viernes, septiembre 28, 2018

La no legitimidad del Partido Comunista al derecho a la rebelión


 
    La izquierda o siendo más específico el Partido Comunista siempre saca en cara que ellos emplearon la vía armada por el derecho a la rebelión. Y me ha dado cuenta que las personas de derecha no saben cómo responder. Quizás como dice el historiador y columnista de la Pontificia Universidad Católica de Santiago, Gonzalo Rojas Sánchez, la derecha desprecia la historia.
   Ahora encontré razones por las cuáles el Partido Comunista no puede esgrimir el derecho a la rebelión contra el Gobierno Militar. Hay que ser fiel a la historia, a los hechos, a los actos de los políticos y de los partidos.
   El Partido Comunista se unió a la Unión Soviética a través de la Tercera Internacional. Luego obedecieron al dictador José Stalin.
   En la década del 60, el Partido Comunista chileno afirmaba que “no rechazaba a priori la lucha armada y consideraba su posibilidad en ciertas circunstancias”.
   Antes de que asumiera Salvador Allende el poder, el Partido Comunista apoyo la entrada de los tanques soviéticos en Checoslovaquia, en lo que se conoce como La Primavera de Praga.
  Luego cuando asumió el gobierno marxista de la Unidad Popular apoyo a Allende, aun cuando, según ellos, no estaban las condiciones para hacer una revolución marxista, o sea, establecer una dictadura comunista. No obstante, formó parte de la Unidad Popular. Como sabemos dicho gobierno hizo puras políticas públicas para instalar un sistema totalitario. ¿Se opuso a la ENU? No. ¿Se opuso a la entrada al país tanto grupos armados como de las propias armas que Salvador Allende trajo desde Cuba? No.
     En 1979, apoyo la invasión soviética a Afganistán.
    El Partido Comunista no puede esgrimir el derecho a la rebelión, pues el Gobierno Militar fue llamado por la mayoría ciudadana tal como lo expresa el Acuerdo de la Cámara de Diputados.
      La Constitución de 1980 también fue apoyada por la mayoría.
      El Gobierno Militar tenía fijado un itinerario que cumplió.
     O sea, si el Partido Comunista hubiese instalado una dictadura comunista, siguiendo la lógica que emplean contra el Gobierno Militar, entonces, ellos por sí mismos tendrían colgarse de un árbol u ordenar que alguien los maté. En última instancia suicidarse.
   El periodista norteamericano, James R. Whelan, autor Desde las Cenizas: vida, muerte y transfiguración de la democracia en Chile 1833- 1988 comenta la ambigüedad que tenía el PC sobre la democracia y la violencia: “Aunque públicamente fruncía el ceño ante la violencia, los comunistas no estaban alejados de su práctica. El periodista comunista Eduardo Labarca se jactó que una pandilla de matones comunistas había enviado a más de sesenta derechistas al hospital durante la campaña electoral de 1970”.
  Más adelante el autor señala: “Pero los socialistas, como los comunistas, mantenía a raya, y generalmente ocultas, a sus fuerzas de choque, utilizándolas, en cambio, cuadros de entrenamiento militar de fuerzas paramilitares clandestinas, formadas durante los años de Allende”. Así se sigue repitiendo el mito de que el PC chileno quería llegar al comunismo en forma gradual. No me calza su apegó a la legalidad.
   El señor Fernando Thauby en el artículo “Chile: derechos humanos al estilo de Piñera” se refiere a la historia no contada por el relato oficial, en que moros y cristianos se unen contra los militares chilenos. Todo ello a raíz de la muerte del Sargento de Carabineros, Leonidas Montes, quien murió en Punta Peuco a los 87 años. Se pregunta: “¿A qué tanto odio?
   Personas de distintas generaciones de derecha saben cómo empezó la división entre los chilenos y por qué el odio sigue perdurando en las filas de la izquierda. Para ellos, la historia no comenzó justo el 11 de septiembre de 1973, sino antes. Allende dividió el país. Esto uno lo puede comprobar en los diversos canales de derecha chilena que hay Youtube. La historia reciente ha sido manipulada por ejemplo, a través de los textos del Ministerio de Educación más con la ayuda de los medios. Con todo, el ex ministro de las Culturas, el ex Mir, Mauricio Rojas todavía no se entera. Ni siquiera los presos políticos militares encerrados en diversos recintos penitenciarios odian.
   Me salto la parte que Thauby menciona de la Unidad Popular para llegar a los ochenta: “El 3 de septiembre de 1980, a través de un discurso transmitido por Radio Moscú, Luis Corvalán anunció a Chile y al mundo, que el PCCh iniciaba la guerra contra el Gobierno Militar”.
 Quiero señalar que al mismo momento de comenzar este blog, mandé varias cartas a El Mercurio de Valparaíso y a La Tercera. En este último medio escribí una carta en respuesta a una columna que había escrito el sociólogo comunista Tomás Moulian. El intercambio epistolar entre varios lectores duró el mes de febrero. Teniendo retractores como defensores, En ese momento les dije que la izquierda chilena era responsable de lo ocurrido en los países comunistas. Desde luego, que a los lectores progresistas no les gusto. Según ellos, era un asunto de cada país. Tampoco le gustó a una tía comunista que hace poco murió. Para usar las palabras de Sebastián Piñera fueron cómplices activos de las violaciones a los derechos humanos en los países bajo el comunismo. Según Johannes Kaiser, los gulags siguieron vigentes hasta que cayó la ex URRS. Por tanto, concluía Kaiser que los chilenos partidarios del comunista eran responsables de los atropellos en la Rusia comunista. Asimismo, les saque en cara de por qué no habían apoyado vía de las armas para sacarse la dictadura de Fidel Castro u otro régimen comunista. Obviamente, al Partido Comunista chileno no se le ocurrió la vía armada para derrocar a la ex Unión Soviética y a la dictadura castrista.
  Luego Thauby cita un texto del historiador Claudio Pérez Silva titulado La Política de Rebelión Popular de Masas y el Movimiento Democrático Popular (MDP): Una mirada a la política de Alianzas del Partido Comunista de Chile bajo Pinochet 1980-1988: “Así, el contexto social y político de las protestas, permitirá el desarrollo, masificación y legitimación de diversas formas de luchas, incluida la lucha armada y las expresiones de violencia política popular, incorporando de esta forma, nuevas prácticas y concepciones de lucha a los tradicionales repertorios del movimiento popular”.
  Esas y estas palabras son dignas de estar en el Museo de la Memoria:

 “En este escenario, las acciones armadas en contra de la dictadura como ataques a cuarteles militares y policiales, los sabotajes, voladuras de torres y líneas férreas, ajusticiamientos a miembros de los cuerpos de seguridad, secuestros, recuperaciones (robo) de dinero, armas y comida; los copamientos territoriales, las emboscadas y las propagandas armadas, así como las actividades milicianas relacionadas con la autodefensa de masas, se incrementaron e intensificaron notablemente, por lo menos hasta fines de la dictadura”.

    Supongo que el historiador es comunista, pues el señor Thauby señala que recurrió a las fuentes de ese partido. El FPMR secuestró al hijo de un empresario en los ochenta.
   Después de citar ese párrafo recuerda que según el señor Rettig no hubo guerra, cuando el mismo texto citado dice lo contrario. Y para reforzar el texto citado de Claudio Pérez Silva, hace poco vi por el canal Capitalismo Libertario, un mini reportaje realizado por el señor Felipe Izquierdo del asesinato del joven Teniente del Ejército, Roberto Zegers Reed acribillado por el FPMR entre el plebiscito de 1988 y la toma del poder por el demócrata cristiano, Patricio Aylwin. El 20 de agosto de 1989. Pues bien, en ese reportaje señalan que el mencionado grupo terrorista lanzaron cohetes Low de fabricación soviética al Comando de Aviación del Ejército, en el aeródromo de Tobalaba. Puesto que no estallaron, los terroristas entraron. Uno de ellos le disparo en la espalda al joven oficial, el cual cayó. Después le disparó en la cabeza.  En fin el Teniente Zegers recibió seis disparos. Un soldado conscripto mató a otro terrorista. En el Informe Rettig se señala la muerte del oficial, sin embargo, no se habla de terrorismo, ni de menos del autor, que es Roberto Nordenflycht, hijastro del dirigente comunista Volodia Teilteimboin.
   Cuando uno escucha ese reportaje se da cuenta que el Museo de la Memoria vale menos que paquete de cabritas. El Instituto Nacional de los Derechos Humanos  no se van a querellar contra el FMPR por la muerte del oficial, ya que como sabemos el dicha institución tiene por objeto perseguir a los agentes del Estado del gobierno militar.
  El Partido Comunista formó parte de una coalición que destruyó el país, mientras que los militares entregaron a los civiles el país en buen estado.
   Hace poco el dirigente histórico del Partido Comunista, Juan Andrés Lagos reivindico la violencia para derrocar el Gobierno Militar: "Es evidente que al plebiscito se llega luego de una intensa lucha que se expresó de forma pacífica y violenta. Hubo muchas formas de lucha, y eso generó las condiciones para el plebiscito". El plebiscito estaba fijado en la Constitución. No sé cómo el PC puede hablar de deudas sociales que dejo el gobierno militar, luego del desastre de la Unidad Popular. Peor aún, luego del pésimo segundo gobierno de Michelle Bachelet, donde ellos formaron parte y dejo el país paralizado debido a la retroexcavadora. Lo que se tradujo en cierre de fuentes labolares, caída de la inversión y empleo precario. Eso ilustra que son unos fanáticos. Que yo sepa nadie le saco en cara el dirigente comunista que estaba justificando la violación de los derechos humanos.
    En una revista de historia encontré la siguiente afirmación que refuta al señor Juan Andrés Lagos: “En base a un poderoso aparato militar y una línea política de carácter insurreccional, el PC de Chile intentó derrocar al régimen. Fracasada esta opción, impuesta la vía de negociación pactada (rechazada por el PC), unido al colapso del socialismo real, los comunistas chilenos vieron sumirse en una profunda crisis su proyecto político e histórico”. Puesto que no admiten que fracasaron, prefieren posar de víctimas el FPMR.
   La izquierda en general de Chile no puede bajo ninguna circunstancia apelar el derecho a rebelión contra el Gobierno Militar, pues quiso instalar una dictadura totalitaria por medio de un gobierno que se salió de la Ley y la Constitución, la cual fracaso porque hubo una rebelión civil y militar.

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domingo, septiembre 16, 2018

“Comunista y amiga de dictadores”



Pocos en el país se atreven a calificar al ex presidente, Michelle Bachelet de comunista. Después de todo, ella se ha promocionado como víctima del gobierno militar, cuando es victimaria, pues era partidaria de la vía armada y de la violencia revolucionaria. Después de todo, si ella se hubiera presentado como comunista y no como socialista en la elección presidencial, no hubiera salido. El Partido Socialista se presta para todo o puede dar imagen de que tienen una ideología difusa. 
   Cuando Bachelet fue nombrada Alta Comisionada por los Derechos Humanos por las Naciones Unidas a ningún que sea un personaje público se le ocurrió sacarle en cara su prontuario de anti derechos humanos. Ella fue simpatizante del grupo terrorista Movimiento Izquierda Revolucionario (MIR), quienes optaron la vía armada y la instalación de una dictadura comunista. Luego se fue a vivir en la ex República Democrática Alemana (RDA) o Alemania comunista. Y nunca se enteró de que las personas que escapaban de ese lugar, le disparaban. Ni menos de la ausencia total de libertad, tanto en el plano político como económico. Luego militó el brazo armado del Partido Comunista chileno, el Frente Patriótico Manuel Rodríguez en los ochenta, cuando hacía atentados donde morían tanto civiles como militares. Para ella es normal, que el Estado establezca que debe comer uno como ocurrió con las Dirección Nacional de Abastecimiento y Comercialización (DINAC), que a su vez dirigía las Juntas de Abastecimiento y Control de Precios (JAP), que su padre el general de la Fuerza Aérea, Alberto Bachelet estaba a cargo. Las personas que vendían productos por su cuenta era considerado un especulador, que en  un régimen comunista se considera delito revolucionario. 
   El actual presidente Sebastián Piñera la felicito por su cargo. Una vez más, la diputada de Renovación Nacional, Camila Flores le saco en cara a Bachelet que no tiene autoridad para hablar de los derechos humanos y dice cosas que la mayoría de los políticos y académicos no se atreven a decir. En efecto, la joven política cuestionó el nombramiento de Bachelet en el cargo mencionado: "¿Quién más alejada de la protección de los DD.HH. de una forma universal y de la condena a las violaciones de estos derechos que ella? Permanentemente justifica a violadores de derechos humanos y condena lo que ocurre en Chile, pero apoya a Maduro y Fidel Castro". Ni Allamand ni Alberto Espina y otro político de ese partido se atrevido a decir lo que dijo la diputada. 
   A la diputada se le olvidó mencionar el prontuario mencionado en el segundo párrafo.
    Y aun así Bachelet se siente con la autoridad moral para dictar cátedra sobre los derechos humanos. Por eso, creo el Museo de la Memoria y de los Derechos Humanos dedicado a recordar las llamadas ‘violaciones a los derechos humanos cometidas bajo el gobierno militar’. ¿A qué se refiere esa expresión? En la polémica entre el ex ministro de las Culturas, Mauricio Rojas y el museo quedó demostrado que esa institución fue creada para homenajear a los grupos terroristas del Mir, Frente Lautaro y FPMR que combatieron el gobierno militar. Los grupos terroristas mencionados son las llamadas ‘víctimas de la dictadura’. En Chile, por tanto no se pueden matar a terroristas. Y el Instituto Nacional de los Derechos Humanos (INDH) con el propósito de perseguir a los agentes del Estado entre 1973 y 1990, no a los terroristas como dice el estatuto de esa institución. 
   Por el canal de Youtube Que no piensen por ti supe que a la actual Alta Comisionada por los Derechos Humanos la han criticado países como Austria e Italia, ya que según Bachelet tratan mal a los inmigrantes. El primer ministro italiano dijo: “No aceptamos lecciones de nadie”. Luego el diario italiano conservador Il Giornale la califico de “invasión moralizante” y que Bachelet era un personaje “llena de sombras”. El medio conservador al ex presidente de la República la llamó como "comunista y amiga de dictadores".
   Me di cuenta que los medios oficiales, o sea, la televisión abierta no informo de esta noticia. 
   Deseo insistir que la diputada Camila Flores fue la que critico a Bachelet antes que el medio italiano. 
  En efecto, la editorial recuerda que cuando Bachelet visitó Cuba en el 2008, mostró escasa atención a la oposición a la dictadura comunista. De hecho, la bloguera cubana, Yoani Sánchez destaco su “proximidad a La Habana marcada por una nostalgia ideológica que oscurece su visión y su capacidad para reconocer la falta de derechos que marcan la vida de los cubanos”. 
   Domenico Ferrara, quien es el que escribe la editorial afirma: “De su boca nunca ha habido ninguna condena a la represión política sistemáticamente conducida por Raúl Castro, incluso cuando las víctimas son mujeres”. Luego le sacan en cara su elogio al dictador Fidel Castro cuando falleció en 2016: “un líder para la dignidad social y la justicia en Cuba y América Latina”. Lo mismo, cuando elogio al dictador Hugo Chávez: “su amor más profundo por su pueblo y los desafíos de nuestra región para erradicar la pobreza y generar una vida mejor para todos”. 
   Después Ferrara le critica su apoyo al régimen de Nicolás Maduro, pues Bachelet la situación que vive Venezuela es una responsabilidad compartida: “en el hecho de que el problema de Venezuela es la falta de diálogo, lo que sugiere que hay una especie de responsabilidad compartida”. El mismo comentario para Nicaragua. Cuando la izquierda es la única responsable, tanto en Chile por el 11 de septiembre como en el país de Simón Bolívar, todos son responsables. Lo que significa que nadie es responsable.
   Según el académico conservador heterodoxo, Joaquín García-Huidobro, cuando se refiere a los políticos de izquierda chilena que apoyaron a Lula da Silva, arrestado y condenado por corrupción: “¿qué hay en ellos que los transforma en seres impecables, y que lleva a que figuras correctas en lo personal (Lagos, Bachelet) tengan una especial ceguera a la hora de advertir ciertas cosas elementales?” 
   Al filósofo conservador se le olvida que tanto Lagos como Bachelet apoyan el sistema social cubano como demostrado, cuando murió el dictador Fidel Castro. Para él son “figuras correctas en lo personal”
   Con todo, Bachelet crítico la situación de Venezuela y Nicaragua en la semana pasada: “continuó recibiendo información sobre violaciones de los derechos económicos y sociales, como los casos de muertes relacionadas con la malnutrición o las enfermedades que se pueden evitar, así como las violaciones de los derechos civiles y políticos”. No mencionó a Cuba. Si condena a Venezuela, también tendría que condenar la Unidad Popular. 
   Cuando asumió Bachelet su segundo mandato apoyo a Maduro: “no nos parece adecuado que hayan acciones violentas que busquen desestabilizar a un gobierno democráticamente elegido". En su segundo gobierno, Bachelet como sostiene el diario italiano apostó por el diálogo. 
  ¿Alguien le cree? Señora Alta Comisionada por los Derechos Humanos, ¿La actual Venezuela no le recuerda la Unidad Popular? 
   Esta declaración la encuentro tan falsa como las lágrimas de cocodrilo que derramo por las muertes de los más de mil niños muertos ocurridas en el Servicio Nacional de Menores (SENAME) ocurrida bajo su gobierno. Dicho sea de paso, por un blog me enteré que una persona presentó un querella contra Michelle Bachelet por delitos de lesa humanidad o genocidio a raíz de los niños muertos en el Sename.
   Despierten. Bachelet es comunista. Es lo único que conoce.

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miércoles, septiembre 05, 2018

Sumisión frente a la izquierda


   Hace tiempo leí en un sitio de internet las siguientes palabras: “La libertad es un privilegio, no un derecho”. Dichas palabras estaban puestas en un cartel, en el estado de Nevada, según comentaba un venezolano al comienzo de gobierno de Hugo Chávez. Si la libertad es un privilegio, significa que tuvo un costo en alcanzarla. No cayó del cielo. Eso explicaría por qué algunos sectores del mundo, sobre todo en Asia se aceptan los abusos del gobierno como se da en China. La mayoría de los chilenos todavía no se dan cuenta que hoy disfrutan de las libertades porque otros arriesgaron sus vidas y se tomaron decisiones que tal vez no fueron populares, pero que dieron frutos a largo plazo. Se tomo la decisión de derrocar al gobierno de la Unidad Popular porque devino en tiranía y cuyas políticas mermaron las libertades que hasta entonces los chilenos daban por sentado. Dicho gobierno quiso instalar una dictadura comunista.
    El nombre completo de la institución que creó polémica por las declaraciones del ex mir Mauricio Rojas se llama Museo de la Memoria y de los Derechos Humanos. Se me olvidó mencionar que una frase que no gusta del ex ministro y que siempre la repite: “Es cómo llegamos a odiarnos”. Es que lo mismo que decir “todos somos responsables”. Por tanto, nadie es responsable. Las personas opositoras a la UP no odiaban, pues lo único que querían era renunciara Allende o sacarse el gobierno malo. 
    Para cualquiera persona normal, sabe que la memoria es selectiva. Nos acordamos de ciertas cosas y otras, no. Revivimos buenas experiencias o recreamos malas experiencias si tenemos odio o rencor contra alguien, hasta que al final, ese mismo odio termina matando a la persona. La izquierda con dicho museo coloca lo que le conviene y no que la deja en ridículo. 
   Sin embargo, primero nadie ha reparado que la autoría de la creación de dicho museo. A dos personas se les ocurrió: a la mirista Marcia Scantlebury y a la frentista Michelle Bachelet. O sea, dos terroristas o guerrilleras. Para hacerlo más simple equivale a que un violador que se queje que la mujer agredida le pego en los genitales. ¿Con qué autoridad dos personas que justificaron la violencia revolucionaria y el terrorismo dictan cátedra sobre los derechos humanos? Segundo, que para la izquierda cuando ellos asesinan no constituye una violación a los derechos, en cambio, sí, los agentes del Estado. No importa si hayan estado en la DINA o CNI, sino porque el militar sobre todo, después del 11 de septiembre, lidió con personas que empuñaron las armas para instalar una dictadura comunista. Si es así, no sé por qué tenemos que aceptar el criterio de la izquierda. Por lo menos, yo no lo acepto. No hay ningún terrorista acusado de violar los derechos humanos, después de todo, están amnistiados e indultados. Una joven historiadora escribió que ella jamás iría con hija a ese museo, porque no explicaba cómo llegamos a eso. El objetivo del Museo es mostrar las violaciones a los derechos humanos cometidas bajo el Gobierno Militar. La historiadora no se dado cuenta aún que los terroristas no violan los derechos humanos. 
   Antes de la renuncia de Rojas, el actual director del Museo de la Memoria, Francisco Estévez critico la muestra ‘Hijos de la Libertad’ del Museo de Historia, donde aparecían las palabras del general Augusto Pinochet, en las que se decía Chile se había liberado del comunismo. Las palabras decían una verdad. Pero, la institución que creó Bachelet, además, de ser sesgada oficia el papel de la Doctrina de Fe o la Inquisición al imponer una “verdad”, que no es tal. 
   La izquierda nunca abandona a su gente a diferencia de los políticos de la ex derecha se avergüenza de quienes combatieron el terrorismo poniendo en peligro sus vidas. Además, si se trata del ex presidente Bachelet, no hay que olvidar que en su segundo mandato ella quiso indultar a un terrorista del FPMR, mientras les negó el indulto humanitario a cuatro presos políticos de Punta Peuco. A ella, tanto los políticos como académicos de la ex derecha le creen todo. A todo le dicen: “Amén”.      Mientras escribía el post anterior, me acordé de otro crimen de la izquierda, a saber, el atentado ferroviario en Queronque, donde murieron 58 personas y cientos de heridos, en 1986. Después se supo que autor intelectual del atentado fue el mirista Carlos Ominami como lo denunció en una carta pública otro mirista a fines de los noventa. Eso no está en el Museo de la Memoria. El señor Ominani después fue ministro de Estado del primer gobierno de la Concertación y ahora último ha sido conocido, porque fue uno de los tantos políticos de su sector que mandaron una carta de apoyo al ex presidente brasileño, Lula da Silva, quien se encuentra en la cárcel. No bastando la carta, se reunió con el Papa jesuita Francisco I para que interceda por ex mandatario brasileño. Algunos columnistas se acordaron que el museo no recoge las víctimas que fueron asesinadas por el terrorismo del Mir, el Frente Lautaro y el FPMR.
   Dicho museo fue creado por terroristas como un homenaje a los terroristas, aunque sea redundante afirmarlo. Tenemos dos pruebas que ratifica lo que acabo de decir. La primera, es que en la región de Neltume hay un museo dedicado al comandante ‘Pepe’ del Mir, quien era apoyado por el gobierno de la Unidad Popular aun cuando lo negaba. Decían que era un invento de la oposición. Con todo, el museo omitirá las célebres palabras de él, el cual sostenía que la revolución marxista de Salvador Allende costaría un millón de muertos: “Claro que violentamente. Tiene que morir un millón de chilenos para que el pueblo se comprometa con la revolución y ésta se convierta en realidad. Con menos muertos no va resultar”. La segunda, es que cuando se descubrió las palabras que había dicho el ex ministro Mauricio Rojas y que la izquierda las calificó de ‘ofensa’, hubo una manifestación de apoyo al museo. Entre las personas que concurrieron estaba la actriz Magdalena Pinto conocida como Malucha, quien tenía como un primo al militante del Mir, Mario Fernando Peña Solari.
   El actual presidente de Renovación Nacional, Mario Desbordes publicó un artículo que apareció en La Tercera a propósito del Museo de la Memoria. En él dice: “1) Que en el objeto del Museo caben sólo las víctimas de violaciones de DDHH. Eso es una simple convención, un acuerdo (hoy inexistente) que puede ser modificado. 3) Se pretende que los caídos a manos del FMR, el Lautaro o el MIR fueron víctimas del ejercicio al derecho de rebelión. Efectivamente hay derecho a rebelarse contra una dictadura, pero ese derecho es respecto de quienes buscan recuperar la libertad y, obviamente, no asiste a quienes pretenden instaurar otro tipo de dictadura”. 
   Las palabras del presidente de RN confirma lo que he dicho, las víctimas del Gobierno Militar son victimarios. Puesto que todo es a gusto de la izquierda, a lo que llaman ‘´víctimas de las violaciones de derechos humanos’ son en realidad terroristas. Lo que omite el presidente de RN es, por ejemplo, que el Mir nació antes de Gobierno Militar para instalar una dictadura comunista o del proletariado. Luego cuando los militares tomaron el poder, salieron con el cuento de luchar por la democracia que ellos la habían destruido. Nadie ha notado que los Miristas son bipolares como Bachelet. 
   Asimismo, quienes han ayudado a blanquear el pasado totalitario y terrorista de la izquierda chilena es, por ejemplo, el cientista político, Patricio Navia, quien le expresó a Álvaro Vargas Llosa en un documental que éste último hizo sobre América Latina y el populismo, si es que no equivocó, que el único problema de Salvador Allende era la economía. 
   Durante la campaña presidencial, Sebastián Piñera viajo a Argentina para visitar la Fundación Libertad. Allí propuso que el actual gobierno venezolano la “vía chilena”, esto es, un itinerario como el que tuvo el Gobierno Militar chileno para entregar el poder. Cualquiera comparación con el régimen del país de Simón Bolívar es injusta, pues los militares chilenos no querían que sus compatriotas viviesen como los venezolanos. Sin embargo, el periodista del Infobae : acusa los militares de irse contra la población civil y no los terroristas: ”Desde entonces Chile se ha mantenido como una de las democracias más estables de la región. Pero el costo de este acuerdo ha sido la imposibilidad de juzgar a las cúpulas militares por los numerosos crímenes y violaciones a los derechos humanos contra la población civil, lo que ha generado tensiones en el país”.
   Lucía Santa Cruz, Consejera del Instituto Libertad y Desarrollo dijo por la polémica de Rojas: “En suma, la derecha debe convivir con la memoria; y la izquierda, tolerar la historia”. Ella cree que está tratando con personas racionales, cuando la izquierda no reconoce nada de lo que menciona.
   El Museo de la Memoria equivale cuando los talibanes en Afganistán dinamitaron los budas gigantes.
   Hace dos post había dicho que la situación del país es tal que a la izquierda hay que pedirle permiso para vivir y opinar. Mas luego también me acordé que una palabra resume todo y es el título de una novela del polémico escritor francés Michel Houellebecq: Sumisión.

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