La derecha acomplejada
Pensaba titular este artículo ‘El Primer error de Piñera’, pero luego cambié. En efecto, el primer error del Presidente electo, Sebastián Piñera es haber confirmado al Secretario General de la OEA, al socialista José Miguel Insulza, quien abiertamente apoya la dictadura cubana de Fidel Castro, y además, apoya a Chávez. Este error no es sólo de Piñera, sino de la derecha, ya que durante la campaña y antes del asunto de Honduras, varios parlamentarios de derecha habían manifestado su apoyo a Insulza a sabiendas de sus preferencias. Por su parte, Piñera peca de ingenuo al proponer reforzar la Carta Democrática de la OEA va parar la oleada totalitaria que fomenta Chávez, pues me recuerda las Garantías Constitucionales que firmó Allende con la Democracia Cristiana, la cual el Presidente socialista no cumplió. Parece que el Presidente se ha creyó el discurso de la Concertación de ‘estar insertados en el mundo’ que vienen diciendo en los noventa, esto es, de tener presencia en la burocracias internacionales, a pesar de estábamos abierto al mundo económicamente. Si es por figurar porque sí, no tienen mi respaldo, pues lo único que hace es apoyar a los enemigos de la libertad, como dice el escritor cubano Carlos Alberto Montaner en “Insulza debe abandonar la OEA”.
Esperemos que el nuevo gobierno reconozca al nuevo gobierno de Honduras, aun cuando la derecha en bloque en el Parlamento, sin haber estudiado la legislación de ese país centroamericano, condenó la sustitución de Zelaya.
La derecha tradicional y la nueva
Cuando el Presidente Michelle Bachelet viajaba al extranjero y defendía el libro comercio, oponiéndose al proteccionismo, la oposición constructiva se alegraba de que porque allí estaba la influencia del ministro Andrés Velasco. Ahora bien, ¿alguien me puede decir dónde está la influencia de los think tanks liberales como Instituto Libertad y Desarrollo, el CEP y el Instituto Libertad, en el discurso que dio el Presidente electo, Sebastián Piñera, en el Museo de Historia Natural, cuando afirmó: “que quede claro, para lograr estos propósitos no sólo no vamos a debilitar al Estado, sino que lo vamos a fortalecer, porque en muchas áreas hace falta más y mejor Estado”? Se sabía de antemano que el team liberal no quería achicar el Estado. Con todo, cuando habla de que ‘en muchas áreas hace falta más y mejor Estado’, ¿se refiere a nuevas agencias? Sin embargo, el futuro ministro de Economía, Juan Andrés Fontaine expreso que es contrario a crear nuevas agencias. En ese sentido, los conservadores y los blogueros han sido más explícitos que los liberales como el columnista e historiador conservador Gonzalo Rojas Sánchez, quien en dos columnas ha expresado el sentir de mucha gente, que quiere que al nuevo gobierno que le quite los fondos a las fundaciones de la Democracia Cristiana y de la izquierda, ya sea la Fundación Frei, ya sea la Fundación Gladys Marín, ya sea la Fundación Salvador Allende, la Agrupación de Detenidos Desaparecidos, el Instituto Igualdad, que se pavonea de ser una institución sin fines de lucro, pero que vive con fondos públicos y otras.
Al día siguiente de saberse el resultado de la segunda vuelta, todo el mundo opinó. Desde luego, los sesudos académicos de las universidades. En ‘El Mercurio de Valparaíso’ entrevistaron a dos cientistas políticos en la crónica titulada ‘Los Desafíos de la derecha en el Gobierno’, Ricardo Israelí y Fernando Wilson, respectivamente. Wilson con un Ph. Doctor en Ciencias Políticas, profesor de la Universidad Adolfo Ibáñez del Campo –una universidad de derecha-, señaló, por ejemplo que “la figura de un Hermógenes Pérez de Arce, experimenta un proceso de extinción, sí se puede decir que su mensaje no es lo que el chileno hoy quiere”, puesto que está emergiendo una nueva que “no está dispuesta a transar sobre la base de utopías”. Por lo que se desprende de sus palabras, el señor Fernando Wilson nunca entendió las columnas de Pérez de Arce o sus palabras son mala fe de la que hablaba el filósofo francés Jean Paul Sastre. Incluso, le atribuye cualidades totalitarias típicas de los revolucionarios de izquierda, herederos de la Revolución Francesa y Rusa: el utopismo. Si justamente, a las ideas liberales que profesa Pérez de Arce y que el Gobierno Militar llevó a cabo “Hoy día la gente no necesita utopías. Tiene cosas que habrían sido un sueño inalcanzable para dos generaciones atrás”. Uno no espera que un académico tuerce la realidad. Eso es lo que hace el señor Wilson. Don Hermógenes fue el primero en leer libro Milton Friedman “Capitalismo y Libertad” a principios de la década del 60 del siglo pasado. Piñera propone más Estado, Pérez de Arce menos Estado eliminando ministerios como el de Educación. Ahora bien, si el ex columnista de ‘El Mercurio de Santiago’ representa la derecha tradicional, entonces yo me quedo con ésta a la derecha de Piñera.
Si no crees en ti, ¿cómo vas a convencer a los demás?
Si alguien pensaba o muchos tal vez, que después de Piñera, si es que hace un buen gobierno, le podrían suceder Evelyn Mathei, José Antonio Kast u otro que aparezca en estos cuatro años, la derecha liberal se encarga de torpedear los liderazgos de su sector. Por el blog de Jorge Gómez Arismendi , cita unas palabras del columnista liberal de ‘El Mercurio de Santiago’ y consejero del CEP, David Gallagher, quien afirma: "no le bastan cuatro años para enmendar el rumbo del país, y porque necesita por tanto generar potenciales sucesores a Piñera. Éstos en la DC abundan". El señor Gallagher es afín al partido Renovación Nacional o de centro derecha, como les gusta calificarse, pues Derecha a secas no suena poco tolerante. O sea, ni siquiera confía que en el caso hipotético surjan líderes de ese partido, que pueda puersadir a los Demócratas Cristianos a votar por él. El columnista mira a la DC más no reconoce los líderes de su sector. Si fue más político el columnista se daría cuenta que, si la Concertación se dividiese, esto es, la DC y el socialismo cada uno por su lado, la Derecha tendría ventaja. La derecha sacó más voto que la DC, aún así quiere que vaya un demócrata cristiano en la próxima contienda presidencial. Y, ¿Dónde están los principios? La DC chilena sigue anclada con el filósofo francés Maritain que, por cierto, está superado por los hechos y con la admistración del modelo económico liberal.
Demonización de la derecha
Alguien creía que a veinte años del retorno a la democracia y a treinta y seis del pronunciamiento militar la odiosidad iba a menguar, ya sea porque aparecen nuevas generaciones, ya sea porque los tiempos son diferentes. Muchos personas pensantes aquí o en el extranjero , por así decirlo, se le siguen atribuyendo las divisiones del país a Pinochet. Cuando en realidad el único sector que ha promovido la división es la izquierda del ‘Ni perdón ni olvido’ en estos veintes años, aun cuando formó parte de una coalición que se propuso ‘la unidad nacional’; cosa que no cumplió. En algunos blogs se comentó el odio que se le tiene a la derecha antes de saberse los resultados de las presidenciables. ¿Alguien creía que los veinteañeros de izquierda no abrigarían odio, porque no vivieron en la Guerra Fría? Lamento informarles que están equivocados. En efecto, tengo una hermana recién titulada de la Católica de Valparaíso que, cuando estudió allí, se puso izquierdista, hasta que descubrió que sus amistades y compañeros de ese sector político, no eran tan tolerantes y abiertos como dicen profesar. Allí cambio. Los veinteañeros de izquierda cuando se encuentran con alguien de derecha de su misma generación, de lo único que saben hablar es de tortura. Derecha es sinónimo de tortura, para ellos. Naturalmente, los veinteañeros de derecha no saben argumentar, ya que tampoco se ha tomado la molestia de estudiar. Si estudiaran la Unidad Popular, descubrirían que la Policía de Investigaciones en dicho gobierno torturaba a sus opositores como recuerda Julio Bazán Álvarez en su libro ‘El Pueblo lo derrotó’, a propósito de una denuncia que realizó el sacerdote y abogado Raúl Hasbún. Lo que llama la atención, por supuesto, que el odio provenga de veintañeros de la clase media alta ilustrada o ABC1, como la denominan hoy, y no de personas analfabetas y pobres. De igual manera, un empresario conocido también se extraño del odio que había hacia la derecha y el nuevo gobierno. Según él, las referencias ‘derecha’ e ‘izquierda’ estaban superadas. Lo importante era que el nuevo gobierno quiere levantar el país.
¿De dónde proviene el odio hacia un sector de la sociedad? El ex demócrata cristiano, Julio Bazán Álvarez afirma en su libro mencionado: “La predicación, casi apostólica, de los marxistas y de los democratacristiano, referente a la crítica social y a la satanización de la derecha se transformó en un lugar común del discurso político de izquierda: estigmatizando a la derecha como “culpable” de todos los males, omitía absolutamente los errores permanentes, y puedo decir contumaces, del estatismo, que había llevado al país a una endémica inflación, a un aumento sin financiamiento del gasto público y a un estado hipertrofiado e ineficiente” (El Pueblo lo derrotó: la historia comenzó antes, p.41).
Así, tanto los demócratascristianos como el socialismo introdujeron en la polis chilena, la envidia y el resentimiento como motores para salir adelante.
El odio hacia la derecha tiene casi ochenta años, y no empezó con el Gobierno Militar, ni el 11 de septiembre. Por tanto, sin Pinochet, sin Manuel Contreras, la CNI y la DINA, la izquierda igualmente hubiera encontrado un pretexto para odiar a la derecha, tal como lo demuestra el talante del presidente del Partido Socialista, Fulvio Rossi.
Esperemos que el nuevo gobierno reconozca al nuevo gobierno de Honduras, aun cuando la derecha en bloque en el Parlamento, sin haber estudiado la legislación de ese país centroamericano, condenó la sustitución de Zelaya.
La derecha tradicional y la nueva
Cuando el Presidente Michelle Bachelet viajaba al extranjero y defendía el libro comercio, oponiéndose al proteccionismo, la oposición constructiva se alegraba de que porque allí estaba la influencia del ministro Andrés Velasco. Ahora bien, ¿alguien me puede decir dónde está la influencia de los think tanks liberales como Instituto Libertad y Desarrollo, el CEP y el Instituto Libertad, en el discurso que dio el Presidente electo, Sebastián Piñera, en el Museo de Historia Natural, cuando afirmó: “que quede claro, para lograr estos propósitos no sólo no vamos a debilitar al Estado, sino que lo vamos a fortalecer, porque en muchas áreas hace falta más y mejor Estado”? Se sabía de antemano que el team liberal no quería achicar el Estado. Con todo, cuando habla de que ‘en muchas áreas hace falta más y mejor Estado’, ¿se refiere a nuevas agencias? Sin embargo, el futuro ministro de Economía, Juan Andrés Fontaine expreso que es contrario a crear nuevas agencias. En ese sentido, los conservadores y los blogueros han sido más explícitos que los liberales como el columnista e historiador conservador Gonzalo Rojas Sánchez, quien en dos columnas ha expresado el sentir de mucha gente, que quiere que al nuevo gobierno que le quite los fondos a las fundaciones de la Democracia Cristiana y de la izquierda, ya sea la Fundación Frei, ya sea la Fundación Gladys Marín, ya sea la Fundación Salvador Allende, la Agrupación de Detenidos Desaparecidos, el Instituto Igualdad, que se pavonea de ser una institución sin fines de lucro, pero que vive con fondos públicos y otras.
Al día siguiente de saberse el resultado de la segunda vuelta, todo el mundo opinó. Desde luego, los sesudos académicos de las universidades. En ‘El Mercurio de Valparaíso’ entrevistaron a dos cientistas políticos en la crónica titulada ‘Los Desafíos de la derecha en el Gobierno’, Ricardo Israelí y Fernando Wilson, respectivamente. Wilson con un Ph. Doctor en Ciencias Políticas, profesor de la Universidad Adolfo Ibáñez del Campo –una universidad de derecha-, señaló, por ejemplo que “la figura de un Hermógenes Pérez de Arce, experimenta un proceso de extinción, sí se puede decir que su mensaje no es lo que el chileno hoy quiere”, puesto que está emergiendo una nueva que “no está dispuesta a transar sobre la base de utopías”. Por lo que se desprende de sus palabras, el señor Fernando Wilson nunca entendió las columnas de Pérez de Arce o sus palabras son mala fe de la que hablaba el filósofo francés Jean Paul Sastre. Incluso, le atribuye cualidades totalitarias típicas de los revolucionarios de izquierda, herederos de la Revolución Francesa y Rusa: el utopismo. Si justamente, a las ideas liberales que profesa Pérez de Arce y que el Gobierno Militar llevó a cabo “Hoy día la gente no necesita utopías. Tiene cosas que habrían sido un sueño inalcanzable para dos generaciones atrás”. Uno no espera que un académico tuerce la realidad. Eso es lo que hace el señor Wilson. Don Hermógenes fue el primero en leer libro Milton Friedman “Capitalismo y Libertad” a principios de la década del 60 del siglo pasado. Piñera propone más Estado, Pérez de Arce menos Estado eliminando ministerios como el de Educación. Ahora bien, si el ex columnista de ‘El Mercurio de Santiago’ representa la derecha tradicional, entonces yo me quedo con ésta a la derecha de Piñera.
Si no crees en ti, ¿cómo vas a convencer a los demás?
Si alguien pensaba o muchos tal vez, que después de Piñera, si es que hace un buen gobierno, le podrían suceder Evelyn Mathei, José Antonio Kast u otro que aparezca en estos cuatro años, la derecha liberal se encarga de torpedear los liderazgos de su sector. Por el blog de Jorge Gómez Arismendi , cita unas palabras del columnista liberal de ‘El Mercurio de Santiago’ y consejero del CEP, David Gallagher, quien afirma: "no le bastan cuatro años para enmendar el rumbo del país, y porque necesita por tanto generar potenciales sucesores a Piñera. Éstos en la DC abundan". El señor Gallagher es afín al partido Renovación Nacional o de centro derecha, como les gusta calificarse, pues Derecha a secas no suena poco tolerante. O sea, ni siquiera confía que en el caso hipotético surjan líderes de ese partido, que pueda puersadir a los Demócratas Cristianos a votar por él. El columnista mira a la DC más no reconoce los líderes de su sector. Si fue más político el columnista se daría cuenta que, si la Concertación se dividiese, esto es, la DC y el socialismo cada uno por su lado, la Derecha tendría ventaja. La derecha sacó más voto que la DC, aún así quiere que vaya un demócrata cristiano en la próxima contienda presidencial. Y, ¿Dónde están los principios? La DC chilena sigue anclada con el filósofo francés Maritain que, por cierto, está superado por los hechos y con la admistración del modelo económico liberal.
Demonización de la derecha
Alguien creía que a veinte años del retorno a la democracia y a treinta y seis del pronunciamiento militar la odiosidad iba a menguar, ya sea porque aparecen nuevas generaciones, ya sea porque los tiempos son diferentes. Muchos personas pensantes aquí o en el extranjero , por así decirlo, se le siguen atribuyendo las divisiones del país a Pinochet. Cuando en realidad el único sector que ha promovido la división es la izquierda del ‘Ni perdón ni olvido’ en estos veintes años, aun cuando formó parte de una coalición que se propuso ‘la unidad nacional’; cosa que no cumplió. En algunos blogs se comentó el odio que se le tiene a la derecha antes de saberse los resultados de las presidenciables. ¿Alguien creía que los veinteañeros de izquierda no abrigarían odio, porque no vivieron en la Guerra Fría? Lamento informarles que están equivocados. En efecto, tengo una hermana recién titulada de la Católica de Valparaíso que, cuando estudió allí, se puso izquierdista, hasta que descubrió que sus amistades y compañeros de ese sector político, no eran tan tolerantes y abiertos como dicen profesar. Allí cambio. Los veinteañeros de izquierda cuando se encuentran con alguien de derecha de su misma generación, de lo único que saben hablar es de tortura. Derecha es sinónimo de tortura, para ellos. Naturalmente, los veinteañeros de derecha no saben argumentar, ya que tampoco se ha tomado la molestia de estudiar. Si estudiaran la Unidad Popular, descubrirían que la Policía de Investigaciones en dicho gobierno torturaba a sus opositores como recuerda Julio Bazán Álvarez en su libro ‘El Pueblo lo derrotó’, a propósito de una denuncia que realizó el sacerdote y abogado Raúl Hasbún. Lo que llama la atención, por supuesto, que el odio provenga de veintañeros de la clase media alta ilustrada o ABC1, como la denominan hoy, y no de personas analfabetas y pobres. De igual manera, un empresario conocido también se extraño del odio que había hacia la derecha y el nuevo gobierno. Según él, las referencias ‘derecha’ e ‘izquierda’ estaban superadas. Lo importante era que el nuevo gobierno quiere levantar el país.
¿De dónde proviene el odio hacia un sector de la sociedad? El ex demócrata cristiano, Julio Bazán Álvarez afirma en su libro mencionado: “La predicación, casi apostólica, de los marxistas y de los democratacristiano, referente a la crítica social y a la satanización de la derecha se transformó en un lugar común del discurso político de izquierda: estigmatizando a la derecha como “culpable” de todos los males, omitía absolutamente los errores permanentes, y puedo decir contumaces, del estatismo, que había llevado al país a una endémica inflación, a un aumento sin financiamiento del gasto público y a un estado hipertrofiado e ineficiente” (El Pueblo lo derrotó: la historia comenzó antes, p.41).
Así, tanto los demócratascristianos como el socialismo introdujeron en la polis chilena, la envidia y el resentimiento como motores para salir adelante.
El odio hacia la derecha tiene casi ochenta años, y no empezó con el Gobierno Militar, ni el 11 de septiembre. Por tanto, sin Pinochet, sin Manuel Contreras, la CNI y la DINA, la izquierda igualmente hubiera encontrado un pretexto para odiar a la derecha, tal como lo demuestra el talante del presidente del Partido Socialista, Fulvio Rossi.
Etiquetas: Carta Democrática, David Gallagher, Derecha, derecha liberal, Fernando Wilson, OEA, Sebastián Piñera