domingo, enero 24, 2010

Entre una elección y un carnaval



Finalmente, ganó la Derecha y como decía un lector ni el Museo de la Memoria, ni doble funeral de Víctor Jara, ni nuestra versión del ‘Aló Presidente’ antes de la elección pudo cambiar el parecer de la ciudadanía. Hay que agradecerle a la Concertación por haber mantenido el sistema económico de Pinochet, y no haber seguido al sugerencia del joven economista, “El Mozart de Al” como lo llamó la revista Time a Ricardo Lagos: “La única y verdadera solución es, entonces, la abolición de la propiedad privada de los medios de producción, los cuales deben pasar al Estado”. Estaríamos como Venezuela de Chávez.


La última cacería de brujas de la Concertación: La semana antes de la elección alguien me dijo que el cientista político progre Patricio Navia, decidió votar por el candidato de la Derecha, el Demócrata Cristiano, Sebastián Piñera. En un principio, no pude procesar hasta que me puse a investigar, descubrí que el señor Navia había condicionado su apoyo si y solo si, el Presidente electo, no colocaba en los cargos importantes del futuro Gobierno, a personas que hubiesen colaborado en el Gobierno Militar. Los ex militares que se reunieron con el presidenciable, podrían haber sido más exigentes. De más está decir, que sin la ‘dictadura’, el señor Navia como el actual rector de la Universidad Diego Portales, Carlos Peña no tendría sus cargos respectivos en ese centro de estudio de educación superior.

Fantasmas: Cuando ganó Sebastián Piñera, muchos pinochetistas salieron a la calle con bustos del ex Presidente o con pancartas en el que aparecía con la banda presidencial. Rápidamente la intelligentsia chilena se escandalizó. Así, la periodista Mirna Schindler de TVN 24h, le preguntó al líder de ChilePrimero, Jorge Schaulsohn qué pensaba acerca de ello. Así, primero apareció una carta ‘La Tercera’ de dos investigadores del think tank de izquierda Flacso: Carolina Aguilera y Manuela Badilla. Ambas estaban alarmadas, porque “También llamaron la atención las imágenes de adherentes de Piñera portando fotografías y bustos de Pinochet”. Lo mismo se debatió en el programa ‘Memoria Histórica’ del canal 13 cable. Los anfitriones estaban escandalizados. Mientras Víctor Farías, ex allendista habla de la Revolución Económica de la ‘dictadura’ que nos puso al lado de Estados Unidos y de las economías emergentes del Asia Pacífico, el representante de RN, decía que Pinochet era del pasado, pero sin admitir que los empresarios de ese partido no serían dueños de sus empresas, sino fuera por el Gobierno Militar. Sin embargo, la intelligentsia chilena nunca en los veinte años cuestionó los homenajes a Salvador Allende, quien se salió de la ley y la Constitución. Ni siquiera se han molestado por informar correctamente de por qué se llegó a un punto muerto con la UP a la generaciones que nacieron, desde 1980 en adelante.

Periodismo: La elección pasada quedó al descubierto los zalameros que son los periodistas con la Concertación. Escuchando en la noche de la elección, parece que en el programa ‘Tolerancia Cero’, Matías del Río se dedicó a relatar con imagines las diversas obras de la Concertación, como cuando Ricardo Lagos abrió la puerta Morandé por donde salió Allende para dar la impresión de que éste era un republicano, olvidando que fue solamente “Presidente de la Unidad Popular". Esa es una “obra”. Otra “obra” de Ricardo Lagos fue haberle cambiado la firma a la Constitución del 1980, como si él fuese el autor. En vez de mostrar por gobiernos el despilfarro de dinero que se ha perdido, que uno puede encontrar en diversos sitios o el nepotismo en que cayó la Concertación, ha preferido la complicidad. Así, por ejemplo, en el blog de Bernardita Huerta , que subió el 16 de diciembre del 2009 a su sitio una noticia que se refería a que las organizaciones que defienden a los militares presos, habían descubierto en la ciudad de Valdivia, que varias organizaciones de DD.HH., eran falsas. Lo mismo que las acusaciones que se basaban en el Informe Valech. Recién la semana pasada, la Radio Bío-Bío –una radio de izquierda- informó acerca de las irregularidades. Más de un mes y los periodistas no sabían. Por el blog de la periodista chilena Angélica Mora hace mucho tiempo avencidada en Estados Unidos, subió una carta de ex coronel del Ejército, hablando sobre ellos. El ex militar afirma: “Noten además, estimados camaradas, que no hubo necesidad de señalar absolutamente nada sobre amnistía, prescripción, media prescripción y aplicación de tratados de fecha posterior a 1973. No fue necesario, porque todo es FALSO”. En otro blog, conté la historia del compañero de Liceo del Brigadier Miguel Krassnoff, el terrorista “Iván”, quien entregó información espontáneamente cuando fue interrogado. Con todo, cuando llegó a España dijo que lo habían torturado. Leyendo el libro del señor Julio Bazán Álvarez “Lo Derrocó el Pueblo: La Historia comenzó antes” (Editorial Maye, 2009) que, por cierto, lo recomiendo, él escribe: “En los años transcurridos desde 1973 se ha creado una imagen del gobierno de la Unidad Popular y del Presidente Allende totalmente disociado de la verdad siguiendo el dictado de Lenin: “Hay que repetir la mentira tantas veces como sea necesario, hasta transformarla en verdad””. Volviendo al caso de Valdivia. Esa noticia no tuvo la cobertura en ‘Emol’ o ‘La Tercera’, como ha ocurrido cuando informa en primera plana -sin importa la hora, en que uno los lea por Internet-, de una nueva condena a la los militares que combatieron el terrorismo.

Museo de la Memoria, El Evangelio de Judas y Código de Da Vinci: De nuevo el director del think tank liberal, Arturo Fontaine salió en defensa de esa abominación . Él que se pone aséptico con la Unidad Popular. Me extraña que aquellos que se llamen ‘liberal’ se opongan a que uno dude y cuestione. Les sugiero aquellos individuos que son partidarios de ese Museo, que en sus blog y otros medios recomienden, asimismo, clausurar las diversas escuelas de historia y filosofía, ya que están prohibiendo el pensamiento independiente. Incluso que cierren los think tank. ¿Por qué no cierra el CEP, señor Fontaine? El ‘progresismo’ que se ufana de ser moderno y que se siente orgullo de estos veinte años, no quieren que le recuerden que despreciaba la vida de las clases medias o la burguesía. Julio Bazán cita unas palabras de Jacques Chonchol, del 2008: “Pienso finalmente, y es un tema de reflexión, que no tuvimos en la UP una política más favorable a la clase media”. ¡Qué explicación mariposona! A la clase media la querían destruir. No puede decir eso. Creo haber encontrado la razón. La razón es como dicen los estudiosos, es que en Chile ha emergido una nueva clase media, que ha entrado a las universidades y accedidos a nuevos bienes. Sin embargo, esos sesudos analistas se olvidan que las nuevas clases medias emergieron con Pinochet, cuando en los feudos de la izquierda ganó la UDI. El discurso revolucionario de la década del 70, ni siquiera servía en los feudos de la ex UP a principios de los noventa, que se habían convertidos en pequeños burgueses. La nueva clase media que llaman ‘ascencionalista’ es producto de las reformas económicas de Pinochet. Un día me encontré con un auxiliar del colegio donde estudié. Él me contó que su hijo o hija había entrado a la Universidad del Mar o la de Viña del Mar. Ambas privadas. Esto para recordarle al ‘Mercurio de Santiago’ que las universidades privadas no es legado de la Concertación, ya que cuando se supo el resultado, al día siguiente, mostró como logros del oficialismo la cantidad de universidades privadas que nacieron en estos veinte años. La izquierda no quiere que les recuerda, las palabras de José Antonio Viera Gallo, actual ministro: “Algunos han pretendido que el segundo camino hacia el socialismo excluye la Dictadura del Proletariado y han buscado amparo en las palabras presidenciales. Ésta ha sido una vieja pretensión de la socialdemocracia europea” (“Cuadernos del CEREN”, Universidad Católica de Chile, N° 15, diciembre 1972, p. 160)”. El progresismo chileno se comporta igual que la Iglesia Católica de la novela Dan Brown y la discusión sobre el Evangelio de Judas. Nos imponen una visión y nos ocultan otra. Reemplacemos el Evangelio de Judas y María Magdalena por la Unidad Popular. ¿Por qué ocultan? El pasado la de la izquierda es el presente de la nación venezolana, y ello les llena de vergüenza.

El Carnaval Cultural y la intelligentsia chilena: Como es costumbre, Bachelet nunca ha ocultado sus simpatías al totalitarismo. Sin embargo, la intelligentsia chilena se escandaliza porque alguien saca el retrato de Pinochet y no critica el símbolo del puño en alto de socialismo bajo el cual murieron ochenta millones de personas y que en Chile nos llevó a una guerra civil, durante el siglo XX. Nunca la intelligentsia chilena ha criticado las banderas comunistas, el nexo del PC con las FARC y el saludo totalitario del socialismo. En efecto, en el último carnaval cultural de Valparaíso a la asistió la Presidenta, "El Mercurio de Valparaíso" cuenta que: “ comenzaron a aparecer imágenes de puño en rojo en la pantalla gigante…..El cierre del segmento fue con todos los artistas sobre el escenario interpretando “El aparecido” de Víctor Jara, seguido de “El pueblo unido”, con puños en alto, incluido el de Bachelet, además de gritos de la masa en contra del Presidente electo y con un alcalde Jorge Castro (UDI) que fue de los pocos que vio el acto en silencio y luego emprendió la retirada con su esposa”. Para Arturo Fontaine y el equipo liberal tiene que toda una gracia ver el puño en alto, como si nada hubiese pasado en el siglo XX. En otras partes, estaría prohibido. A Bachelet le recomiendo como lectura de verano: “Lo derrotó el pueblo”.

PD: La foto es del Carnaval Cultural de Valparaíso 2010

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miércoles, enero 13, 2010

Museo de la Memoria

Que la izquierda o el progresismo u otro nombre ridículo que les gusta ponerse haya inaugurado por Bachelet –la Presidenta de la ‘Reconciliación’ como la llamaron los obispos al principio su mandato- y financiado con ‘plata de todos los chilenos’ una institución abominable por donde se la mire como es el Museo de la Memoria, sólo para recordar las supuestas ‘víctimas’ –únicamente de la izquierda- del Gobierno Militar o ‘dictadura’, nos ilustra que la batalla ideológica ha sido desigual. La mayoría de los derechistas, después del Gobierno Militar, se preocuparon de los negocios o de los asuntos privados dejando a merced de los asuntos públicos a la izquierda, como dijo un abogado que defiende a los militares perseguidos. Salvo contadas excepciones, los representantes de la derecha han sido francamente colaboracionistas como Lucas Sierra, Arturo Fontaine y Óscar Godoy. La izquierda nada de tonta ha aprovechado la oportunidad para cambiar la historia e imponer su punto de vista al puro estilo stalinista, como cambiarle la autoría de la Constitución del 1980 de Pinochet por el Ricardo Lagos, quien no creía en la propiedad privada. Para los progresistas que no creen la libertad, sería herejía dejar a cada uno su libre interpretación la historia de Chile de los últimos 36 años o simplemente contar cómo sucedió. Prohibido pensar en forma independiente.

El hecho de que el Museo de la Memoria imponga a los demás una manera de ver la historia, me recuerda mi experiencia con el desquicio que ya he contado más de una vez, mientras estudiaba en la universidad. Así como estudiantes de izquierda no me dejaban refutar, y así como a los militares procesados no se les deja ver el sumario, cosa que sí a la parte querellante; de la misma manera es modus operandi del Museo de la Memoria. Ello se debe como me explicó el exiliado cubano Simón José: “es normal en el comportamiento de estos jóvenes que se convierten en "socialistas destacados".Así esta en los manuales de instrucción revolucionarios, por los cuales estudian los métodos de lucha ideológica. Allí lo primero que les orientan es "que el revolucionario debe ser combativo, que no debe darle tiempo a los reaccionarios a expresar sus ideas contrarias a los interesas de los trabajadores y del pueblo”. Eso es justamente lo que ha hecho la Concertación en estos veinte años en distintos ámbitos.

Para cualquiera persona seria, el Museo de la Memoria que inauguró la Presidenta este lunes es un chiste o una broma que no merece ponerse tonto grave como les gusta hablar de las ‘sistemáticas violaciones a los derechos humanos’ del Régimen Militar, cuando se respetaron la mayoría de los derechos humanos, tanto que la oposición podía abrir colegios, think tank, centros de encuestas como Mori, institutos de educación superior como Arcis y la Academia de Humanismo Cristiano, radios, revistas, periódicos y salir y entrar del país cuando quisiera, a excepción a quienes le estaba vedado, y ONGs como dice Michelle Bachelet cuando era pre-candidata en discurso al Partido Socialista (9-02-05): “Soy de aquellos entusiastas profesionales que durante los años ochenta trabajamos en ONGs y centros de estudios, imaginando el Chile que vendría con la democracia.” Supongo los mismos derechos que tenían las personas que se oponían, vivían y aún viven en las dictaduras comunistas. Nada serio puede salir de los guasones de la Unidad Popular y del Mir, que querían convertir a América Latina en otra Vietnam siguiendo al asesino en serie Ernesto ‘Che’ Guevara. A igual que el Guasón del caballero de la Noche, su objetivo era caos. Asimismo, no puede ser serio porque en Chile no hubo genocidio. En la Guerra Civil de 1891 murieron diez mil personas, en la cuasi guerra civil tres mil. Hay que recordar que según los propios dirigentes de la UP, en la guerra civil al más puro estilo de la española iban morir un millón de chilenos o medio millón. Sin embargo, después del 11 de septiembre, la izquierda comenzó a mentir diciendo que habían muerto cuarenta mil y cargando con esas muertes a Pinochet, quien quería que hubiesen menos bajas posibles. Así quien quería que hubiese menos muertos si las FF.AA. intervenían lo comparan con Hitler o Stalin, como lo hace el escritor y ex comunista Roberto Ampuero. Es una exageración que no merece análisis. Ni siquiera me parece respetable, pero parcial el Museo como dice la editorial de ‘El Mercurio de Santiago’ de ‘derecha’ del 13 de enero.

Recientemente, la Presidenta se reunió con la Fundación Protección a la Infancia Dañada, en la que se nos dice que la mandataria trabajó en los en la década de los ochenta bajo los estados de excepción. Con todo, esa fundación ni Bachelet no se acercó en 1980 a Karina Ferrada Carrasco 9 y a Erika Sáez Pérez 8 año , respectivamente, que sufrieron heridas graves producto de una bomba que el Mir colocó en la Av. Recoleta esquina Subiabre de Conchalí ni a Luis Albornoz Gálvez de 13 años quedó mutilado por una bomba que dejó el Mir cerca del estacionamiento de las Industrias Lever, Santiago; ni a los niños Rodrigo Nanjarí de 12 y a Ximena Nanjarí años que en 1986, ambos hermanos, que fueron afectados por una bomba en Valparaíso; ni se acercó a la niña Rosario Navarro Rojas, de 2 años, que sufrió quemaduras producto de una bomba incendiaria que lanzaron al bus en 1986; ni se acercó al niño William Espinoza Araví, de 15 años, quien fue herido producto de una bomba en Concepción en 1987. Y otros niños. De más está decir que ellos no estarán en el Museo de la Memoria.

La Concertación de Partidos por la Democracia les viola los derechos humanos a los militares al no respetarse las leyes vigentes. Por tanto, convierte a los militares en Presos Políticos en democracia. Ellos también se deberían incluir en el Museo de la Memoria.

Otra abominación es comparar a los oficiales y suboficiales que combatieron el terrorismo con los nazis; cosa que las agrupaciones de derechos humanos lo hacen a menudo y nadie los cuestiona. Los fascistas estaban en la Unidad Popular y en el Mir, no en la oposición al gobierno de Allende.

Además, estoy aburrido de leer este tipo de declaraciones : “Lo acontecido en el gobierno de Allende no justifica de manera alguna las denunciadas violaciones,”, ya que no es una violación a los derechos humanos la tortura y secuestro realizada por el Mir al director de ‘Las Últimas Noticias’ de Concepción; tampoco es una violación de los derechos humanos la violación que realizaron a una dueña de un fundo en presencia de sus hijos, la cual se suicidó; tampoco las fechorías cometidas por el Comandante ‘Pepe’ del Mir en la selva del Neltemu, donde violó a una mujer y luego asesinó a su marido, entre otros crímenes en democracia. Pero sí es un crimen que una patrulla militar haya matado al comandante ‘Pepe’, porque estaba durmiendo cuando lo encontraron. Tampoco es un crimen de lesa humanidad el asesinato del oficial de inteligencia del Ejército Roger Vergara, o del intendente Carol Úrzua; ni es un crimen los asesinados efectuados por los hermanos Vergara del Mir, ya sea civiles o carabineros; no es una violación a los derechos el ‘ajusticiamiento’ que le realizaron a Roberto Fuentes Morrison, un ex militar del Comando Conjunto que fue dejado a su suerte por el Ejército en la nueva democracia, que fue asesinado por orden del Partido Comunista sólo porque asignaron a esa unidad. En cambio, sí es un crimen el ‘ajusticiamiento’ que se les hizo a los llamados ‘profesionales’, que eran terroristas del Mir luego del atentado al general Pinochet y a su escolta, donde varios murieron.

Como decía el columnista conservador Gonzalo Rojas dentro del Museo de la Memoria no se recordará el lugar en el Estado Nacional, donde el dictador Fidel Castro llamaba a la Revolución, pero sí las gradas donde estuvieron los upelientos después del 11. Igualmente, no se incluirá los lanzacohetes, granadas y otras armas que se encontraron en la residencia particular de Allende, ni las frases del humanismo socialista: “Momios al paredón, momias al colchón” o “Fusil, fusil, Mir”.

¡Hasta no me extraña que el sacerdote jesuita Felipe Berríos en su columna semanal en el diario de ‘derecha’, haya manifestado su apoyó a esa abominable institución, donde están blanqueados los crímenes de la izquierda! Los jesuitas chilenos han apoyado el terrorismo en estos últimos 36 años.

Prefiero, en todo caso, a un Víctor Farías que por su carta al Mercurio compara el Museo de la Memoria de Bachelet a los Museos de la Memoria que realizaron los regimenes nazista, fascista y comunista a un anonadino investigador del CEP. Farías afirma: “Los museos de la memoria inaugurados por Mussolini, más tarde por Hitler y Stalin fueron obscenas movilizaciones de circo ideológico para lavar cerebros y movilizar a las “masas””. Parece que la alumna preferida de Eric Honecker aprendió bien su lección detrás de la Cortina de Hierro.

Los progres chilenos tienen complejo de mosquita muerta y les gusta victímizarse. Eso es una prueba de que les gusta achacar el desacierto de sus decisiones a los otros, porque nunca han creído en la libertad. No admiten que la versión chilena de la Revolución Rusa no les funcionó, porque tuvimos nuestra propia rebelión Kronstadt gracias al almirante Merino gozamos de libertad. Pero a diferencia de la Rusa fue un éxito, lo cual tiene resentidos a los socialistas y miristas que quisieron infiltrase en la marina. Basta ver un libro publicado por la editorial de izquierda Lom de dos tomos, cuyo nombre no recuerdo. Ese libro sostiene que cuando los oficiales supieron de la infiltración empezaron a torturar. Una mentira más.

Los que creemos en la libertad y la independencia de pensamiento, simplemente, debemos oponernos a esta imposición totalitaria.

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lunes, enero 04, 2010

Las dos Derechas



Durante la campaña presidencial de la primera vuelta, lo que más se oyó por parte de los tres candidatos Concertacionistas, a saber, Frei, Enríquez-Ominami y Arrate, fue la derecha no debía gobernar. Lo mismo se escuchó, cuando se supo el resultado final de la primera vuelta. En la cena para Navidad del 2009, un conocido había comentado los dichos de una actriz progre, de que si ganaba Piñera a los homosexuales se les iba a perseguir e iba volver la tortura. Tal como yo dije , si alguien de la derecha dice que reprueba la conducta homosexual, pero la acepta, los progres chilenos los iban a catalogar de Klu Klux Kan. Ahí se da cuenta los retrógrados son los así llamados ‘progresistas’. Los derechistas no pueden decir que la isla Quiriquina o el buque escuela ‘Esmeralda’ no eran centros de tortura.

Para el progresismo o la izquierda u otro nombre ridículo que quieran colocarse, siempre le ha convenido una derecha acompleja, tímida y a la defensiva. En estos veinte años, hemos tenido una derecha acompleja desde que perdió el plebiscito, como dijo el historiador Gonzalo Rojas Sánchez.

Es usual distinguir entre una derecha conservadora y una derecha liberal. En estos veinte años, han sido más ‘consecuentes’ para emplear un término de la izquierda la derecha conservadora, a excepción del bachelismo-aliancista de Joaquín Lavín. En cambio, la derecha liberal simplemente ha desteñido, siendo incapaces de defender los principios del liberalismo, como la igualdad ante ley, la aplicación de las leyes existentes y aumentando la burocracia y los impuestos. Más aún los ‘liberales’ en vez combatir la corriente progresista como lo hacen en otros países los conservadores liberales o liberales conservadores, acá prefieren identificarse con los progresismo. Un ejemplo, en la Cumbre de Progresistas realizada en Viña del Mar, la ex generalísima del presidenciable Joaquín Lavín, Cristina Bitar se quejaba de por qué no habían invitado al presidenciable DC Sebastián Piñera a esa reunión. Y también lo hemos visto en el debate en torno al progresismo que ha habido antes y después de la primera vuelta. Los llamados ‘liberales’ tienen su manera de ser bachelista-aliancista.

Yo, en cambio, prefiero otra distinción para diferencias las dos derechas. Existe una derecha charberliana y una churchiliana. En comentario de un libro sobre la antigua derecha en ‘La Tercera’, se decía que el ex líder de Sergio Onofre Jarpa que existían dos derechas: la chamberliana y la churchiliana. La primera ante el avance del comunismo optaba por el apaciguamiento o la contención. En cambio, la segunda prefería combatirla. Esta distinción tiene plena vigencia y la podemos constatar cuando se enfrentan ante la historia reciente, ya sea en debates, ya sea en artículos y, finalmente, en actos políticos. Así, la derecha chamberliana ante la tergiversación de la historia al más puro stalinista se queda callada o colabora con la izquierda. La derecha churchiliana, por el contrario, que es minoría opta por la verdad y dice que la DINA y la CNI eran organismo para acabar con el terrorismo.

Ejemplos sobran de la derecha chamberliana que encuentra tan simpática a la Presidenta terrorista. Después de la primera vuelta, el programa dominical ‘Tolerancia Cero’ invitó al ex candidato presidencial Marco Enríquez Ominani. En esa oportunidad, Enríquez-Ominani de nuevo volvía con el tema de aquellos que había colaborado con el Gobierno Militar, de la no excusa que no sabían sobre los ‘excesos’ y de la dicotomía dictadura democracia, mientras discutía con Juan Carlos Eichholz , columnista e investigador del Instituto Libertad y Desarrollo. Como de costumbre, el representante de la derecha no le puso el cascabel al gato. Demás podría haber dicho, que el Gobierno Militar fue la consecuencia de que la izquierda y el padre biológico del candidato que quisieron llevar al país a una guerra civil usando el terrorismo, para imponer una dictadura comunista. Ahora bien, sobre el combate al terrorismo, podrían haber dicho que la lucha contra el terrorismo nunca es pública, por lo que los funcionarios civiles que trabajaron para el Gobierno Militar, no tendrían por qué saber. Y por último, el señor Eichholz le podría haber encarado las muertes del terrorismo del Mir y de los indultos de la Concertación a esos grupos, ya que el Mesías se opuso a los indultos a los militares.

La derecha chamberliana colabora con la maldad. Varias veces he criticado a los miembros del CEP: Lucas Sierra y Harald Bayer. Me falta el anonadino David Gallagher del think tank liberal Centro Estudios Públicos (CEP), que se creó bajo el amparo del Gobierno Militar. Así, tenemos al abogado y columnista, Lucas Sierra que le cree todas las mentiras de la izquierda. Fue miembro de la Comisión Valech. No sé que argumento usó el señor Sierra cuando sostuvo una correspondencia con el general Manuel Contreras en ‘El Mercurio’, para no aplicar las leyes vigentes, esto es, la Ley de Amnistía y la prescripción. Mejor dicho, no sé qué concepto de justicia invocó para hacer injusticia en las Cortes.

Asimismo, he criticado al Doctor en Ciencia Política y panelista del programa ‘Estado Nacional’, Óscar Godoy, a quien no le he escuchado una defensa de las leyes vigentes: la ley de Amnistía y la prescripción. Además, que la Presidenta lo eligió para formar parte del directorio de esa abominación que es el Museo de la Memoria, el cual se inaugurará antes de la segunda vuelta. ¿El liberal Godoy cree en el ‘secuestro permanente’? ¿Cree que la DINA y la CNI fueron una parte del terrorismo del Estado? ¿Cree que en Chile hubo genocidio tal como repite una y otra vez la izquierda? ¿Cree que los terroristas del Mir, del Frente Patriótico Manuel Rodríguez y del Lautaro no violaron los derechos humanos cuando asesinaban? Buscando por Internet, encontré un ensayo de Óscar Godoy titulado “¿Pueden las Fuerzas Armadas ser garantes de la democracia?” Él menciona el Acuerdo de la Cámara de Diputados y el Poder Judicial para explicar la caída de Allende. Con todo, toda su tesis gira en torno a la perdida del consenso. Nada del intento totalitario y de llevar al país a la guerra civil. Quizás por eso lo eligió la Presidenta. De ese modo, el señor Godoy omite la infiltración del Mir en la marina, las armas encontradas en la casa de Allende y el Plan Zeta. Su explicación, me recuerda cuando Álvaro Vargas Llosa entrevistó al cientista político progre Patricio Navia para su documental, quien dijo que el único problema que tenía Allende era la inflación

Un buen chamberliano y auténtico colaboracionista con la maldad, es, pues, el poeta, novelista e director del CEP, Arturo Fontaine , quien aceptó formar parte del directorio del Museo de la Memoria por la historia del Presidenta: “Bachelet encarna algo que tiene mucho que ver con este museo, porque padeció a través de su padre la represión. Ella estuvo detenida, fue exiliada y venía de una tradición política radicalizada, y en lugar de haber quedado fija en el pasado y masticando el rencor, ha tenido una capacidad de sobreponerse y de tener esperanza”. Ella no padeció nada y ella creía en esa política radicaliza. Como dice un comentarista acerca de los exonerados de la FACH que entregaran unas pertenencias de su encierro: “el gral. Bachelet Director de las J.A.P. de la UNIDAD POPULAR , estaba como " REY " en la ACADEMIA de GUERRA de la FACH... Practicaba a DIARIO sus Deportes FAVORITOS TIRO AL PLATILLO y TENIS... y era tratado d acuerdo a su RANGO de GENERAL... que GENTE mas METIROSA Y MAL INTENCIONADA . El dia que Murio el Gral BACHELET ( de su TERCER ATAQUE CARDIACO ( Dos ANTES del GOLPE) llevaba en sus Manos una TORTA y PISCO SOUR” . He ahí la verdad.

Más adelante agrega: “Lo que yo quisiera es que este museo evitara en lo posible las interpretaciones de causas, y más bien se centrara en hacer visibles los hechos que han sido ocultados, omitidos u olvidados. Y que estos hechos susciten una reflexión. Que sea un museo de Chile, no el museo de un grupo”. Usted señor Fontaine es ‘tonto inútil’. En efecto, desde que llegó Chile a la democracia, la izquierda o el actual progresismo han querido imponer a través del Estado una interpretación, omitiendo las causas que, por cierto, barren con todas las mentiras del oficialismo. Ese museo es de un grupo. Si el CEP es un amigo, cómo serán los enemigos.

Según Arturo Fontaine, “…. lo esencial es que se ponga el énfasis en lo que es la violación de los derechos humanos en sentido estricto: la realizada por agentes del Estado”. Para él, los terroristas no violaron los derechos humanos antes del 11, durante el Gobierno Militar y en la reciente democracia. El Museo de la Memoria, es una forma de demonizar a los militares que combatieron al terrorismo.

Esa es la derecha chamberliana y colaboracionista. En todo caso, prefiero un político como el ex consejal y ex candidato a la alcaldía de Viña del Mar, Luis Parot, quien se ha puesto más lucido que Longueira y los ‘coroneles’ de la UDI. Mucha gente no le dio el voto a Parot porque lo encontró pesado. Critico el aliancismo-bachelismo. Sin embargo, leyendo sus cartas al lector (3-12-2009) bajo el título "Frase antidemodrática", es más claro y valiente que los del CEP. Su última carta la escribió a propósito de la frase que se dijo en la campaña: “Hay que impedir a cualquier precio que gane la derecha”. Él respondió: “La centro derecha chilena defendió la democracia y la libertad cuando ambas se vieron amenazadas bajo el gobierno de Allende; durante el gobierno militar promovió y consolidó un sistema económico y un sistema político basados en esos principios y de los que Chile disfruta desde hace 35 años.” Luego habla de la oposición constructiva de la derecha en estos 20 años. Finalmente, afirma: "sino de la tentación totalitaria que emana de la Concertación al creerse la única habilitada para gobernar”.

El CEP estaría encantado con la Ley de la Memoria Histórica que impulsa Zapatero en España, blanqueando a los asesinatos de la cheka española durante la Guerra Civil.

Cuando publicaron el libro ‘Una Nación Conservadora’ en castellano por Tercera Debate de los periodista John Micklethwait y Adrian Woodridge, y presentado por Cristián Larroulet. Dudo que lo hayan entendido los del CEP.

Si los amigos son así, cómo serán tus enemigos.

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