La nueva anormalidad
Cuando un acontecimiento nos saca de nuestra
rutina, podemos aceptarlo transitoriamente, porque sabemos que volveremos a lo
familiar y conocido, como puede ser catástrofe natural como un terremoto, la
salida de un río e inundaciones.
En el momento en que apareció el virus había
dos soluciones desde el punto de la medicina que los gobiernos tenían: el
confinamiento y la vida normal o inmunidad de rebaño. La mayoría de los países
ha optado por la primera solución y una minoría, la segunda. En ambos casos,
supone volver a lo conocido.
Muchos escuchamos antes de la plandemia del
Nuevo Orden Mundial dicho por diversos políticos. Incluso el actual presidente
de la república, Sebastián Piñera manifestó ser partidario de ese nuevo
ordenamiento político. En efecto, en la reunión de la APEC durante su primer
gobierno manifestó: “Hemos tratado el tema de cómo modernizar las
organizaciones y arquitectura que se creó después de la Segunda Guerra Mundial
en Bretton Woods, y estamos hablando de modernizar el Fondo Monetario
Internacional, las instituciones financieras internacionales, el Banco Mundial,
Naciones Unidas para tener una estructura y arquitectura de gobierno mundial
que nos permita enfrentar los problemas del presente”. A los chilenos no se nos
preguntó. Cuando el ex ministro de Salud del actual gobierno, Jaime Mañalich
comenzó hablar de la nueva normalidad en mayo, entramos al NOM. Dudo que el
presidente se haya dado cuenta.
El Nuevo
Orden Mundial es una dictadura sanitaria.
El virus desatado en Wuhan fue simplemente un
pretexto para imponer el Nuevo Orden Mundial.
Ahora
bien, todo cambió cuando en enero y febrero comenzó aparecer diversos
comerciales que hablaban de la nueva normalidad en Youtube. No puedo hablar de
la televisión abierta y del cable, porque no la veo. Este nuevo comportamiento
social se basa en las características que le atribuyeron al coronavirus: uno,
que cualquiera persona puede contagiar a otra, incluso si está sano. Dos, que
el virus está en todas partes. Para justificar el primer supuesto inventaron el
concepto asintomático o vector asintomático. En esta última acepción englobaba
a los niños. De ahí que se dijera que nietos no se acercarán a sus abuelos,
porque los podía contagiar. El modelo en que se basaron es del perro que tiene
rabia. A los perros se les da vacuna anti rabia independiente si el animal
tiene ese virus.
Otra característica es que a los adultos los
tratan como niños. De ahí los permisos o pasaportes, con lo cual hemos perdido
la libertad de movimiento.
Como consecuencia del distanciamiento social,
la política se acabó, pues para hacer ésta último hay agruparse, reunirse y
manifestarse.
Hay que desinfectar todo como si las
bacterias y virus con los cuales hemos vivido fueran a desaparecer. Va contra
la misma naturaleza.
Nos tienen que recordar a cada rato que hay
lavarnos las manos, mientras nos lavan el cerebro.
En un
canal español mostraba como la Guardia Civil de Barcelona encarecía a las
personas que había ido a playa a mantener las distancias. Lo que es absurdos,
porque están sanas.
Enseguida
supe que había algo malo. Vivíamos de uno modo antes del coronavirus y
saldremos de otro. Muchos científicos han dicho que las cuarentenas draconianas
o confinamiento no se justificaban. Sus opiniones no han sido escuchadas y se
les tilda fake news.
¿Cuáles son las características de la nueva
normalidad? El distanciamiento social y las mascarillas. Hay que agregarle que
los afectos están prohibidos como saludar con la mano, abrazar y dar besos
porque el otro ser humano me puede contagiar.
En las calles y establecimientos comenzaron a
poner marcas en el suelo para recordarle a las personas que hay que mantener la
distancia social. En ‘El Mercurio de Santiago’ aparecía una foto en primera
plana.
La nueva normalidad implica asumir nuevos
protocolos para diversos actos de la vida diaria. Un video que ya no encuentro
decía que los templos y estadios estarán cerrados. Las multitudes estarán
prohibidas y cualquiera manifestación. Si una pareja desea contraer matrimonio,
solamente pueden invitar a diez personas. Si una familia va acampar, otras
reglas. Obviamente, que en los colegios, jardines infantiles, universidades e
institutos se guardaran las distancias entre los estudiantes. Así
sucesivamente. Por ejemplo, varias aerolíneas van a prohibir las maletas de
manos.
Para la gripe española murieron cincuenta
millones de personas y no cambio para nada el diario vivir de los seres
humanos.
Muchos académicos e intelectuales ya sea
conservadores, ya liberales no se han dado cuenta que llegamos a Nuevo Orden
Mundial.
La
nueva normalidad es atentado a nuestra esencia como seres humanos. Va contra
nuestra naturaleza humano o condición humana, pues jamás en la historia de la
humanidad hemos actuado así. Solamente a alguien inhumano se le podría haber
ocurrido algo así.
Etiquetas: Coronavirus-19, distanciamiento social, Jaime Mañalich, naturaleza humana, Nueva normalidad, Nuevo Orden Mundial, Sebastián Piñera
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