sábado, abril 30, 2005

Crítica a Tomás Moulián

¿Tiene vigencia el socialismo en el siglo XXI? Tomás Moulian intenta responder esta inquietud con su libro “El socialismo en el siglo XXI” publicado en el 2000.

Sostiene que Lenin en su libro “El Estado y la Revolución”, había insinuado la posibilidad de que la dictadura del proletariado se convierta en un semi-estado o en un estado en vías de extinción. Dicho texto, Lenin lo escribió antes del golpe de estado de octubre de 1917, que para Moulian es una insurrección. ¿Acaso no es raro que Moulian siga afirmando las buenas intenciones de Lenin, cuando ya sabemos que Lenin era un sociopata? A lo más dice que las planes de Lenin de desestatizador chocaron con el X Congreso del partido, en 1921. O bien, porque la insurrección debió contar el respaldo de los Soviets. En su libro no menciona el terror de la Checa y los Gulags. La Cheka nació de la nada. Olvida que los Soviets se los apropiaron los bolcheviques, para así poseer el poder total. Moulian se inventa una revolución ideal, ajena a lo que fue en realidad. Eso es con respecto al socialismo totalitario.

Ahora bien, con respecto de la socialdemocracia y la política del Estado de Bienestar, Moulian simplemente dice que fue una política de apaciguamiento, en que se intentaba garantizar la coexistencia del capitalismo con la democracia. Una vez más, el capitalismo es el malo, no el comunismo.

Cuando Moulian habla tranquilamente de insurrección, ya sea que se den las condiciones del capitalismo objetivas u objetivas, no repara en las consecuencias de lo que ello significa. ¿Qué significa? Guerra civil, muerte y destrucción. ¿Por qué no habla de golpe de estado en vez de insurrección?

Tanto el socialismo totalitario como la socialdemocracia tuvieron como eje central el estado. ¿Cómo define el Estado? “El Estado es siempre equívoco, instala un simulacro de universalidad, con lo cual dota de legitimación a los intereses particulares que representa.”
Ante el fracaso de esas dos alternativas, Moulian nos ofrece un nuevo socialismo para el siglo XXI, el cual no se centrará en el Estado.

¿Cuáles son las características del nuevo socialismo?

Su objetivo es, pues, transformar el capitalismo. ¿En qué consiste la transformación? Primero busca evitar la”guerra a muerte”. Significa evitar perder y evitar ganar. Evitar ganar significar caer en la garras, según Moulian, del Leviatán. La “guerra a muerte” siempre la ha provocado la burguesía. La “guerra a muerte” es perpetua. La transformación es contra las instituciones y culturas del capitalismo. El nuevo socialismo quiere superar la democracia representativa por la democracia participativa. Ésta la izquierda siempre la ha querido forjar, desde el golpe de estado de 1917 hasta la Unidad Popular y todas las intentonas socialistas del siglo XX. Aunque esos experimentos políticos eran “participativos”, ¿por qué eran tan excluyentes? Moulian, una vez más, se inventa mitos o cuentos de hadas. Así, dice: “Se acentuaron las presiones contra la estrategia aliancista de Allende, haciendo más difícil la ampliación de la base de apoyo” (Socialismo del siglo XXI, página 139). Allende dijo: “Él gobierna para algunos chilenos”. ¿Esa es la muestra de una democracia participativa?

La democracia participativa se pone de manifiesto a través de un sistema federativo, naturalmente, opuesto, al centralismo vigente. ¿Se habrá vuelto neoliberal? Hay que reconocer que en este sentido Moulian se volvió sensato.¿Acaso no es contradictorio ser federalista y socialista? ¿Qué más propone? Propone que los ciudadanos en la democracia participativa puedan revocar en los representantes. Espero que no haya tenido en mente el caso venezolano o el cubano. De paso crítica el clientelismo de los actuales partidos políticos, las máquinas de poder y la falta de ideología. Como típico intelectual “orgánico” de la década del 70 Moulian, cree que las personas comunes y corrientes no tienen opinión sobre la autoridad, los partidos políticos y sea quien fuese; por tanto, cree que es necesario la “politización”, falta de las alicaídas ideologías.
¿Acaso la incredulidad de los electores no es una opinión respetable?

Moulian propone una sociedad en que el debate tiene un lugar importante. Sin embargo, cuando intenta dar una solución, él propone un ente público, no estatal que “refleje las pluralidades sociales y culturales.” Si es público, lo pagan los contribuyentes. Cuando la izquierda habla de la concentración de los medios en pocos empresarios en Chile, supone que tal modelo ocurre solamente en el país. En España, el grupo Prisa controla la mayoría de los medios y en modelo sueco no se permitía otra ideología que el socialismo. Moulian por los años que tiene, debería darse cuenta, que todo medio refleja ciertos intereses. Además, para ganarse a los lectores hay que ocupar técnicas adecuadas. Ningún medio entrega toda la información.

En el ámbito económico, Moulian propone los “sujetos económico” a los intereses privados de cada uno. Para Moulian, tanto productores como consumidores deben preocuparse de que la economía se oriente a la vida. Así la economía se politiza. Por una parte, dice que respeta la propiedad privada. Por otra parte, propone que los productores junto los consumidores se preocupen de la racionalidad social. Es inviable.

Su propuesta no tiene ni pies ni cabeza y, como todo socialismo está destinado al fracaso.

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