lunes, noviembre 26, 2007

The Company y Cheyre

Viendo una serie sobre la CIA en el canal HBO, titulada The Company’, la izquierda quiere negar sus nexos con el totalitarismo, como si fuese una trivialidad. Esa serie aborda la vida de espías y contra espías entre 1950 y 1995, con todas las apariencias y traiciones. En ese serie que yo creí que era una simple película, actúan Michael Keaton y Alfred Molina entre otros. Los socialistas de la CIA que trabajan la URRS, al final quedan desengañados con el sistema.

Chile fue un campo de batalla más de la Guerra Fría, lo que no significa ingenuidad de una de la partes. De hecho, Allende fue agente de la KGB. La izquierda se alió al bloque socialista y perdió. No se trata decir, después de la guerra, que nunca se creyeron el socialismo y que fueron ‘críticos’. Estuvo en el lado equivocado y no lo reconocen.

Hace exactamente una semana y un día, el ex general de Ejército, Juan Emilio Cheyre vertió unas declaraciones en el diario ‘La Segunda’. Es un buen ejemplo de que todos somos generales, después de la batalla. Cheyre no repara que Chile fue un campo de batalla más entre el totalitarismo y la democracia liberal, y que un sector usó la violencia con plena lucidez de lo que hacía.

Lo que llama la atención de la entrevista es, por ejemplo, la frase: "La clase política no ha asumido su responsabilidad". ¿Responsabilidad de la violencia política? La responsabilidad “deben ser entendidas por esa clase política que incluso las llevó a actuar en los hechos del pasado". Según Cheyre, la Unidad Popular había que dejarla ser, esto es, que los grupos paramilitares de izquierda hicieran lo que quisieran, mientras las personas decentes y trabajadoras debían someterse a la esclavitud. Los diputados que redactaron el ‘Acuerdo de la Cámara de Diputados de agosto de 1973’ y las críticas del Poder Judicial al Ejecutivo eran puras leseras. No le bastó el ‘mea culpa’ de la Derecha, después del ilícito Informe Valech, o el perdón extemporáneo de Joaquín Lavín. Y sin embargo, quienes violentaron la sociedad republicana no se arrepienten de nada, sino que festejan la Unidad Popular cuando pueden.

La responsabilidad estriba en no encontrarle una salida política a los militares, cosa que si tuvieron los terroristas a través de diversos indultos.

Luego agrega: “falta de voluntad política para enfrentar un tema de indudable complejidad ética y jurídica; existencia de grupos de presión que hacen prevalecer por sobre "la verdad y justicia", el "ni perdón ni olvido" que en el fondo es venganza;”. ¡Tan cándido! Si la otrora ex ministra de Defensa y actual Presidente de la República, Michelle Bachelet comparte la frase ‘ni perdón ni olvido’. ¿O esperaba que el alacrán le respetara la vida?

Luego se queja de la figura del ‘secuestro permanente’, de que no se les concede beneficios carcelarios, o que a los terrorista que tienen una enfermedad se les concede beneficios, y no a los militares, como ocurrió durante el mandato de Lagos. Según él, el Ejército no puede exigir que se cumplan determinadas leyes, porque ello lo convierte en actor. Si el Ejército no defiende a sus hombres, ¿Lo hará el actual ministro de Defensa, un ex terrorista? La tarea de un ministro de Defensa es velar por los hombres en servicio activo y los pasivos, cosa que para éstos involucrados en la lucha contra el terrorismo, se les niega la sal y el aceite.

Cheyre afirma: “el terrorismo de Estado terminó”. ¿Cheyre habrá leído ‘Chile Escoge La Libertad’, donde el historiador Gonzalo Rojas Sánchez muestra que Pinochet estaba preocupado por los detenidos? Se le olvida al ex general que las Fuerzas Armadas en la década del sesenta fueron entrenadas para enfrentar a la guerrilla o insurgencia, como más de una vez ha recordado el abogado Valentín Ferrada. De hecho, el ex Presidente Eduardo Frei Montalva asistió a ejercicios. La clase política aprobó ese tipo de entrenamiento. O sea enfrentar el terrorismo del Mir, de Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) y del grupo Lautaro es realizar terrorismo del Estado. Entonces, ¿cómo se lucha contra el terrorismo? ¿Nos lo puede decir el estratega Cheyre? Y antes había dicho: “Nunca se pretendió exculparlos”. Cheyre probablemente cree que hubo una política sistemática de tortura y de exterminio hacia un grupo. O sea le cree todo lo que le dice la izquierda.

Para el ex general de Ejército, los terroristas no violaron los Derechos Humanos cuando asesinaban o ponían bombas, pues solamente lo hicieron aquellos que se enfrentaron con los terroristas.

Para alguien que es profesor de una prestigiosa universidad, estas palabras dejan mucho que desear: "Yo no voy a entrar en eso de si el indulto a los lautaristas fue bien o mal entregado". Y eso que es un analista de asuntos internacionales. Le convendría trabajar en el programa de TV ‘Canal Copano’ .

También la venganza se da el negarle un capellán católico, el negarle la libertad vigilada, la prescripción, la Ley de Amnistía que benefició a muchos izquierdistas, el debido proceso, la cosa juzgada y el negarle la visita de conocidos a los militares por parte de Gendarmería, como lo hace ver el periodista Fernando Martínez Collins . Todos esos actos, al fin y al cabo, son actos de matones. Y luego el político de izquierda se queja después que recibe un puñetazo en la cara.

Al ex general Cheyre le recomendaría que leyera ‘Una Casa Dividida’ de José Piñera, los estudios de la historiadora Arancibia Clavel sobre la UP, ‘Pinochet: Una verdad Incómoda’ de Mario Spataro y, por último, le recomendaría que fuese al lanzamiento del libro “La Verdad Olvidada del Terrorismo en Chile” (1968 – 1996), libro publicó el cuerpo de generales en retiro, el próximo 28 de noviembre.

Volviendo a la serie, me quedó con las palabras del personaje de Alfred Molina, Harvey Torriti (conocido como El Hechicero ’The Sorcerer’), el cual dice que ellos estaban en la primera línea de combate, defendiendo a la civilización de los godos, o algo así. Y agrega, que unos eran los buenos y otros los malos. Y los malos perdieron. Las palabras de Torriti lo confirman las palabras del guerrillero argentino Jorge Massetti: "Hoy puedo afirmar que por suerte no obtuvimos la victoria, porque de haber sido así, teniendo en cuenta nuestra formación y el grado de dependencia con Cuba, hubiéramos ahogado el continente en una barbarie generalizada. Una de nuestras consignas era hacer de la cordillera de Los Andes la Sierra Maestra de América Latina, donde, primero hubiéramos fusilado a los militares, después a los opositores, y luego a los compañeros que se opusieran a nuestro autoritarismo".

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martes, noviembre 13, 2007

Sobre la Cumbre Iberoamericana

Yo, como muchos personas comunes y corrientes, tuve una actitud escéptica con respecto a la XVII Cumbre Iberoamericana, después de los gobiernos militares de la década del 70 o del retorno a la democracia, como les gusta decir a la izquierda latinoamericana. No se saco nada en limpio.

Ya que he mencionado la palabra democracia, ¿Alguien se acuerda de una cumbre que hubo en Santiago y en Viña del Mar, en 1996, en la que los países firmaron una carta bajo la cual a los países con régimenes no demócraticos se los iba aislar? Ellos acordaron esa vez con bombos y platillos: “Reafirmamos nuestro compromiso con la democracia, el estado de derecho y el pluralismo político, el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales”.

Pero, entonces, ¿Qué hace Cuba, Venezuela y Ecuador en la Cumbre? La ecuatoriana Gabriela Calderon muestra las similitudes de los caminos de Ecuador y Venezuela. La única vez en que los países actuaron en forma conjunta, fue cuando hubo un intento golpista en Uruguay o Paraguay. Ni siquiera recuerdo el país.

Yo, a diferencia del escritor Jorge Edwards no le veo mucho sentido. Él como señala en su última columna, desconfía de lo que dice la dueña de casa o el taxista. Típico de un déspota ilustrado. Jorge Edwards plantea que lo tratado en la cumbre es el viejo problema que tenía la izquierda: reforma o revolución. Ese problema lo tenía la izquierda, no la derecha. Parece que Edwards leyó antes de escribir su columna en ‘La Segunda’ a la comunista alemana Rosa de Luxenburgo, quien escribió un título parecido. Es absurdo lo que plantea Edwards, ya que si se acepta la democracia liberal, ¿por qué habla de reformismo o revolución? No planteo inmovilismo, sólo que da la impresión de que los Jefes de Estado tiene el complejo de Atlas, que a su espalda cargaba el mundo, cuando en la ‘sociedad’ hay millones de invididuos interactuando y creando cosas nuevas. Como si de los jefes de estados dependiera los propósitos y objetivos que se propone cada individuo en su vida.

Como de costumbre en la izquierda carvernícola, no faltaron los homenajes a Allende, ya sea por el Presidente de Ecuador o por Chávez.

Me llaman la atención las palabras de bienvenida, del ministro de Relaciones Exteriores chileno, Alejandro Foxley: “no hay ni democracia ni crecimiento económico sin un sistema de protección social que proteja a los más vulnerables y desprotegidos del proceso de globalización". No sabe que China y Vietnam, millones de personas han salido de la pobreza, sin seguir el modelo europeo. Por su parte, la Presidenta afirmó:"La peor amenaza para la región es la pobreza" . Sin embargo, el gobierno que preside Bachelet sacó un ley, donde se multa a la persona que le compran a un vendedor ambulante, quien para justificar su situación dice que vende mercaderías para alimentar a su familia. Adam Smith escribió:“Si el panadero nos ofrece pan, no es por caridad”. El vendedor ambulante parece que quiere caridad, de lo contrario no se justicaría.

La izquierda para acabar con la pobreza, no encontró mejor solución que la esterilización “voluntaria”, para discapacitados o en casos especiales que no se específican. Y ello ocurrió, cuando la actual Presidenta era ministra de Salud. De hecho, el historiador Gonzalo Vial Correa ha denunciado que mujeres pobres, han esterilizadas sin su consentimiento.

En vísperas de la cumbre vino el representante de OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), quien propuso aumentar los impuestos, el estado y el gasto social, con buena educación estatal y un buen servicio de salud, según ‘La Nación’ (8-11-2007). De paso, dice la nota periodista que la OCDE viene de vuelta del ‘neoliberalismo’. Puesto que la Concertación se ennorgullese del gasto social y del sistema de salud, prefiero citar a una señora que llegó allí por otras razones a un hospital público: “De ahí fuimos llevados a la posta del Hospital Van Buren a constatar lesiones si las hubiera, esto da para capítulo aparte. La posta llena, gente en los pasillos, enfermos por todos lados en camillas, sillas de rueda y sillas comunes, un horror, ancianos con los pies destapados, una señora joven que parecía estar muriendo, gente sufriendo y quejándose acompañadas por familiares preocupados y sin atención, sin atención porque nos llevaron a nosotros y lo demás se detuvo! Era para llorar, pobre pueblo chileno! Esta será la tan mentada mejoría en el sistema de salud? Me tocó un médico muy caballero pero la espera se hizo larga porque no atendieron luego a los hombres, éramos seis, cuatro hombres y dos mujeres.” ¿Qué hizo Bachelet y su gestión en salud? ¿Adónde han ido parar los millones de dólares en salud?

Si como vemos en la cita, hay tanta necesidad, ¿Por qué Chile aportó US$ 50 millones en la Corporación Andina de Fomento, que es la contraparte del Banco del Sur de Chávez? ¿Por qué no le da mejor US$ 3.3 millones a cada chileno? Naturalmente, si Chávez no fuese tan desatinado, la chavista Bachelet hubiera invertido en el Banco del Sur.

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viernes, noviembre 09, 2007

Zapatero y Bachelet

A decir verdad, yo veo el desalojo de la Concertación tanto en la pelea grande como en la chica, que a Lavín ésta no le gusta. Me refiero a la tergiverzación de los hechos históricos. Si fuese una discusión escolástica en el sentido peyorativo de la palabra, no me explicaría por qué en dos países la izquierda actúa de la misma manera. ¿Coincidencia? ¿Telepatía? Naturalmente, dichos países son España y Chile. Ahora que está Zapatero en Chile en Cumbre Iberoamericana reflexionemos sobre ello. En España se está tramitando la Ley sobre la Memoria histórica , que es simplemente trastocar los hechos para que la izquierda, quede como demócrata cuando no lo fue. La izquierda que quiso imponer una dictadura comunista y le salió el tiro por la culata. Lo mismo que en Chile. Así de simple.

La Memoria como la ley es solamente para un lado.

Además, Zapatero admira a Bachelet y ésta a Zapatero.

La izquierda siguiendo el ejemplo de sus pares quiere imponer el Museo de la Memoria y el Instituto de los Derechos Humanos. Éste último fue el aporte de la derecha blanda.

La versión chilena de la Ley sobre la Memoria histórica serían, por cierto, los informes Rettig y Valech. Hay que reconocer que la izquierda chilena ha sido más hábil que la española. A aquélla le tomaron dos generaciones después de terminado el conflicto y a ésta setenta años. Hasta algunos derechistas le han ayudado, pues ‘todo sea por la reconciliación’. Así como algunos derechistas se encargaron de quitarle el prontuario de terroristas por medio de los informes mencionados, en España se pide la ‘restitución pública de la honarabilidad’ del golpista y criminal Luis Companys .


El diario ‘La Tercera’ del domingo 4 de noviembre, señala que al conmemorarse el 37º aniversario del gobierno de la Unidad Popular personeros del Partido Comunista y del socialismo junto con representantes del Foro de Soa Paulo llegaron a la plaza de la Constitución a rendirle un homenaje a Salvador Allende. Por parte del Partido Comunista concurrieron Guillermo Teiller y Lautaro Carmona. Y del Partido Socialismo fue el senador dinosuario de la UP, Jaime Gazmuri y su aprendiz de mago, Alejandro Navarro. Según la nota, al final entonaron las canciones “El pueblo unido jamás será vencido” y “Venceremos”, con el saludo de tribu y totalitario, como señaló Ortega y Gasset, a saber, el puño en alto. También estuvieron representantes de la izquierda de Brasil, Uruguay y El Salvador. Y aún así, todavía algunos diputados y senadores de oposición creen en las buenas intenciones de la izquierda.

En efecto, el español José García Dominguez afirma: “Por algo, ni la socialdemocracia más timorata renuncia a la vieja estética kitsch del puño en alto y el canto de la Internacional en los primeros de mayo y fiestas de guardar”. En otras palabras, la izquierda se absuelve de sus crímenes. ¿Qué tienen que conmemorar Gazmui y Navarro si fue una fracaso? El pueblo se rebeló. Me había olvidado que la clase media ‘fascista’ no era el pueblo.

Después de todo, el dinosaurio Gazmuri afirmó en una entrevista a la Revista Punto Final (3-3-1970): “Entre estas formas de lucha no descartamos las armadas”.

Al parecer los políticos analfabetos disfuncionales de la izquierda chilena aún no conocen el comentario de Boris Yeltsin sobre la Unidad Popular: "Es una lastima que los marxistas no hayan triunfado en un país tan paqueño porque nos habríamos tenido que matar tanta gente para demostrar que esa utopía no funciona”.

¿Por qué no admiten que perdieron y que no les quedó nada de su ideología criminal? Ni siquiera el vacío en el sentido del budismo zen, que es una forma de ser, sino la nada como opuesto a ser. Ni siquiera de un madero del cual agarrarse como los náufragos.

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