jueves, agosto 29, 2013

Un conservador era más peligroso que un marxista




Al cumplirse cuarenta años del pronunciamiento  militar y de nuestra segunda independencia nacional, que nos libero de convertirnos en otra Cuba comunista, sabemos que la Izquierda con su mirada pluralista y tolerante le gusta imponer su visión de la Historia. La Izquierda chilena, desde hace más de veinte años saca a relucir la supuesta intervención de la CIA en el derrocamiento de Allende, omitiendo a la KGB rusa  y la DGI cubana. Hay que recordar que desde 1953 la KGB había establecido relaciones con Salvador Allende. Desde 1970, el ex presidente recibió 50.000 dólares en forma permanente, por parte de la KGB. Estados Unidos a través del embajador Nathaniel Davis simplemente le entregaron dinero a los partidos políticos contrarios a la Unidad Popular para mantenerlos vivos.  La decisión de llamar a las Fuerzas Armadas vino de los propios chilenos. De ese modo, quieren dar la impresión que por capricho de la superpotencia, cayó la Unidad Popular, sin explicar obviamente, que la Izquierda sin temor, libre y soberanamente opto por el totalitarismo. Nadie le apunto con una pistola para que abrazaran el Bloque Comunista. La verdad es que la CIA no tuvo nada que ver en la caída de “líder”, que era el apodo que la KGB le dio Allende, luego que éste aceptara ser agente de esa organización. Los chilenos quisieron desembarazarse de un gobierno que salió de la ley y de la Constitución.

Es frecuente que la Izquierda saque a relucir el Informe Church, del demócrata norteamericano, Frank Church y el libro del izquierdista, también norteamericano,  Peter Kornbluh.

Ahora bien, en el post anterior me olvide una cosa. Ayer la Izquierda hablaba del ‘poder popular’, hoy es ‘la calle’ donde se deciden las políticas, y no en el parlamento.

La semana pasada, en un programa de noticias de la quinta región, la vocera de la Nueva Mayoría insistía que esa coalición debía tener una amplia mayoría en el Congreso para eliminar los supra quórum, y así hacer las demandas de los ‘movimientos sociales’. O sea, la mitad del país o menos desea quitarle las libertades resguardadas en la Constitución. Por eso, es importante noquear a la oposición en esta elección. Ayer eran los únicos representantes del pueblo, hoy lo son de la ciudadanía, como dijo la vocera, como si los electores de derecha no tuviesen demandas ciudadanas, ni fuesen ciudadanos.


Igualmente, entrevistaron al hijo del terrorista del FPMR, Manuel Parada que decía a propósito del 11 de septiembre: “Las heridas están aún abiertas”. La Izquierda es la que no quiere cerrar. El periodista, Matías del Río no le formuló preguntas incómodas.

Así, el periodista norteamericano James Whelan autor del voluminoso libro “Desde las Cenizas”, cuando aborda las relaciones de Chile con Estados Unidos y la ITT, arguye que la política de Washington relacionado con la política exterior se basaba en la Izquierda:”Al contrario de la imagen que se vende habitualmente, aún la CIA estaba dominada por la misma calaña de “progresistas” que la poblaba el Departamento de Estado, que se halla mucho más cómodo con las ideologías y políticas de los socialdemócratas que con las cualquiera otra tendencia de Derecha ”. Dicho con otras palabras, con o sin Nixon, Estados Unidos  tenía una política exterior “progresista”. A continuación, Whelan relata las luchas que tuvo que dar, el asesor para la Seguridad Nacional de Nixon, Henry Kissinger contra los burócratas del Departamento de Estado.  El periodista cita las memorias del ex asesor en la que ilustra que las pelea que tuvo dar: “un candidato (Alessandri) de impecables antecedentes democráticos cuya principal falla, a los ojos de nuestro burocracia, era ser conservador. Que se haya podido sostener esa opinión –y que aún llegara a prevalecer- en la administración de Nixon, demuestra de nuevo cuán difícil es para un Presidente imponer sus puntos de vista sobre la burocracia enquistada”.

Whelan cuenta que en la campaña de 1970, los auspiciadores o representantes de los tres candidatos a la presidencia, Alessandri, Tomic y Allende, fueron a pedirle financiamiento al embajador Korry. El representante del candidato marxista pidió un millón de dólares.

 Luego los burócratas del Departamento de Estado sacaron al embajador de Estados Unidos en Chile,  Edward M. Korry, quien veía a Allende como una amenaza por Nathaniel Davis, quien a diferencia de su antecesor “se mostraría deslumbrado por Allende”.  Lo peor que le podía pasar a Chile, según los burócratas, era elegir a un conservador. Davis prefería que el gobierno de Allende, le golpeara la mejilla. Hay que imaginarse ese ministerio de puros Robert Redford y George Clooney.

Cuando se reunió el Grupo Superior de Evaluación del “Comité del los Cuarenta” del Consejo de Seguridad Nacional, se emitió un directiva para impedir que el gobierno de la Unidad Popular se consolidara. Sin embargo, como hizo notar Kissinger: “la directiva era severa, pero menos drástica y determinante de lo que sonaba…. (y) mucho menos de lo que fue la política que se siguió más tarde adoptada contra de Augusto Pinochet, de Chile, o Anastasio Somoza de Nicaragua”. Para los cuarenta, el gobierno de Allende era amenaza para los Estados Unidos y, por tanto, para el resto del mundo libre.

Los pensadores “progresistas” norteamericanos tenían la siguiente visión con respecto al rol que debía tener Estados Unidos con el resto de la comunidad mundial, incluyendo a Allende, por su puesto. Whelan lo resume así: “1) Si lo abofetean, ponga la otra mejilla, porque…..esas bofetadas sólo habían sido administradas bajo la “ley” chilena (según la interpretación que les daban los “progresistas”), y, además, Allende tenía que llevar el programa electoral, 2) abran billeteras para facilitar el camino de Allende hacia la tierra prometida de la revolución socialista; 3) pase lo que pase, mantengan las manos fuera de Chile, porque, después de todo, el país tiene efectivamente la madurez política para manejar sus propios asuntos, encontrar su propio camino, sin mencionar a ambos principios cardinales fundamentales, el de la autodeterminación y el no-intervención”. Como señala más adelante, los mismos que sostenían la no injerencia en el Chile de Allende, iban a sostener lo contrario con Pinochet: “1) castigar a Pinochet, tanto real como simbólicamente; 2) cerrar todas las billeteras  a ese régimen; 3) usar todos los medios posibles para derribar el régimen, de modo de salvar a los chilenos de  sí mismo: la autodeterminación y la no-intervención son más un asunto de pasión y prejuicio que de principios”.


  La Izquierda internacional como la nacional quiso boicotear las exportaciones chilenas durante el Gobierno Militar. De esa ensalada sobre el papel de Estados Unidos con el resto de la naciones, surgiría la teoría de un conspiración, que fue conocida como “el bloqueo invisible”, como la responsable de los problemas económicos de Allende, y que éste la denuncio en su discurso de las Naciones Unidas. Sin embargo, el político de Derecha, Sergio Onofre Jarpa desmintió lo dicho por Allende en la Asamblea General:”La crisis que afronta, nuestro país no ha surgido de presiones externas, sino de la aplicación forzada de un sistema marxista anacrónico, injusto e ineficiente.”

A medida que la escasez de alimento aumentaba, el programa Alimentos por Paz, de Estados Unidos aumento  también de 16,8 millones dólares en más de US$ 250.000 en asistencia especial para catástrofe durante el gobierno de Allende. A propósito de lo mismo y de cómo el amigo alimenta al enemigo, de los ‘compañeros de ruta’ de los comunistas y de lo malo que son los subsidios, el escritor y amigo Francisco Salinas escribe en su libro ‘La Libertad es gratis’: “Sin el trigo que Estados Unidos subsidiaba  a la Unión Soviética, ésta no podría haber sobrevivido tanto tiempo. El trigo subsidiado le permitía a los rusos gastar más recursos en expandir su revolución que alimentar a sus habitantes; mientras los contribuyentes norteamericanos alimentaban a los habitantes de la Unión Soviética, ésta se dedicaba a invadir y ocupar gran parte del  tercer mundo”. Agrega: “Por un lado el gobierno del presidente Reagan amenazaba  a los soviéticos con su proyecto “Star Wars”, mientras se mostraba frustrado por no poder vender trigo subsidiado al enemigo”. Y así, Chile era una amenaza para Estados Unidos.

 El nuevo embajador norteamericano, Nathaniel Davis consideraba a Allende un demócrata sincero y un reformista. ¿Alguien le habrá traducido lo que decía el presidente marxista? El ex embajador escribe en sus memorias: “”…confío en que ningún elemento de la Embajada de los Estados Unidos haya suministrado apoyo financiero a los movimientos huelguísticos de octubre de 1972 y agosto-septiembre de 1973. Por lo que yo puedo decir, ni dinero ni apoyo de ningún tipo fueron pasados a Patria y Libertad en ningún momento de mi gestión. Yo evité las oportunidades de encontrarme y conocer a Cumsille, dirigente de los comerciantes minoristas, a Bazán, de los profesionales (CUPROCH), a Jara, del transporte terrestre, y Villarín de los camioneros…”. Además, el mencionado embajador se dedico a bloquear las actividades de la CIA.

Era tan izquierdista este embajador que muestra su pena por no haber ayudado a escapar al socialista Carlos Altamirano.

Y así y todo, la secretaria de Estado del presidente Bill Clinton, Madeleine Albrigtht,  cuando hubo acabado la Guerra Fría, dijo que apoyar a Pinochet fueron “terribles errores”. Y Colin Powell afirmó después: “No es un capítulo de la historia de Estados Unidos del que estemos precisamente orgullosos”. O sea, hubiesen preferido que cayese Chile bajo una dictadura comunista y que muriesen un millón de chilenos, como quería el comandante ‘Pepe’ del Mir.



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lunes, agosto 19, 2013

1970, 2013


Todavía los chilenos no podemos evitar el karma de destruirnos cada cuarenta años, con todo lo que ello significa. Podemos encontrar algunas semejanzas entre 1970 y 2013. O mejor, dicho algunas semejanzas entre lo que dicen algunos actores políticos, sobre todo, de la Izquierda. 
 Para el resto del mundo, Chile es un modelo, cuyo modelo el conglomerado ‘La Nueva Mayoría’ desea llevar al país “por las buenas o por las malas” a políticas que fracasaron en todo el mundo, partiendo en primer lugar por la Unidad Popular. Igualmente, Chile hace más de cuarenta años era un modelo, desde el punto de vista de las instituciones políticas, no desde el punto de vista económico.



Allende se declaraba abiertamente partidario del bloque comunista antes de ser electo. Recuérdese el homenaje a Stalin en la plaza de Santiago De hecho, antes de ser electo, previo a las internas que hubo en el Partido Socialista, cuenta James Whelan autor “Out of the Ashes: Life, Death and Transfiguration of Democracy in Chile, 1833-1988” que “Allende se encontraba viajando, oficialmente invitado por Corea del Norte, Vietnam del Norte (donde fue uno de los últimos líderes marxistas del mundo que vieron a Ho Chi Minh con vida) y Cuba”. Del dictador cubano, Fidel Castro esperaba su bendición. Castro no estimaba mucho Allende. Admiraba Ernesto Che Guevara, al mencionado líder de Vietnam del Norte y al chino Chou en Lai. A Todos los conocía. Bachelet solapadamente dice lo mismo, sin tanto alboroto ni retórica como Allende Su presencia en velatorios de comunistas muertos o con los vivos, como Margot Honecker. Su saludo al centenario del Partido Comunista. Su alegría cuando salió electa la primera alcaldesa comunista y los tres diputados de ese partido. Ella siempre se ha sentido bien con el comunismo. Usan eufemismo para engañar a las personas.La ex mandataria en su actual campaña habla en un lenguaje ambiguo, como varios han señalado,entre ellos Hermógenes Pérez de Arce y el ex mirista Mauricio Rojas. Lo mismo hacía Allende. No obstante lo anterior, algunas expresiones vuelven a repetirse. Por una parte, Michelle Bachelet dijo recientemente sobre la nueva Constitución : "Quiero que los cambios constitucionales se hagan por la vía institucional, que podamos elegir más parlamentarios, y yo me quedaría hasta ahí. Si la realidad va hacia otro lado, miraremos cómo hacemos para efectivamente avanzar en Chile". Por otra parte, Salvador Allende dijo al marxista Régis Debray: “Por supuesto…Hemos dicho que vamos aprovechar todas las oportunidades que hay en la actual Constitución para abrir camino hacia una nueva Constitución, la Constitución del pueblo…Si proponemos un proyecto y el Congreso lo rechaza, convocaremos un plebiscito”. ¿El asesor de Bachelet, el profesor de la Adolfo Ibañez, Fernando Atria no ha dicho lo mismo?

   

 Allende declaraba que ‘la mayoría lo había elegido’ y que aceptaba el camino hacia el socialismo marxista. En la elección municipal de 1971 hubo un 25% de abstención comparado con los 19% habituales. En efecto, existía cierta complacencia en el electorado debido aún pequeño auge económico. Sin embargo, James Whalen, cita las palabras del profesor Paul E. Sigmund, simpatizante de Izquierda en esa época: “Allende actuaba como si tuviera ese apoyo (de la mayoría) pero, aún en su punto más alto de su popularidad, las elecciones de abril de 1971, nunca lo logró”. En las primarias efectuadas en junio, Bachelet y sus secuaces hablaban como si la mayoría de los chilenos aceptará sus propuestas. La daban por ganadora. La candidata de la Nueva Mayoría salió electa con más de un millón de votos. Sin embargo, el 80% de las personas inscritas no fue a votar a las primarias. Esa mayoría que no fue a votar, naturalmente, quiere enmendar las injusticias que haya. Sin embargo, en el fondo son unos complacientes. Con todo, no desean que lleguemos a la situación de Venezuela, o reeditar la Unidad Popular. 
 Un mito que inventó la Izquierda, es decir que Allende respeto la ley y la constitución. Allende asesorado por el jurista Eduardo Novoa, autor de ‘los resquicios legales’ durante la Unidad Popular, pretendían reemplazar la Constitución de 1925 que consideraban ‘burguesa’ por un constitución proletaria y marxista, teniendo el parlamento una cámara. Hoy, la Nueva Mayoría en vez de Eduardo Novoa tenemos a Fernando Atria, que pretende cambiar la constitución “por las buenas o por las malas”. En ambas coaliciones, la Constitución que rigió y que rige es un obstáculo para las propuestas totalitarias de la Izquierda.

   

 En 1970 la Democracia Cristiana apoyaba a la Unidad Popular, hoy le da el paso a la Nueva Mayoría, que pretende cambiar las bases económicas y políticas que nos han dado prosperidad. Todavía en la Derecha hay algunos políticos como Carlos Larraín y el sector de Allamand que desean creer a gran parte del electorado, que la Democracia Cristiana no es de Izquierda. Por creen la ficción de ‘centro’. Hoy día es Ignacio Walker y Claudio Orrego quienes apoyan el proyecto liberticida de Bachelet, ayer era Radomiro Tomic, Bernardo Leighton, Renán Fuentealba y Gabriel Valdés Subercaseaux. Cito a  Whelan: “El desprecio de Tomic por la Derecha se hizo más evidente cuando entró en un pacto secreto con Allende, para bloquear las posibilidades que Alessandri pudiere tener el Congreso”. El ex canciller de Frei, Valdés tuvo una prebenda en la CEPAL al ser nominado como jefe de esa institución por Allende, luego de su apoyo al candidato marxista. 
 Hoy como ayer, la Izquierda sigue la agenda del Partido Comunista: Nueva Constitución, AFP Estatal, estatizar todo e eliminar las libertades. Para todos es conocidos, que Allende tuvo que firmar las famosas Garantías Constitucionales con la Democracia Cristiana. Omiten un detalle de la historia oficial. La idea de firmar las Garantías vino del Partido Comunista. El periodista norteamericano James Whelan escribe: “El hecho es que el PDC, al excluir a la Derecha, estaba dando su consentimiento a una estratagema ideada por los comunistas, quienes fueron los directores en escena en las negociaciones sobre “garantías”; el propio Partido Socialista, de Allende, se opuso las negociaciones y,”. Allende le dijo a Regis Debray sobre el Estatuto: “Sí, por eso es lo hicimos. Todavía estoy convencido de que fue correcto introducir el Estatuto de Garantías, pero debería dejar en claro que el uso de la palabra negociación aquí no se justifica, porque nosotros no cedimos terreno en una sola línea de nuestro programa de gobierno. Pónganse en el período en que este Estatuto se incluyó en los libros y verá que era una necesidad táctica”. 
 Hoy como ayer, mucha gente de Derecha separa aún Allende del Partido Socialista y el Mir, diciendo que el PS o el grupo terrorista no dejo gobernar al presidente marxista. Lo mismo dicen Bachelet. Solamente los ingenuos o tontos de la derecha separan a la ex mandataria de Guido Girardi, Guillermo Teillier, el Mir, el FPMR, del propio Allende u otro personaje siniestro de la Izquierda: “Me cae simpática Bachelet, no me gusta la gente la acompaña”. Tanto la Nueva Mayoría como la Unidad Popular es una hidra con varias cabezas.
  Leyendo el libro mencionado, los actuales demócratas cristianos no se han dado cuenta, que un proyecto político que venía de la época de Eduardo Frei Montalva, era tener al PDC dentro de una coalición de Izquierda, con los comunistas incluidos. Ahora eso lo vemos en la coalición de la Nueva Mayoría. Los comunistas se demoraron más de cuarenta años en tener a los DC en su proyecto. 
 El Gobierno de Sebastián Piñera ha sido lo que fue el gobierno del demócrata cristiano, Eduardo Frei. Éste con el beneplácito del gobierno norteamericano y la Alianza del Progreso convirtió al país, en el segundo país en que el Estado tenía un rol importante en la economía, después Cuba, en el Hemisferio Occidental; con lo cual le facilito el proyecto a Allende. Aquél con tal de que le aplauda la Izquierda, asumió las banderas del otro lado, con lo cual, le dio pie para desmontar las libertades. 
 Depende de nosotros evitar que se repita la historia. Dejando a Bachelet y a la  Nueva Mayoría en el basurero de la Historia.

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martes, agosto 06, 2013

Abriendo la caja de Pandora


El actual Presidente de la República, Sebastián Piñera le ha dado la espalda al programa con que fue electo. Los partidarios o aduladores de él dirán que ha cumplido sus promesas, en cambio, dentro de la misma coalición le sacaran en cara que él no ha cumplido su promesa de terminar la persecución a los militares. Piñera dijo que no iba aumentar la burocracia, sin embargo, lo hizo creando nuevos ministerios inútiles. Dijo que no subiría los impuestos, con todo, subió en 20% el impuesto a la renta. Asimismo, en su programa no estaba en fundar una Nueva Derecha, él más algunos ministros y académicos intentaron barrer la Derecha, cosa que no les funcionó. Por último, en el programa de Gobierno tampoco estaba cambiar el sistema binominal que le ha dado estabilidad al país, evitando que los extremos lleguen al poder. Cae de cajón, que los extremos están en la Izquierda.

 Ahora bien, puesto que en las primarias de junio, los partidos que perdieron fueron Renovación Nacional y la Democracia Cristiana, uno del oficialismo y el otro de la Nueva Mayoría, resolvieron cambiar el sistema binominal, porque o sino, en la próxima elección parlamentaria van a ser barridos por sus aliados. Una medida de sobrevivencia. Además, nos ilustra que la política está más lejos del deporte. Se imaginan que en cualquier deporte, el perdedor pidiera cambiar las reglas del juego, porque perdió. No sería deporte. Pues bien, la oposición aprovechando la coyuntura pide cambiar el quórum para aprobar las leyes y cambiar la Constitución. ¿Dónde están los liberales de la Concertación? El senador Letelier afirmó: "Existe un sistema de supraquórum que bloquea los cambios de la mayoría. He concentrado mis esfuerzos para terminar con eso".
 A un liberal le importa limitar el poder, y no satisfacer la mayoría.

A los Padres Fundadores de los Estados Unidos eran contrarios a la mayoría. Por eso, la elección del Presidente es por vía indirecta a través de un colegio elector. Y por eso, también tiene el sistema federal donde el poder está fraccionado. Le temían a cualquiera tiranía, incluyendo la tiranía de la mayoría que tanto les gusta a nuestros progresistas. Steve H. Hanke del Cato Institut escribe: “Contrario a lo que la propaganda ha hecho creer a la gente, los Padres Fundadores de EE.UU. eran escépticos y le temían a la democracia. Estaban al tanto de los peligros que acompañan a la tiranía de la mayoría. Los autores de la Constitución se esforzaron considerablemente en asegurarse que el gobierno federal no estuviese basado en la voluntad de la mayoría y no fuese, por lo tanto, democrático”.

 Steve H. Hanke cita las palabras de John Adams: “el momento en que la idea es admitida en la sociedad, de que la propiedad no es tan sagrada como las leyes de Dios, y de que no hay una fuerza de Derecho y de la justicia pública que la proteja, comienzan la anarquía y la tiranía”. Los chilenos por la experiencia de la ‘Revolución en Libertad’ de la Democracia Cristiana, abolió la propiedad de la Constitución y nos condujo a la Unidad Popular.

Parafraseando a von Hayek, a las Padres Fundadores les importaba la Constitución de la Libertad, y no constitución de la Democracia.

La propuesta de cambiar el quórum viene de los senadores Quintana y Letelier. El primero del PPD y el segundo PS. La Nueva Mayoría desea eliminar el artículo 66 de la Constitución, y reemplazarlo por lo siguiente: "Las normas legales que interpreten preceptos constitucionales necesitarán, para su aprobación, modificación o derogación de las cuatro séptimas partes de los diputados y senadores en ejercicio". Además: "las normas legales a las cuales la Constitución confiere el carácter de ley orgánica constitucional o de quórum calificado requerirán, para su aprobación, modificación o derogación, la mayoría absoluta de los diputados y senadores en ejercicio". O sea, la mayoría.



 Uno de los principales exponentes contrarios al actual sistema de quórum, es el columnista, profesor de filosofía del Derecho y miembro del directorio del Museo de la Memoria, Agustín Squella, quien al parecer le produce urticaria los chequeos y controles de la Constitución. En la columna ‘La historia pasa factura’ del ‘El Mercurio de Santiago’ escribe: “La derecha política, que aprobó esa Constitución, estableció en ella auténticos cerrojos para su posterior reforma: quórum de dos tercios de los senadores y diputados en ejercicio para modificar los capítulos más importantes del texto constitucional, y 4/7 para dictar y modificar leyes orgánicas constitucionales”. Si fuese liberal, estaría contento con esos cerrojos . En otro lugar afirma y hace una caricatura de la Derecha: “El valor principal de la derecha, aquel por el cual está dispuesta a lesionar e incluso sacrificar cualquier otro, nunca ha sido la igualdad. Tampoco la libertad. Ese valor ha sido y continúa siendo la propiedad, y desde luego el orden, en tanto éste constituye la protección de aquélla”. El colectivista Squella desprecia la propiedad, siendo que ésta es el primer limite al poder, la base de la libertad. John Adams estaría horrorizado con las palabras del polifacético profesor. Los Padres Fundadores seguidores del filósofo Hobbes despreciaban la anarquía. A la Izquierda le gusta ésta siempre no les toque a ellos.



Lo que llama el profesor de Derecho, Agustín Squella, ‘la larga transición a la democracia’, que según él continúa hasta el día de hoy, podríamos llamarla ‘desmantelando la Constitución’.

Lo que no entiende la derecha política es que la Izquierda hace de la política un juego de ajedrez. Esto significa, que usan un medio para alcanzar otro. Por tanto, cuando se trata de políticas públicas, en realidad no son públicas en el sentido que son para todos. Así lo hemos visto en el tema de los derechos humanos, el Instituto Nacional encargado de eso, el propio Museo, la oficina de derechos humanos del Ministerio del Interior. Al acabar con los altos quórum el primer objetivo sería derogar la Ley de Amnistía.

  El demócrata cristiano, Rafeal Moreno junto con Adolfo Zaldívar llamó terminar con la ‘trampa’ del quórum constitucional, porque a su juicio: "no puede modificar leyes de trabajo hoy día, no puede modificar leyes de educación, no puede modificar leyes que tengan que ver con tratados mineros (...) ésta es la trampa, el sistema binominal es un segundo elemento, pero incluso teniendo éxito en (reformar) el sistema binominal, si usted no entra a modificar los quórum, en el fondo se está haciendo trampa en solitario". Anteriormente había dicho: "La Constitución del 80 dejó establecido que tenía usted quórum de cuatro séptimos, tres quintos y dos tercios, contra lo que ocurre en todas las constituciones del mundo, donde con la mayoría absoluta de los parlamentarios elegidos (50 por ciento más un voto) puede modificar las leyes que quiere".

 

 Por su parte, el abogado constitucionalista y militante del Partido Socialista, cosa que los medios omitieron, miembro del equipo de Bachelet que desea cambiar la Constitución y profesor de la Universidad Adolfo Ibañez (una universidad de derecha), Fernando Atria dijo : “La Constitución del 80 no sólo opera como barrera de contención, sino también a través de las mentes de los sujetos”. El profesor de la UAI está repitiendo la teoría sobre el Derecho, que tenía el abogado y asesor de Allende, Eduardo Novoa, quien escribió libro "El derecho como obstáculo al cambio social". ¿Acaso no hemos leído las misma criticas, que la actual Constitución es contraria a lo que dice “la calle”? Cuando la Nueva Mayoría cambie la constitución, nuestras mentes estarán libres. Seremos libres cuando tengamos una constitución socialista bolivariana.

 Según un trabajo del Instituto Libertad y Desarrollo sobre la Constitución del 80, ésta no están inamovible como dicen sus detractores, sino que es moderada. Los quórum supermayoritarios se suelen dividir en dos: están los quórum referentes a la reforma de la constitución que necesitan 2/3 o 3/5, dependiendo de los capítulos que quiera modificarse, y las Orgánicas Constituciones que requieren 4/7 de los parlamentarios o las de quórum calificado que requiere la presencia “de la mayoría absoluta de los parlamentarios electos”. Señala, además, el estudio que existen cuatro sistemas de quórum en el mundo. Voy a nombras dos: Superior a 2/3, o 2/3 con disposiciones especiales, que lo tienen países como Alemania, Japón, Suiza, Estados Unidos, Canadá y Australia; Mayorías de 2/3 o equivalentes, están los países como Costa Rica, Finlandia, Austria, Bélgica, India, Bolivia, Ecuador y Chile.

 Parafraseando a Máximo. Se nota que los estuvieron en la comisión Ortúzar que redacto la actual Constitución se preocuparon de protegernos, primero de los políticos, en segundo de la mayoría, y en último lugar de nosotros mismos.

 Pregunto de nuevo. ¿Dónde están los liberales de la Concertación? Nunca los hubo. Ni Carlos Peña, ni Javier Couso, ni Jorge Navarrete, ni Agustín Squella lo son ¿Qué van a saber los partidarios “Del otro modelo”, si no les gusta la libertad de emprender, la libertad económica, la libertad de escuchar opiniones que no les guste si apoyan las funas, la libertad de ver documentales  que no son de su agrado, la libertad de educar a los hijos conforme a las creencias de los padres, la libertad de ahorrar y depositar su dinero donde mejor le plazca, la libertad de enriquecerse en forma honesta respetado en la actual Constitución, si desprecian las actuales libertades?

 La Constitución del 80 que se encuentra en la mitad entre los quórum, es el único que nos puede proteger de la Izquierda totalitaria. Es nuestro Muro de Adriano.

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