No saben nada del sistema inmune
Puesto que tienen la vacuna los principales países
y están dispuestas a usarlas antes de noviembre, eso significa que ya estaban
listas cuando comenzó la plandemia. El mismo sitio www.vacunas.org, dice que
se necesitan un mínimo de cuatro años: “El record en desarrollar una vacuna completamente
novedosa es de al menos cuatro años, lo que es más del tiempo que en cuanto a
la distancia social o la economía puede tolerar”. Vemos, por
tanto, como la comunidad médica y científica viola sus propios protocolos.
El canal chileno “El Baquedano” informa que todas
las vacunas que conocen se ha demorado hasta 10 años.
Me enteré por un canal que China ya está vacunando
a su ejército. Se desprende, por tanto, que ministro Enrique París está
engañando a los chilenos con el cuento del gasto, ya es absurdo que el gobierno
chileno le pida un laboratorio de China como si no estuviera hecha. El ministro
de Salud no es serio. Es irresponsable y criminal, pues no puede probar una
vacuna así nomás. ¿Por qué él no se prueba la vacuna y luego nos cuenta?
Un canal español mostro como un a una madre le
pedía al médico saber los componentes de la vacuna que le iban a inyectar a su
hijo. El médico apelaba a lo que decía el juez. La señora quería saber para así
poder querellarse si la vacuna le producía daños colaterales a su hijo.
El medio mentira.es que ya mencione anteriormente retrata muy bien lo que
estableció el reporte "Escenarios
para el Futuro de la Tecnología y el Desarrollo Internacional" de la
Fundación Rockeffeler hace 10 años, lo cual consiste en desacreditar a
cualquiera que contradiga la OMS, pues para ellos la única solución pasa por la
vacuna, lo que es falso. Está la planta Artemisa, el dióxido de cloro, hidroxicloroquina,
el ibuprofeno,que
la Organización de la Salud se opuso. Sin embargo, ha resultado efectivo. Ese medio, por ejemplo, ha tratado de
desacreditar a la doctora española Natalia Prego Cancelo por las cosas que ha
dicho por Youtube. Dicho sea de paso, esa valiente médica comenzó una campaña “Estoy
en contra” en España que las personas no usen más mascarillas en los lugares
públicos, sobre todo, pensando en la Tercera Edad, niños, gente con problemas
de ansiedad y respiratorios, entre otros.
Según el sitio mentira, el actual jefe del gobierno español, Pedro Sánchez
jamás dijo las siguientes palabras: “La normalidad no llegará hasta la vacuna”
(5/04/2020). Hasta que las encontré.
El parlamento boliviano autorizó como ensayo clínico el dióxido de cloro a
igual como en Ecuador.
La hidroxicloroquina se
ha usado por 50 años y la OMS la descarta.
El medio diario.es tergiverza el concepto de inmunidad de rebaño: “La
desconfianza en las vacunas pone en peligro la inmunidad de grupo contra el
coronavirus”. Eso es falso. Tal inmunidad se logra como lo explicó el ex
ministro de Salud, Jaime Mañalich y que fue objeto de burlas. Los médicos disidentes
del mundo comparten la misma opinión. Los países que no han obedecido a la OMS
les han ido bien: Japón, Suecia, Burindi, Vietnam y Uruguay.
En el canal de físico chileno, Ramón Freire “Bitácora del sur” reproduce una conversación entre Checho Irane
y el economista Sergio Melnick, quien se le acusó de hacer fake news sólo
porque tradujo al castellano el nombre de la Fundación Melinda y Bill Gates:
“reducción de la población”. Ese el propósito de las vacunas que ofrece sin que
ninguna autoridad médica le salga paso, pues Gates no es médico. A los borregos
eso no les importa. Decir eso lo convierte en conspiranoico.
Pues bien, Melnick dijo en esa conversación que le extrañaba que los
médicos no dijeran nada de cómo fortalecer nuestro sistema inmune. Él dijo que
tomaba 100 gramos de vitamina C. Dije que la OMS y los médicos en general no
había dicho nada de cómo podemos mejorar nuestra inmunidad.
Los médicos chilenos no saben nada del sistema inmune, ni del sistema
nervioso. Tenemos dos sistemas: el simpático y el parasimpático. El primero nos
prepara la lucha y huida. En cambio, cuando activamos el segundo, nuestro
cuerpo se relaja. Y si estamos bajo esa modalidad, nuestro sistema inmunológico
se vuelve más fuerte. Hay que tratar de ser como esas personas que en medio de
la tormenta mantienen la calma o como un guerrero sereno en medio del fragor de
la batalla.
Según Nicolás Tesla, el mundo es frecuencia y vibración. A los médicos de
este país no les ocurre pedirle a la población que vibren más alto o que no
estén en la misma vibración del virus.
Cuando los monjes del Templo Shaolin practican Kung Fu activan el sistema
nervioso simpático. Cuando practican Qi Gong o Chi Kung conocido como yoga
chino, entonces activan el sistema nervioso parasimpático. Con el primero los músculos
se tensan. Con el segundo, los músculos y tendones se relajan a través de la
respiración: inhalando por la nariz y exhalando por la boca. Su respiración es
abdominal, mientras en el yoga de la India es completa y se respira únicamente
por la nariz.
La mejor vacuna es nuestro sistema inmunológico.
No sabe el actual ministro de Salud, Enrique París. Tampoco Jaime Mañalich.
E Igualmente, el Colegio Médico y su actual presidente. No saben nada ellos las
distintas facultades de medicina que hay existen a lo largo del país. Si
supieran algo sobre ello, se opondría que usemos las mascarillas. Primero, no
sirven contra el virus. Segundo, crea
una falsa sensación de seguridad. Tercero, debilita el sistema inmune. Cuarto,
en un paquete que trae mascarillas en francés dice que no sirve para los virus.
Quinto, respiramos nuestro propio dióxido de carbono.
Lo único necesario es gozar de buena salud, estar tranquilo y estar
relajado tal como explica el canal español Midfullness. Todas las políticas han
apuntado a que el sistema esté bajo la modalidad de escape y lucha, porque el
otro ser humano que me encuentro en la calle me puede contagiar. El miedo
genera stress y ansiedad. Cuando se está en ese modo, el cuerpo genera
cortisona. Y de ahí uno se puede morir de pena o tristeza hasta de cualquiera
enfermedad conocida.
El oftalmólogo japonés Kazuhiro Makagawa escribe en su libro “Yoga de la
corrección visual”:
“En Japón, en los viejos tiempo, se recomendaba los baños de mar en verano
para prevenir la carencia de vitamina D y reforzar la respuesta inmune natural
del cuerpo. Con ese fin, la playa Oiso, en Shonan, se convirtió en el principal
destino donde tomar sol. Incluso cerca de mi casa, en un sanatorio ubicado en
Fujimikogen Highlands, en la prefectura de Nagano, que era bien conocido antes
de la guerra, los pacientes se sometían a baños de sol como parte del
tratamiento”.
Desde que empezó esta locura a la población mundial les han negado el sol.
Hace semanas escuché por un canal que los científicos descubrieron que el calor
solar mata el bicho.
Ya que a la Organización Mundial de la Salud se le está acabando el relato,
han buscado una justificación para mantener el uso de las mascarillas. Hasta el
momento la OMS ha inventado un cuento, pues no hay verdad. Ahora según la
Organización Mundial de Soros y China, surgen pruebas de que el virus puede
transmitirse por aire, luego “de que un panel de 239 científicos alertara sobre
esta posibilidad de contagio que hasta ahora no era contemplada por las
autoridades sanitarias”.
Necesitamos oxígeno, estar en la naturaleza y sentir la brisa marina o el
viento de la tarde.
Aquí hay puros borregos en los médicos. No hay nadie como la doctora
española, Natalia Prego Cancelo, el doctor Ángel Ruiz Valdepeñas, el médico
Indio Doctor Rashid Buttar, el francés Luc Montanier, del doctor español Enric
Costa, la doctora Chinda Brandolino, de la médico alemana Katrin Korb, de la
doctora Dolores Cahill, del doctor Dietrich Klinghardt, del médico español José
Cabrera, del médico danés Peter Gotzche, del médico norteamericano Richard J.
Roberts, del doctor Matías Monte-Padilla, decano del Colegio de Biólogos de las
Canarias, del doctor Wolfang Wodarg, del doctor Karmelo Bizkarra, del doctor
Shiva Ayyadurai y del doctor Carl Vernon.
Javier Bazán
Etiquetas: OMS, Pedro Sánchez, protocolos de vacuna, Vacunas
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