El legado de Bachelet
Cuando fue el terremoto, luego el tsunami que asoló las zonas costeras de la VI a la VIII regiones y la isla de Juan Fernández, y finalmente, el saqueo en las ciudades de Concepción, Talcahuano, Coronel y Lota, muchas personas hablaron para después del desastre natural y humano, que había de por medio también una reconstrucción moral. En efecto, la moral es lo que la Concertación demócrata cristiana socialista se había encargado de socavar en estos veinte años.
La autoridad no quiso actuar porque se dejó arrastrar por su ideologismos y prejuicios trasnochados, y tuvimos el saqueo posterior al terremoto.
La ex presidente Michelle Bachelet fue la culminación de ese socavamiento de la moral. Pues, hay que recordar que la autoridad sancionó a un carabinero de las Fuerzas Especiales fue dado de baja, durante su administración porque, según el ministro de Interior, uso ‘fuerza excesiva’, aun cuando los que provocaban desordenes propinaba patadas altas a la espalda. Eso no se considero ‘fuerza excesiva’.
Michelle Bachelet hasta el último momento mostró que estuvo atravesada por la hoz y el martillo. En efecto, en la última entrevista que le realizó el animador de la televisión Don Francisco, miento como te costumbre. Ella declaró: “No, no hubo descoordinación. Estuvimos donde había que estar y de inmediato,”. Aclaró que en seis horas declaró el Estado de Emergencia, aun cuando el decreto lo firmó el día domingo. Como dijo la ex alcaldesa de Concepción “se perdieron casi 24 horas’. Después afirmó: “Decir que yo tenía miedo de ver a los militares en la calle es un absurdo,”. Naturalmente, el animador no le sacó en cara las declaraciones que se conocieron en la semana, ya sea de los asesores del segundo piso de La Moneda le había aconsejado no sacara a los militares porque podía dañar su imagen, ya sea del ministro de Obras Públicas, Sergio Bitar, en que hablaba del ‘trauma’ del 1973 para justificar la parálisis. Pasado el terremoto, si uno lee a algunos columnistas de la izquierda de la Concertación, ya sea de ‘La Tercera’, ya sea ‘La Segunda’ reconocer la parálisis que tuvo el Bachelet.
En un momento tan dramático como le tocó a miles de chilenos enfrentarse a la naturaleza y a sus semejantes, Bachelet no tuvo nada mejor que mentir al recordar su paso por Villa Grimaldi junto con su madre. Bachelet nunca estuvo en Villa Grimaldi, pues es una mentira que el gobierno de Ricardo Lagos instaló en los medios. De hecho, dicha mentira la refuta una carta que escribió el general Manuel Contreras, jefe de la DINA. Basta que alguien de izquierda diga una mentira, para que se convierta en verdad. Mentir significa injuriar y difamar la honra de las personas. Eso es lo que hacían en la purgas de Stalin.
En ‘El Mercurio de Valparaíso’ un lector sostuvo, luego de ver esa entrevista, que el legado de Bachelet consistía en ver a sus opositores como adversarios y no como enemigos. Esto último viene diciendo la izquierda, desde que no pudo instalar su dictadura del proletariado, culpando a sus adversarios de la odiosidad que ellos introdujeron en el ágora hace 43 años en democracia. Antes había dicho que Chile necesita perdonar, mas nunca olvidar. Pero, sí que hay que olvidar de cómo se originó la violencia, el terrorismo y la intentona totalitaria de la Unidad Popular. ¿Qué hizo Bachelet para perdonar su mandato? Nada. De hecho, los uniformados en retiro le escribieron una carta en que les pedía indulto a los militares presos en vez de una amnistía, y parece que la ex Presidente no acuso recibo. En esa carta, se recordaba la Guerra civil de 1891, y que inmediatamente después se había dictado una amnistía, con lo cual el país pudo mirar adelante. Y otros sucesos de violencia en la primera mitad del siglo XX, en que también se había pacificado a través de una amnistía. Bachelet edificó el Museo de la Memoria justamente para enaltecer el slogan ‘Ni Perdón ni Olvido’, que comparte la extrema izquierda y la izquierda moderada.
Sigo sosteniendo que tanto la Teletón que se realizó el viernes como la entrevista de Don Francisco fue para proteger a Michelle Bachelet de su ineptitud. Hasta el historiador Alfredo Jocelyn Holt en un programa de entrevista del cable, no esperaba que alguien que se subió a un tanque se quiebre después del terremoto. Él entendía el supuesto apoyo a la ex presidenta, desde las emociones. Más desde el punto de vista racional, la parálisis no se justificaba. Tengo la impresión que ese historiador se creyó el cuento de porque se subió en un tanque, era una mujer inteligente. Hasta el periodista Matías del Río de ‘Tolerancia Cero’ culpaba a los operadores del desastre, mas no la Presidenta que los designó.
La prensa de ‘derecha’ le ha dado duro al Servicio Hidrográfico de la Armada (Shoa), precisamente, para blanquear al gobierno de Bachelet y la Onemi. Por los comentarios de los lectores, se supo que el ex Ministro de Hacienda les negó la propuesta de la Escuela de Sismografía de la Universidad de Chile de instalar 100 sismógrafos en el país. Pero sí había plata para la propaganda del gobierno y financiar a organizaciones de izquierdas.
El legado de Bachelet es el odio, el resentimiento, la propaganda sobre el trabajo bien hecho. Muchos hablan de que el legado de ella es ‘la red de protección social’. Sin embargo, ¿cómo se va a financiar con una economía tuvo en crecimiento negativo de 1.5 el 2009 y con el déficit fiscal que nos dejó? Además, de dejar casi vacío el Fondo del Cobre.
Etiquetas: Bachelet, DD.HH., Don Francisco, Igualdad ante la ley, Intelectuales progresistas, Periodistas Progres, Terremoto 2010