miércoles, septiembre 24, 2008

Visiones




Cuando ocurrió el problema de Bolivia, yo estaba trabajando en terreno en una empresa de topografía, en la Ligua. Así que, cuando escuché que Chávez hablaba de intervenir a Bolivia, no entendía lo que pasaba. Además, estaba de espalda al televisor de la pensión. Como mi trabajo era en terreno, esto es, caminaba por predios y cerros, estaba lejos del mundanal ruido. Luego, estudie más el asunto de las provincias orientales de Bolivia. Me causo risa que los periodistas en su mayoría de izquierda mencionaran la palabra geopolítica, porque acontece que el país altiplánico proporciona gas a Argentina y Brasil A lo anterior esta el hecho de que las plantas de extracción de gas se encuentran en las provincias orientales. ¿Se habrán vuelto fascistas los periodistas? El asunto es el gas. Pero lo que nadie advierte es que las provincias orientales de Bolivia, ya eran prósperas antes de se instalaran las empresas de gas, que Evo Morales nacionalizó. Gracias a la bitácora de Rubén Benedetti supe, por ejemplo, que las personas que viven en Santa Cruz, Tarija y Pando, se fueron a esa área del país, porque hace cincuenta años, hubo otro intento socialista. Las provincias orientales no eran consideradas zonas prósperas, pues no había nada. Me acordé, entonces de lo que había leído en las ‘Riquezas de las Naciones’ y en el ‘Espíritu de las Leyes’. En el primer libro, el autor cuenta que los países más ricos de los siglos XVII eran los países bajos. No era España que recibía todo el oro y plata del Nuevo Mundo. España era pobre. De hecho, un país poderos como Inglaterra tuvo varias guerras con Holanda. Ese país no tenía oro ni plata, pero sus habitantes vivían mejor que los españoles. Los holandeses estaban obligados hacerse comerciantes para vivir, como dice Adam Smith. Lo mismo le ocurrió a los chinos de Hong-Kong en el siglo XX. Mostesquieu escribe: “la violencia y la vejación dan origen a la economía, cuando los hombres se ven obligados a refugiarse en terrenos pantanosos, en las islas, en las marismas e incluso en los escollos. Así nacieron Tiro, Venecia y otras ciudades de Holanda,” (p.276). Y Tarija, Santa Cruz y Pando.

Afortunadamente, los viñamarinos no tendremos la reunión de la Unasur. Si alguien busca un buen ejemplo de idiotismo latinoamericano es la creación de esa burocracia. A la Unasur no le importa la suerte de las provincias orientales. Leyendo los comentarios de la Revista Júpiter, una ciudadana de Santa Cruz escribe: “Al fin encuentro un sitio donde hacen una critica veraz de lo que está sucediendo en Bolivia. Vivo en Santa Cruz, zona productora de gas y es cierto, Evo Morales no nos perdona que siempre pierda las elecciones en este departamento, por ello nos quita los recursos y encima nos prohíbe las exportaciones de productos excedentarios que genera la industria cruceña. Por ejemplo, en mayo prohibió la exportación de aceite de soya, cuando en el país sólo se consume el 20% de todo lo que se produce, lo mismo hizo con el maíz, todo porque los productores de Santa Cruz no están de acuerdo con su manera de administrar el país. Lamentablemente, en América Latina están idiotizadas con la imagen del pobre indígena y se olvidan que nos está gobernando con todo el odio y el revanchismo posible. El último revocatorio lo ganó con más del 60%, pero con fraude electoral, con más de diez personas que se llamaban lo mismo o con muertos que votaban. ¿Se imaginan?, eso está sucediendo en pleno Siglo XXI”. Hasta la última columna de Álvaro Vargas Llosa fue benevolente con la Unasur, destacando solamente que el gran ganador fue Brasil. Uno de los ausentes, porque de lo contrario se notaría la hegemonía carioca. Lula prefiero usar a Bachelet. Lo mismo cabe decir los cientista políticos que tienen columnas. Además, la Unasur le ha quitado significado a las palabras ‘Democracia’ y ‘Estado de Derecho’. Basta escuchar a Bachelet, quien convocando a la Unasur pretende salvar el pellejo a Chavéz y Evo Morales, y a los gobernantes que desean emular al primero. Bajo el pretexto de salvaguardar los gobiernos electos que se transforman en tiranías como ocurrió con Hitler.

En realidad no veo la TV nacionales. Viendo un poco ‘Tolerencia Cero’ me dí cuenta que el derechista Felipe Morandé lo tienen ahí para hacerlo pebre, como dicen en Chile. Él no es luchador. Será un buen académico, pero parece que no sabe defenderse ante la embestida de Fernando Villegas y los otros izquierdistas. En efecto, en el programa Villegas repetía los clichés de la izquierda, cuando parte de la actual crisis se debe a que el Fed obligó a los bancos para certificarlos a prestar a personas que no tenían respaldo. Richard Pipes escribe en ‘Propiedad y Libertad’: “Todos los años los reguladores de la Junta de Gobernadores de la Reserva Federal califican de “deficiente” a “excelente” a los bancos, basándose en su desempeño en el cumplimiento de las normas de esta legislación”. ¿Cuál legislación? La Ley de Igualdad de Oportunidad de Acceso al Crédito de 1974, la ley de Apertura de la Hipoteca Doméstica y la Ley de Reinversión a la Comunidad de 1977. Todo por la discriminación positiva. Con ellos premian a los malos y castigan a los buenos. Villegas criticaba las crisis. Obvio, si el mundo es dinámico y no estático como le gustaría los ‘progresistas’. Si soy agricultor y pierdo mi cosecha por el frío o la sequía, naturalmente va a ver una crisis y los precios subirán de los productos perdidos. Me pregunto, cuando fue la transición de los veleros a los barcos de acero, ¿no habrán tenido una crisis los astilleros?

Leyendo al español Pablo Molina me morí de la risa cuando supe que la empresa Lehman Brothers financiaba el IPCC de la ONU y no fue capaz de prever que quebrarían. Prefiero citarlo: “Ninguno de sus ejecutivos, los mismos que "saben" cómo va a ser el clima terrestre en el 2100, pudo sospechar que tan sólo un año después de evacuado el famoso informe su empresa se iría al garete”.

Fuerzas sociales son los estudiantes y trabajadores. En cambio, no se les llama ‘fuerzas sociales’ a los transportistas, ya sea camioneros y chóferes. Hasta hace poco pensé que los pescadores caían en la categoría de ‘fuerzas sociales’. Al ministro Bitar no le gustó la protesta indefinida de los pescadores.

Escuché que la Presidenta Bachelet se pavonea de los logros sociales de los gobiernos de la Concertación en la ONU, cuando en la mañana había leído la última columna de Hermógenes Pérez de Arce , quien citando al diputado y médico oficialista, Guido Girardi, éste último sostiene que hay menos camas que durante el Gobierno Militar, aun cuando el presupuesto se ha triplicado en Salud.

La Presidenta Michelle Bachelet probó en la semana del 11 de septiembre, que a igual que Allende no es la Presidenta de todos los chilenos ¿Qué hizo? Por una parte, al Salón Blanco lo denomino Salón Blanco Presidente Allende . Eso es pisotear a la República. Después de todo hay que recordar las palabras de Allende: “Yo soy el presidente de la Unidad Popular. No soy el presidente de todos los chilenos" (Discurso en Valparaíso, 7 de febrero 1972)?”. Además, el cuadro lo pintan como burgués. No merece que un salón de la Moneda lleve su nombre. Por otra parte, que hayan colocado una placa en honor a los matones, criminales y gángster de las GAP. ¡Qué gobierno tan sectario y revanchista!

También me causo risa la última columna del rector de la Universidad Diego Portales, Carlos Peña en ‘El Mercurio de Santiago’, quien se asombró de la expulsión de José Miguel Vivanco de Human Rigths Watch de Venezuela. Si el mismo columnista en más de una ocasión ha elogiado a Hugo Chávez y sus tropelías. Hay que recordar las palabras que escribió nuestro divino Platón que nos sermonea cada domingo: “Y hay que dejar también de hacerle asco a votar por Venezuela para el Consejo de Seguridad de la ONU”. Voy a seguir un poco el estilo de la periodista Michelle Markin: “Oye Carlos Peña nadie te ha dicho que eres un estúpido”.

Sobre lo mismo. La diputada de oposición y presidenta de la comisión de los Derechos Humanos, Karla Rubilar condenó la expulsión del chileno José Miguel Vivanco. Sin embargo, se ha quedado callada sobre el arresto injusto que tiene el fiscal Alfonso Podlech, quien ha sido llevado ilegalmente a Italia. Vivanco como otras vacas sagradas de los Derechos Humanos es partidario de la persecución a los militares. Después de todo, para Vivanco como para su tocayo José Zalaquette, los terroristas de la década del setenta no violaron los derechos humanos cuando asesinaban.

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