lunes, enero 27, 2014

El proyecto genocida del Mapu



La Izquierda chilena culpa a los militares presos en el gulag de Punta Peuco de haber realizado genocidio, lo que es falso. Más bien, las Fuerzas Armadas y Orden evitaron el proyecto genocida de la Unidad Popular. Es conocido por las personas informadas que el socialista Clodomiro Almeyda y canciller de Allende habían dicho que la Guerra Civil chilena costaría un millón de chilenos. A lo anterior, se suma las palabras del terrorista del Mir, el comandante ‘Pepe’, al serle preguntado “¿No les importa si muere gente?”: “Claro violentamente. Tiene que morir un millón de chilenos para que el pueblo se compenetre de la revolución y ésta se convierta en realidad. Con menos muertos no a resultar”. Por su parte, Julio Bazán Álvarez, autor del libro ‘Lo derroco el pueblo’ y Presidente de la Confederación Única de Profesionales (CUPROCH) que estuvo contra la Unidad Popular, escribe en su libro que el MAPU que era uno un movimiento de ese gobierno había sacado una declaración con el siguiente tono: “El bolichero aparece como nuestro principal enemigo, pero el que está detrás de él es nuestro verdadero enemigo. Es imposible, técnica y políticamente, eliminar a 800.000 bolicheros. Tenemos que entender que 800.000 bolicheros son técnicamente irremplazables de la noche a la mañana y, que, políticamente no podemos eliminar a 800.000 personas”. Luego Bazán Álvarez hace un comentario sobre esa declaración: “¡Aceptaban intelectualmente y éticamente eliminar 800.000 modestos bolicheros! Sólo razones políticas se lo impedían. Surge inclemente la pregunta que es la base de este escrito: ¿No se daban cuenta que esos 800.000 bolicheros eran pueblo, puro pueblo? Hombres inteligentes y preparados en el “Humanismo Cristiano”, ¿no se daban cuenta de la atrocidad de esta afirmación?”. Al leer esas citas, uno se da cuenta tanto los dirigentes de la fracasada Unidad Popular como el populacho bárbaro que lo apoyaba eran dementes y locos. Hablan en nombre del pueblo, y a su vez querían exterminarlos.

 El Mapu (Movimiento de Acción Popular Unitaria) fue un partido de Izquierda, que se escindió de la Democracia Cristiana y que tenía sus bases ideológicas en la Teología de la Liberación. Para la elección presidencial de 1970 prefirieron votar por Allende en desmedro del candidato de la democracia cristiana, Radomiro Tomic.

Al final, hubo dos tendencias en ese grupo, según Wikipedia: un marxista leninista y otra llamada Mapu Obrero Campesino. En tiempos del Gobierno Militar formaron el grupo terrorista Mapu Lautaro. Tanto en la ex Concertación como en la Nueva Mayoría todavía están los mapus: Víctor Barrueto; el empresario Óscar Guillermo Garretón; el diputado del PPD, Rodrigo González; el ex senador Jaime Gazmuri; el escritor Ricardo Brodsky y actual director de Museo de la Memoria; el parlamentario Carlos Montes que milita el Partido Socialista y que tuvo formación militar, no en la Escuela Militar, y los ex ministros Enrique Correa y Jaime Estévez, entre otros.

                                 

 El sociólogo del Mapu y columnista de ‘El Mercurio’, Eugenio Tironi comentó el año pasado el libro "Revolucionarios cibernéticos. Tecnología y política en el Chile de Allende", del investigador de Edén Medina, publicado por la editorial izquierdista Lom. En otro post, había comentado ese proyecto a propósito del libro de ciencia ficción, Jorge Baradit, en que muestra que Pinochet se puso al lado de Allende y disfrutamos de la utopía cibernética marxista leninista.

 En ese libro se comenta el proyecto tecnológico Cybersyn, que tenía el propósito “el control operacional de las empresas estatales e intervenidas en el gobierno de Allende mediante el uso de la tecnología computacional”. Los diseñadores eran PUC y del Mapu. Era una especia de internet que recogía información de la producción de todas empresas estatizadas o expropiadas. El ingeniero a cargo del proyecto era un el inglés . Stafford Beer, quien vio la oportunidad de aplicar el proyecto en un país que pretendía alcanzar el socialismo por vía democrática. Al inglés no le bastaba vivir bajo el socialismo laborista, sino que quería el marxismo leninista. Desde luego, como toda persona del primer mundo de Izquierda radical de esa época (stalinista, maoístas, guevaristas, seguidores de Pol Pop), quería el comunismo para los países del Tercer Mundo, no su propio país. Parecido al francés que siguió al ‘Che’ Guevara a Bolivia. Por esa razón, dentro de las ‘víctimas del Gobierno Militar’ se ven extranjeros de Europa Occidental que tenían formación militar. Pertenecían a la guerrilla. 

 Luego el sociológo dice que el proyecto comenzó ampliarse; “Con el tiempo -y paralelamente al ascenso de Flores en el Gobierno-, Cybersyn fue ampliando sus pretensiones. Su tecnología podía emplearse para transformar el conjunto de la economía en un organismo adaptativo, adoptando las ideas de los biólogos Maturana y Varela, de fuerte influencia en Beer y Flores. Más tarde se pensó en emplearlo para promover la participación popular y canalizar la información y la propaganda”.

   

El columnista de Izquierda cita al final, las palabras de Medina: "cuenta la historia de la intersección de dos utopías", esto es, una política y otra tecnológica, y "como todas las utopías, esas visiones eran bellas, pero escurridizas". Muy bello si es en nombre de las ideas de Izquierda cometer genocidio.




 Mis queridos lectores notan la contradicción entre las palabras de Tironi y las del señor Bazán Álvarez. El Mapu pretendía eliminar a 800.000 personas y a la vez quería crear una máquina que recogiese el nivel de la productividad de las empresas. La demencia estriba como dice Bazán por ser “Hombres inteligentes y preparados en el “Humanismo Cristiano””. Supuestamente, el Mapu representaba a los sectores medios de país, a los cuales propia Unidad Popular los quería exterminar por ser burgueses.Se ufanaban por ser los intelectuales de la UP.

 En otra columna titulada ‘La Posibilidad del Mal’, el señor Tironi comenta las palabras del “historiador Tony Judt, en sus conversaciones con Timothy Snyde” sobre las cosas públicas en el período entreguerras: “Lo que le faltaba al pensamiento de izquierda y del centro en la época de entreguerras era algún tipo de reconocimiento de la posibilidad del mal como un elemento limitador, y mucho menos dominador, de las cuestiones públicas”. Según el sociólogo del PPD, los jóvenes revolucionarios leninista de la Unidad Popular conocieron la posibilidad del Mal, después del pronunciamiento militar pedido por la mayoría del país. Típico del pensamiento de Izquierda es invertir todo. Luego agrega: “ Nunca más nos sacamos el miedo de la piel: no a los demás, sino el miedo a nosotros mismos; al terror que podíamos engendrar si no aprendíamos a controlar nuestras pulsiones”. Ellos abrazaron la maldad y todavía siguen en la oscuridad. Para Tironi el problema no era el Mir, ni los 5000 guerrilleros que habían en Chile, ni las fuerzas de choque que tenía la Unidad Popular, sino el Gobierno Militar “por acosar a la población con un Estado omnipotente y omnipresente, no por dejarla al arbitrio del mercado; en otras palabras, por la DINA y Dinacos, no por la baja de los aranceles”. Los militares redujeron el tamaño del Estado, y el sociólogo habla de “acosar a la población con un Estado omnipotente y omnipresente”. Cualquiera persona informada, pensaría que está hablando del JAP. Al contrario del proyecto totalitario de Allende.

Sin embargo, es incapaz reconocer que la propia Izquierda chilena, la que forma de la Nueva Mayoría se ha encargado de  que “Paradójicamente, la porfiada negación del pasado conduce a su mitificación”. De ahí que Allende era demócrata, liberal y su culto a la personalidad, que los victimarios totalitarios y terroristas son las víctimas, que la Unidad Popular tenía el respaldo del pueblo y que la CIA estuvo detrás de la caída del presidente marxista de ese fabuloso proyecto que pasaba por llevar a Chile a guerra civil con un millón de muertos y ochocientos mil bolicheros muertos.

En la misma línea de trastocar los conceptos, la historia, es pues, a la ex mapu y ex candidata a diputado por las comunas de Peñalolén y la Reina, Teresa Valdés Echeñique en la elección parlamentaria del año pasado. Al parecer es pariente del arrepentido y del narcisista de La Moneda. Además de ser feminista y que también trabajo en el gobierno de Salvador Allende. En una entrevista que le hicieron en CNN Chile o en el canal 24 horas, ella dijo creó en 1983 el Movimiento Unitario “Mujeres por la Vida” para contraponerlo a la ‘Cultura de la Muerte’ del Gobierno Militar, y como dice en su sitio web “incluía a mujeres desde el PDC hasta el MIR-, articulación que convocó las mayores marchas y manifestaciones de mujeres contra la dictadura y por la democracia”. A igual que Tironi no le importa los asesinatos del grupos terroristas del Mir y luego del FPMR en los ochenta, y que hayan intentado imponer un gobierno comunista a costa de un millón de chilenos muertos. Valdés es otra cuica del barrio alto como Marcia Scantlebury, Manuela Gumucio y Carmen Castillo, quienes se sienten culpables de haber nacido en buena cuna.

  

A los izquierdistas chilenos se les nota que les pesa la derrota. Incluso en las personas que fueron de Izquierda y se pasaron a la vereda de la Derecha. Así, lo vemos en el ex mirista convertido al liberalismo, Mauricio Rojas, ya sea al ex comunista, novelista, ministro de Cultura y neoderechista militante de ‘Amplitud’, Roberto Ampuero.El primero hace la siguiente afirmación en una entrevista : “sino que yo mismo podría haber acabado transformándome en un verdugo como Stalin o el Che. Por eso me dediqué a buscar una ideología que se preocupara por proteger al individuo contra la violencia colectiva ejercida a nombre de cualquier ideal. Eso es lo que para mí representa las ideas liberales. No es tanto una cuestión de economía de mercado. Todo intento por sacrificar al individuo por una reforma, aun de corte liberal como la que hubo en mi país bajo Pinochet, es inaceptable. El liberalismo es algo integral”. Para Roberto Ampuero , “Subrayo que si bien desahuciar esa democracia fue una irresponsabilidad extrema, nada justifica la represión posterior”. Los que murieron después del 11 de septiembre eran terroristas del Mir. Y luego agrega: “Sin duda que el “nunca más” de un museo financiado por todos los chilenos debe alzarse contra el régimen que tuvimos, pero igualmente contra partidos que justificaron dictaduras en otras latitudes”. Hay recordar que los militares chilenos fueron llamados por el Acuerdo de la Cámara de Diputados, y no pretendieron perpetuarse indefinidamente como los gobiernos comunistas, ya que contaban con un itinerario para devolver a la democracia. Tanto Rojas como Ampuero omiten contra quienes combatieron los militares no eran unas blancas palomas. Como típico de Izquierda, es mejor culpar a otros de sus fracasos y derrotas. Además, como hemos visto en estos 24 años es lucrativo el negocio de hacerse la víctima.

 En fin, el Mapu fue un grupo más de los dementes, sociópatas, psicópatas, locos que conformaron la Unidad Popular, que debería pedir perdón al país por haber hecho tanto daño en vez de sentirse orgullo de su pasado.

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lunes, enero 13, 2014

Sin sentido de la realidad



A decir verdad hace tiempo que no veo las noticias por los medios digitales. Tampoco he visto los canales de la televisión abierta informado o desinformando de la realidad. Con todo, soy más asiduo de los primeros.

 Después de la derrota de la candidata oficialista, la mayoría de los políticos de la Derecha son incapaces de reconocer las causas de haber perdido la elección presidencial y parlamentaria. Siguen culpando al empedrado. Las causas se acumularon como una bola de nieve. Lo más divertido que quienes llevaron a la derrota, son los primeros en renunciar al partido de presidente, Renovación Nacional.  Si ni siquiera, el Sebastián Piñera, que renunció a su militancia para ser el presidente de todos los chilenos, desea volver a la tienda política que lo acogió por veinte años. Si nunca fue de Derecha, pues su corazón estuvo en la Democracia Cristiana, cuyo rasgo principal es ser anti derecha.  Tan DC fue Sebastián Piñera que quiso fundar una Nueva Derecha. Tan anti derecha que a principios de su gobierno se fueron en picada contra el ex ministro de Hacienda de Pinochet e investigador del Instituto Libertad y Desarrollo, Hernán Büchi, quien sostuvo que haber votado por Piñera fue como votar por el programa izquierdista Marco Enríquez Ominami. Piñera que fue el generalísimo de la campaña de Büchi en 1989, le dio la espalda a las ideas liberales de la Derecha. Además, los tontos de Renovación Nacional nunca se preguntaron o les pareció mal, que en el escritorio del presidente estuviese una foto del ex presidente demócrata cristiano, Eduardo Frei Montalva, o que sintiese una profunda admiración, quien era anti derecha, en primer lugar, y en segundo lugar, que con sus reformas económicas de la ‘Revolución en Libertad’, entre ellas, abolir el artículo que resguardad la propiedad privada, le haya pavimentado el camino a Salvador Allende. Con todo, siguen tratando de establecer una alianza con la democracia cristiana.

A todos los militantes de Renovación Nacional les falta tener una clases formativas como las que hace  el historiador Gonzalo Rojas con los jóvenes, entre otras cosas comentado y analizando buenos libros.

El principal responsable de la derrota presidencial  es, pues, Sebastián Piñera, por haber abrazado las banderas del adversario, como dijo su ministro de Interior, Rodrigo Hinzpeter. El electo senador José Manuel Ossandón culpó al presidente de la República, si perdía Matthei antes de la segunda vuelta. Piñera, en efecto,  cometió doble traición: la primera hacia Hernán Büchi, y la segunda, como todos saben a los militares presos.

Los que parlamentarios que recientemente renunciaron a Renovación Nacional, Karla Rubilar, Carmen Ibañez, Pedro Brown y Joaquín Godoy nunca fueron derecha. Ni mucho menos el asesor del segundo piso de La Moneda, Hernán Larraín Matte, director de la Fundación Horizontal, ni menos el ex ministro Felipe Kast del grupo de Evolución Política( Evópoli).

Así, el ex ministro de Interior, Rodrigo Hinzpeter no tenía problemas en sacarse fotos con el retrato de Allende, del mismo modo, la parlamentaria Rubilar no tuvo problemas en rendirle un homenaje al presidente marxista, en seminario organizado por Fluvio Rossi en el primer año del Gobierno de Piñera. Peor aún, la parlamentaria se molesta porque el Buque Madre de los Submarinos lleva el nombre del almirante Merino. Sin embargo, lo que menos les molesta a los políticos y ‘intelectuales’ de la Nueva Derecha son las dos estatuas de Allende, la pintura de éste y que un salón de La Moneda lleve su nombre, quien se pavoneaba por no ser ‘el presidente de todos los chilenos’.

 La confusión de ideas, los lleva a colocarle nombres equivocados a la realidad o realidades, sobre todo, a Renovación Nacional. Los que renunciaron se venden a la opinión pública como liberales, cuando son socialistas de derecha. Les gusta creerse la muerte de que son ‘liberales’ de la cintura para abajo y de la cintura para arriba son estatistas, burocratistas y stalinista como el ministro de Salud. En realidad, la palabra ‘liberal’ desde los 90 es simplemente un comodín intercambiable por cualquiera cosa. Los sectores conservadores se confunden, pues les gusta llamarlos ‘ultra liberales’ a los representantes de la Nueva Derecha. Ni Rubilar, ni Allamand, ni Larraín Matte son liberales. Según Rubilar: "Creemos que RN se convirtió en un partido muy conservador". En realidad, está gente es totalitaria como el ex ministro de Educación Beyer, pues no respetan la libertad de los otros, ni son democráticos, pues los que renunciaron eran minoría en Renovación Nacional. Más aún, no defiende el Estado de Derecho.

Tal es la confusión que el parlamentario de Renovación Nacional, Nicolás Monckeberg en una entrevista por la televisión, no sé si en CNN Chile o en otro, culpó al ex ministro de Hacienda de Bachelet, Andrés Velasco, por haberle quitado los votos a su partido, debido supuestamente, a su orientación liberal. Entonces, yo desprendo que los votaron por Velasco después votaron por el programa colectivista, chavista y anti liberal de la Nueva Mayoría. Velasco tampoco es liberal. La Nueva Mayoría que desea borrar el modelo ‘Neoliberal’, tanto en la institucionalidad política como en lo económico.

Precisamente, los que renunciaron a Renovación Nacional no les gustaba la derecha tradicional, los mismo que llamaron a ese sector a votar por la candidata en la segunda vuelta. Y luego después de la derrota en un acto de felonía culpan a la derecha tradicional por haber perdido.


Otros que carecen de sentido de realidad son los políticos y académicos de la Nueva Mayoría. Así, el jueves escuché por la televisión un panel en que estaba un demócrata cristiano, y el sociólogo Alberto Mayol. Lo escuché un poco. Si bien la Nueva Mayoría ganó la elección presidencial, ellos insistían que las instituciones políticas no daban para más y que en cualquier momento podría estallar. La típica profecía auto cumplida, que ellos se encargan de realizar. Mayol aducía los movimientos sociales que surgieron desde 2011. Queda claro que no le gustó el resultado de la elección presidencial, pues su sector es minoritario con respecto al padrón electoral. Y así, insisten que el modelo está agotado. Y para mostrar que está agotado necesitan de ‘la calle’ para extorsionar. Igual que Allende y su equipo. Me refiero a su locura.

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