miércoles, octubre 29, 2008

Viviendo en la caverna de Platón

Sobre crisis todos han opinado, pero pocos son los que se atreven apuntar con el dedo a los responsables. Entre tanto gurúes que andan pululando en vez de iluminar oscurecen más la realidad. Así, Arnold Harberger de la UCLA, ‘padre de los Chicago Boys’: “deben haber nuevas regulaciones. Hay un sistema de mala regulación que conduce en parte a esta cosa (la crisis),”. En vez de decir que hay eliminar la Ley de Reinverversión a la Comunidad de 1977 de Jimmy Carter, la cual se relajó más durante la administración Bill Clinton. ¿El Congreso americano habrá derogado esa ley? No sacan nada con crear nuevas normas, si no eliminan las leyes que provocaron el desastre.

De igual manera, varios gurúes repiten las frases cliché, como Deepak Chopra, quien dice: "un sistema así debe de colapsar porque es un casino". Luego sugiere un nuevo sistema que nazca del alma. Respiren profundamente. El ensayista Tzvetan Todorov afirma: "que muestre que la política económica ultraliberal es peligrosa". No hubo una política liberal. Kofi Annand propone una nueva regulación internacional, si ya la banca es la más intervenida. Véase Banco Mundial, FMI y los bancos centrales.

El economista argentino Carlos Rodríguez Braun refutó la metáfora de la economía como casino. Rodríguez recuerda que esa idea provino de Keynes. Agrega: “La característica básica del casino es que el riesgo es claro, es el mismo para todo el mundo y es conocido de antemano”. Después les recuerda a los ‘progresistas’ que la mayoría de los casinos son públicos y son altamente intervenidos. Basta recordar cómo el gobierno chileno no quiso que se abrieran casinos por doquier. El mercado no funciona con las reglas predeterminadas como los casinos, que las personas que van a jugar conocen.

Igualmente en Chile, Agustín Squella escribe en un diario de ‘derecha’: “así como el mundo comunista vio caer el muro de Berlín como consecuencia del mal modelo que administraba y de su total falta de autocrítica, el mundo de las finanzas y los gobiernos que le permiten actuar salvajemente en la oscuridad han visto caer ahora, por las mismas causas, el castillo de naipes que presentaron como si se tratara de una sólida fortaleza”. Hay que responderle al señor Squella que, cuando fue la crisis Argentina los liberticidas como él dijeron cosas parecidas. Después de todo, Squella nunca ha defendido la propiedad privada en sus columnas. El desplome de Argentina era como el Muro de Berlín. Y todavía se atreve a hablar del fundamentalismo del mercado, cuando lo que falló fue el Estado. Lo mismo dice la Presidenta en la siguiente tontera: “Por eso indigna que el planeta entero esté sumido en una crisis provocada por el afán de lucro fácil de algunos y por la inadecuada regulación de los mercados de algunas de las economías más influyentes”. Lo que ocurrió en Estados Unidos fue seguir una política ‘progresista’, esto es, que el Estado obligó a prestar dinero a personas que no tenían respaldo económico, so pena de que los bancos no le diesen la acreditación para funcionar. Si no prestaban, tenían que cerrar. Draconiana la ley. Hay que recordar que la propia Presidenta quiso imponer, obligar y coaccionar a las empresas privadas para que ellas siguiesen el ejemplo del gobierno paritario. Afortunadamente, el soduko presidencial no se llevó al mundo privado.

Squella y otros tantos ungidos nos quieren dejar en la caverna de Platón, esto es, nos quieren hacer creer que las sombras que ven los prisioneros es la realidad. Y no quieren que veamos a la luz del sol y los objetos reales. Por eso repiten una y otra vez que la culpa es del mercado, que el negocio bancario está desregulado. A la izquierda, como dice Thomas Sowell, los hechos no les importan.

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lunes, octubre 20, 2008

Siguiendo a Allende

He reparado que los socialistas se comportan igual que su venerado líder, Salvador Allende. Por una parte, criticaba el imperialismo, el capitalismo y admiraba los regimenes totalitarios. Y por otra parte, fue accionista y director de la empresa Pelegrino Cabriola, entre otras.

Puedo empezar con un primo de mi madre, a saber, Rodrigo Atria egresado del Verbo Divino, quien durante la ‘dictadura’ trabajaba en una ONG y recibía su sueldo en dólares. Por tanto, cuando fue la crisis económica del 82-83 y el dólar se disparó, él salió beneficiado. Apuesto que habrá escrito un paper criticando el ‘neolibelismo’. Viendo un programa sobre emigrantes venidos a Chile del canal cable del 13, entrevistaron a la dueña del primer restaurante vegetariano del país, “El huerto”, Nicole Mintz, la cual lo instaló en 1980. Nicole Mintz y el mapucista Álvaro García fundaron ese restaurante. Entre paréntesis ese restaurante reúne al green set criollo. Probablemente, el señor García allá por los 80 criticaba la política neoliberal. “¿O no la criticaba? Sin embargo, la misma política económica permitía a su novia, Nicole Nintz ser dueña de un restaurante. García (PPD) sería más tarde ministro de Economía de Eduardo Frei Tagle.Si la política de Allende hubiese continuado, o bien el estado se lo arrienda como en la perestroika, o bien nunca hubiera nacido ese restaurante. ¿Se imagina que en la ex RDA o Cuba permitiesen abrir locales privados?
El mismo sociólogo Eugenio Tironi se beneficia del mercado, pues Tironi se ufana de que el mercado escoja su consultoría . Nuestros ex Presidentes millonarios de la era democrática Patricio Alywin, Eduardo Frei Tagle y Ricardo Lagos deberían aprender de los artistas ‘progresistas’ como Antonio Banderas. De vez en cuando por la TV aparece un comercial en que un artista saca una nueva colonia o un perfume. Eso significa que les dan trabajo a otras personas. En cambio, nuestros ex Presidentes que reciben que una buena pensión sólo por haber sido primus inter pares, no son capaces de abrir una empresa. Si uno saca la cuenta de lo que reciben anualmente, de más podrían. Son demasiados conservadores con el manejo de su dinero. ¿Cuántos ex ministros del oficialismo de carteras técnicas, luego las empresas le han ofrecido un cargo en un directorio? Esos políticos tecnócratas conservan el mismo odio de sus pares. ¿Y Osvaldo Puccio?

Osvaldo Puccio: Bambi he decido renunciar a la embajada de Chile en España, porque la oposición me está hostigando. (Bambi equivale a Gordis)
Zapatero: ¿Cómo tú, un fino intelectual? ¿Por qué compañero le acosan?
Puccio: Pues, según la oposición, me pagaron millones de pesos en Gendarmería por trabajos no realizados. No fui el único.
Zapatero: Estos fachos. Yo tengo el mismo problema con el PP. Afortunadamente, tengo a Garzón para que nos entretenga con los muertos y mártires de izquierda en la Guerra Civil, siguiendo el ejemplo de Lagos y Bachelet: ‘Ni perdón ni olvido’.
Puccio: A mi edad no estoy para enviar curriculum vitae. Tampoco voy a esperar a que en el cuerpo ‘Artes y Letras’ -nuestra versión de El País-, aparezca un aviso solicitando un profesor para una universidad.
Zapatero: Osvaldo. No os preocupéis. ¿Cómo eres para las relaciones públicas?
Puccio: A decir verdad, soy malo. La oposición durante administración del más grande estadista de nuestra historia, Ricardo Lagos, me odiaba. Me comparaba con Chuky, el muñeco rabioso.
Zapatero: Por Dios. Estos fachos. Mi amigo de Endesa-España me dijo hace poco que necesitaban alguien para reforzar la proyección internacional de la compañía. No se necesita experiencia previa. Te puede servir la filosofía. Acuérdate de más prozac y menos Platón. Olvídate de No Logon.
Puccio: ¿Cuál es el cargo?
Zapatero: He sabido que necesitan un director consejero para Latinoamérica, cuya responsabilidad es abrir nuevas oportunidades de negocio. La empresa necesita más mercado.
Puccio: Está bien.
Zapatero: Sin embargo, cuando termine tú jornada laboral, haces lo que hacen todo los izquierdistas mañana en la noche: echarle la culpa al mercado. Y me mandas un artículo para te lo publiquen en El País.

P.D: Si Osvaldo Puccio se le ocurre criticar al mercado, merece que le den un jap y cross, como ocurre cuando algún idiota molesta demasiado en las películas americanas. Véase cuando Bruce Willis le pega a un senador al final película ‘El último Boy Scout’.

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martes, octubre 14, 2008

Idiocracia




Algunos izquierdistas se hacen los tontos o simplemente lo son. En efecto, el reciente domingo pasado, ‘El Mercurio de Valparaíso’ en su sección Reportajes realiza una entrevista al periodista y escritor Patricio Fernández Chadwick, dueño del tabloide ‘The Clinic’. Hasta parece que ‘El Mercurio’ celebra los diez años de ese diario, que se dice ser crítico de todo, pero al final del día, tienen el ADN de la Concertación; aun cuando pretende ser outsider. El periodista del diario de ‘derecha’ le pregunta: “En ese proceso democratizador imagina un eventual gobierno de derecha? El señor Fernández responde: “A veces me da miedo Sebastián Piñera y la derecha completa en el poder porque no creo que sea una manifestación de eso. Ya tienen plata, también con La Moneda…no sé…es mucho”.

Piñera en tiempos de la ‘dictadura’ quería un alto cargo en el partido del ‘humanismo cristiano’, según reveló el ex Presidente Patricio Aylwin . Piñera es un Demócrata Cristiano.

La declaración de Patricio Fernández es la típica campaña del terror que la izquierda ha sacado desde 1990 contra la derecha, como si en el país no existiese la ley, ni la Constitución. No es la primera vez que la leo o escuchó. Hace tiempo el economista y ex ministro de Pinochet, Carlos Cáceres escribió una columna para refutar esa misma estupidez durante una campaña presidencial. Además, siguiendo un poco al bloguero Jorge A. Gómez Arismendi, la declaración de él es absurda, pues Patricio Fernández Chadwick pertenece a la élite. Tiene parientes tanto en la UDI como en el PS. Sin embargo, ‘The Clinic’ nunca ha criticado el hecho de que la izquierda pase a llevar la ley con el juicio a los militares, la figura del ‘secuestro permanente’, la aplicación de la Ley de Amnistía, el debido proceso, etc, sino que se ha dedicado a demonizar a un grupo de personas. La Concertación ejerce todo el poder contra los militares, presiona a los jueces con visitas al Tribunal, etc. Uno no esperaría que alguien que se declaré ‘progresista’ demonice a personas. Si fuese tan crítico, Fernández criticaría el robo y el saqueo de la Concertación al Estado, como asimismo los nuevos ricos de la izquierda que reciben $100.000.000 por ser ‘víctimas de la dictadura’, mientras la mayoría vive en promedio con doscientos mil pesos. Para él no significa nada el despilfarro.

Cuando leí la entrevista, me acordé de una película americana que vi el sábado titulada ‘La idiocracia’ en la que actúan los comediantes Maya Rudolp y Luke Wilson. En ella, un hombre promedio y una prostituta se ofrecen para un experimento y despiertan quinientos años después, siendo las personas más inteligentes del mundo en sociedad idiotizada. En esa película el hombre en vez de evolucionar, involuciona. Con su comentario sobre Piñera, se parecía al Presidente de los Estados Unidos de esa película o los seres humanos del futuro que retrata. Si la misma Constitución al consagrar la propiedad, limita el poder. Además, la propia Concertación desde 1990 ha desmontado poco a poco, los chequeos y controles de la Constitución. Para Mostesquieu, los ingleses eran libres porque el rey estaba limitado por la ley. El profesor Pipes escribe en ‘Propiedad y Libertad’: “La idea de que la libertad y la propiedad están relacionadas no es nueva –surgió en el siglo XVII y se hizo común en el siglo XVIII-“. La Derecha llega al poder y no hay ley, según el profesor de Historia del Arte Renacentista de la Università degli Studi di Firenze, Patricio Fernández. El hecho de que más del 50% de la población adulta no entiende lo que leen hay que atribuírselo al aporte cultural de ‘The Clinic’. La población está totalmente idiotizada.

La misma cultura de idiota uno lo ve, cuando en una entrevista del canal de la Cámara Alta, el senador socialista Jaime Naranjo se lamenta por de la falta de educación cívica. Pero ¿No han gobernado casi veinte años? Desde luego, el periodista del senado no le importuno con esa pregunta. Después de todo, la culpa es del individualismo, del mercado y de Pinochet. Bajo Pinochet existía el ramo de Educación Cívica. A principios de 1990 cambiaron el escudo nacional por unos cubos o logos tipo Microsoft o Apple. Y el idiota senador se queja de la falta de civismo. El propio gramcismo los vuelve idiota. La autoridad y la sanción son ideas reaccionarias, luego tenemos estudiantes del colegio matándose entre ellos con armas blancas y pegándoles a los profesores. La culpa es de la oposición.

El sociólogo y millonario Eugenio Tironi en su última columna en ‘El Mercurio de Santiago’ escribe: “La crisis ha pulverizado bruscamente la ilusión de que la universalización del capitalismo auguraba un crecimiento económico indefinido y sin sobresaltos, sólo amenazado por el terrorismo islámico y el calentamiento global”. Nada más falso. Los liberales nunca han hablado de crecimiento económico indefinido, hasta Adam Smith habla de ciclos en la economía. Cito párrafo del blog Panafredom de Francisco Ibero, quien cita al economista español Jesús Huerta Soto sobre La Gran Depresión, Hayek y Keynes: “Tanto Mark Skousen como Lionel Robbins se hicieron eco de la predicción efectuada por Mises y Hayek del inexorable advenimiento de la Gran Depresión, que apareció expresamente en un artículo de Hayek publicado en 1929. Esta predicción contrasta con el optimismo de Keynes y los monetaristas, como Fisher y otros, que incluso pocos meses antes del crash aún afirmaban públicamente que el “auge” económico de los años veinte y la euforia bursátil se mantendrían indefinidamente.” El crecimiento económico indefinido es una idea idiota de la izquierda.

Bienvenido a la idiocracia.

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miércoles, octubre 08, 2008

Comentario de libro: Fréderic Bastiat



En Chile son más conocidos los autores de izquierdas que algún autor liberal o conservador. Ni los propios políticos de la derecha saben cuál es la justificación de tal o cual política. Además, las personas que tienen alguna representación en los medios, sobre todo escritos, parece que teme relucir sus autores. En cambio, en la izquierda vemos que no tienen tapujos en mencionar tal o cual autor para justificar su accionar político, ya sea Rawls, Bobbio o algún economista de izquierda ganador de algún Nobel.

Afortunadamente, hay políticos que se encargan de difundir a autores clásicos del liberalismo. Así, el diputado y economista de la Unión Demócrata Independiente (UDI), Julio Dittborn tradujo dos textos clásicos del político francés del siglo XIX, Fréderic Bastiat (1801 – 1850): La Ley y El Estado. Que se haga en Chile es bastante meritorio, pues todavía se cree que el Estado es Dios.

Dittborn escribe: “Estamos acostumbrados a la presencia permanente del Estado entre nosotros, en todos los ámbitos de nuestra vida – hasta lo más íntima- que, estoy cierto, a la mayoría de los chilenos les costaría hoy imaginar su existencia diaria sin su presencia abrumadora”. Sin embargo, él se hace responsable de la presencia del Estado: “Por ejemplo hemos aceptado como axioma moral de nuestra sociedad la “igualdad de oportunidades” en lugar de “la igualdad ante la ley”. A partir de allí, la presencia del Estado se hace difícil de objetar”.

Asimismo, el libro tiene la presentación de Álvaro Bardón. Por su parte, Bardón sostiene que Bastiat “enseñó, contra Rousseau y los socialistas, que hay un orden armónico que emana del libre intercambio entre seres humanos a satisfacer sus ilimitados deseos con recursos escasos”. Agrega que Bastiat “se hizo famoso por sus ensayos cortos, ridiculizando la acción estatal, como en la petición de protección de los productores de velas contra la competencia desleal del extranjero sol, que inundaba con la luz el mercado doméstico a un precio insignificante…se lograría con la obligación por ley de tapar todas las ventanas”.

Luego Bardón menciona a pensadores que han hablado bien de él. Para Schumpeter fue el “más brillante periodista de la economía”. Su afirmación de las “consecuencias que no se ven” de la acción del Estado, se adelantó a la propuesta de Hayek sobre los efectos a largo plazo, que disminuyen la actividad económica. También se adelantó a la “escuela de la elección pública” (Public Choice), sobre la “búsqueda de rentas”.

A propósito de Bastiat, la izquierda chilena siempre repetía que la Constitución de 1980 era para Pinochet. Sin embargo, la propia izquierda en el sitio www.rebelion.org calificó a la Constitución que crearon los militares junto con los civiles, bastiana. ¿Por qué? En la Constitución está garantizada la propiedad. Menos puede ser Ricardo Lagos el padre fundador de la Constitución si él y sus secuaces eran partidarios de la expropiación.

En el ensayo sobre La Ley, Bastiat afirma: “La personalidad, la libertad y la propiedad no deben su existencia a que los hombres hayan dictado leyes. Por el contrario, la preexistencia de su personalidad, libertad y propiedad es la que permite que los hombres puedan hacerla”. De ahí que cualquiera otra actividad que sea contraria a ley, esto es, que sea contraria a garantizar a cada uno su propiedad y libertad, es coacción.

¿Qué es la ley, según Bastiat?: “Es la organización colectiva del derecho individual de legítima defensa”.

Según Bastiat, la propiedad emana del trabajo, esto es, de una apropiación perpetua. Lo contrario, es la expoliación, esto es, “apropiando y consumiendo el producto de la facultades de sus semejantes”. Por ello, la ley debe tomar partido la propiedad y ser enemiga de la expoliación.
¿Cómo se realiza la expoliación? “Dirá que el Estado le debe protección y fomento a su industria; alegará que es bueno que el Estado lo enriquezca porque, siendo rico, gastará más, derramando así una lluvia de salarios sobre los obreros pobres”.

Otra modo de realizar la expolición legal y que Bastiat lo llama “socialismo” es a través de: “tarifas, proteccionismo, primas, subvenciones, impuestos progresivos, instrucción gratuita, derecho al trabajo, a la ganancia, al salario, a la asistencia, a los instrumentos de trabajo, gratuidad del crédito, etc”.

Para Bastiat, “la ley es la justicia organizada”. Por tanto, atenta contra la justicia que ésta se preocupe de la caridad, las bellas artes.

Bastiat escribe: “No se está conforme con que la ley garantice a cada ciudadano el libre y pacífico ejercicio de sus facultades, aplicando a su desarrollo físico, intelectual y moral; se exige también que difunda el bienestar, la instrucción y la moralidad sobre la nación. Este es el aspecto seductor del socialismo”.

En el mismo ensayo, Bastiat critica duramente a los intelectuales modernos: “Dividen la humanidad en dos partes. La generalidad de los hombres forman la primera; los intelectuales la segunda, y por mucho, la más importante”.

Y agrega: “Comienzan estos intelectuales por suponer que los hombres no contienen en sí mismo ni un principio de acción ni un medio de discernimiento; que carece de iniciativa; que son materia inerte, moléculas pasivas, átomos sin espontaneidad; cuando mucho una vegetación indiferente a su propio modo de existencia; susceptibles de adoptar”. Y los critica porque ellos actúan como el “organizador”, “fundador”, que él es el móvil universal. O sea, Bastiat se adelantó a las críticas a los ingenieros sociales que tanto gustan a la izquierda.
Añade: “Tan cierto es que los socialistas consideran a la humanidad como materia destinada a combinaciones sociales..”.

El ensayo El Estado es más irónico al respecto.
Bastiat define el Estado con estas palabras: “El Estado es la gran ficción a través de la cual todo el mundo busca vivir a expensas del resto del mundo”.

Bastiat se burla de sí mismo: “Heme aquí, desacreditado ante todos y para siempre; es un hecho que soy un hombre sin corazón y sin piedad, un filósofo duro, un individualista, un burgués y, para decirlo en una palabra, un economista de la escuela inglesa o estadounidense”.

La ironía de Bastiat se manifiesta, cuando “descubre la verdad e introduce en nuestras cabezas un pizca de razón”. Así el Estado extirpa el egoísmo, experimenta sobre el estiércol y los huevos, surca el país de rieles y ferrocarriles, funda talleres armoniosos, consuela la vejez, estimula el arte, formando músicos y bailarines, restringe el comercio y crea a su vez una marina mercante".

Y sigue: “un ser bienhechor e inagotable llamado Estado, que tiene pan para todas las bocas, trabajo para todos, trabajo para todos los brazos, capitales para todas las empresas, crédito para todos los proyectos,…,alivio para todos los sufrimientos, consejos para los perplejos, soluciones para todas las dudas..”.

Vale la pena leerlo en estos tiempos en América Latina. Este libro fue presentado en la Universidad de Andrés Bello, en Viña del Mar.

Fréderic Bastiat; La Ley y El Estado; Editorial Bibloteca Americana, 2006, 74 páginas.

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