sábado, noviembre 28, 2020

La vida normal en la ciudad ucraniana de Kyiv


Este video es de hace un mes de la ciudad ucraniana de Kyiv. Allí aparecen las personas caminando tranquilamente. Se muestra un río que atraviesa el lugar, donde hay una playa. La gente tomando sol, nadando y jugando, sin ningún temor. Parece de otro mundo. La plataforma Youtube no lo borro, sino que lo oculto poniéndole la restricción de mayor de 18 años. El video muestra a los lugareños llevando una vida normal, sin máscaras y sin distanciamiento social. Ninguna cosa que se ve en Occidente. Europa los gobiernos globalistas vuelven  a los confinamientos. Hay diversas protestas contra los restricciones a las libertades en nombre del virus, mientras en los países eslavos como la Federación Rusa, Bielorrusia, Ucrania y Estonia las personas están libres. 
  Sabemos de los contagiados gracias al PCR. Sin éste no existen los contagiados. 
  Este video muestra que los médicos y científicos globalistas miente, cuando sostienen que si optamos por la inmunidad de rebaño, miles morirán.
 El coronavirus es menos letal que la influenza. 
 Todo lo que nos dicen los medios son una mentira.
 ¿Por qué los eslavos están libres, mientras los occidentales estamos mal? Los mismos que financiaron la Revolución Bolchevique son los que están detrás de esta falsa pandemia. No sé si en abril o mayo, mostraron la entrevista al  coronel del Estado Mayor del Ejército Ruso, Vladimir Kvachkov que pertenece a la Inteligencia Militar o GRU. Él dijo:
 "El fenómeno del coronavirus, la llamada pandemia - y déjenme decirles que no hay pandemia, es todo una gran mentira - tiene que ser visto como una operación especial, estratégica y global. Es un ejercicio de los poderes sionistas y financieros que manipulan el mundo detrás de las escenas para el control de la humanidad. Quieren reducir nuestra libertad y aumentar su control político”.
Además, se adelanto a lo que habla ahora del Gran Reseteo: El coronavirus y la crisis financiera que estalló inmediatamente están inextricablemente unidos”.
Sostuvo, además, que el 11 de septiembre norteamericano fue un primer intento global para quitarnos las libertades: 
“El primer intento global de quitarle los derechos políticos (a la gente) tuvo lugar el 11 de septiembre de 2001, seguido de una declaración de guerra a la humanidad disfrazada de guerra contra el terrorismo. Ahora necesitan otra excusa para una toma de posesión de la humanidad”.
El coronel ruso acuso directamente a los grupos financieros mundiales y al sionismo: “El coronavirus fue lanzado por los poderes sionistas y financieros mundiales para limitar los derechos políticos y asustar a la gente”. Hay que aclarar que no todos los judíos son sionistas, sino son contrarios a ellos.
Ahí tenemos las palabras de  Klaus Schwad, presidente del Foro Económico Mundial, quien dijo: "...Nunca preguntamos cuándo volveremos a la normalidad. La respuesta es: NUNCA. Nada regresará al falso sentido de normalidad en que vivíamos antes de la crisis, la pandemia marca un  hito...". ¿Quién es él para decidir la vida millones de personas?
Los gobiernos europeos usan el PCR para quitarles libertades a las personas bajo el pretexto del contagio.
La élite quieren que lo normal sea llevar mascarillas. Y para viajar a otro país se necesite el test covid.

Javier Bazán

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lunes, noviembre 09, 2020

Impactante Nuevo Comunicado del Arzobispo Carlo Maria Viganò



El Arzobispo Carlo Maria Viganò ha hecho público un nuevo comunicado con fecha de hoy, 8 de noviembre del 2020, en el cual expresa sus opiniones sobre los acontecimientos en las elecciones de EEUU y el Estado Profundo.

El mundo en el que nos encontramos viviendo es, para usar una expresión del Evangelio, “in se divisum” (Mt 12, 25). Esta división, me parece, consiste en una separación entre la realidad y la ficción: la realidad objetiva en por un lado, y la ficción de los medios por el otro. Esto ciertamente se aplica a la pandemia, la cual se ha utilizado como una herramienta de ingeniería social que es fundamental para el Gran Reseteo, pero se aplica incluso más a la situación política surrealista estadounidense, en la cual la evidencia de un colosal fraude electoral está siendo censurada por los medios, que ahora proclaman la victoria de Joe Biden como un hecho consumado.

La realidad de Covid contrasta descaradamente con lo que los medios masivos quieren que creamos, pero esto no es suficiente para desmantelar el castillo grotesco de falsedades al que la mayoría de la población se conforma con resignación. De manera similar, la realidad del fraude electoral, de flagrantes violaciones de las reglas y la falsificación sistemática de los resultados contrasta con la narrativa que nos dan los gigantes de la información, que dicen que Joe Biden es el nuevo presidente de los Estados Unidos, punto. Y así debe ser: no hay alternativas, ya sea a la supuesta furia devastadora de una gripe estacional que provocó el mismo número de muertes que el año pasado, o a la inevitabilidad de la elección de un candidato corrupto y subordinado al estado profundo. De hecho, Biden ya ha prometido restaurar el encierro.

La realidad ya no importa: es absolutamente irrelevante cuando está entre el plan concebido y su realización. Covid y Biden son dos hologramas, dos creaciones artificiales, listas para adaptarse una y otra vez a las necesidades contingentes o a respectivamente ser reemplazados cuando sea necesario con Covid-21 y Kamala Harris. Las acusaciones de irresponsabilidad lanzadas a los partidarios de Trump por celebrar mítines desaparecen tan pronto como los partidarios de Biden se reúnen en las calles, como ya ha sucedido en Demostraciones BLM. Lo que es criminal para algunas personas está permitido para otros: sin explicaciones, sin lógica, sin racionalidad. El mero hecho de estar en la izquierda, de votar por Biden, de ponerse máscara es un pase para hacer cualquier cosa, mientras que el simplemente estar en la derecha, votar por Trump o cuestionar la efectividad de las máscaras es suficiente motivo de condena y ejecución que no requiere ninguna pruebas o juicio: ipso facto son etiquetados como fascistas, soberanistas, populistas, negadores, y aquellos etiquetados con estos estigmas sociales se supone que simplemente deben retirarse silenciosamente.

Volvemos así a esa división entre gente buena y gente mala, que es ridiculizada cuando la usa un lado, el nuestro, y viceversa, sostenido como un postulado incontestable cuando es usado por nuestros adversarios. Nosotros hemos visto esto con los comentarios despectivos en respuesta a mis palabras sobre los «hijos de la luz» y los «hijos de las tinieblas«, como si mis «tonos apocalípticos» fueran el fruto de una mente loca delirante y no la simple observación de la realidad. Pero al rechazar con desdén esa división Bíblica de la humanidad, de hecho lo han confirmado, restringiéndo sólo para ellos mismos el derecho a aprobar la legitimidad social, política y religiosa.

Ellos son los buenos, incluso si apoyan la matanza de inocentes, y se supone que debemos superarlo. Ellos son los que apoyan democracia, incluso si para poder ganar las elecciones siempre deben recurrir a engaño y fraude, incluso fraude que es descaradamente evidente. Ellos son los defensores de la libertad, incluso si nos privan de ella día tras día. Ellos son objetivos y honestos, incluso si su corrupción y sus delitos son ahora obvios incluso para los ciegos. El dogma que desprecian y del que se burlan en otros es indiscutible e incontrovertible cuando en realidad son ellos quienes lo promocionan.

Pero como he dicho anteriormente, se están olvidando de un pequeño detalle, una cosa particular que no pueden comprender: la Verdad existe en sí misma; existe independientemente de si hay alguien que la crea, porque la Verdad posee en sí misma, ontológicamente, su propia razón de validez. La Verdad no se puede negar porque es un atributo de Dios; es Dios mismo. Y todo lo que es verdad participa de esta primacía sobre las mentiras. Por tanto, podemos estar teológica y filosóficamente seguros de que esas horas de engaños están contadas, porque será suficiente el alumbrar luz sobre ellos para hacerlos colapsar. Luz y oscuridad, precisamente. Entonces dejemos que se arroje luz sobre los engaños de Biden y los Demócratas, sin dar ni un paso atrás: el fraude que han conspirado contra el presidente Trump y contra Estados Unidos no permanecerá en pie por mucho tiempo, ni el fraude mundial de Covid, la responsabilidad de la dictadura china, la complicidad de los corruptos y traidores, y la esclavitud de la iglesia profundaTout se tient [Todo encaja].

En este panorama de mentiras construidas sistemáticamente, difundidas por los medios con inquietante descaro, la elección de Joe Biden no es sólo deseada, sino se considera indispensable y por lo tanto verdadera y por lo tanto definitiva. Aunque no se hayan completado los recuentos de votos; a pesar que las verificaciones y recuentos de votos solo están comenzando; a pesar de que las demandas legales que alegan fraude acaban de ser presentadas. Biden debe convertirse en presidente, porque ellos ya han decidido eso: el voto del pueblo estadounidense es válido solo si ratifica esa narrativa, de lo contrario, es «reinterpretado», descartado como desviación del plebiscito, populismo y fascismo.

Por tanto, no es sorprendente que los demócratas tengan una actitud tan burda y entusiasmo violento por su candidato in pectore, ni que los medios y los comentaristas oficiales tengan una satisfacción tan incontenible, ni que los líderes políticos de todo el mundo estén expresando su apoyo y sujeción aduladora al estado profundo. Estamos viendo una carrera para ver quién puede llegar primero, codeandose y extendiéndose para presumir, para que se vea que siempre han creído en la aplastante victoria de la marioneta demócrata.

Pero si entendemos que la adulación de los jefes de estado y secretarios de partido es simplemente una parte del guión trillado de la izquierda global, quedamos francamente, bastante perturbados por las declaraciones la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, inmediatamente compartida por Vatican News, que con inquietante mirada bizca se atribuye el haber apoyado al “segundo presidente católico en la historia de los Estados Unidos ”, aparentemente olvidando el detalle nada despreciable de que Biden es ávidamente pro-aborto, partidario de la ideología LGBT y del globalismo anti-católico. El arzobispo de Los Ángeles, José H. Gómez, profanando la memoria de los mártires cristeros de su país natal, dice sin rodeos: «El pueblo estadounidense ha hablado«. Los fraudes que han sido denunciados y ampliamente probados importan poco: la molesta formalidad del voto del pueblo, aunque adulterado de mil maneras, debe ahora considerarse concluido a favor de el abanderado del pensamiento convencional y alineado. Hemos leído, no sin vomitar, los mensajes de James Martin, S.J., y todos esos cortesanos que manosean para subirse al carro de Biden con el fin de compartir su efímero triunfo. Los que no están de acuerdo, los que piden claridad, quienes recurren a la ley para que sus derechos estén protegidos no tienen ninguna legitimidad y deben guardar silencio, resignarse y desaparecer. O más bien: deben estar «unidos» con el coro jubiloso, aplaudir y sonreír. Aquellos que no acepten son amenazantes a la democracia y deben ser condenados al ostracismo. Como puede verse, todavía hay dos lados, pero esta vez son legítimos e indiscutibles porque son ellos los que los imponen.

Es indicativo el que tanto la Conferencia de Obispos Católicos como Planned Parenthood expresen su satisfacción por la presunta victoria electoral de la misma persona. Esa unanimidad de consenso recuerda el apoyo entusiasta de las Logias Masónicas con motivo de la elección de Jorge Mario Bergoglio, quién tampoco estaba libre de la sombra del fraude dentro del Cónclave y fue igualmente deseado por el estado profundo, como sabemos claramente por los correos electrónicos de John Podesta y los lazos de Theodore McCarrick y sus colegas con los demócratas y con el propio Biden. Un pequeño y muy agradable grupo de compinches, sin duda alguna.

Con esas palabras de la USCCB el pactum sceleris [complot para cometer un crimen] entre el estado profundo y la iglesia profunda está confirmada y sellada, la esclavitud de los niveles más altos de la jerarquía católica al Nuevo Orden Mundial, negando la enseñanza de Cristo y la doctrina de la Iglesia. Tomar nota de esto es el primer paso imperativo para comprender la complejidad de los eventos presentes y considerarlos en una perspectiva escatológica sobrenatural. Sabemos, de hecho creemos firmemente que Cristo, la única Luz verdadera del mundo, ya ha conquistado la oscuridad que trata de oscurecerlo.

Los católicos estadounidenses deben multiplicar sus oraciones y rogar al Señor por una protección especial para el presidente de los Estados Unidos. Les pido a los sacerdotes, especialmente durante estos días, el recitar el Exorcismo contra Satanás y los ángeles apóstatas, y el celebrar la Misa Votiva Pro Defensione ab hostibus. Pidamos confiadamente la intervención de la Bendita Virgen María, a cuyo Inmaculado Corazón consagramos los Estados Unidos de América y el mundo entero.

+ Carlo Maria Viganò, Arzobispo
8 de noviembre del 2020
Dominica XXIII Post Pentecosten

  

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sábado, noviembre 07, 2020

Nueva Carta Abierta de Vigano a Trump

 


CARTA ABIERTA
AL PRESIDENTE DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA
DONALD J. TRUMP

Domingo, 25 de octubre, 2020
Solemnidad de Cristo el Rey.

“Señor Presidente,

Permítame dirigirme a usted en esta hora en la cual el destino del mundo entero está siendo amenazado por una conspiración global contra Dios y la humanidad. Le escribo como Arzobispo, como Sucesor de los Apóstoles, como el ex Nuncio Apostólico para los Estados Unidos de América. Le estoy escribiendo en medio del silencio de las autoridades tanto civiles como religiosas. Acepte mis palabras como la «voz del que llora en el desierto» (Jn 1:23).

Como dije cuando le escribí mi carta en junio, este momento histórico ve las fuerzas del Mal alineadas en una batalla sin cuartel contra las fuerzas del Bien; las fuerzas del Mal que aparecen poderosas y organizadas mientras se oponen a los niños de la Luz, quienes están desorientados y desorganizados, abandonados por sus líderes temporales y espirituales.

A diario sentimos multiplicarse los ataques de aquellos que quieren destruir la base misma de la sociedad: la familia natural, el respeto por la vida humana, el amor por el país, libertad de educación y negocio. Vemos a los líderes de naciones y líderes religiosos complacientes a este suicidio de la cultura Occidental y alma Cristiana, mientras los derechos fundamentales de los ciudadanos y creyentes son negados en el nombre de una emergencia de salud que se está revelando completamente más y más como instrumental al establecimiento de una tiranía inhumana sin rostro.

Un plan global llamado el Gran Reseteo está en marcha. Su arquitecto es una élite global que quiere dominar toda la humanidad, imponiendo medidas coercitivas con las cuales limitar drásticamente las libertades individuales y a aquellos en poblaciones enteras. En varias naciones este plan ya ha sido aprobado y financiado; en otras está aún en una etapa inicial. Detrás de los líderes mundiales quienes son cómplices y ejecutores de este proyecto infernal, hay caracteres inescrupulosos que financian el Foro Económico Mundial y el Evento 201, promoviendo su agenda.

El propósito del Gran Reseteo es la imposición de una dictadura sanitaria apuntando a la imposición de medidas liberticidas, ocultas detrás de promesas tentadoras de asegurar un ingreso universal y cancelando la deuda individual. El precio de esas concesiones del Fondo Monetario Internacional será la renuncia a la propiedad privada y la adherencia a un programa de vacunación Covid-19 y Covid-21 promovido por Bill Gates con la colaboración de los principales grupos farmacéuticos. Más allá de los enormes intereses económicos que motivan a los promotores del Gran Reseteo, la imposición de la vacunación será acompañada de un pasaporte de salud y un ID digital, con el consecuente rastreo de contacto de la población del mundo entero. Aquellos que no acepten esas medidas serán confinados en campos de detención o puestos bajo arresto domiciliario, y todos sus activos serán confiscados.

Sr. Presidente, me imagino que usted ya está consciente de que en algunos países, el Gran Reseteo será activado entre el final de este año y el primer trimestre del 2021. Para ese propósito se han planeado más encierros, los cuales serán oficialmente justificados por una supuesta segunda y tercera ola de pandemia. Usted está muy consciente de las intenciones que han sido desplegadas para sembrar el pánico y legitimizar las limitaciones draconianas a las libertades individuales, provocando ingeniosamente una crisis económica a nivel mundial. En las intenciones de sus arquitectos, esa crisis servirá para hacer irreversible el recurso de las naciones al Gran Reseteo, dando por lo tanto el golpe final a un mundo cuya propia memoria y existencia ellos quieren cancelar completamente. Pero este mundo, Sr. Presidente, incluye personas, afectos, instituciones, fe, cultura, tradiciones e ideales: personas y valores que no actúan como autómatas, quienes no obedecen como máquinas, porque están dotados de un alma y un corazón, que están enlazados por un vínculo espiritual que obtiene su fortaleza de arriba, de ese Dios que nuestros adversarios quieren retar, igual como hizo Lucifer al comienzo de nuestro tiempo con su «non serviam«.

Mucha gente – como bien sabemos – está fastidiada por esa referencia al choque entre el Bien y el Mal y el uso de términos «apocalípticos», los cuales de acuerdo a ellos exasperan los espíritus y agudizan las divisiones. No es sorprendente que el enemigo esté enojado al ser descubierto justo cuando cree que ha alcanzado la ciudad que piensa conquistar sin perturbaciones. Lo que es sorprendente, sin embargo, es que nadie hace sonar la alarma. La reacción del estado profundo a aquellos que denuncian su plan es rota e incoherente, pero comprensible. Justo cuando la complicidad de los Medios Masivos han tenido éxito en la transición al Nuevo Orden Mundial casi sin dolor e inadvertidos, están saliendo a la luz todo tipo de engaños, escándalos y crímenes.

Hasta hace pocos meses, era fácil desprestigiar como «teóricos de conspiración» a aquellos que denunciaban esos planes terribles, los cuales ahora vemos se están llevando a cabo al más pequeño detalle. Nadie, hasta febrero pasado, habría pensado que, en todas nuestras ciudades, los ciudadanos serían arrestados por simplemente querer caminar por la calle, respirar, por querer mantener sus negocios abiertos, por querer ir a la iglesia el domingo. Sin embargo ahora está ocurriendo en todo el mundo, incluso en la pintoresca Italia que muchos estadounidenses consideran ser un pequeño país encantado, con sus antiguos monumentos, sus iglesias, sus ciudades encantadoras, sus características villas. Y mientras los políticos están  protegidos dentro de sus palacios promulgando decretos como sátrapas persas, los negocios están fallando, los talleres cerrando, y previenen que la gente viva, viaje, trabaje y ore. Las desastrosas consecuencias psicológicas de esta operación ya se están viendo, empezando con los suicidios de empresarios desesperados y de nuestros niños segregados de sus amigos, compañeros de clases, diciéndoles que sigan sus clases mientras se sientan solos en casa frente a un computador.

En la Sagrada Escritura, San Pablo nos habla de «el que se opone» a la manifestación del misterio de la iniquidad, el kathekon (2 Tesalonicenses 2:6-7). En la esfera religiosa, ese obstáculo al mal es la Iglesia, y en particular el Papado; en la esfera política, son aquellos que impiden el establecimiento del Nuevo Orden Mundial.

Como es claro ahora, el que ocupa la Silla de Pedro ha traicionado su papel desde el mismo inicio para poder  defender y promover  la ideología globalista, apoyando la agenda de la Iglesia profunda, que lo eligió de sus rangos.

Sr. Presidente, usted ha declarado claramente que quiere defender a la nación – Una nación bajo Dios, libertades fundamentales, y valores no negociables que hoy son negados y contra los que se lucha hoy. Es usted, querido Presidente, quien es «el que se opone» al estado profundo,  el asalto final a los niños de la obscuridad.

Por esa razón es necesario que todas las personas de bien sean persuadidas por la  importancia de época de las inminentes elecciones: no tanto por el destino de tal o cual programa político, sino debido a la inspiración general de su acción que encarna mejor – en este particular contexto histórico – ese mundo, nuestro mundo, el cual ellos quieren cancelar por todos los medios del encierro. Su adversario es también nuestro adversario: es el Enemigo de la raza humana, El quien es «un asesino desde el principio» (Jn 8:44).

A su alrededor se reúnen con fe y coraje aquellos que lo consideran la guarnición final contra la dictadura mundial. La alternativa es votar por una persona que está manipulada por el estado profundo, gravemente comprometida por escándalos y corrupción, que hará a los Estados Unidos lo que Jorge Mario Bergoglio está haciendo a la Iglesia, el Primer Ministro Conte a Italia, el Presidente Macron a Francia, el Primer Ministro Sanchez a España, y más. La naturaleza de chantaje de Joe Biden – al igual que la de los prelados del «círculo mágico» del Vaticano – lo expondrá para ser usado inescrupulosamente, permitiendo a poderes ilegítimos tanto en política doméstica así como también en balances internacionales. Es obvio que aquellos que lo manipulan ya tienen a alguien peor que él listo, con quien lo reemplazarán tan pronto como se presente la oportunidad.

Y aún así, en medio de esa desolada imagen, de ese aparentemente imparable avance del «Enemigo Invisible», emerge un elemento de esperanza. El adversario no sabe cómo amar, y no comprende que no es suficiente el asegurar un ingreso universal o cancelar las deudas de hipotecas para poder subyugar a las masas y convencerlos de ser marcados como ganado. Esa gente, que por mucho tiempo ha soportado los abusos de un poder tiránico y odioso, está redescubriendo que tiene un alma; está entendiendo que no está dispuesta a cambiar su libertad por la homogenización y cancelación de su identidad; está empezando a comprender el valor de los lazos familiares y sociales, de los lazos de fe y cultura que unen a la gente honesta. Ese Gran Reseteo está destinado a fallar porque aquellos que lo planearon no entienden que aún hay gente lista para tomar las calles y defender sus derechos, para proteger a sus seres queridos, para dar un futuro a sus hijos y nietos. La nivelación inhumana del proyecto globalista se destrozará miserablemente en el rostro de la oposición firme y con coraje de los hijos de la Luz. El enemigo tiene a Satán de su lado, El quién solo sabe cómo odiar. Pero de nuestro lado, tenemos al Señor Todopoderoso, el Dios de los ejércitos arreglados para la batalla, y la Más Santa Virgen, quien aplastará la cabeza de la antigua Serpiente. «Si Dios está con nosotros, ¿quién puede estar en contra nuestra?» (Rom 8:31).

Sr. Presidente, usted está muy consciente que, en esta hora crucial, los Estados Unidos de América son considerados el muro defensor contra el cual la guerra declarada por los defensores del globalismo ha sido desatada. Ponga su confianza en el Señor, reforzada por las palabras del Apóstol Pablo: «Puedo hacer todas la cosas en El, quien me fortalece» (Fil 4:13). El ser un instrumento de la Divina Providencia es una gran responsabilidad, por lo cual usted recibirá todas las gracias de estado que necesita, ya que están siendo fervientemente imploradas para usted, por mucha gente que lo apoya con sus oraciones.

Con esa esperanza celestial y la seguridad de mis oraciones  por usted, por la Primera Dama, y por sus colaboradores, con todo mi corazón le envío mi bendición.

¡Dios bendiga a los Estados Unidos de América!”

+Carlo Maria Vigano
Título Arzobispo de Ulpiana
Ex Nuncio Apostólico para los Estados Unidos de América.

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jueves, noviembre 05, 2020

Impresionante Carta a Trump del Arzobispo Titular Carlo Maria Viganò

 


7 de junio de 2020
Domingo de la Santísima Trinidad

Señor Presidente,

En los últimos meses hemos sido testigos de la formación de dos lados opuestos que yo llamaría Bíblicos: los hijos de la luz y los hijos de la oscuridad. Los hijos de la luz constituyen la parte más conspicua de la humanidad, mientras que los hijos de la oscuridad representan una minoría absoluta. Y Sin embargo, los primeros son objeto de una especie de discriminación que los coloca en un situación de inferioridad moral con respecto a sus adversarios, quienes a menudo sostienen posiciones estratégicas en el gobierno, en la política, en la economía y en los medios. De una manera aparentemente inexplicable, los buenos han sido tomados como rehenes por los malvados y por aquellos que los ayudan, ya sea por interés propio o por miedo.

Estos dos lados, que tienen una naturaleza Bíblica, siguen la clara separación entre la descendencia de la Mujer y la descendencia de la Serpiente. Por un lado están aquellos que, aunque tienen mil defectos y debilidades, están motivados por el deseo de hacer el bien, ser honestos, formar una familia, por trabajar, por dar prosperidad a su tierra natal, para ayudar a necesitados y, en obediencia a la Ley de Dios, merecer el Reino de los Cielos. Por otro lado, hay quienes se sirven a sí mismos, que no tienen nada de principios morales, que quieren demoler la familia y la nación, explotan a los trabajadores para hacerse excesivamente ricos, fomentan divisiones internas y guerras, y acumulan poder y dinero: para ellos la ilusión falaz de el bienestar temporal algún día, si no se arrepienten, cederá ante el terrible destino que les espera, lejos de Dios, en condenación eterna.

En la sociedad, señor presidente, estas dos realidades opuestas coexisten como enemigos eternos , así como Dios y Satanás son enemigos eternos. Y parece que los hijos de la oscuridad, a quienes podemos identificar fácilmente con el Estado Profundo al cual usted se ha opuesto sabiamente y que está librando una guerra feroz contra usted en estos días – han decidido mostrar sus cartas, por así decirlo, revelando ahora sus planes. Ellos parecen estar tan seguros de tener todo bajo control que han dejado de lado esa circunspección que hasta ahora tenían al menos parcialmente de ocultar sus verdaderas intenciones. Las investigaciones ya en curso revelarán la verdadera responsabilidad de quienes manejaron la emergencia de Covid no solo en el área de la atención médica, sino también en política, economía y medios de comunicación. Probablemente descubriremos que en esta colosal operación de ingeniería social hay personas que han decidido el destino de la humanidad, apropiandose del derecho a actuar contra la voluntad de los ciudadanos y sus representantes en los gobiernos de las naciones.

También descubriremos que los disturbios en estos días fueron provocados por aquellos quienes, al ver que el virus se desvanece inevitablemente y que la alarma social de la pandemia está disminuyendo, necesariamente han tenido que provocar disturbios civiles, porque serían seguidos por una represión que, aunque legítima, podría ser condenada como una agresión injustificada contra la población. Lo mismo también está sucediendo en Europa, en perfecta sincronía. Está bastante claro que el el uso de protestas callejeras es fundamental para los propósitos de aquellos que desean ver a alguien elegido en las próximas elecciones presidenciales quien encarne los objetivos del Estado Profundo y que exprese esos objetivos fielmente y con convicción. No sorprendería si, en unos pocos meses, nos enteramos una vez más que escondidos detrás de esos actos de vandalismo y violencia hay quienes esperan sacar provecho de la disolución del orden social para construir un mundo sin libertad: Solve et Coagula, como enseña el adagio Masónico.

Aunque pueda parecer desconcertante, las alineaciones opuestas que he descrito también se encuentran en círculos religiosos. Hay Pastores fieles que cuidan el rebaño de Cristo, pero también hay mercenarios infieles que buscan esparcir el rebaño y entregar las ovejas para que sean devoradas por lobos hambrientos. No es sorprendente que esos mercenarios sean aliados de los hijos de la oscuridad y odien a los hijos de la luz: así como hay un Estado Profundo, también hay una iglesia profunda que traiciona sus deberes y renuncia a sus compromisos apropiados ante Dios. Así el Enemigo Invisible, contra quien los buenos gobernantes luchan en los asuntos públicos, también es contrarrestado por buenos pastores en la esfera eclesiástica. Es una batalla espiritual, de la que hablé en mi reciente Apelación que se publicó el 8 de mayo.

Por primera vez, Estados Unidos tiene en usted un presidente que defiende valientemente el derecho a la vida, a quien no le da vergüenza denunciar la persecución de cristianos en todo el mundo, que habla de Jesucristo y del derecho de los ciudadanos a la libertad de culto. Su participación en la Marcha Por La Vida, y más recientemente su proclamación del mes de abril como el Mes de Prevención de Abuso Infantil Nacional, son acciones que confirman de qué lado usted desea seguir luchando. Y me atrevo a creer que los dos estamos del mismo lado en esta batalla, aunque con diferentes armas.

Por esta razón, creo que el ataque al cual usted fue sometido después de su visita al Santuario Nacional de San Juan Pablo II forma parte de la narrativa orquestada de los medios que no busca luchar contra el racismo y llamar al orden social, sino agravar las disposiciones; no es para traer justicia, sino para legitimar la violencia y el crimen; no para servir a la verdad, sino para favorecer a una facción política. Y es desconcertante que haya obispos, como quellos a quienes recientemente he denunciado – quienes, por sus palabras, prueban que están alineados con el lado opuesto. Están subordinados al estado profundo, al globalismo, al pensamiento alineado, al Nuevo Orden Mundial que invocan cada vez con más frecuencia en nombre de una hermandad universal que no tiene nada de cristiano, sino que evoca los ideales Masónicos de aquellos que quieren dominar el mundo expulsando a Dios de los tribunales, de las escuelas, de las familias, y tal vez incluso fuera de las iglesias.

El pueblo estadounidense es maduro y ahora ha entendido cuánto los principales medios de comunicación no quieren difundir la verdad sino buscan silenciarla y distorsionarla, difundiendo la mentira que es útil para los propósitos de sus maestros. Sin embargo, es importante que los buenos, que son la mayoría, se despierten de su lentitud y no acepten ser engañados por una minoría de personas deshonestas con propósitos no reconocibles. Es necesario que los buenos, los hijos de la luz, se unan y hagan oír sus voces. ¿Qué manera más efectiva hay para hacer esto, señor presidente, que en oración, pidiéndole al Señor que lo proteja a usted, a los Estados Unidos y a toda la humanidad de este enorme ataque del enemigo? Ante el poder de la oración, los engaños de los hijos de las tinieblas colapsarán, sus complots serán revelados, se mostrará su traición, su poder aterrador terminará en nada, sacado a la luz y expuesto por lo que es: un engaño infernal.

Sr. Presidente, mi oración se dirige constantemente la amada nación estadounidense, donde tuve el privilegio y el honor de ser enviado por el Papa Benedicto XVI como nuncio apostólico. En esta hora dramática y decisiva para toda la humanidad, yo estoy orando por usted y también por todos los que están a su lado en el gobierno de los Estados Unidos. Confío en que el pueblo estadounidense esté unido conmigo y en oración al Dios Todopoderoso.

Unidos contra el Enemigo Invisible de toda la humanidad, los bendigo a ustedes y a la Primera Dama, a la amada nación estadounidense, y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad.

+ Carlo Maria Viganò
Arzobispo Titular de Ulpiana
Ex nuncio apostólico a los Estados Unidos de América


Fuente:

https://s3.amazonaws.com/lifesite/Open_Letter_President_Donald_Trump.pdf


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