El señor de las moscas
El último incidente que hubo en el Instituto Nacional, donde un estudiante encapuchado intento quemar con una bomba molotov el colegio y le salió el tiro por la culata, porque él solo se quemó a igual que la pirónama del Partido Comunista, Carmen Gloria Quintana, en la década de los ochenta durante el gobierno militar, me hizo reflexionar sobre varias cosas. Dicho sea de paso, los únicos que lanzan esas bombas en esta larga franja y angosta tierra están en la izquierda. Para ellos no constituyen una violación a los derechos humanos.
Desde que la izquierda tomo el poder en los noventa, ha creado políticas públicas que favorecen a que las personas menores de 18 años puedan practicar con impunidad cualquier tipo de delito. Según los progresistas, ese grupo no saben distinguir entre el bien y mal. La mayoría de las bandas delictuales ocupan a menores de edad. Sin embargo, no se les pude imputar.
Desde la Revolución Pingüina del 2006 como se conoció al movimiento de los estudiantes secundarios, las personas que carecen de experiencia de vida y que no tienen formación universitaria o similar les dicen a los mayores lo que tiene hacer. Los adultos no cuentan. Ese movimiento pretendía hacer de la educación un derecho y terminar con el modelo de educación que dejaron los militares.
Para la izquierda los menores de 18 años y los mayores de 14 años no saben distinguir entre el bien y el mal, sin embargo, tenían derecho a participar en los cabildos provinciales para elaborar la nueva constitución socialista chavista que quiso Bachelet en su segundo mandato.
Ese segmento población con la Ley del Género que se promulgo el año pasado Sebastián Piñera, los mayores de 14 pueden cambiarse de sexo, sin el consentimiento de los padres.
Tanto al actual presidente de la República como a Bachelet no le importa que la Constitución afirme que los mayores de 18 años pueden votar.
El reciente plebiscito que se hizo en unas comunas de Santiago para restringir las salidas de los adolescentes, quitándoles poder a los padres, es lo mismo.
Escuché que alguien decía debía haber participado los afectados, esto es, los mayores de 14 años y menores de 18 años. ¿No se saben las leyes? La Constitución es clara.
Desde que llego la Concertación siguiendo una agenda globalistas, han querido quitarle tanto autoridad a los padres como a los profesores. Un profesor universitario de Historia que conocí, mientras estudiaba en la universidad, dijo en una reunión que la ex ministra de Educación, la ex demócrata cristiana, Mariana Aylwin, había emitido un instructivo donde prohibía poner malas notas, porque eso era fascismo y represión.
El año pasado los estudiantes quemaron el Liceo Amunátegui. Igualmente, el 2018, una asistente del Liceo Manuel Barros Borgoño fue rociada con bencina por los propios estudiantes del establecimiento. Los alumnos gritaban: “¡quémenla, quémenla!”
En este año, seis alumnos encapuchados del colegio Darío Salas rociaron con bencina a una psicopedagoga.
Desde luego, que todos esos atentados contra la vida de las profesoras, primero no son delitos. A los estudiantes se les puede imputar de causi delito homicidio, delito hecho con alevosía o culpar a un alumno como el autor intelectual del fallido delito. En segundo lugar, naturalmente no constituyen una violación a los derechos humanos. Viendo la portada del diario comunista El Siglo confirma que la izquierda no quiere que los menos de edad se les impute por delitos criminales.
Mientras escribo estas líneas y busco por Google, me encuentro que ya en el 2008 alumnos queman pelo a una profesora. Han transcurridos 11 años. Eso ocurrió en Argentina. También se dado en España. Parece que es epidemia.
Lo hemos visto en estos son años, principalmente, en los colegios o liceos emblemáticos de la comuna Santiago, es que los progresistas han criado cuervos. Lisa llanamente han convertido a los estudiantes secundarios en delincuentes.
Cuando no hay una autoridad en el mundo de los menores de 18 años, pasa lo que cuenta el novelista inglés Willian Golding en El Señor de las Moscas. Para quién no recuerda esa película o la novela, un grupo de estudiantes ingleses cae en una isla, porque el avión que los transportaba se dañó. No hay ningún adulto. Los estudiantes comienzan a organizarse en un ambiente hostil. Destacan entre los jóvenes dos líderes. Ralph, quien representa la democracia y Jack simboliza la dictadura y la irracionalidad. Entre los dos líderes se encuentra Piggy, que es la voz de la sabiduría, del sentido común y de la razón. Sin embargo, los belicosos se separan del resto. Y comienza una lucha entre los dos bandos.
Un mundo sin adultos no es como la Tierra de Nunca Jamás, donde está Peter Pan y pandilla.
La mayoría de los estudiantes encapuchados como mostró un reportaje de La Tercera el año pasado sobre los overoles blancos queman carabineros y colegios pertenecen a diversos grupos de izquierda: Secundarios en Rebeldía (Ser), colectivo Darío Rebelde del Liceo Darío Salas y Aplicación Praxis del Liceo de Aplicación. Ser tiene como héroes a los delincuentes y terroristas del Mir, los hermanos Vergara, quienes fueron muertos por carabineros en enfrentamiento. Luego que asesinaron a un comerciante y carabinero. El uniformado que sobrevivió y liquido al terrorista lo condenaron por violaciones a los derechos humanos
Los estudiantes secundarios de izquierda que usan la violencia son como el personaje Jack del El Señor de las Moscas.
Si bien Bachelet falló con su constitución socialista, quieren de todas maneras que los menores de 18 años y mayores de 14 años tengan el derecho de hacer lo que se les da las gana, por así decirlo. Así lo informó la señora Marcela Aranda por el canal El Nacional Libertario. Para ello, necesitan hacer una reforma a la constitución, con lo cual los padres pierden literalmente toda autoridad y es el Estado el que manda.
La izquierda quiere destruir la familia. Por ésta última entiendo que haya un padre, una madre y los hijos.
Todo apunta a crear un Estado comunista. Me acordé que había leído hace tiempo, que en tiempos de la ex Unión Soviética, hubo un menor de edad que se lo considero un héroe de su tiempo, porque denunció a sus padres en la época del dictador José Stalin. Se trata de Pável Trofimovich Morózov.
Ahí el viejo refrán: “Crían cuervos y te sacarán los ojos”.
Muy pronto veremos a padres y profesores denunciados por actividades contra revolucionarias, porque así lo quiere el Nuevo Orden Mundial.
Muy pronto veremos a padres y profesores denunciados por actividades contra revolucionarias, porque así lo quiere el Nuevo Orden Mundial.
Etiquetas: Ingeniería Social, Overoles blancos, violencia escolar
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