La semana de los pingüinos
El filósofo John Stuart Mill escribió en su ensayo “Sobre la Libertad”: “Las objeciones que se suelen oponer con razón a que el Estado se encargue de la educación no van contra de que el Estado la imponga, sino en contra de que el Estado se encargue de dirigirla, lo que es totalmente diferente”. Más adelante agrega: “Una educación general dada por el Estado sería un mero artificio para moldear a las gentes conforme a un mismo patrón y hacerlas exactamente iguales; y como molde en que se les forma es el que más satisface al poder dominante”.
En vez de repetir las expresiones de solidaridad que ha habido en los blogosfera por la rebelión de los pingüinos o de los estudiantes secundarios, prefiero analizar otros asuntos. Una cosa es compartir algunas peticiones de los estudiantes y otra cosa es encontrar que todo lo que dicen los estudiantes por el hecho de decirlos ellos es, pues, lo correcto.
Me ha sorprendido el oportunismo de los sabios de la Concertación, cuando culpan del fracaso de la educación estatal al gobierno militar. Así Carlos Peña escribe: “Instalado en la dictadura, en él se entremezcla una concepción eugenésica de la educación con el sistema de vouchers ideado por Friedman”.
Y agrega: “Que durante dieciséis años el progresismo haya comulgado con semejante rueda de carreta -sin siquiera discutir el diseño en lo más mínimo- es sorprendente”. Me recuerda la expresión que uso el analista Patricio Navia para referirse que Ricardo Lagos como “progresista nunca debió haber colocado a parientes en cargos del gobiernos”. ¡Típica beatería progresista!
Al terminar la semana, el sociólogo Manuel Antonio Carretón expresa opiniones parecidas: "Lo que se está criticando fuertemente es algo heredado del régimen militar y que es defendido por la derecha”.
Asimismo, el profesor de Filosofía del Derecho, Aldo Valle en su columna del domingo del “El Mercurio de Valparaíso” expresa cosas parecidas, tildando a la actual educación de discriminatoria y excluyente: “y la educación de la mayoría permanece como excluyente y discriminatoria”. Estos son los seudoliberales que citan a Mill para ciertas cosas y omiten otras, que no les gusta la libertad de enseñanza.
Sin embargo, una semana más tarde el mismo profesor Peña nos hacer ver que la antigua educación pública (1938 – 1973) era tan excluyente, clasista y racista: “Porque cuando la Presidenta iba al Liceo 1 la cobertura en educación media no alcanzaba al cincuenta por ciento de los jóvenes. Y el promedio de escolaridad para la población mayor de 15 años era de apenas 4,3 años. Mientras la niña Verónica Bachelet (que no era pobre y sin embargo recibía educación gratis) asistía a clases, los pobres de verdad no tenían acceso”.
La Ley Orgánica Constitucional de Educación (Loce) lo único que establece es un marco jurídico en el cual desenvolverse. Es como rayar la cancha. En el artículo segundo dice: “La educación es un derecho de todas las personas”. En el tercer artículo dice: “El Estado tiene, asimismo, el deber de resguardar la libertad de enseñanza”.
Me sorprende que los Concertacionista que dicen que lucharon por la libertad desprecien la libertad de enseñanza. La libertad la emplean solamente para repartir condones en las escuelas, sin hacerse cargo del embarazo adolescente que se ha duplicado o triplicado misteriosamente.
En realidad lo que ha fallado no ha sido el mercado, sino el Estado. En las columnas tanto del historiador Gonzalo Vial Correa como las del economista Alvaro Bardón , nos recuerdan que la Loce es letra muerta. Gonzalo Vial Correa decía hace mucho tiempo, gracias al Estatuto Docente del ex ministro y ex Presidente Ricardo Lagos, la “municipalización” de la educación desapareció. En 1993 Bardón decían que Estado Docente era un desastre. Solamente el municipio es una caja de suelos, porque no puede despedir a los profesores debido al Estatuto Docente, que fue volver al ministerio de Educación. Como decía Gonzalo Vial en junio del 2004: “LA INAMOVILIDAD PERPETUA DE LOS DOCENTES MUNICIPALES. Todavía hoy un profesor municipal, alcohólico, se puede caer al suelo, dormido, en la sala de clases, y el Director no tiene atribuciones para despedirlo ni suspenderlo... ¡Debe abrirle un sumario! Ni siquiera procede se le califique, al final del año, en lista de eliminación. Con la evaluación en uso quizás, con suerte, el Director consiga librarse de él en un año o un año y medio”. Todo ello gracias a Lagos.
Gonzalo Vial dice la semana pasada: “No tienen la menor ingerencia en los programas (que son los uniformes para todo el país: los CMO), ni en los sueldos (se fijan centralizadamente por el Ministerio y el Colegio de Profesores), ni en los estímulos (igualmente centralizados), ni en los perfeccionamientos nacionales (la misma cosa) o en el extranjero (idem). No se puede remover ni trasladar—incluso de cargo dentro del establecimiento — a un profesor: lo impide el Estatuto Docente”
Por tanto, cuando los estudiantes dicen que “la educación no es un negocio”, o que “la educación no al mercado”, no tienen idea de lo que están hablando. Si la educación no fuese un negocio más, entonces no se les pagaría a los profesores y auxiliares. Es un negocio más porque tienen entradas y salidas. Si la educación pública estaría a merced del mercado, la Concertación debió haber seguido la política de los voucher o bonos, para que los apoderados elijan si desean colocar a su hijo en un colegio particular o en uno público. De ese modo se combinaría el derecho a la educación con la libertad de enseñanza. No habría una antinomia artificial como las que han creado los políticos de la Concertación.
Recuérdese que el año pasado Alvaro Vargas Llosa en su columna dominical de “La Tercera”, mostró los éxitos que había tenido el sistema de bonos, incluso en la socialista Suecia. El ministro de Educación de Lagos y hoy presidente del Partido por la Democracia (PPD) rechazó la idea de implementar el sistema de bonos, porque según él, era tratar la educación como mercancía.
Además, antes que los Contenidos Mínimos Obligatorios (CMO) de Lagos y Loce de Pinochet, ya los colegios particulares han sido superiores a la educación estatal. Mucho antes de 1973. Cada colegio ofrecía valores religiosos, éticos de acuerdo a las creencias de cada uno. Si eran mejores, ¿por qué eran mejores? ¿Alguien me lo puede responder?
Una cosa que no me gustó del discurso de Bachelet: "Una mejor gestión es indispensable. Mantendremos el principio de la descentralización de la educación". Como mostré más arriba, la Concertación ha centralizado. Y esta otra: "El Estado pasará a ser un verdadero garante de la calidad de la educación subvencionada, pública y privada”. Los apoderados que eligen colocar a sus hijos en tal o cual colegio partículas saben la calidad de la enseñaza que les ofrece. Prefiero una certificación ISO.
En fin, la Concertación en vez de ver los hechos se esconde en la ideología. La teoría les dice que el mercado es malo y que el Estado es bueno; aunque la realidad nos dice lo contrario.
Etiquetas: Estatuto Docente, libertad de educación, Rebelión de los pingüinos
6 Comments:
La manera más simplista de lavar cerebros es usar la ideología Estado vs mercado. Con esas estrategias anacrónicas, entiedo el porqué a la Concertación le cuesta innovar.
Javier, en mi blog ya expuse mi punto de vista, en términos generales.
Tú desarrollaste muy bien el punto, y en este aspecto coincido en un 100%.
Y si lo pudiera resumir en una palbra, diría Libertad: libertad de elegir, libertad de enseñar y estado garante de estas libertades.
Para que hacerla complicada, si puede ser simple y eficaz.
saludos,
¿Cuántos de los alumnos y apoderados que escriben panfletos ingeniosos contra la LOCE, estarían dispuestos a que el Estado los cambiara de colegio y les asignara uno, y tuvieran que aceptarlo sí o sí, aunque les pareciera malo o no les gustara? Estos cabros no conocen, no tienen idea, lo que es la esclavitud estatal.
Gracias a Dios, hay algunos (no todos los que debieran estar) parlamentarios de Derecha en el Congreso que pueden defender la libertad de enseñanza.
Para mí el Estado no tiene nada que hacer en la educación excepto dar un bono educativo a las familias de escasos recursos.Todas las escuelas deben ser particulares,regidas por empresas,cooperativas de educadores,ONGs,sindicatos,organizaciones religiosas,o lo que sea.Cada escuela debe ser totalmente libre para establecer el curriculum y los métodos de enseñanza,y cada familia para elegir la escuela que considere más apropiada.Me da risa que un gobierno diga que va a garantizar la calidad de la enseñanza.Me pregunto cómo sabe cuáles son los estándares de calidad de cada familia.Obviamente no lo sabe así que todo es un puro bluff.
A ver, no sé si viviré en otro país, pero en Chile la Concertación gobierna desde hace 16 años. Es como la segunda señora de un marido, que le hecha la culpa a la difunta por lo que funciona mal en la casa ¡¡pero si la responsable es ella!!
Carlos Peña es uno de los "expertos" que conforman la comisión de estudio de cambios a la educación. Lo malo es que, de los únicos partidarios de defender la libertad de enseñanza (la Derecha) hay una clara minoría en la representatividad de esta comisión.
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