue detenida y llevada al Estadio Nacional, por eso tiene prejuicios en los casos de derechos humanos".Así, nadie le reprocha a un juez por haber pertenecido al Mir y a la vez juzgar a los militares que los enfrentaron. Asimismo, nadie le reprochó al juez Guzmán haber abrazado en los Tribunales de Justicia a los representantes de la AFDD. La misma queja, por cierto, la repite una viuda de un oficial de marina que está casada con el coronel Cristoph Wilike Contreras, quien es conocida de nosotros, en que el juez Solís está inhabilitado porque fue mirista él y su mujer. Por lo demás, el señor Wilike tenía 24 años cuando fue el asesinato y no tuvo relación. Bueno, ¡a quién le importa!
Cuando la justicia llega al absurdo, el juez condena a base de presunciones y no a hechos o pruebas, tal como ocurrió en el reciente fallo por el caso Prats. Simplemente, el juez basándose en un archivo que le pasó un Brigadier preso, en el que se afirma que Pinochet le había encomendado a la DINA vigilar al general Prats, porque temía por su vida. A partir de allí, el juez supone que había que asesinarlo. Parece que a otra agencia de inteligencia supo de ese archivo y se le ocurrió asesinar a Prats, con tal de inculpar al servicio de seguridad del Gobierno Militar. En efecto, uno de los condenados, el coronel ®, Juan Morales Salgado afirma: “yo no hice el seguimiento del general Prats en Buenos Aires, sólo me limité a transcribir ese documento”. En otras palabras, condenaron a un escriba.
El general Iturriaga Neuman sacó una declaración basándose en su libro a raíz del caso Prats, en la que cita las conclusiones de los jueces Rodríguez y Ballesteros: “1.- No pudo haber asociación ilícita entre el autor confeso Townley, y los hoy condenados, si no conocía a estos cuando efectuó el atentado a los esposos Prats. Por otra parte, la Dirección de Inteligencia Nacional fue creada por el D.S. 516 del año 1974; sus integrantes no pertenecían a una asociación ilícita, y fueron destinados a esa organización del Estado en forma oficial.2.- En la investigación por la extradición solicitada por el gobierno argentino se concluyó que, los hoy condenados, no tuvieron participación en la comisión de los delitos por los que fueron procesados en ese país”. Más claro que el agua.
Por lo anterior, resulta absurdo que en un programa de opinión como ‘Tolerancia Cero’, los panelista repitan el estribillo de que la DINA fue una organización ilícita, ya que fue creada por un decreto supremo. Tratándose de personas cultas del periodismo de la TV. Una buena razón para cambiar de canal en ese horario.Como de costumbre, Matías del Río se encarga en sostener que el Gobierno Militar mataba a los opositores, sin nunca nombrar los grupos terroristas. Con todo, varias veces desde que han puesto los militares en la cárcel, los jueces han acusado de 'asociación ilícita', solo que esta vez le han dado una resonancia desmesurada en los medios.
Eugène Ionesco y Samuel Beckett nos darían unas buenas obras con tanto material. En cambio, otros, me temo como Harold Pinter apoyaría la justicia del absurdo.
Así es, pues, la justicia de la izquierda. Una serie de absurdos. Desde inventar la figura del ‘secuestro permanente’, lo que significa que los secuestradores lo tenían en sus casas o en las reparticiones militares a los secuestrados, hasta aplicar una ley que los benefició a ellos, como la Ley de Amnistía. Y a su vez proponiendo su derogación. Incluso ahora, los supuestos secuestrados comparten celdas con sus captores. Aunque al juez no le importe que el Código sostenga que los funcionarios del Estado no pueden secuestrar.
En la justicia de la izquierda, el asesinato que la izquierda realizó en nombre de la Revolución, la justicia social o la lucha por la libertad, no es considerada una violación a los derechos humanos. Por eso mismo, los abogados de los derechos humanos nunca se han querellado contra los terroristas. Más bien, se esmeraron en sacarlos pronto de las cárceles, haciendo lobby o cabildeo -que es la expresión en castellano-, ya sea en las iglesias, ya sea en los Gobiernos de la Concertación. Quizás, porque los representantes de los más altos valores de la humanidad, no son seres humanos las víctimas que dejó la izquierda. Quizás, también porque la oposición al Gobierno Militar no era tan ‘pacífica’, sino solapadamente apoyaban a los grupos terroristas. No así, los que están en el bando opuesto. ¡Pobre de ellos! Es un gran crimen contra la humanidad haber matado a un revolucionario que quería redimir la afligida humanidad a través de la violencia. Y así, poder extraer los buenos elementos que hayan quedado de ese filtro.
Cuando la justicia llega a nivel de absurdo, las leyes no se aplican tal como lo describió el autor checo, Franz Kafka en su breve cuento Ante la ley, en todos sus formas: negar la prescripción, la ley de Amnistía, la salida dominical para reos, la petición de indulto cuando han cumplido la mitad de la condena y negarles el arresto domiciliario a los mayores de 70 años. Y las leyes que forjan instituciones son consideradas ilícitas, como la reciente fallo del juez mirista, Alejandro Solís, quien considero que la DINA, “era una asociación ilícita”. En cambio, otra institución del Estado considera que un grupo terrorista que despreciaba la libre empresa en la vieja democracia, tiene ser considerado una empresa.
La justicia llevada al absurdo en condena a personas cuyo delito recién si hizo legal, desde el 2009. Desde luego, los guerrilleros o terrorista no caen en la categoría de realizar ‘crímenes contra la humanidad’. Así, pues, los que apoyaron una de las ideologías más criminales de la historia en el siglo XX, y cuya revolución resultó un fiasco en América Latina, se yerguen paladines y acusadores de aquellos que los derrotaron. Perdieron en el campo de batalla. Hace veinte años, intentan cambiar el resultado por secretaria. Son malos deportistas.
En la justicia de la izquierda es lo más normal del mundo que un juez sea árbitro y parte, y manifieste abiertamente preferencia hacia un lado, acarreando conflicto de intereses, sin que la prensa muestre asombro ni el mundo político liberal de la derecha que le gusta las uniones de hecho mire al lado. El Brigadier (r) José Zara Holger afirmó en CNN Chile: "En el año 1973 la esposa del juez Solís fue detenida y llevada al Estadio Nacional, por eso tiene prejuicios en los casos de derechos humanos".Así, nadie le reprocha a un juez por haber pertenecido al Mir y a la vez juzgar a los militares que los enfrentaron. Asimismo, nadie le reprochó al juez Guzmán haber abrazado en los Tribunales de Justicia a los representantes de la AFDD. La misma queja, por cierto, la repite una viuda de un oficial de marina que está casada con el coronel Cristoph Wilike Contreras, quien es conocida de nosotros, en que el juez Solís está inhabilitado porque fue mirista él y su mujer. Por lo demás, el señor Wilike tenía 24 años cuando fue el asesinato y no tuvo relación. Bueno, ¡a quién le importa!
Cuando la justicia llega al absurdo, el juez condena a base de presunciones y no a hechos o pruebas, tal como ocurrió en el reciente fallo por el caso Prats. Simplemente, el juez basándose en un archivo que le pasó un Brigadier preso, en el que se afirma que Pinochet le había encomendado a la DINA vigilar al general Prats, porque temía por su vida. A partir de allí, el juez supone que había que asesinarlo. Parece que a otra agencia de inteligencia supo de ese archivo y se le ocurrió asesinar a Prats, con tal de inculpar al servicio de seguridad del Gobierno Militar. En efecto, uno de los condenados, el coronel ®, Juan Morales Salgado afirma: “yo no hice el seguimiento del general Prats en Buenos Aires, sólo me limité a transcribir ese documento”. En otras palabras, condenaron a un escriba.
El general Iturriaga Neuman sacó una declaración basándose en su libro a raíz del caso Prats, en la que cita las conclusiones de los jueces Rodríguez y Ballesteros: “1.- No pudo haber asociación ilícita entre el autor confeso Townley, y los hoy condenados, si no conocía a estos cuando efectuó el atentado a los esposos Prats. Por otra parte, la Dirección de Inteligencia Nacional fue creada por el D.S. 516 del año 1974; sus integrantes no pertenecían a una asociación ilícita, y fueron destinados a esa organización del Estado en forma oficial.2.- En la investigación por la extradición solicitada por el gobierno argentino se concluyó que, los hoy condenados, no tuvieron participación en la comisión de los delitos por los que fueron procesados en ese país”. Más claro que el agua.
Por lo anterior, resulta absurdo que en un programa de opinión como ‘Tolerancia Cero’, los panelista repitan el estribillo de que la DINA fue una organización ilícita, ya que fue creada por un decreto supremo. Tratándose de personas cultas del periodismo de la TV. Una buena razón para cambiar de canal en ese horario.Como de costumbre, Matías del Río se encarga en sostener que el Gobierno Militar mataba a los opositores, sin nunca nombrar los grupos terroristas. Con todo, varias veces desde que han puesto los militares en la cárcel, los jueces han acusado de 'asociación ilícita', solo que esta vez le han dado una resonancia desmesurada en los medios.
Eugène Ionesco y Samuel Beckett nos darían unas buenas obras con tanto material. En cambio, otros, me temo como Harold Pinter apoyaría la justicia del absurdo.
Etiquetas: Carlos Prats, DD.HH., Dina, Igualdad ante la ley, jueces prevaricadores, Ley de Amnistía de 1978, Periodistas Progres, teatro del absurdo, Tolerancia Cero
9 Comments:
Bueno, con esa tesis de la Suprema, como sus miembros han prevaricado en forma grosera, especialmente en la última década, bien podría ser acusada de ser una asociación ilícita para delinquir.
Pero por favor, que puedes esperar de Paulsen y Del Rio, nada favorable al gobierno militar
Y de los fallos de los tribunales ya no vale la pena seguir comentándolos, son tan descaradamente contrarios a derecho, se comete el delito de prevaricación a vista y paciencia de los chilenos con tal soltura, que se perdido la capacidad de asombro frente a ellos.
Yo creo que algo podríamos copiar de la nefasta U.P. y es repetir como ellos "a parar, a parar la chacota judicial"
Hunter:
Precisamente, hay que comentarlos para que quede como prueba de su delito.
Lo de 'Tolerancia Cero' lo comenté, en efecto, para mostrar que son mediocres. Así de simple.Y por eso, no vale la pena ver el programa. Yo no lo veo en general. Ví solamente la última parte.
Buena idea.
saludos
Lo absurdo es llamar "vieja democracia" a una dictadura criminal.
Siesque:
Llamo 'vieja democracia' al período de 1938 al 1973. No me refiero al Gobierno Militar.
El Gobierno Militar no es un gobierno criminal.
Al leer a Siesque y tantos otros que pululan por los foros, blogs, face, queda claro como la acción de la izquierda ha lavado el cerebro de mucha gente y aceptan como verdad la que ha impuesto el marxismo-concertacionista.
A veces pienso que de verdad Pinochet debió haber sido un dictador y así nos habríamos evitado a varias decenas de personas que nos gobernaron durante los últimos 20 años y a muchos de los que andan opinando sin ton ni son, sin saber lo que realmente ocurrió en el país desde mediado de la década de los 60.
Así es Hunter.
En el blog de Julio Suárez el autor publicó un post llamado "Indulto y odio-pais en Chile" en el que, si bien reconoce la persistente cuota de odio que aviva la izquierda, atribuye el inicio de este odio al Gobierno Militar.
Conviene comentarle al respecto, como ya lo hice yo.
Link link
Los fascistas como ustedes no merecen perdón, aunque como demócrtas, nosotros la izquierda, les permitimos hablar y expresarse, sin que por ello les hagamos desaparecer, violemos a sus hijas y esposas o entreguemos a sus niños en adopción, como lo hizo la dictadura en Chile y Argentina.
dan asco, ustedes.
enrique fernández moreno
léeme en granvalparaiso.cl
Los comunachos como ustedes no merecen perdón, aunque como demócratas, nosotros la derecha, les permitimos hablar y expresarse, sin que por ello proclamemos la conveniencia de hacerlos desaparecer, violemos a sus hijas y esposas o entreguemos a sus niños en adopción, como lo pretendia hacer la UP en Chile, y no alcanzó.(¿te suena la via armada al socialismo, los momios al paredón y las momias al colchón, Margot Honecker y las adopciones de hijos de presos politicos en la RDA?)
dan asco, ustedes.
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