martes, diciembre 11, 2007

El Perfecto idiota europeo

Debido a Hugo Chávez perdió su plebiscito, un intelectual europeo afincado en América Latina escribió una columna titulada “Derrota estratégica en Venezuela; peligro mortal para Bolivia y Cuba” del alemán Heinz Dietrich , la cual fue a su vez comentada por blogueros liberales, conservadores y, naturalmente, de la propia izquierda.

En un principio no la tomé en cuenta. Sin embargo, después de acordé del libro que había ojeado en una librería de libros usados, a saber, ‘El Perfecto Idiota Latinoamericano’ de Álvaro Vargas Llosa. Las páginas que ojeé esa vez se referían Regis Debray . Álvaro Vargas Llosa criticaba a Debray por su apoyo a la guerrilla del terrorista Ernesto ‘Che’ Guevara’ en Bolivia. Además, hay que recordar que después, si es que no me equivoco, estuvo en la cárcel, hasta que la embajada de Francia en ese país lo sacó.

En efecto, Álvaro Vargas Llosa se preguntaba por qué Debray no fue a destrozar Francia en vez de un país del Tercer Mundo. ¿Por qué tienen que experimentar en otros países y no en el suyo? Según mi modesta opinión, la izquierda francesa pese aspavientos maoístas, leninistas, stalinistas y el Mayo de 1968 de aquella época, siempre defendió al fin y la cabo, el statu quo. No iban a destruir el sistema que les daba de comer. A los intelectuales de izquierda francesa como los políticos que los representan son un ‘momios’, para usar una expresión de la política chilena referida a la derecha. Aunque ahora los de la derecha la usan contra los de la izquierda. ¿Por qué no formaron una guerrilla en Francia?

La objeción que realiza Vargas Llosa se le puede aplicar a Heinz Dietrich. ¿A Dietrich le gustaría que el canciller alemán se reeligiera indefinidamente? ¿Qué tuviese a su merced la arbitrariedad de cancelar la transmisión de un canal de televisión? ¿Qué tuviese a su merced a nacionalizar o estatizar la banca privada solamente para satisfacer un capricho, carente de toda racionalidad? ¿Le gustaría que a los alemanes los adoctrinen? ¿Le gustaría que el canciller alemán ya sea de la socialdemocracia o la democracia cristiana actuase como Hugo Chávez? ¿Le gustaría que Alemania hubiesen grupos paramilitares?

A decir verdad, todas esas preguntas que he formulado resultan vanas, pues parece que Dietrich se quedó en la década del sesenta, como si la Unión Soviética estuviese en pie.

Dietrich es un buen ejemplo de la bancarrota de la razón europea. Él como otros intelectuales europeos aún sigue creyendo en el ‘buen revolucionario’, el cual no es otra cosa que el buen salvaje de Rousseau. Por tanto, si el ser humano es bueno, no importa cuanto poder tenga si es jefe de gobierno. Los chequeos y controles propios de la Constitución norteamericana y del autor del ‘Espíritu de las Leyes’ hay que tirarlas por la borda. Mientras más poder acaparé un hombre, mucho mejor, porque así podrá supuestamente superar la pobreza.

A estos tipos así, hay que alejarlos del poder. Después de todo, continúan los pasos de Platón, cuando éste apoyó al tirano Dionisio de Siracusa para llevar a cabo su utopía.

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miércoles, diciembre 05, 2007

No al nepotismo, sí a la mérito

Hace unos días apareció en los periódicos que el presidente de la juventud del partido opositor Renovación Nacional (RN), Óscar Rementería había renunciado porque el presidente del partido, Carlos Larraín había colocado a su hijo en ese cargo de representación de un encuentro que se realizó en Guatemala.

Rementería argumenta: "El presidente del partido pasó a llevar mi calidad de dirigente, de presidente nacional (de JRN), designando a su hijo como representante de la juventud en un encuentro latinoamericano".

El día de ayer, en ‘El Mercurio de Valparaíso’ sección Cartas al Director aparecieron dos sendas cartas de militantes que renunciaban a ese partido. La segunda carta corresponde a la vicepresidenta de la Juventud de Renovación Nacional, Paula Molina Mallea.

Los tres ex militantes de ese partido en sus cartas de renuncia abogan por la meritocracia y el esfuerzo personal de cada uno. En esta oportunidad debo reconocer que el Jorge A. Gómez Arismendi del blog Teoría Políticas para Latinoamérica su constante alegato y perseverancia contra la oligarquía en la blogósfera chilena. La renuncia de los jóvenes militantes de ese partido es un ejemplo de lo que no debiera hacerse. Naturalmente, la Concertación no puede rasgar vestiduras de lo que podría ocurrir si llegará un gobierno de derecha en el país, pues el gobierno de Lagos privilegio el nepotismo y los hijos de la actual Presidenta Bachelet recibieron un sueldo superior al mercado en su práctica profesional ‘por ser hijo de’. No estoy empatando como suele suceder cada vez que ocurre un incidente que abochorna a la sociedad.

¿Cómo se pretende defender la meritocracia si no se practica con el ejemplo? Por otra parte, ¿Cómo se pretende atraer a los jóvenes a inscribirse para votar, si no se les reconoce su mérito, como alega Óscar Rementería en su blog?

Si la oposición desea diferenciarse del bloque oficialista, debe hacerlo por las buenas, y no copiar los vicios de la Concertación.

Ahora me pondré serio. Le sugiero que si la oposición llega el gobierno, Carlos Larraín le sugiera al próximo Presidente del país,Kenita Larraín como portavoz del gobierno; a la ecologista de rojo verde Sara Larraín; a los hermanos Larraín en los ministerios de Relaciones Exteriores y de Trabajo, respectivamente; al sociólogo Larraín como Ministro de Educación; al director de cine Ricardo Larraín en el ministerio de la Cultura, etc.

Lo anterior me lleva a la otra artista de esta reflexión, a saber, el miedo atávico y ancestral de la derecha chilena a la competencia entre los diversos líderes de su sector. Me gustaría que los diversos líderes que los hay y que no son los que las encuestas dicen, se muestren sin temor a ser auténticos. La autenticidad es un valor que admiraba la generación Beat en los cincuenta, en Estados Unidos, tal como ocurre en la carrera de los pre-candidatos del Partido Republicano. Que un conservador se muestre como un conservador, lo mismo que el liberal.

Me gustaría una situación que describe Charles Krauthammer a propósito del Partido Republicano: “Los republicanos tienen cuatro buenos candidatos –o cuatro y medio–. Todos ellos podrían cumplir con nota en el Gobierno: Romney en Hacienda, Thompson en Justicia, McCain en Defensa, Giuliani en Seguridad Nacional, Huckabee en Interior. Lo único que necesita este equipo es elegir al capitán que pueda derrotar a Hillary.”

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