Reflexión inútil II
Siguiendo con esta reflexión inútil. Pues se imaginan que un inmortal hubiera visto que los políticos del 1891 hubiesen dichos declaraciones tales como “¡Nunca más!” Condeno las violaciones a los derechos humanos sin importar el contexto y la justificación. Y luego cuarenta años después no entendiera por qué nos vimos envuelto en otro conflicto interno ad portas a una guerra civil que no llego. Finalmente, el inmortal hubiera llegado a la década del sesenta del siglo pasado y hubiera visto la declaración del PS en el Congreso de Chillán y la declaración del Mir, en que ambos optan por la vía armada con el objeto de destruir la democracia e instalar una dictadura comunista. La guinda de la torta es, pues, la Unidad Popular que trajo la violencia, el odio y la división. Mientras le toco vivir bajo ese régimen hubiera visto cómo la izquierda se preparaba para una guerra civil con las armas y la guerrilla, mientras el otro lado intentaba defenderse en la medida de lo posible. El inmortal pensaría que son absurdas esas declaraciones que leyó hace más de 80 años, pues son contrarias a la naturaleza humana.
Nuestros grandes pensadores de la ex derecha no reparan que los únicos que hacen ese tipo afirmaciones son ellos mismos, del Ejército y de los políticos del sector. Cuando el Mir quiso convertirse en partido político y mostro de su declaración de principios en que defendía los derechos humanos y que condenada la violencia venga de donde venga. Su declaración era similar al del señor Cristián Valenzuela. Desde luego, que cuando se refería a las violaciones a los derechos humanos, no se referían sus delitos. El FPMR tienen a la abogada Carmen Hertz que los defiende.
En un programa de televisión Allamand señaló que Chile se habría librado de un régimen comunista, cosa que no le saco en cara al ex presidente Ricardo Lagos, cuando éste el año pasado hablo de un punto sin retorno. Menciona al traidor Patricio Aylwin y Eduardo Frei Montalva. Lagos quería comunismo para Chile: “En ese momento, pensé una cosa doble: por una parte, que el país había zafado de una dictadura comunista que era verdaderamente inminente, y aunque han pasado muchos años, esa era la impresión que tenía no solamente yo… sino personas tan importantes como el propio Patricio Aylwin o como Eduardo Frei Montalva”. La última declaración del primer presidente de la Concertación, que él jamás apoyo la intervención militar.
Andrés Allamand habla de los sobre los derechos humanos, desde el punto de vista de la izquierda: “En ese minuto ya teníamos la conciencia absoluta de que nuestra principal función como derecha democrática era tener una posición muy fuerte en términos que no se repitiesen ni continuaran las violaciones a los derechos humanos. Además, buscábamos jugar un rol muy importante en lo que fue el proceso de transición a la democracia”. Supone que el gobierno militar violaba los derechos humanos. La segunda afirmación que hace: "Jamás cohonesté las violaciones a los derechos humanos, nunca participé en el gobierno militar y no obstante eso creo que el gobierno militar tuvo cosas positivas, aunque hoy día nadie quiera reconocer". Solamente los militares. De la izquierda no dice nada. Cuando gobernaron los militares, la izquierda no hizo nada. Que, por ejemplo, la muerte del agricultor Rolando Matus no constituye una violación a los derechos humanos, ni menos que bajo de Allende se tortura y flagelará. Todo comenzó el 11 de septiembre.
Otros dentro de la ex derecha prefieren distinguir entre militares buenos y malos como lo hace el abogado y profesor universitario, Joaquín García-Huidobro, quien para el último 11 de septiembre del año pasado, escribió la columna El hombre más sabio del mundo: “Partamos por una constatación elemental: no todos los militares que se hallan presos en Punta Peuco o Colina se llaman Manuel Contreras o Álvaro Corvalán. Existen situaciones muy diferentes”. Como si a la izquierda le importara esa distinción. Partamos de un hecho elemental para lo cual no se necesita tener un doctorado y trabajar para la Fundación para el Progreso, el Instituto Libertad y Desarrollo y a la Fundación Jaime Guzmán, que a los militares se les ha vulnerado la igualdad ante ley. Partamos de otro hecho elemental, que al general Contreras le fue negada la Ley de Amnistía. Cuando murió el jefe de la DINA, el escritor y ex diputado Hermógenes Pérez Arce, dijo que el militar fue muy efectivo para derrotar al terrorismo.
Y por último, gracias a los militares que combatieron el terrorismo, el señor García Huidobro tiene su cátedra y su estilo de vida.
Él dice en su columna que conoce personas de izquierda razonables, y no fanáticos. Luego saca a relucir la ley que condena los crímenes de lesa humanidad con los cuales son juzgados los militares, olvidándose que la ley claramente establece que no es retroactiva. Por tanto, cuando alguien afirma que un delito ocurrido en el 1974 por un militar es imprescriptible, es ilegal. Se sale de la ley. Si hubiese personas razonables en la izquierda, cosa que no hay, estarían a favor de los militares presos. La abierta discriminación que sufren los militares les debiera provocar vergüenza ajena. A la gente razonable de la izquierda le parece normal la arbitrariedad.
Luego el académico saca a relucir la experiencia de que un uniformado que tenía que obedecer una orden que implicaba fusilar. Como era católico el subteniente se opuso. Su superior le dijo: “Si lo haces, te fusilo”. Yo escuché por parte de una señora casada con un oficial de marina en retiro, que su hermano que tuvo que hacer el servicio militar en 1973, en el Regimiento Maipo.. El hermano le contó cosas horrendas. Aquí los jóvenes oficiales se creían dioses. Aquí querían matar. La explicación que daban otros ex uniformados de esa época ante esa conducta, es que era la ola. La podríamos llamar la ola revolucionaria. El ambiente que vivía el país arrastrado por la violencia de la izquierda. Lo que haya ocurrido está amnistiado.
García-Huidobro escribió hace poco la columna Queremos golpe, en la que dice los militares venezolanos no van a dar un golpe para sacar a Maduro, porque aprendieron que los civiles no son de fiar, porque los van a traicionar como lo hicieron acá. Guadió prometió una amnistía. Si no fuera por Aylwin no existía Punta Peuco. El profesor de derecho no menciona la Ley de Amnistía. Según algunos, el Penal de Punta Peuco es para la nueva generación militares no vuelvan a rebelarse, si el país vuelve a las mismas condiciones de la UP. En otras palabras, la izquierda no cambio y quiere el poder total. Con todo, elogiaron a Carlos Altamirano como promotor de la renovación socialista. Ningún político de 1891 haría los comentarios que menciona tanto de la izquierda como de la derecha.
Yo no escuchado o leído a ningún político o académico de la izquierda lamentando la muerte de las personas que sufrieron la violencia de la izquierda en general, y específicamente, los que fueron víctimas primero los grupos paramilitares de la UP, del grupo terrorista Mir. O lo que hizo el FPMR. Ningún político o académico de izquierda lamenta la muerte del subteniente del Ejército Héctor Lacrampette en manos el activista mexicano José Albino Sosa Gil; la muerte obrero ferroviario Robinson Gutiérrez; la muerte del niño Oscar Pineda en manos del Partido Comunista; la muerte del detective de la PDI Gabriel Rodríguez Alcaíno en manos del Mir; las lesiones que sufrió Emilio Bakit en manos de la GAP; el secuestro y tortura que sufrió el periodista Hernán Osses en manos del Mir, etc. Durante el gobierno militar el asesino del general Carol Úrzua en manos del Mir, el asesinato del dirigente poblacional de la UDI, Simón Yévenes, el asesinato del teniente del Roger Vergara, el asesinato del teniente Roberto Zegers del Ejército en manos del FPMR, entre otros olvidados.
Nadie de la izquierda lamenta la muerta de la señora Rosa Rivera, quien en 1986 murió quemada por una bomba molotov que lanzaron a un bus en Viña del Mar. Estaba embarazada. Según un testigo: “Me paré y recién ahí vi a la señora quemada. Estaba sentada. No se podía mover y pedía que la ayudaran. Ahí me sentí impactado porque gritaba. Apagamos el fuego. Enseguida ayudado por otra pasajera logramos calmar a Rosa Rivera. Bajamos hacia la Tenencia Forestal. Al llegar le expliqué a Carabineros lo que sucedió y ellos tomaron a la señora y la llevaron a la Asistencia Pública”. El señor Carlos Wilson, quien cuenta, luego agregó: “La señora estaba desesperada. La botella le cayó directamente al cuerpo. No se podía mover y gritaba: ¡Qué hecho yo para que pase esto!” Luego de 54 días de agonía muere la señora. Los únicos que lanzan bombas molotov están en la izquierda y el Partido Comunista. Nadie la recuerda a ella, sin embargo, la pirónama del PC, Carmen Gloria Quintana es recordara como víctima, cuando la comunista se quemó sola.
La suerte de la señora Rivera no constituye una violación a los derechos humanos. En cambio, el de Quintana, sí. ¿Estará en el Informe Rettig? ¿Tendrá un monolito o estatua como los profesionales del FPMR del caso Degollados?
A los pirónamos del Partido Comunista se les premia con el cargo de Agregado Cultural.
Mientras escribo estas líneas los medios informa que un estudiante del Instituto Nacional portaba bombas molotov y se quemó. Llegaron carabineros a salvarlos. Sin embargo, los periodistas se cargan contra los carabineros. Chile es un manicomio como dijo un forista.
Según el ex oficial de la Armada y escritor, Germán Bravo Valdivieso, autor del excelente libro La infiltración a la Armada 1973: la historia de un motín abortado, uno de los terroristas indultado por Aylwin fue el suboficial Ernesto Zúñiga Vergara. Él que estuvo implicado en la infiltración en la marina. Estuvo detenido y en virtud de la ley de amnistía salió libre. Mientras estuvo en la cárcel fue contactado por el Mir. En la población Dávila de la capital montó un taller de artesanía apoyado por la Vicaría de la Solidaridad. De allí planificó en la planificación del secuestro y asesinato del teniente coronel, Roger Vergara, quien murió en 1980.
Fue detenido en 1981 como autor material del asesinato del oficial del Ejército y condenado a cadena perpetua a más de 94 años. Sin embargo, el traidor Aylwin le conmutó la pena por extradición en Bélgica. Para nuestros grandes pensadores y políticos, los terroristas no violaron los derechos humanos.
Por el contrario, los izquierdistas exaltan a los terroristas. Cuando se presentó el libro “Miguel Enríquez. Un hombre en las estrellas. Biografía de un revolucionario” del periodista español Mario Amorós en la Universidad de Chile, la vicerrectora de Extensión y Comunicación, la periodista Fáride Zerán dijo que “la presentación de esta biografía de Miguel Enríquez hoy y aquí es un hecho histórico”. Y agrego:“una generación heroica, temeraria y radical en su apuesta por la consecuencia, aunque con ello se les fuese la vida”. No hubo funa. Elogiando a un terrorista y delincuente que quiso instalar una dictadura comunista. Mientras el hombre que lo enfrentó, el Brigadier (r) , Miguel Krassnoff está en la cárcel. El héroe está en Punta Peuco y es otro mártir del comunismo.
La señora Zerán es una genuina representante de la Generación Maldita, que todos son aquellos que apoyaron a la UP, y que van desde los que iban en la enseñanza media como el parlamentario, Jaime Naranjo hasta la generación de los políticos de Clodomiro Almeyda y Carlos Altamirano.
A los académicos de la ex derecha no les asombra que el Mir haya nacido en una universidad, mas si la conducta de los militares. Lenin y Trosky eran intelectuales.
Lo que refuta la idea de los derechos humanos es el asesinato de Jaime Guzmán junto el ajusticiamiento que recibieron civiles y militares que fueron asignados a los servicios de seguridad en los noventa. Sólo la izquierda tiene derecho divino ajusticiar, sino cometer asesinato de imagen como lo hicieron el senador Jovino Novoa y con Fernando Villegas. Podemos agregar el secuestro del empresario brasileño, la muerte del guardia de seguridad del edificio consistorial de Valparaíso por una bomba molotov, el asesinato del matrimonio de Luchsinger-Mackay Los profesores que pasaron por el INDH enseñando a quemar a los estudiantes. Y éstos quemando a profesores.
Lo que refuta la idea de los derechos humanos es el asesinato de Jaime Guzmán junto el ajusticiamiento que recibieron civiles y militares que fueron asignados a los servicios de seguridad en los noventa. Sólo la izquierda tiene derecho divino ajusticiar, sino cometer asesinato de imagen como lo hicieron el senador Jovino Novoa y con Fernando Villegas. Podemos agregar el secuestro del empresario brasileño, la muerte del guardia de seguridad del edificio consistorial de Valparaíso por una bomba molotov, el asesinato del matrimonio de Luchsinger-Mackay Los profesores que pasaron por el INDH enseñando a quemar a los estudiantes. Y éstos quemando a profesores.
Las expresiones como del señor Cristián Valenzuela, Allamand y otros son absurdas y ridículas.La guinda del torta es el estudiante encapuchado que quiso el día de ayer incendiar el Instituto Nacional. Se quemó. Nos recuerda a Carmen Gloria Quinta.
Para qué sigo escribiendo, si es un razonamiento inútil.
Etiquetas: Andrés Allamand, bombas molotov, Derechos Humanos, estudiante quemado, Fáride Zerán, Gobierno Militar, Igualdad ante ley, Joaquín García-Huidobro, Terrorismo, Unidad Popular, victimas del terrorismo
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