No da lo mismo quien gobierne

Lo que me ronda por la cabeza es hablar sobre la cumbre que realizó una parte de la izquierda en la ciudad turística de Viña del Mar, en el Hotel Sheraton Miramar frente a la inmensidad del océano Pacífico. Si bien fue hace más de dos semanas, no puedo sustraerme. Digo ‘una parte de la izquierda’ porque excluyeron a varios gobernantes que también son de izquierda. La razón la desconocemos, aunque es sabido por todos que tanto Cristina de Kirchener como Michelle Bachelet admiran el régimen chavista; la primera estableciendo lazos estrechos, la segunda, con el silencio otorga. Esa división se pareció a la que tuvo la izquierda a principios del siglo XX con la Internacional. Es la misma cantinela, pero con otro nombre, a saber: Progresistas. Además, la mayoría de los líderes de la izquierda vegetariana de América Latina que estuvo en el Hotel Sheraton, han tenido la oportunidad de visitar a la Tata del socialismo latinoamericano: Fidel Castro. Desde el supuesto moderado Lula da Silva, Tabaré hasta Bachelet. Todos ellos, cuando habrán visitado la isla, se habrán preguntado lo maravilloso si hubiesen ganado en el década del 70 del siglo pasado. ¡Qué maravilloso sería Chile, Uruguay y Brasil! El otro país que se perdió.

La Presidenta como de costumbre, saco a relucir el pasado: "Bienvenidos a un país que sufrió mucho en el pasado reciente, que se aparto de su camino progresista por la vía de la fuerza y el miedo, y que ha retomando esta senda desde el retorno a la democracia". ¿La Presidenta está diciendo que Chile nunca debió haber derrocado el gobierno totalitario de la Unidad Popular? Pues, ¿qué significa la expresión “, que se aparto de su camino progresista por la vía de la fuerza y el miedo,”?

También es raro que los gobernantes no le pregunten al vicepresidente de los Estados Unidos, Joe Biden si derogaron la “Commnunity Reinvestment Act”. Yo creo que no tienen ni idea. Sale más fácil culpar al mercado que al Estado y a los especuladores de Wall Street. Ni los corredores de la bolsa fueron los responsables. Después de todo, el Estado obligó a los bancos prestar dinero a personas insolventes, las cuales creyeron que podían encontrar el tesoro al final del arco iris, gracias a las bajas tasas de interés de la Reserva Federal, que no se ajustaban al mercado. Naturalmente, si uno es banquero o vendedor de casas lo obligan a vender barato, ¿No creen que se llenara de codicia, pues tendrá dinero fácil rápidamente? Eso le puede ocurrir a cualquiera persona. Por eso mismo, como dijo la Presidente Michelle Bachelet: "Esta es una crisis de poder (…) producida por la codicia de unos pocos especuladores, por eso siempre digo: no da lo mismo quien gobierne”. Está crisis mundial la produjo la izquierda, por ello no da lo mismo quien gobierne.

Otra cosa que me llamó la atención fueron los comentarios de los periodistas, investigadores y directores del think tank de izquierda. Así el periodista del ámbito internacional, Raúl Sohr repetía por enésima vez que los responsables de la crisis actual fueron las políticas liberales de Ronald Reagan y Margaret Thatcher . Lo mismo el economista del Universidad Arcis, Marcel Claudel, acusando el neocapitalismo, neoliberalismo, más nunca el neosocialismo, o la directora ejecutiva del think tank Chile 21, María de los Ángeles Fernández, quien en CNN Chile se negó aceptar que las políticas de izquierda de Bill Clinton, había provocado la crisis, como se lo hizo ver su interlocutor de derecha. Tanto Claudel como Sohr y Ángeles Fernández prefieren que las personas vivamos en la caverna de Platón que ver la luz del sol. Prefieren una mentira, a la verdad. La señora María de los Ángeles Fernández proponía crear otras burocracias internacionales, sino se podían modificar las vigentes como el FMI. Yo le propongo cerrar la Cepal y los Bancos Centrales. La Cepal es un think tank de izquierda. Los compañeros se quedarían sin pega.

Como dijo un ex embajador DC sustituido por la Presidenta Michelle Bachelet: "No vamos a avergonzar al lector con los lugares comunes de esta decadente izquierda sin ideas, que quiere conciliar el liberalismo con un cierto buenismo, cuyo mejor resultado podríamos llamar socialismo de balneario".

No da lo mismo quien gobierne.