La mala fe de los sabios Concertacionistas
Algunos todavía creen las categorías “derecha” o “izquierda”. A otros, por el contrario, les gusta la denominación conservadora y liberal. Y otras muchos más creativos les gusta denominarse liberal de izquierda y cristiano. Algunos individuos serán conservadores en algunos aspectos y en otros liberales. Y por último están los que emplean las palabras “izquierda” y “derecha” en términos maniqueos.
Desde hace un buen tiempo que ciertas personalidades del mundo ‘progresista’ intenta más que develar algo sobre un sector político, se dedican a desprestigiarlo. Así tenemos a personalidades como el profesor y abogado Carlos Peña, quien se autodefine como “liberal progresista” columnista habitual de “El Mercurio de Santiago” del día domingo; Agustín Squella, quien también es abogado, profesor de Filosofía del Derecho y seguidor de Norberto Bobbio; y por último, está el sociólogo José Joaquín Brunner.
Carlos Peña en una de sus columnas mostraba que la Derecha era simplemente oportunista y que no tiene un pensamiento propio. La Derecha se alimentaba, por así decirlo, a regañadientes de Hayek o del filósofo norteamericano Michael Novak, quien intentó fundamentar el capitalismo con la religión católica. Es decir, cuando una persona del espectro de la Derecha dice que le gusta tal o cual filósofo, economista o historiador liberal son puras patrañas, ya que ese individuo no es sincero.
El mismo tono lo encontramos en las columnas del profesor de Filosofía del Derecho, Agustín Squella, para quien la Derecha le preocupa solamente la propiedad y el orden mas no la democracia, la libertad y obviamente la igualdad. Esa es su idea más cliché que repite una y otra vez, ya sea en “El Mercurio de Santiago” o en “El Mercurio de Valparaíso”. Es extraño que sostenga que a la Derecha no le interesa la libertad. La pérdida de la democracia fue por la libertad y las reformas neoliberales que tanto denostaba la izquierda consistió en que a los chilenos eran libres usar sus propiedades como ellos quisieran. Lo opuesto a la política económica que desde la década del 30 del siglo pasado hasta 1973, las propuestas de todos los partidos (izquierda,DC, derecha) era darle más poder al Estado y menos a los chilenos. ¿A cual igualdad habla la izquierda? De hecho, no es la igualdad ante la ley.
José Joaquín Brunner en sus últimas columnas del cuerpo “Artes y Letras” del Mercurio nuevamente ha atacado a los que él denominada “Conservadores”. Leemos: “Al abrazar el neoliberalismo -más mercado, mejor-, el pensamiento conservador sella un pacto donde, como Fausto, entrega el alma a cambio del poder para transformar el mundo. Supera su esterilidad política (condenado nada más que a reaccionar) al precio de recibir una fuerza que destruye aquello que más ama: un orden fundado en las tradiciones y jerarquías, vínculos orgánicos entre las personas, valores heredados, distinciones de rango, austeridad y demás virtudes basadas en la sublimación de los deseos, sentido del honor y el respeto debido a los vínculos de familia, religión y patria”.
Si por conservador se refiere a la actual ‘Derecha’, mete en un saco a los conservadores y liberales. Ambos serán conservadores en unas cosas, liberales en otras. Sin embargo, esa distinción en Chile no es tan clara como en Inglaterra o los Estados Unidos. En efecto, en Inglaterra, por ejemplo, uno puede hallar filósofos que se declaran conservadores y que se diferencian de los liberales. Filósofos conservadores son: Michael Oakeshott y Roger Scruton. El primero debatía con Kart Popper y éste con el profesor socialdemócrata Harold Laski. Obviamente, a un nivel que uno aquí no encuentra más allá de las etiquetas maniqueas.
Milton Friedman dice en ‘Libertad de elegir’, que la educación de los hijos corresponde a los padres elegir los colegios conforme a sus creencias y no al Estado a diferencia de los socialistas. Entonces de acuerdo a lo que escribió Brunner de su última frase, Friedman sería conservador.
Si fuese cierto la afirmación de que el mercado destruye tradiciones y jerarquías, no tendría sentido que dos imperios, por ejemplo, quisiesen establecer vínculos comerciales. Además, los chinos de Hong-Kong descubrieron que la filosofía de Confucio ha sido un valor importante para su éxito, pues se basa en el respeto en la autoridad y la disciplina. La última novela que leí “El Imperio de los Dragones” el escritor plantea la posibilidad de que el Imperio Chino quería establecer relaciones comerciales con el Imperio Romano a través de la Ruta de la Seda. No creo que los emperadores de ambos imperios hubiesen pensado que el comercio iba socavar su autoridad. De hecho, el mercado necesita de un orden legal para funcionar y las jerarquías siempre están. Ahora los intelectuales como José Joaquín Brunner quieren convertirse en los paladines del mercado, pues da a entender que el mercado destruye todo. El mercado les suena Revolución.
Lo que dice Brunner es fácilmente refutable. Cuando entrevistaron a Hernan Somerville, quien fue el encargado de la Apec durante el gobierno de Ricardo Lagos, aquél dijo algo importante. Dijo que conocio a personas de diversas creencias religiosas ya sea cristianos, musulmanes, judíos, budistas y otras religiones estaban interesados en comerciar con el Occidente. No creo que el mercado socave sus creencias religiosas, tal como ha sucedido hace mil años.
A fin de cuentas solo la Izquierda es consisten. Cuando digo ‘consistente’ quiero decir que no sean autocontradictorias.
Etiquetas: Agustín Squella, Carlos Peña, Intelectuales progresistas, Ungidos
5 Comments:
perdón ¿de qué consistencia hablamos? ... se ruega aclarar...
Por supuesto Isabel. Lo explicaré en el mismo post. Gracias.
Las etiquetas que usan los personajes del mundo "progresista" o "liberal", son verdaderos disfraces de lo que realmente son, y que pueden provocar el rechazo de la sociedad.
Entonces escondiendo el ateísmo, los socialismos reales y la subversión, pueden continuar en sus puestos. Hay muchos políticos de la ahora llamada "nueva izquierda" que saben muy de esto.
De acuerdo a mi propia acepción de liberal, creo que en Chile no habemos muchos.
La derecha política no es muy abierta a tener políticas públicas en las que exista libertad de elección en temas valóricos (ej. píldora, eutanasia, divorcio, etc.).
La izquierda política tiende a una dirección del estado en temas laborales y económicos que al final, redundan en lo valórico.
Al menos el poder económico y el mercado otorgan libertad de elección al individuo.
Cuando todo proviene del estado, la libertad es igual a cero. Ejemplo: Cuba.
saludos,
No se le puede pedir al mundo socialista que sepa de verdad lo que es la libertad, cuando hasta hace muy poco abrazaba las doctrinas más opuestas al ideal libertario.
Y no se trata sólo de constreñir a los agentes económicos. El socialismo, las socialdemocracias y los llamados "progresismos" occidentales, durante años fueron cómplices silenciosos de los crímenes cometidos tras la Cortina de Hierro y aun hoy aceptan complacientes la tiranía castrista.
Buen blog. Gracias por postear en el mío.
Te ruego me excuses por no haber hallado antes el tiempo para retroalimentar.
Saludos.
Publicar un comentario
<< Home