jueves, enero 23, 2020

La ley mordaza de Carmen Hertz




En distintas canales que han comentado la Ley Mordaza, se las ha olvidado sacarle en cara a la izquierda la letra de la ‘Vamos a decir que NO’:

Chile la alegría ya viene
Chile la alegría ya viene
Chile la alegría ya viene
Porque diga lo que diga, yo soy libre de pensar
Porque siento que es la hora de ganar la libertad
Hasta cuando ya de abusos, es el tiempo de cambiar
Porque basta de miseria, voy a decir que no
Porque nace el arco iris después de la tempestad
Porque quiero que florezcan mis maneras de pensar
Porque sin la dictadura la alegría va a llegar
Porque pienso en el futuro, voy a decir que NO
Vamos a decir que no (oho) con la fuerza de mi voz
Vamos a decir que no (oho) yo lo canto sin temor
Vamos a decir que no (oho) todos juntos a triunfar
Vamos a decir que no, por la vida y por la paz

La Cámara de Diputados aprobó Ley Mordaza, que condena tres tipos de delitos:
 Primero, Incitación a la violencia contra personas a base “su raza, nacionalidad, situación socioeconómica, idioma, ideología, opinión o militancia política o deportiva, religión o creencia, visión filosófica, sindación o participación en organizaciones gremiales, por su trabajo, o sexo, orientación sexual, edad, filiación, apariencia personal, enfermedad o discapacidad”.
 Segundo, de Incitación al odio, si promueve menosprecio, denostación y odio contra un grupo. Basándose en las descripciones del primer punto. Esta indicación es de la diputada Pamela Jiles.
Y por último, el negacionismo, que significa que niegue, justifique o apruebe las violaciones a los derechos humanos cometidas “en Chile entre el 11 de septiembre de 1973 y el 11 de marzo de 1990, acreditadas por la Comisión de Verdad Y Reconciliación (Informe Rettig), por la Corporación Nacinol de Reparación y Reconciliación y la Comisión Nacional de Prisión Política y Tortura (Valech)”.  Esta última es una indicación de la diputada y ex terrorista del Mir, Carmen Herz. La izquierda no argumentos para defender lo que dice.

Tenemos otra razón para cerrar el congreso. La primera fue cuando la cámara de diputados rindió homenaje al delincuente Catrillanca.

Ambos Informes son inconstitucionales.

El que una persona critique a una minoría tal como lo establece la ley no se sigue que la odien. Es una falacia. Un embuste. No hay ninguna relación lógica y causal. Ya que la izquierda se está quedando sin electores, pues los proletariados, o mejor dicho, los pobres han pasado a convertirse en clases medias baja. Pero, medias al fin y al cabo. Ya no son pobres.

   En el contexto que se aprobó esa ley es de lo más absurdo, pues quienes han promovido la violencia, la incitación al odio contra carabineros y la población civil han, pues, el Partido Comunista a través de tres frentes: el lumpen, los anarquistas y los llamados ‘actores sociales’. Basta ver los diversos rayados contra las fuerzas de orden y varios llamados a la guerra civil. El contexto fue un ataque al país y una subversión para dar un golpe de Estado.

  ¿Dónde están los artistas que participaron en la campaña del ‘NO’ protestando contra esta ley? La letra con la cual se engañó a las personas en el plebiscito de 1988 dice claramente: “Por qué digan lo que digan, yo soy libre de pensar”. Por tanto, si la izquierda sostiene que hubo sistemáticas violaciones a los derechos, yo tengo todo el derecho de afirmar lo contrario. Tengo todo el derecho de poner entredicho lo que dice el progresismo en materia de derechos humanos, ya que todo es arbitrario.

Propongo que saquemos una ley castigue a toda persona que reivindique a la UP, a Salvador Allende, al Mir y al FPMR. Así Carmen Hertz estaría en la cárcel.

 Sin embargo, nadie ha reparado que mientras quieren prohibir el cuestionamiento sobre las llamadas ‘violaciones a los derechos humanos’ durante el Gobierno Militar, la izquierda no tiene tapujos en considerar lugares de patrimonio donde estuvo la guerrilla en la selva de Neltume. El gobierno de Bachelet quiso erigir un Monumento, que concreto este gobierno. Allí era el lugar donde estuvo el comandante Pepe de Mir, José Gregorio Liendo Vera, quien como sabemos quería una revolución comunista con un millón de muertos. Si el segundo gobierno de Bachelet considero exaltar a la guerrilla, eso significa que compartían los planteamientos del dirigente del Mir.

Lo que me lleva a otro asunto. Mientras un conocido escucha por su móvil un programa de entrevista a José Antonio Kast, en seguida supe por las preguntas que le formulaban que se trataba de la radio Bio Bio. En esa oportunidad, la hija del terrorista del FPMR, la actriz Javiera Parada le saco en cara al ex candidato presidencial, unas muertes de unos campesinos. Y uso la expresión ‘terrorismo de Estado’. Eso no existe. En ese caso, fueron parece unos carabineros que actuaron por su cuenta. Uno saca nada con decirle a esta gente que gobierno militar no ordenó nada de lo que se le imputan. La actriz que fue premiada por Bachelet con el cargo de Agregada Cultural en Washington D. C., no le oído condenar las palabras del comandante Pepe. Para mi ella no es ninguna autoridad. Entonces, ¿por qué no escuchamos las palabras de la hija Simón Yévenez, quien fue asesinado por el FPMR?

En estos treinta años, lo único que ha hecho la izquierda es ocultar la tremenda viga que tienen en sus ojos. Así alguien podría sacarle en cara a Javier Parada las muertes del descarrilamiento del tren Queronque, que lo hizo Carlos Ominami y costo 58 muertos. El asesinato del mencionado dirigente de la UDI en manos del FPMR o el asesinato del Intendente de Santiago, Carol Úrzua o el asesinato del teniente Roberto Zegers Reed. Estas no son víctimas ni les violaron los derechos humanos.

Primero, la aprobación de esa ley nos muestra que nos estamos reconciliados. Segundo, que en la izquierda chileno no hay hombres, pues saben que están mintiendo, ya que fueron victimarios. Tercero, este es legado de Salvador Allende y de quienes apoyaron ese nefasto gobierno, lo que he denominado  la Generación Maldita. Una revolución es como una lucha de dos hombres, de los cuales uno pierde y el otro gana. Si no entiende esa verdad evidente, no hagan revoluciones al estilo de la izquierda. Cuarto, como corolario de lo anterior, podemos decir con certeza que en la izquierda no hay hombres. ¿Qué político, intelectual o artista que apoyo a la UP ha dicho la verdad en estos treinta años? Ningún personaje público de ese sector. Así, por ejemplo, el señor José Rodríguez Elizondo, a quien más de una vez he comentado, escribió una columna titulada Eufemismo chilenos seleccionados para referirse al lenguaje que emplea los grupos que usan la violencia desde el 18 de octubre del año pasado. En vez usar la palabra ‘subversión’, ese grupo emplea las palabras “protesta social”, “resistencia”, en clara alusión a la neolengua que describe el escritor socialista ingles Orwell. Allí menciona la UP: Aunque la crisis macro de 1970-73 fue muy diferente en lo político, sería tonto ignorar que devino en ingobernabilidad, liquidó el Estado de Derecho Democrático y la crisis actual podría apuntar a lo mismo. Es una semejanza que se trata de ocultar con tres eufemismos funcionales: entonces estaba la Guerra Fría, los partidos políticos representaban corrientes de opinión y la economía socializada era una opción real”. Como el señor Elizondo no cree en las consecuencias de la libertad, la izquierda se escuda en que hubo Guerra Fría, cuando libremente podrían haber optado otro camino. Omite que el Mir y el PS quisieron instalar una dictadura comunista y optaron por la vía armada. Sigue usando eufemismo.

La diputada Hertz carece de toda autoridad moral. Primero, perteneció al grupo terrorista Movimiento de Izquierda Revolucionaria (Mir), el cual opto por la vía armada y quiso instalar una dictadura comunista. Segundo, antes del 11 de septiembre de 1973, ella llamaba a través de la radio Loa, que había que matar a quienes se opusieran en la empresa Codelco. Y por último, ella siempre ha apoyado al grupo terrorista el Frente Patriótico Manuel Rodríguez, incluso cuando hicieron una charla en el Instituto Nacional, que fue el comienzo del fin de ese establecimiento educativo. Los medios, dicho sea de paso, siempre ocultan el pasado mirista de la diputada y sólo muestran que se preocupó de los derechos humanos, cuando los militares derrocaron a Allende, no antes. ¿Cómo Hertz se iba querellar contra los mirista, si ella formaba parte de ese grupo? El Mir era partidario de la justicia de Ernesto ‘Che’ Guevara: “Primero te fusilo, luego te pregunto”.  Y habían amenazado a los jueces de la Corte Suprema. Luego se quejan que fueron juzgados por la justicia militar o la Suprema no recogió sus recursos amparo.

 No hay que olvidar que, cuando comenzó el ataque los días 18 y 19 de octubre del año pasado, luego que los militares volvieron a sus cuarteles, la diputada Hertz junto con otros parlamentarios de la extrema izquierda, como, el diputado socialista, Jaime Naranjo, en vez de acusar a los violentistas, vándalos y saqueadores prefirieron que la ONU enviase observadores de los derechos humanos para fiscalizar al gobierno y a carabineros. O sea, la comisión de derechos humanos del cámara baja se hace cómplice activo y pasivo de los que agredieron al país. ¿Alguien va tomar en serio lo que diga Hertz, Kariola, Vallejo y Naranjo entre otros? Los derechos humanos de las personas comunes y corrientes han importado.

  Lo que llama la atención y que todavía muchos políticos e intelectuales de la ex derecha no se dan cuenta, es que la izquierda determina quién viola los derechos humanos y cuando fueron violados. Para ellos, los agentes del Estados son los que violan. ¿En qué período? Obviamente, durante el gobierno militar. No fueron los guerrilleros o terroristas. De ahí que el Instituto Nacional de los Derechos Humanos tenga en su estatuto como misión perseguir a los militares que estuvieron entre el 11 de septiembre de 1973 y marzo de 1990. ¿Por qué no incluyeron a los terroristas? ¿Por qué no se incluyó la Unidad Popular o antes? Todo lo que hace y dice la izquierda en términos de los derechos humanos es totalmente arbitrario.

La izquierda tiene la soberbia de compararse con los judíos que fueron masacrados por los nazis. De ahí el Museo de la Memoria. Ellos primero optaron la vía armada en democracia para instalar una dictadura comunista, y cuando fue derrocado Allende porque se salió de la ley y la constitución, la extrema izquierda uso el terrorismo supuestamente para restaurar la democracia que ellos destruyeron. Los militares no persiguieron a personas comunes y corrientes como un comerciante, un chófer, un carnicero, un profesor de baile, un gasfíter o maestro albañil, sino terroristas. Por tanto, la comparación es obscena por donde se la mire. Además, no se persiguió a un grupo de personas por su etnia o a un grupo de civiles. Pues, eso es lo que penaliza el crimen de lesa humanidad o genocidio. Eso que les imputan a los militares lo hizo la izquierda, mientras se enfrentaba a los militares. Si el comandante ‘Pepe’ hubiera cometido su sueño de asesinar un millón de chilenos, no le hubiera podido juzgar por genocidio, porque no era un agente del Estado.

La izquierda chilena desde la Unidad Popular le quedó gustando el totalitarismo. No acepta que la contradigan y como no tiene argumentos no tiene que dejar que el otro lado se defienda. En todos los ámbitos. Desde la lucha subversiva hasta la academia pasando por la persecución judicial hacia los militares presos. En Chile es fácil ser matón. Ser de izquierda es sinónimo de matón. Es su naturaleza.

 En estos treinta años, la izquierda lo menos ha mostrado que no respeta la libertad de expresión. Esa ley es simplemente la consecuencia de otros eventos.

 Cuando estudié en la Universidad de Valparaíso siendo rector Agustín Squella, quien se las da moderado, pero no lo es, tuve por compañeros que no respetaba mi opinión. Así, cuando fui al departamento que arredraban uno de ellos, nos pusimos a conversar. Y uno no me dejó hablar, pues empezó hacer a sonar la boca, mientras yo exponía. Mi error que no lo pare de inmediato. Creí iba a cambiar. Y siempre lo mismo. Dicha persona era hijo empresario del pan que tenía su negocio en un cerro de Valparaíso y hasta una galería de Viña del Mar, lleva su apellido.  Milito en el Partido Socialista siendo del ala más cercana al Partido Comunista. Creo que se llamaban ‘Los Helenos’. Defendía a Allende y se creía intelectual. Si hubiese sido tan inteligente, se hubiese dado cuenta que su padre nunca hubiese sido dueño de su negocio con el gobierno marxista. Cuando supe que la izquierda quiso instalar una dictadura comunista, pues lo dijo un ex Mapu que iba su casa, ahí cambié. Casi me lavan el cerebro y supe que todo era una mentira. Incluso eso que dicen las locas mujeres de la Unidad Popular, que los militares le metían ratones en la vagina. Finalmente, me aburrí porque en su propia casa no me dejo hablar y me grito, pues le dije que la izquierda tenía pasado vergonzoso que era la Unidad Popular, que le gustaba posar de víctima, que no son progresistas, sino burocratitas. También le dije que para ser izquierda, hay que ser maricón. Y que nacieron para dejar la embarra. Use una palabra más fuerte. Él había comenzado a ser chavista. Le dije que Allende era Chávez, cosa que tampoco le gusto.

La extrema izquierda o los terroristas del Mir y del FPMR sostienen que a ellos los perseguían por pensar distinto, lo que es falso. Sin embargo, con esta ley pretende perseguir a todo aquel que cuestione lo que ellos llaman ‘violaciones a los derechos’.

 Recuerden que para el, avant premier del documental Pinochet, los abogados de derechos de la izquierda, esgrimían que presentar esa película era incitar al odio. El mediocre político socialista Camilo Escalona decían que era una ofensa a las víctimas. Por eso, había que prohibirlo.

  Luego está en las universidades que los profesores no pueden mostrar bibliografía que defienda el Gobierno Militar, ya que son los propios alumnos los niegan a ver las dos caras de la moneda. El historiador Gonzalo Rojas Sánchez se ha referido a ello, desde que empecé este blog o un poquito más tarde.

Los rayados hemos visto en las distintas ciudades, luego de la insurrección contra Carabineros es la consecuencia de la famosa frase repetido por treinta años:  Ni perdón ni olvido”.

A fines del año pasado se supo que la estudiante de derecha, Polette Vega fue agredida en la Universidad de Chile.

Como vemos la letra de la canción bastante actual. La letra habla de paz y no de paz social.

Lo que nadie ha reparado es que la Ley Mordaza tiene como precedente el Museo de la Memoria y de los Derechos Humanos, que es una suerte de Inquisición española, pues cuando alguien ha cuestionado lo que la izquierda llama ‘violaciones a los derechos humanos’, en seguida sale sancionar y reprender como si hubiesen cometido una falta.

Antes que  promulguen esa ley sólo diré que Carmen Hertz es un monstruo. Jamás ha sido un ser humano.

La Izquierda no cree en la libertad de expresión.



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domingo, enero 12, 2020

Una revolución hacia la izquierda


  


  La izquierda se ha apropiado de la palabra revolución. De hecho, ese sector se ha identificado y ha glorificado la Revolución francesa, cuando fue un río de sangre y si lo pensamos fríamente, dicho evento saco lo peor de los franceses. En cambio, poco o nada se habla de la Revolución estado unidense. ¡Y qué decir la revolución rusa! Esta última también constituye un paradigma para la izquierda. Ahí tenemos la expresión 'asaltar al Palacio de Invierno', o en Chile tomarse La Moneda. En el primer gobierno de Piñera vimos cómo los estudiantes liderados por la joven dirigente comunista, Camila Vallejo hicieron varias actividades para manifestar su disconformidad no sólo al frente de la cabeza del gobierno, sino alrededor. Hasta hicieron una corrida alrededor de la casa de gobierno. No les funcionó la primera vez y ahora intentaron hacerlo de nuevo. Por eso pedía que Piñera renunciara. Desde luego que tomarse el Palacio de Invierno, si gobierna un gobernante tiránico al estilo de Salvador Allende o Nicolás Maduro no vale. Menos si dicho gobierno se ha salido de la ley y la Constitución.

   En nuestra historia reciente de Chile, hemos tenido tres revoluciones. La Revolución en Libertad de la Democracia Cristiana que sabemos que fracasó, luego vino la Revolución marxista de Salvador Allende cuyo propósito era una instalar una dictadura comunista por el Acuerdo de la Cámara de Diputados de agosto de 1973 y que fue la luz verde que emplearon las Fuerzas Armadas y de Orden para derrocar la Unidad Popular. Y finalmente, el Gobierno cívico militar que gobernó el país entre 11 de septiembre de 1973 y marzo de 1990, hizo una revolución económica que fue exitosa. De hecho, el sociólogo Manuel Antonio Garretón se burlada del título del renegado político de la ex derecha, Joaquín Lavín La Revolución Silenciosa, quien ahora es partidario de una nueva constitución.

  Le puse como título ‘Una revolución hacia la izquierda’, pues la palabra ‘revolución’ antes de la Revolución francesa tenía otra connotación. Antes del motín y la insurrección estaba leyendo el libro Sobre la revolución de la filósofa judía alemana, Hannah Arendt, quien analiza la revolución francesa y americana. Y también habla sobre el uso justificado de la violencia.  Esa palabra significó restauración y no crear algo nuevo desde la nada. Así pone como ejemplo, la restauración de la monarquía en Inglaterra, luego de la muerte de Cromwell. Ese acontecimiento se llama la “Gloriosa Revolución”. Dicho sea de paso, el libro lo recomiendo.

  Basándome en ese criterio, puedo decir que los chilenos tuvimos una rebelión contra el gobierno de Allende y luego tuvimos un gobierno de restauración nacional y una revolución económica.

 La revolución marxista de Allende fracaso, con todo, gracias a la cobardía de la ex derecha, que le han hecho creer que la gente humilde de este país era partidaria de él, cuando fue la que más salió perjudica. Lo mismo que ahora con el ataque del 18 y de 19 de octubre al Metro y el posterior atentado a los supermercados. Los más humildes de este país son los que más han sufrido, ya sea porque le incendiaron el supermercado, destruyeron los semáforos y las estaciones del Metro aledañas a sus hogares.

 Como bien hizo observar el diputado Ignacio Urrutia -el día nefasto en que la cámara baja aprobó el Proceso Constituyente- que continuó la violencia, el saqueo y los incendios, después de que las directivas de los partidos firmaran "Acuerdo por la Paz Social, la Democracia y los Derechos Humanos". No sirvió de nada.

 Cuando fui a Valparaíso, vi un rayado a un costado de línea de Metro que decían que se oponía al acuerdo y lo importante era la revolución: "Sin acuerdo ni oposición el pueblo avanza hacia la revolución". Luego, días más tarde apareció otro grafiti en que decía “No hay Break”. La violencia y el saqueo han continuado. Miles de alumnos egresado de cuarto medio no pudieron rendir la PSU, porque una minoría se “tomo” los establecimientos educacionales y de paso aprovecharon de saquear casas y comercio de los alrededores.

  Cuando firmaron ese Acuerdo entre los que estaba Gabriel Boric se supo que el grupo que lo apoyo, estuvo en desacuerdo que el dirigente lo hubiese suscrito. O sea, apoyaron la violencia, el saqueo y los incendios. Entonces, es absurdo que el alcalde de la ciudad puerto, Jorge Sharp que pertenece a la misma tienda que ‘El Mechero’ Boric, se haya quejado por el 27 de noviembre del 2019 por la destrucción de la ciudad:Lo que está sucediendo en sectores del plan de Valparaíso en este momento no tiene nombre. Es solo destrucción, pura destrucción, que no tiene ningún sentido, valor o justificación. Ninguno. Son acciones criminales puras y duras que NO TIENEN NINGUNA RELACIÓN con las manifestaciones sociales, ni con las marchas ni las protestas pacíficas". Varios parlamentarios de su sector se mostraron contrarios a Ley Anti Capucha.

 Estamos en enero del 2020. Los vándalos han destruido peajes. Quemaron la iglesia de Carabineros de Chile. 

En Osorno, quemaron el Edificio Kauak a fines del año pasado, mientras los manifestantes, según el diario El Mundo, gritaban “¡Se están quemando vuestros pisos!

Asimismo, han destruido varias esculturas que están alrededor del Museo de Bellas Artes. En Valparaíso los monumentos están todos rayados o con un baño de pintura.

El último incendio intencional en Valparaíso, en plena Noche Buena, donde un centenar de persona perdieron sus casas. Y el reciente incendio en La Araucanía.

Según el diario español El Mundo a veinte y seis días de la insurrección, que el medio llama ‘protestas’, titula Orgía de fuego y destrucción en Chile contra los símbolos de poder en un reportaje. El periodista escribe: “Los edificios en altura, así como las iglesias, han sido tomados como símbolos de un poder opresor por los manifestantes”.

Los único que no han destruido son las tres estatuas de Allende en la capital y el Museo de la Memoria.

El 4 de noviembre la periodista de la BBC cuenta la historia de una señora en la comuna popular de La Pintana, que nos recuerda cuando los partidarios de la Unidad Popular entraban en propiedades privadas. La señora Ema Sepúlveda de 43 años en el patio delantero de su casa con su hijo Joaquín de 19 años le dice a la reportera: "Tengo grabada la imagen de mi hijo con un palo tratando de defender mi casa. Esto fue un caos, una guerra sin autoridad". De nuevo aparece la palabra guerra. En eso estamos. En el informe de la BBC, aparece una foto de un lugar quemado y destruido con las siguientes palabras abajo: “La falta de presencia de agentes del orden público durante los disturbios causó temor en los habitantes de muchas zonas periféricas de Santiago”. Carabineros no puede hacer nada, porque tiene el gobierno cobarde le tiene amarrada las manos y los distintos organismos de derechos humanos, ya sea nacionales e internacionales los tiene en la mira. Los violentistas y vándalos no les interesa.

No tiene sentido buscarle una explicación a la violencia que la extrema izquierda y la izquierda supuestamente moderada apoya como lo dejo ver el ex ministro de Relaciones Exteriores del segundo gobierno de Bachelet, Heraldo Muñoz, quien dijo para la Radio Agricultura a fines de diciembre pasado: si se llegara a frustrar una nueva Constitución, evidentemente que la movilización que ha ocurrido se incrementaría y no tendríamos la paz social que todo el mundo anhela».


Los supuestos abusos que los dirigentes de la izquierda esgrimen no justifica la violencia, el saqueo a supermercados, farmacias, destrucción de colegios, hospitales y profanación de iglesias. Los únicos templos que han arrasado han sido los de la Iglesia Católica, la cual durante el Gobierno Militar protegió a los terroristas del Mir y del FPMR a través de la Vicaría de la Solidaridad. Esos dirigentes son parte del problema, pues la queja se debió a políticas que ellos implementaron o han resuelto como en la educación estatal o, simplemente, han agravado como en la salud estatal. Además, para solucionar las demandas no se necesita una nueva constitución.  El propósito de ésta última es, pues, cambiar el modelo económico que la izquierda echo a perder. Y  los ataques a las comisarías.


 Si fuesen un poquito más racional, se darían cuenta hace rato que el país ha perdido con la violencia, el vandalismo y las marchas que no son nada pacíficas, pues lo único que pretenden es crear un clima de miedo, inseguridad, entre otras cosas. No les interesa el aumento del desempleo provocado por la extrema izquierda.

 Pretende destruir todo para refundar el país con la vista gorda de las Naciones Unidas.

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miércoles, enero 01, 2020

La historia se repite con matices


   Cuando supe que los parlamentarios de la ex derecha en la cámara de diputados aprobaron el plebiscito de abril del 2020 con el objeto de tener una nueva constitución, lo compare con la reforma a la Constitución de 1925 que reformuló el derecho de propiedad, en tiempos de Jorge Alessandri (1958-1964) con el propósito de iniciar la Reforma Agraria, que sabemos termino en un fracaso. No obstante, el progresista demócrata cristianos socialista quieren hacer creer que fue exitosa. 
   Los parlamentarios de la ex derecha no comparten la defensa a la propiedad privada tal como aparece en la Constitución. 
   Me acordé de un libro ninguneado por la ex derecha y que cuenta como la antigua derecha cedió ante la izquierda. Me refiero al libro Una Casa Dividida del ex ministro de minería del Gobierno Militar, José Piñera.
   En efecto, Piñera cita las palabras del profesor del Instituto de Ciencia Política de la Universidad Católica, Óscar Godoy en el diario La Época del 4 de septiembre de 1995: 
   “la responsabilidad de los partidos de derecha en el ascenso de la Unidad Popular al gobierno fue no supieron defender oportunamente y con vigor las instituciones del Estado liberal. Por ejemplo, la defensa que se hizo del derecho de propiedad fue mínima, porque fue cediendo sistemáticamente. Cuando la derecha tiene la posibilidad de recuperarse, con Jorge Alessandri, se manifiesta impotente frente a la novedad de la Democracia Cristiana y del socialismo y extrema su debilidad. Es lamentable la escasez de hombres públicos en la derecha dispuestos a defender sus planteamientos con el mismo vigor con que los socialistas defendían los suyos. La campaña de Jorge Alessandri hace concesiones múltiples para ocultar la verdadera naturaleza del proyecto liberal”.
   Ese párrafo es válido para el contexto que vive el país, pues el gobierno ha cedido en todo, hasta iniciar un Proceso Constituyente y permitir que los que perdieron en la última elección presidencial cogobiernen. 
  Alguien escribió un artículo en que se afirma que hoy día importa más los derechos humanos como lo entiende la izquierda que la aplicación y defensa del Estado de Derecho. Eso porque tanto los intelectuales como los políticos de la ex derecha han cedido y haciéndose el leso ante la falta de igualdad ante la ley en los procesos contra los militares. Importa los derechos humanos de los agresores y no de las víctimas. Pero eso es para otra entrada.
   El cientista político, Óscar Godoy se inscribió como militante de Evolución Política (Evópoli). Si es coherente con esas palabras, si es que las recuerda, entonces, tendría renunciar a ese partido por darle paso al Proceso Constituyente, pues hicieron lo mismo que vieja derecha de hace más de cincuenta años. Ese partido nunca se ha sentido augusto del Gobierno cívico militar. Esos que se dicen liberales han querido deslegitimar el justo derecho a la rebelión que tuvieron los chilenos para derrocar a Allende. 
    Les recuerdo que el señor Godoy junto con el escritor Arturo Fontaine Talavera eran queridos por la extrema izquierda. Por eso, el ex presidente Michelle Bachelet los eligió como parte directorio del sesgado Museo de la Memoria. Y se han quedado callado ante los atropellos al Estado de Derecho que sufren los militares presos, pues para ellos los terroristas no violan los derechos humanos.     Paseándome por el sitio argentino Fundación Atlas, encontré una columna de una joven venezolana radicada en Argentina que participo en el Programa de Jóvenes Investigadores y Comunicadores Sociales 2018, que se llama Daniela Araque. Su artículo es Chile: de la Constitución liberal a la Constituyente Socialista
   La venezolana cuenta: “Hace más de un año cuando asistí al Congreso Internacional “La Escuela Austríaca de Economía en el Siglo XXI” (EA 2018) me topé con una conferencia sobre la constitución liberal de Jaime Guzmán, hasta ese momento solo conocía el éxito de las políticas económicas de los Chicago Boys, pero no tenía idea del sustento constitucional en el que se ampara”. Y menciona el libro de Javier Silva Salas La Constitución Liberal de Guzmán. Chile 1973-1980. No menciona al socialista Ricardo Lagos. A la Constitución de 1980 la llama constitución liberal.
   Ni siquiera los liberales de Evópoli la consideran como tal. De hecho, cuando Bachelet planteó su proyecto constitucional, ellos propusieron una constitución minimalista, como si la Constitución de 1980 no resguardara los derechos individuales, que son las bases del liberalismo político.
   Luego describe el pensamiento del senador asesinado: “Cuáles fueron los aportes del ex senador Jaime Guzmán a la constitución de 1980? el Estado que pensó Guzmán para Chile fue uno en el que los ciudadanos pudiesen alcanzar sus metas personales, donde la prioridad fuese el individuo y se redujeran las atribuciones del Estado, el cual no otorga ni niega los derechos naturales, reconociendo que estos derechos son previos a la creación del Estado, teniendo una fuerte relación con los escritos de Hayek. Además, agrega el principio de subsidiariedad,”. 
   La Constitución de 1980 se basa en la Ley Natural, pues reconoce derechos anteriores al Estado. Le falto no más la segunda enmienda de la Constitución de los Estados Unidos. 
   Más adelante critica a Camila Vallejo, Marco Enríquez Ominami y Karol Cariola.
   ¡Una joven venezolana defendiendo el planteamiento de Jaime Guzmán a diferencia, por el ejemplo, del historiador de derecha Joaquín Fermandois, del abogado Arturo Fontaine Talavera y otros! 
   Me decepciono que la diputada de Renovación Nacional, Camila Flores aprobara tal iniciativa, pues había expresado que el general Augusto Pinochet era su héroe. Por tanto, suponía que compartía los valores que se expresan en la Constitución de 1980. Como ven, no escribí Constitución de 2005, ya que el socialista Ricardo Lagos no cree en la propiedad privada. Además, se siente orgulloso del desastre que fue la Unidad Popular. Lagos jamás ha criticado lo que pensaba Allende del Estado de Derecho: “tras la expresión ‘Estado de Derecho’ se esconde una situación que presupone una injusticia económica y social entre los chilenos que nuestro pueblo ha rechazado”. Son incompatibles. Además, no le gusta los altos quórum que tiene la Carta Fundamental para proteger los derechos individuales.
    Los parlamentarios que aprobaron el Proceso Constituyente traicionaron a sus electores tal como lo hizo el actual presidente de la República, Sebastián Piñera, ya que no estaba en el programa que ofrecieron en la campaña presidencial una nueva constitución. Esa era la oferta de los dos candidatos de izquierda. Ambos partidos se cambiaron sus Declaración de Principios como si en la Unidad Popular no se hubieran violado los derechos humanos y que los terroristas chilenos tampoco hubiesen violentado tales derechos. 
   Temo que muchos de los parlamentarios votaron por miedo, o bien, quería sentirse protagonistas de la historia. Si este último caso, entonces los movió el ego. 
   Queda claro que los políticos de la ex derecha no han aprendido de la historia en los últimos 60 años. Para algunos intelectuales sólo había que mirar hacia el futuro como el ex Mir, Mauricio Rojas. La experiencia histórica no funcionó, la historia tampoco les ha interesado a los políticos, los centros de estudios o think tank y, por último, han renegado de su pasado. Les ha faltado carácter. Y eso no se lo da la universidad. 
    Se les olvido tanto académicos como a políticos de la ex derecha que la Constitución de 1980 surgió por el debacle de la Unidad Popular. La constitución se diseñó para evitar otro gobierno marxista, otro Allende, o bien otro Maduro. La Constitución de 1925 permitió todas las tropelías, abusos y violación a los derechos humanos tal como es descrita en el Acuerdo de la Cámara de Diputados de agosto de 1973. Un académico de la Universidad de Valparaíso que formó parte del equipo que iba a elaborar la nueva constitución en el segundo gobierno de Bachelet lo tenía claro. No recuerdo el nombre. En cambio, para los políticos de nuestro sector la constitución que elaboro la comisión Ortúzar, era una cosa de la Guerra Fría lo mismo que el sistema binominal. ¡Tanta ignorancia e insensatez! 
   La Constitución de 1980 como hace observar el historiador Gonzalo Rojas Sánchez concede varias libertades que la Constitución de 1925 no permitía. Tampoco los políticos de la UDI, RN y Evópoli se preguntaron durante el segundo gobierno de Bachelet, por qué la Nueva Mayoría quería reducir los quorum. Muchos se olvidaron que en el segundo de Bachelet se quiso cambiar la definición de la propiedad privada. O ¿por qué pregonaba la propiedad privada en función del bien común o la propiedad privada con una función social? Son tan ingenuos que creen que alguno bueno puede salir del tipo de constituyente que propone la izquierda. Y que nació producto de ataques terroristas y la violencia que desataron.
   Las palabras del senador Girardi nos muestran la verdadera intención de la constituyente: “Comienza el inicio del fin de la Constitución de Pinochet, quiere decir que se va a terminar el agua como propiedad privada, se va a terminar este Tribunal Constitucional, se va a terminar el rol subsidiario del Estado, se va a terminar una sociedad donde la propiedad privada está por sobre cualquier otro valor; yo creo que eso es un gran triunfo para los chilenos y las chilenas, y se va a terminar un sistema que ha conducido a Chile a la desigualdad”. En la ex Concertación jamás hubo liberales. Esa sinceridad del parlamentario del PPD, nos recuerda las palabras de Bachelet: “Cuando la izquierda sale a la calle, la derecha tiembla”. 
   En el segundo gobierno de Bachelet, el diputado socialista Marcelo Schilling dijo que el hospital de la Católica tendría que ser expropiado, porque recibía subsidios. Y un sacerdote, cuyo nombre no recuerdo denunció que dicho gobierno quería acabar con las organizaciones que recogen a los niños con problemas delictuales o con problemas familiares. Y ambos son de escasos recursos. Antes de saberse el genocidio del Sename. 
   Si gana la opción “SI”, yo puedo esperar que los parlamentarios de la ex derecha que votaron a favor aprueben cualquiera tontería en la constituyente. Ya lo recordó Hermógenes Pérez de Arce citando al filósofo Santayana: “Aquellos que no recuerdan su pasado están condenado a repetirlo”. Dicha expresión no se refiere a la memoria histórica, la cual no está relacionada con la historia.

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