domingo, noviembre 24, 2019

Derecho a la legítima defensa

 
     Esta entrada la pensaba titular “Civilización o barbarie”.
    Se supo después que los militares se retiran que las personas que participaban en las marchas tenían apoyo logístico. En efecto, en un video se muestra que una calle se estaciona una camioneta que trae vivires a los manifestantes. En otro video se supo que ciudadanos de la V Región había ido a protestar a la ciudad austral de Punta Arenas. No iban como turistas. Un grupo le está pagando para crear falso descontento. En Chile no hay estallido social como pinta la prensa, sino abierta subversión. Las manifestaciones no son espontáneas.
   Los políticos no quieren asumir los costos de usar la fuerza, aunque ello implique que mueran los malos. La oposición también es responsable y cómplice activo y pasivo de la violencia que hay en el país, ya que no le quiere dar las herramientas legales de que dispone. Lo que me lleva a la siguiente reflexión sobre el derecho a la defensa propia y los derechos humanos.  Aprovechemos que la izquierda convirtió el 14 de octubre para conmemorar la muerte de  Catrillanca. 
  Si el parlamento no tiene nada mejor que hacer que rendirle un homenaje al delincuente Catrillanca, mientras el país es destruido anarquistas, lumpen y terroristas por los saqueos y la violencia, sugiero cerrarlo. Antes de ser ultimado por carabineros había asaltado junto con un menor a dos profesoras.   

   Existe una ley natural que sostiene que hay dos principios. Estos son el principio de no agresión o el derecho de vivir en paz y el principio de usar la fuerza como defensa. Estos principos son universales y han estado en todas las épocas. De hecho, la Constitución de los Estados Unidos lo recoge en la segunda enmienda: “A well regulated Militia, being necessary to the security of a free State, the right of the people to keep and bear Arms, shall not be infringed”. Una traducción es: “Siendo necesaria una Milicia bien organizada para la seguridad de un Estado libre, el derecho del pueblo a poseer y portar Armas, no será infringido”. 
   Los padres fundadores de los Estados Unidos, James Madison y Alexander Hamilton fueron los partidarios de esa enmienda, la cual a su vez se basa en el jurista británico William Blackstone.   Ahora bien, para los colonos estadounidenses veía el derecho de portar armas, formar milicias estatales por las siguientes razones: repeler invasores, disuadir un gobierno no constitucional, suprimir insurrecciones, participar en la aplicación de la ley, facilitar un derecho natural de defensa propia y permitir a la gente a organizarse en milicia. 
    Las razones que tenían los colonos de las 13 colonias para portar armas, valen para nosotros que estamos en una insurrección y que tanto los políticos como los poderes del Estado nos niegan el derecho natural a la defensa. El emblema de nuestro nacional también lo supone: “Por la razón o por la fuerza”. Y antes del actual escudo nacional, José Miguel Carrera había diseñado uno que decía: “Por consejo o por la espada”. La periodista Mónica Rincón, vocera del Foro de Sau Paulo dijo en su twitter: "¿No sería un buen momento para tener un nuevo lema en el escudo y dejar atrás 'Por la razón o la fuerza"?". Tiene que estar contenta con el saqueo y el desempleo. Desde que los marxistas de la UP fracasaron, siempre culpan al emblema nacional. 
   Algunos como el rector de la Universidad Diego Portales, el columnista y abogado, Carlos Peña todavía no saben la diferencia entre la fuerza y la violencia. Y eso quedó probado cuando murió el socialista, Carlos Altamirano. En efecto, el rector políticamente correcto dijo en esa ocasión que la violencia socialista fue respondida con otra violencia. Falso. O sea, según él, está en mismo nivel el que emplea la violencia que aquel se defiende. Los militares usaron la fuerza como último recurso, ya que como lo ilustra el Acuerdo de la Cámara de Diputados de agosto de 1973 la razón se había agotado. 
     Cuando empezó la insurrección comunista y, por consiguiente, los saqueos a supermercados en los días siguientes el actual gobierno, les dijo a sus ciudadanos que no debía defenderse, pues ellos estaban a cargo. El subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla dijo: “que no corresponde que los ciudadanos se armen”. La fuerza que usa el gobierno que es carabineros no pueden defenderse como personas o su integridad física, pues de sería una violación a los derechos humanos. Menos van a poder ayudar a los civiles. Justamente antes de la asonada, el actual gobierno junto con la izquierda estaba tramitando un proyecto para que las personas le fuese difícil adquirir armas. La iniciativa era tan absurda, que sostenía que el usuario de armas podía disparar cien balas al año. Y otras regulaciones tontas, como si las personas fuesen unos retrasados mentales. Detrás de esa iniciativa estaba, pues, la diputada comunista, Carmen Hertz. 
   A la izquierda no le gusta que nos defendamos en todos los ámbitos, ya sea en el pasado con los terroristas, ya sea en tribunales donde a los militares no le aplican las leyes, ya sea en la universidad. Esto lo he dicho varias veces. Ese es el modus operandi de la izquierda chilena. Así es fácil hacer una revolución con ciudadanos desarmados.
   Los ciudadanos salieron a defender sus barrios y supermercados. Fueron los “chalecos amarillos”. Con todo, el Presidente de la Asociación de Fiscales, Claudio Uribe dijo: “Si se concreta una agresión a terceros, estamos frente a un delito”. La ley natural amparo a los ciudadanos decentes que estuvieron protegiendo los malls y supermercados. 
    Recurrir a carabineros como sugiero José Antonio Kast para impedir el saqueo ya sea al comercio o casas, es absurdo porque no pueden hacer nada. La policía chilena hace el papel de la caballería de las películas norteamericanas. O sea, llegan tarde por el propio gobierno. 
   A la izquierda chilena nunca le importado que procedimiento que tenga Carabineros de Chile, pues para ellos son los agentes del Estado, los malos, y no lo terroristas, guerrilleros y delincuentes. Este trío no viola los derechos humanos porque arbitrariamente ellos lo han establecido así. Voy a poner tres ejemplos que avalan lo dicho. En la conferencia que hizo el abogado Adolfo Paul Latorre Iniquidades judiciales cometidas contra militares y carabineros en los procesos sobre violación a los derechos humanos, cuenta la historia de un sub oficial de Carabineros, Primitivo Castro que a mediados de la década del setenta se enfrentó con un terrorista que portaba cartuchos de dinamitas en Curicó, Talca San Fernando: “se abalanzo sobre mí, iniciándose una lucha cuerpo a cuerpo donde él quería apoderarse del fusil que yo portaba, logré en la refriega botar el cargador del Sig, mientras de gritaba a San Martín que pidiera ayuda por radio, como era más alto y fuerte que yo logró escapar con el fusil, inicié la persecución y logré alcanzarlo en menos de una cuadra, giró, y equivocadamente pasó bala en el fusil , botando el proyectil de la recamara, por lo que percutó en vacío, se llevó la mano a la cintura en búsqueda de su arma y yo antes le disparé cayendo herido en el pecho, pereciendo allí minutos después”. Ese uniformado siguió el protocolo que tenía su institución. Fue premiado igual que el oficial del Ejército, Miguel Krassnoff. Sin embargo, la familia del terrorista incluyó su caso en el inconstitucional Informe Rettig. Finalmente, el suboficial estuvo cinco años en Punta Peuco, aun cuando la fiscalía de la época sostuvo que actuó de acuerdo al procedimiento.
     Lo mismo lo vemos en caso Quemados, donde la pirómana comunista, Carmen Gloria Quintana culpo a carabineros. Lo mismo, cuando dos carabineros se enfrentaron a los hermanos Vergara del Mir, los cuales asaltaron un negocio, donde murió un comerciante. Luego un carabinero. El policía que último a uno de los hermanos, quedo como victimario. Simplemente uso el protocolo. Con todo, igual lo mandaron a la cárcel. 
    Cuando los políticos discuten qué protocolo tiene que carabineros, es que saben que hay usar la fuerza para acabar con los vándalos. No quieren quedar como violadores de los derechos humanos. El día de mañana cuando la política sea manejada por hombres hechos y derechos, recomiendo que Carabineros de Chile haga un copy y paste del protocolo de la policía estadounidense o canadiense. Así de simple. Me acordé de una reseña del libro La batalla de los puentes, en que soldado escoses experimentado que estuvo la batalla de Oosterbeek, dice: “Esto no es una batalla, es un asesinato”. Los políticos al negarles a Carabineros el derecho a defenderse están pisoteando la ley natural, pues lo primero es proteger su vida. Y si Carabineros no pueden protegerse, menos podrán hacer su trabajo. Por tanto, los políticos están cometiendo un crimen con ellos. O bien, es un crimen que la policía no puede defenderse. Es un asesinato. 
   Lo mejor que podría hacer Carabineros es hacer huelga. Si los políticos los quieren en calle, previa condiciones tal como lo hizo el Ejército. A la clase política hay dejarla entre la espada y la pared. No están en condiciones de exigir nada a los uniformados.
   Antes del famoso ‘Acuerdo de Paz social’, la prensa informó que cinco carabineros habían resultado heridos en la Séptima Comisaría de Renca por bombas molotov. Y así han seguido.
    Hasta hemos sido testigo que para la izquierda los violentistas pueden hacer lo que quieren, porque no violan los derechos humanos. En cambio, Carabineros de Chile ni siquiera tienen derecho a defenderse de los violentistas, porque los únicos que violan los derechos humanos son los agentes del Estado como han repetido por casi tres décadas. ¿La razón? Es porque la izquierda que empleo la vía armada hace más de cuarenta años con el propósito de instalar una dictadura comunista o un régimen totalitario al estilo de la dictadura cubana. La izquierda al elegir la vía armada le declaro la guerra a los restos de los chilenos hace más de cuarenta años. Ese intento fracaso y desembocó en el llamado de la ciudadanía a los militares. Estos últimos se enfrentaron a los terroristas del Mir, a los cuales derrotaron. Después a los grupos terroristas FPMR, brazo armado del Partido Comunista y al Frente Lautaro y el Mir también. También fueron derrotados. Lo peor es que todavía hay intelectuales y políticos de la ex derecha que le compran el relato de la izquierda. Se siente culposos. 
    Sin embargo, para los paladines de los derechos humanos los grupos terroristas mencionados no violaron los derechos humanos. Además, son conocidos como ‘las ´víctimas de la dictadura’.
   En Chile es fácil ser matón, guerrillero, terrorista y revolucionario porque a los cobardes de la izquierda no les gusta que nuestro lado tenga el derecho a defenderse.
    Ya es hora de decir basta a la tontera de los derechos humanos tal como lo plantea la izquierda. Primero que nada, los derechos humanos son exclusivamente para los seres humanos civilizados. Segundo, aquél que usa la violencia es el malo, no aquél que se defiende de la agresión. Tercero, los violentistas, terroristas y guerrilleros comunistas carecen de derechos humanos. Si una persona o grupo humano emplea la violencia, no es responsabilidad de la persona que se defiende si el agresor sale herido o muerto como ha sido la tónica en estos veinte y nueve años. ¡Basta ya tanta estupidez!    Cuando haya que derramar sangre, no hay que sentirse culpables. 
   Ahora bien, cualquier organización de derechos humanos como un centro de la Universidad Diego Portales que se dedica a ello, Amnistía Internacional y el INDH que no condene los saqueos y la violencia de las turbas, es porque son aliados de la extrema izquierda. Por tanto, nuestros  enemigos. Pues, de lo único que hablan es del abuso de fuerza de carabineros. A los observadores de los derechos humanos que mando Bachelet no les importa los saqueos e incendios provocados por las turbas y la agresión a Carabineros. 
     No puede ser que una persona que aprende Artes Marciales para defenderse según la actual legislación, si es atacado por un delincuente, y si éste sale herido, el responsable sea aquél y no el malo. Es absurdo. El problema es del matón, no de la persona que se defiende.
    En estos veinte y nueve años de apaciguamiento, personas comunes y corrientes que se han defendido, han tenido que pagarle el daño al delincuente, porque así lo establecido un determinado juez. Te asaltan, lesionas o hieres al malo. Y al final, la persona decente es la mala y el malo queda como víctima del sujeto que ejercicio la legítima defensa. ¡Ya es suficiente! ¡Basta de abusos!             

   Cualquiera comunidad a lo largo de la historia no sobrevive, si los malos hacen lo que quieren y las autoridades no se atreven aplastarlos como ha ocurrido durante un mes en nuestro país. Todo ello por los derechos humanos de los vándalos, anarquistas, terroristas y las turbas que andan armadas. Porque de acuerdo con lo que dice la izquierda, hay que quedarse de brazos cruzados, mientras usan a los saqueadores, matones y lumpen para atemorizar a la población. ¡Basta ya de tanta tontera! Como dice un canal a propósito de los saqueos a las iglesias: “Si no estás dispuesto a usar la fuerza para defender la civilización, aceptarás la barbarie.”

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lunes, noviembre 18, 2019

Estado de guerra




  Desde el motín del 18 de octubre donde quemaron y dañaron las estaciones del Metro de Santiago y los supermercados, eso fue un acto de guerra a los chilenos y a la república. Luego supimos la declaración del segundo de Venezuela, Diosdado Cabello: “Lo que está pasando en Perú, lo que está pasando en Chile, lo que está pasando en Argentina, lo que está pasando en Honduras, Ecuador, es apenas la brisita. Ahora viene el huracán”. Luego conocimos las palabras del presidente Piñera afirmando: “Estamos en guerra contra un enemigo poderoso”.

   Los responsables de la insurrección fueron el Partido Comunista y el Frente Amplio.

   Si Piñera fuese presidente de la República de Chile, hubiera cerrado las fronteras y hubiera aplicado la Ley de Extranjería de 1975. ¿Por qué no lo hizo? Se lo mando la ONU a sabiendas que estaba detrás el Foro de Sau Paulo. Tampoco no rompió relaciones diplomáticas con las embajadas de Cuba y Venezuela.
   Cabe recordar que se supo que el año pasado estuvo en La Araucanía el jefe de la DGI cubana. Entre tanto, se supo después del ataque que habían entrado cinco mil venezolanos para provocar caos. Unos venezolanos que atraparon tenían pasaporte diplomático. El resto fue expulsado. 
   Recuerden que el INDH quiso ingresar un oficial venezolano fuera de la ley. 
    Estamos en una guerra psicológica, una guerra hibrida. Recuerden que somos un experimento de la ONU. 
   Nuestra sociedad es más sofisticada. Sin embargo, imaginen que fuésemos una aldea más o menos grande, a la cual le queman los campos. Eso es maldad, agresión y guerra.
   Luego vino la declaración de general Iturriaga, quien dijo: “No estoy en guerra con nadie”. 
 Después que salieron los militares a la calle y la calma reino por breve tiempo, hasta termino con la así la llamada ‘Marcha del millón’, que articulada por el Partido Comunista, dándole un aire transversal. Desde entonces hemos visto saqueos a negocios pequeños, medianos, farmacias, iglesias, hasta hospitales.
   Cuando fui al mall de 15 norte con avenida Libertad y vi que ponían planchas de madera como si fuesen a bombardear, me dije: “Estado de guerra”. No porque el presidente las haya dicho, sino por la sensación que reina ahora en el país. Vi lo mismo en la calle Valparaíso, donde ponían planchas de zinc. Igualmente, en Valparaíso. No sabía, que habían atacado hospitales o clínicas. También farmacias. 
   Por mi blog he dicho hasta el cansancio, que el INDH forma parte de la revolución. Es como un caballo de Troya, pues desea que tanto los militares como los civiles no tengan derecho legítimo a defenderse de los grupos que usan la violencia. Y que son apoyados por el Partido Comunista, el Frente Amplio y el Partido Socialista.

  El señor Rodolfo Yanez escribe lo siguiente en el canal El Villegas: “La Serena: Saqueadores de pequeña farmacia del centro de la ciudad, uno de ellos resulta herido porque se cortó con los vidrios que estaban rompiendo para ingresar al local, casi inmediatamente llegaron corriendo los del INDH para saber por qué el santo jovencito estaba sangrando. Quien entiende esto? Sólo me cabe decir que es un respaldo a full a la delincuencia”. Teresa Marinovich denunció por su canal que el segundo al mando del INDH, que es un ex MiR, montó un montaje, donde acusaba a Carabineros de haberlo herido. Pues bien, cuando volví a casa desde Valparaíso, vi un cartel cerca de la Universidad Federico Santa María y de la rotonda, que decía: “No estamos en guerra”. 
   Sin embargo, antes del motín, se encontraron armas en contedores en Arica, uno a principios de octubre y el otro antes de la insurrección. Al saber de esa noticia, me acordé de la UP, pues mientras los partidarios de dicho régimen escribían por los muros “No a la guerra civil”, Allende internaba armas a Chile. Por su parte, el canal Aurora Soberana en un programa muestra que la marcha del millón fue obra del PC. Asimismo, muestra varios rayados con la siguiente frase: “Guerra Civil”.


   Mientras la izquierda apoya la violencia, el saqueo y los incendios, sacaron la canción del terrorista y cantante Víctor Jara: “El derecho de vivir en paz”. 
  Unas cartas que fueron publicadas por El Mercurio de Santiago, dan cuenta de la misma impresión. Una carta tiene como título Presa en Vicuña Mackenna
  “Destrozaron el Café Literario, donde mis hijas retiraban libros y eventualmente estudiaban. Quisieron quemar la iglesia de la Asunción y le prendieron fuego. ¡Ahí no pude más!, y fui sola a enfrentar a estos jóvenes y no tan jóvenes para defender el único espacio de paz y reflexión que me quedaba. Traté de botar las tablas incendiadas y se me tiraron encima, amenazándome de que me tirarían piedras si insistía en apagar el fuego. Para un cristiano como yo este es un espacio de encuentro con Dios. No es perfecta la Iglesia de hoy, pero es mi espacio. Para mí esto es lo más parecido a una guerra. Y al que me critique lo invito a vivir un día en mi casa”. 
   Estamos en guerra contra los que usan la violencia. Las guerras no se terminan con puras palabras como cree en el ex presidente Ricardo Lagos, quien llamaba a parar la violencia, y así obtener justicia social. Más robo legal. 
   Otra carta se titula Presos en nuestros hogares : “Es urgente detener y procesar a los maleantes que están destruyendo y entorpeciendo las marchas. De seguir sin control la situación, vamos a terminar todos presos y aterrados en nuestros hogares, como si estuviéramos en guerra”. 
    Las personas de tercera edad que vivieron bajo la Unidad Popular y que conocen la verdadera historia, han comparado el segundo gobierno de Piñera con el gobierno marxista. Sebastián Piñera hace el papel de Allende, los poderes del estado han sobrepasado la Constitución y los funcionarios del Estado se han plegado a paro por órdenes del PC. 
   El jueves pasado fui al Sodimac que se encuentra en Gómez Carreño y estaba cerrado. Sólo se permitía un pequeño acceso por donde está el supermercado. Usaban contenedores para protegerse. La puerta de acceso donde están las maquinas, cemento y tierra habían puesto más refuerzos. Obviamente, por temor al saqueo.
   La izquierda nos sacó de la normalidad a igual que con la Unidad Popular. Luego se han quejado de que los militares los sacaron a ellos como si el país hubiese estado bien. Ahora ocurre lo mismo, si llegamos a tener una salida fuera de la común, no se quejen esta vez. 
   Dejaremos el estado de guerra, cuando los comerciantes, empresarios y los supermercados dejen de protegerse con planchas de madera y zinc, por miedo a los saqueos e incendios que provocan las turbas o tontos útiles al servicio del Partido Comunista. Y cuando éste deje de provocar falso descontento con las así llamadas ‘marchas pacíficas’, que lo único que hacen es destruir todo a su paso. 
  Cuando se restablezca el orden a través de la fuerza, allí habrá paz. Quede claro que no me refiero a la paz social.

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miércoles, noviembre 13, 2019

Así es como los medios azuzan la violencia


   Sabemos que la prensa miente. Por eso, mucha gente empezó informarse por las plataformas de internet. Primero fueron los blog y ahora son los canales de Youtube. Por eso, muchas personas han dejado de ver televisión en el mundo.
   Para la prensa chilena, Carabineros de Chile es el que usa la violencia y no los manifestantes que toman las calles, impidiendo el libre tránsito de personas y automóviles, los cuales producen destrozos de bienes públicos. Para terminar con los saqueos. 
  Carabinero usa la fuerza y no la violencia. Las marchas no son pacíficas como han dicho los medios de la televisión, sino violentas. 
    En primer lugar, el Instituto Nacional de los Derechos Humanos (INDH) si en realidad fuese partidario del Estado de Derecho, entonces, deberían desde un principio haber encarecido a los manifestantes que pidan a la autoridad permiso para marchar en las calles sin violentar a los derechos de los demás, cosa que no ha hecho. En segundo lugar, en vez criticar a Carabineros debió haber puesto su atención en quienes han provocado destrozos a los bienes públicos y privados, ya sea con saqueos o incendios. Esto último también vale a cualquiera ONG organismo cuyos negocios son los derechos humanos, ya sea Amnistía Internacional, ya la Comisión Inter americana de los Derechos Humanos, o los observadores de las Naciones Unidas que vinieron al país. Si no lo hacen, entonces son cómplices de los violentista y del golpe de Estado blando que está haciendo la extrema izquierda.
     En estas semanas nos hemos enterado que el segundo al mando del INDH es un ex mir, que gana 4 millones de pesos a costa de los contribuyentes. Y que estuvo metido en un montaje junto con las diputadas jóvenes comunistas. 
     La violencia tiene un origen ilegítimo, mientras la fuerza se emplea para acabar con la violencia y restaurar el orden y la paz. Ésta última es paz a secas, no la paz social que tanto les gusta a los líderes de la izquierda y los sacerdotes progresistas. La paz social es extorsión.
   Dicho sea de paso, me asombra que el Colegio Médico se ponga alegar, porque personas violentes les llegó un balín en el ojo. Que recuerde ese gremio nunca en estos 29 años ha criticado a los grupos de izquierda que lanzan bombas de molotov. No se puede esperar mucho si ese gremio avala el falso título de médico de la Alta Comisionada de los Derechos Humanos, Michelle Bachelet. Es como pedir peras al olmo. 
   No veo televisión. Pero me entero por internet. La agencia Reuters informó lo siguiente al exterior: “De “pareMan”al perro “matapacos”: los héroes de las protestas en Chile”. Aparece una foto de un joven musculoso que emplea una señal de tráfico: “Pare” como un escudo. Eso significa que rompió un bien público. Uso lo violencia.
    Al delincuente lo califica de héroe.
   Así lo describió la agencia: “PareMan" o "Capitán Pare", quien fue retratado por un fotógrafo de Reuters, se convirtió en uno de los símbolos del descontento social, que ha derivado también en saqueos e incendios, dejando más de 20 muertos y miles de detenidos”.
  El violetista se ha convertido en un personaje de cómic. Según el dibujante, Guido Salinas: "Quizás hay algo claro en el escudo de este joven rebelde y quizás ni él lo vio, se sumergió en la rabia de la que hoy nadie escapa y fue su forma de protegerse". 
   No es rebelde, sino un tonto inútil al servicio de la extrema izquierda. Pues, el día de mañana tendrá que salir contra los chavistas. Ellos no usarán balines, sino balas y fuerzas de choques. 
   Por último, la agencia Reuters habla sobre el perro como un “animal mestizo, de color negro y pañuelo de color en el cuello”, que se popularizo en las protestas estudiantiles del 2011. 
   ¿Dónde las personas contrarias a la incitación al odio, pues el titular te muestra cómo son las personas? ¿Dónde están los animalistas? 
   Ellos pueden utilizar un perro para matar, sin embargo, Carabineros no puede ejercer su derecho a la legítima de defensa y matar, si su vida corre peligro.

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martes, noviembre 12, 2019

El Chile que le gusta la ONU




Lo que dije sobre el post “El Chile que le gusta la izquierda”, también es válido para la ONU. Asimismo, como dije en otro post, el programa de las Naciones Unidas consiste en crear conflictos al interior de los países, mientras ellos imponen su agenda. Desde luego que ninguna agencia de esa burocracia internacional ha condenado la violencia y el derecho legítimo para usar la fuerza, para que vuelva a la normalidad de antes de la evasión y el posterior ataque al metro y a los supermercados. Hemos visto que condenan quienes tienen la obligación de protegernos.

La asonada del 18 de octubre y los siguientes hechos que han seguido, lo podemos comparar al 11 de septiembre norteamericano, donde lo malos aprovecharon de poner su agenda. Aquí el propósito fue instalar la agenda de la extrema izquierda o la izquierda, la cual coincide con la agenda de la ONU.

Ellos crean al problema, y luego ofrecen a la solución.

En el Chile que le gusta la ONU no rige la constitución del propio país.

En el Chile que le gusta la ONU, el país no les pertenece a los nacionales.

En el Chile que le gusta la ONU, no existe la institución del Presidente de la República, pues éste en vez representar a sus conciudadanos le responde a la Coordinadora Residente de las Naciones Unidas, Silvia Rucks que vive en el país.

En el Chile que le gusta la ONU, es lo más natural del mundo que un grupo minoritario tenga del derecho a ejercer la violencia sobre la mayoría pacífica.

En el Chile que le gusta la ONU, no existe el derecho a la legítima defensa.

En el Chile que quiere construir y repensar la ONU, mandan los delincuentes.

En el Chile que le gusta a la ONU, los habitantes son ratones de laboratorio.

En el Chile que le gusta la ONU, las fronteras están abiertas para que entren delincuentes, asesinos y narcos.

En el Chile que le gusta la ONU tiene que derribarse los monumentos a los héroes nacionales para no haya arraigo como hemos visto con el propósito de destruir la nación.

En el Chile que le gusta la ONU, es lo más normal del mundo el saqueo, el vandalismo y los incendios.

En el Chile que le gusta la ONU se basa en que sus ciudadanos vivan en el temor a salir a la calle y a los malls.

En el país que le gusta la ONU, no existe un tal gobierno de Chile.

En el país que le gusta a las Naciones Unidas, no existe el derecho a la propiedad.

En el país de la ONU, la nación se convierte en un narco-estado comunista.

En el país de la ONU, las habitantes viven en un estado de guerra permanente.

En el país de la ONU, la familia no es núcleo de la nación.

En el país de la ONU, los padres no tienen derecho a la patria potestad, sino el Estado.

En el país que le gusta la ONU el desempleo es crónico gracias a las propias políticas de izquierda que ha apoyado.

En el país que le gusta la ONU es gobernado por un estado gigantesco que hace imposible cualquiera actividad privada.

El país que le gusta ONU es un gris donde no hay vida y libertad.

En el país que le gusta la ONU, no existe libertad de movimientos, porque las calles, avenidas, autopistas y carreteras están tomadas por las hordas y matones.

En el país que le gusta la ONU, los templos son profanados.

En el país que le gusta la ONU constituye una virtud que el Estado se endeude a costa de los propios ciudadanos.

En el país que le gusta la ONU existe la incertidumbre jurídica.

En el país que le gusta a las Naciones Unidas las clases medias son empobrecidas.

En el país que le gusta a la ONU la democracia liberal constituye un obstáculo para su reino de terror. 

Todo lo anterior son las bases y objetivos del “Agenda 2030 o de Desarrollo Sostenible” de las Naciones Unidas.

¡Bienvenido al Nuevo Orden Mundial!

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sábado, noviembre 09, 2019

El país que le gusta a la izquierda



Mientras el país se desmorona rápidamente, sin que el actual gobierno puede detenerlo, conviene describir el mundo que le gusta a la izquierda.

 Si las personas que se identifican con la izquierda fuesen racionales y algo de empáticas, por lo menos uno esperaría que le pidiese a la autoridad del momento de que las turbas fuesen aplacadas, pues así se acabarían los saqueos e incendios. Hay que aclarar que estos últimos son intencionales. Con todo, los políticos de la oposición prefieren ser cómplices de la violencia. Sin embargo, no les importa. Les importa más el accionar de Carabineros que la violencia que desatan los manifestantes en sus marchas que no son pacíficas, ni espontáneas.

En el país que les gusta la izquierda es bueno que las carreteras y autopistas estén bloqueadas.

 Que el comercio cierre a las 3 de la tarde es un buen indicio de la ética por el trabajo que tiene los dirigentes y parlamentarios de izquierda. Después de todo, la Cámara de Diputados aprobó a Ley de 40 horas de la diputada comunista, Camila Vallejo, quien nunca le ha trabajado nadie.

En el país de izquierda, el comercio tiene que parapetarse por temor a que los vándalos dejen destrozos en cada marcha “pacífica”.

Aunque la mayoría del país está en sus tareas habituales cada día, la izquierda quiere hacer creer existe un molestar. Por eso, las marchas. Quieren hacer creer que son mayorías.

En el país que les gusta la izquierda, las personas tiene que habituarse a llegar tarde a su casa o al trabajo, pues como sabemos la principal vía de comunicación de la Región Metropolitana fue dañada en 80 estaciones.

Además, si antes la comunidad tenía un supermercado cerca, ahora tendrá que ir más lejos. Fueron quemados.

En el país que le gusta la izquierda las personas decentes y las fuerzas de la ley no tienen derecho a defenderse de la violencia.

En el país de la izquierda, la excepción se convierte la norma y la norma pasa a convertirse en excepción.

En el fabuloso país de izquierda a sus dirigentes no les importa la educación, ni muchos la salud de sus habitantes, pues sus propias políticas se han encargado de destruirlas.

En el país de la izquierda no existen hombres libres que puedan vivir de su trabajo, sino siervos de la gleba en manos del Estado, mientras a nomenclatura progresista viven como señores feudales.

En el país que desea construir la izquierda se considera una virtud el saqueo e incendiar supermercados, negocios e iglesias.

En el Chile que quiere la izquierda tanto la salud pública como la educación estatal seguirán siendo malas, aunque que lleguen a tener una nueva constitución que asegure el derecho a la salud y a la educación.

En el país que le gusta la izquierda es bueno incitar al odio a través de grafitis como, por ejemplo: “Paco asesino”, “Paco violador”, etc.  Los que promueven las leyes contra el odio, justifican esos grafitis.

En el país que le gusta a la izquierda, los propios dirigentes de ese sector les aseguran que tendrán una pensión digna, cuando no serán dueños de nada, puesto que el derecho a la propiedad no existirá.

En el país que le gusta la izquierda el debate no existe, pues lo que hay es adoctrinamiento en los colegios y universidades.

En el país que le gusta a la izquierda, los dirigentes prometen empleo, mientras hacen quebrar las empresas y crean una gran burocracia que no permite hacer nada.

El país de la izquierda es un manicomio.

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