jueves, enero 31, 2019

Cierren la Cepal


  Una de las instituciones más desastrosas para América Latino ha sido, pues, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe conocida como Cepal. Un organismo dependiente de las Naciones Unidas, que es el sumun de la corrupción y la incompetencia a nivel mundial.
   La Cepal jugo un papel importante en el programa económico del gobierno marxista de Salvador Allende. De hecho, el economista argentino Raúl Prebisch, quien fue Directivo Ejecutivo de la Cepal entre 1950 y 1963 fue la persona influyente en la izquierda en ese período.
   Quizás en un principio tenía buenas intenciones.
    La Cepal no es un organismo técnico, sino ideológico. La prueba de ello son las diversas declaraciones que ha realizado el actual Director Ejecutivo, la mejicana Alicia Bárcera. Voy comenzar con su última declaración. Ella afirmó al diario de izquierda El País de España: “No creemos que las políticas tipo Escuela de Chicago sean la solución”. La señora Bárcera está pensando en las políticas que implementar el actual presidente de Brasil, Jail Bolsonaro. Después de todo, tiene un ministro que admira las políticas que se implementaron en Chile bajo el Gobierno Militar con los denominados “Chicago Boys”. La solución de ella, que es debe haber un equilibrio entre el Estado y el mercado: “tiene que haber un equilibrio entre el Estado y el mercado. No puede ser todo orientado por el mercado, porque el mercado, por naturaleza, va a generar desigualdad”. Suena bonito, más en la realidad se torna una pesadilla. Se nota que no entiende cómo funciona el mundo moderno. La función del Estado es simplemente preservar el orden y del gobierno respetar la ley. O sea, significa que no le gusta que las personas elijan. Si a las personas les gusta la libertad, no les va importar la desigualdad. A propósito de esto último, me pregunto si la señora Alicia Bárcera pagará impuestos en el país, pues hay que recordar que los funcionarios que trabajan para la burocracia internacional están exentos de pagar impuestos. 
    Brasil tiene el mismo sistema económico que tenía Chile antes de las reformas liberales. Es un mercado cerrado, en que a las importaciones les ponen aranceles. Los brasileños a diferencias de los chilenos no pueden adquirir ropa de marca u otro bien extranjero de cualquier precio, por los altos costos. Tampoco le importa a ella la corrupción y la poca eficiencia de las empresas estatales brasileñas. Gracias a la apertura económica, las empresas chilenas tuvieron que mejorar, y las que no lo hicieron, murieron en el camino.
     Según ella, la receta de la Escuela de Chicago no aplica a Brasil, porque es grande. Mientras redacto esta entrada, me acordé que el mismísimo Milton Friedman le dijo lo mismo al general Augusto Pinochet como a los líderes chinos de la época. Chile y China son dos países opuestos en términos de tamaño y extensión. El consejo de Friedman invalida la posición de Alicia Bárcera. 
    En el segundo gobierno de Bachelet a raíz de que la izquierda se tomó las instituciones como el Servicio de Impuestos Internos (SII) y la fiscalía, y empezaron actuar arbitrariamente, persiguiendo a los políticos opositores con la ficción de las boletas ideológicamente falsas, mientras al oficialismo no le pasaba nada. Eso generó una desconfianza en la ciudadanía. Donde la propia izquierda salió perjudicada. El director de SII, Martorelli dijo recibió órdenes de La Moneda para perjudicar al principal partido de la oposición en aquel entonces, a saber, la Unión Demócrata Independiente (UDI). Cuando comenzó a reinar la desconfianza en la clase política, Bércera dijo: "La sociedad se está tomando este problema muy en serio. Hoy en día, en todos los países se habla de corrupción e impunidad, y lo que está detrás son los privilegios fiscales y de otro tipo". Denunciar los privilegios fiscales u otro tipo sin criticar a Naciones Unidos, cuyos funcionarios ostentan privilegios como no pagar impuestos, es bastante descarado. 
     Asimismo dijo "En América Latina, la evasión y la elusión fiscal representan el 6,7 % del PIB (...), ahí está la clave para afrontar la crisis sin mayores costos". La famosa reforma tributaria de Bachelet metió en el mismo saco la evasión de impuesto y la elusión. El abogado Gerardo Valera antes de ser ministro sostuvo que la primera es ilegal, mientras que la segunda es legal. 
     También la Cepal apoyó el programa de gobierno de Michelle Bachelet . Con la reforma tributaria expropiatoria se lograría ingresos permanentes para gastos permanentes: “la reforma más importante que Chile hizo es generar ingresos permanentes para gastos permanentes y eso lo logró a través de la reforma fiscal”. 
     En el 2014, la señora Bércera había dicho: “No podemos evaluar aún el impacto de la Reforma Tributaria, pero van en la dirección correcta, al menos en su diseño”. 
    Según la Cepal, con el programa de Bachelet y su Constitución chavista “puede darle un mayor balance al papel del Estado, del mercado y de la sociedad”, ya que la actual Carta Magna “se carga mucho al tema del mercado que al público”. Se les puedo asegurar que ella no entiende la Constitución de los Estados Unidos y la Carta Magna de los ingleses. Bachelet pretendió que el Estado ocupará todas las esferas de la sociedad.
   A Bércera hay que recordarle las del ex ministro de Minería y del Trabajo del general Augusto Pinochet: “Nuestra revolución salvo a siete millones de la pobreza” y “Con la actual Constitución hemos sacado siete millones de la pobreza”. 
   La Directora Ejecutiva de la Cepal apostó por una constitución en la propiedad privada tiene una función social, que es lo que hay en Cuba y Venezuela. 
   La Cepal apoyo las reformas estructurales que Chile no necesitaba y que estancaron al país. Ese organismo internacional apoyo la llamaba ‘retroexcavadora’, la cual consistió en desmantelar las reformas que hicieron los Chicago Boys bajo el Gobierno Militar. De paso critico a los privados porque se oponía a que la educación fuese un derecho: “en la época de bonanza y en la época de desaceleración tampoco quieren, entonces cuándo. La sociedad tiene derecho a plantearse estos temas de bienes públicos y bienes privados”.
    Luego de apoyar las nefastas reformas, la señora Alicia Bércera anuncia que la “inversión extranjera en Chile cayó en un 48% en el 2017, el peor resultado de la región”. ¿No leyó a los columnistas que se opusieron a las reformas? Se creyó el cuento que la función social de la propiedad privada iba a traer inversionistas. 
    Desde luego, que no le importa que en el segundo gobierno de Michelle Bachelet hayan ingresado 100 mil empleados públicos que en total han aumentado a casi un millón de burócratas en el Estado, que se haya estigmatizado el lucro y a la empresa privada, ni mucho menos la deuda pública. 
    Al serle preguntado por Venezuela responde: “Pero, al mismo tiempo, hemos visto con interés las 10 medidas económicas que h tomado Venezuela, que apuntan a controlar el tipo de cambio, por ejemplo”. El gobierno militar chileno tenía controlado el tipo de cambio o el dólar hasta que estalló la crisis económica del 1982. La señora no entiende nada. Según ella, el país de Simón Bolívar tiene que cambiar económicamente, más no propone nada. 
    La prueba más evidente que es sesgado fue, cuando, en el segundo gobierno de Bachelet, en el 2016 leyó el discurso CEPAL: Memorias de 1973. Ella está casada con un chileno que se exilió en México, el cual le habrá contado puras mentiras de la Unidad Popular. Su marido no le ha contado que lo viven los venezolanos actualmente es fiel copia del gobierno marxista de Allende.
    Lo primero que dice: “Se me vienen a la memoria la reforma agraria, el triunfo de la Unidad Popular, el retorno a la democracia, el triunfo de la primera mujer presidenta...”. Tanto la UP como la reforma agraria fueron un fracaso. Los militares devolvieron y reconstruyeron el sistema político económico. Ya lo decía Álvaro Bardón, si hubiesen electo a un chimpancé socialista sobre una mujer, estarían igualmente felices. Dudo si la primera mujer presidente de la República hubiese sido de derecha, diría lo mismo.
   Para ella “los momentos más oscuros en la historia de esta tierra”, no fue la Unidad Popular que nos llevó a una casi guerra civil y una dictadura comunista, sino el Gobierno Militar.
    En efecto, Alicia Bércera en su discursos nombra algunas víctimas del gobierno militar chileno de esa institución como Carmelo Soria y otro más, luego hace un elogia a Salvador Allende: “Chile ya se vivían momentos difíciles que, sin embargo, no aminoraban la esperanza limpia que despertó en generaciones de latinoamericanos la historia de un pueblo que logró en las urnas un gobierno de cambios, con vocación de justicia e igualdad, de la mano de un líder de estatura continental, Salvador Allende”. Pura propaganda.
    O sea, avala la eliminación del mercado, con lo cual se produce el desabastecimiento y el mercado negro; el monopolio estatal en todos los rubros, la expropiación sin compensación económica, las JAP, las colas, la emisión billetes sin respaldo, la fijación de precios, la alta inflación y el aumento del Estado. La expropiación de fundos y empresas. 
    En lo político avala un poder paralelo al congreso y un ejército paralelo. 
   Según ella, el Gobierno Militar a los chilenos le violentaron los derechos, no en la Unidad Popular: “como también a las miles de víctimas que vieron violentados sus derechos más esenciales”. Emplea el lenguaje militarista del izquierda al referirse a las conquistas sociales que hubo en la UP: “sometieron al pueblo chileno a diecisiete años de terror y abuso, a la demolición por fuerza de sus conquistas sociales, políticas y económicas que no obstante hoy se alzan como la única respuesta”. Es falso que hubo una política de terror hacia la población civil y abuso. No sé a qué le llaman ‘conquistas sociales’ del gobierno marxista. 
    Lo más grotesco y bizarro de Alicia Bércera fue que el año pasado realizó la convención XXXVII de la Cepal en Cuba , que presidió ese país. Se realizó en el Palacio de las Convenciones de La Habana, donde estuvieron el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres; el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canal. Desde luego, que previamente la recibió Raúl Castro. Para la isla-cárcel, nada de lamentar la ausencia de libertades y democracia, derechos humanos violentados por 59 años o calificar de un período oscuro la dictadura comunista. Llega ser una burla el discurso del 2017 Cepal: Memorias de 1973. Falto no más la Alta Comisionada de los Derechos Humanos, Michelle Bachelet. Bércera dijo el año pasado en la isla cárcel: “Cuba ha construido caminos alternativos”. 
   La política económica de la Cepal es comunismo y socialismo del siglo XXI, o sea, reeditar la Unidad Popular a nivel continental. 
Lo mejor que pueden hacer para América Latina es, pues, cerrar la CEPAL. Y su infraestructura convertirla en un mall, en un colegio o en un gimnasio.

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martes, enero 22, 2019

Siempre con la pose de víctima


La izquierda chilena hace más de cuarenta años llevo al país una situación de anormalidad. La revolución comunista de Salvador Allende sacó al país de la normalidad en que estábamos acostumbrados, pues había que destruir el aparato burgués para instalar la dictadura del proletariado. El modo: la violencia, el conflicto, la lucha clases y odio, que son los ingredientes de la filosofía marxista leninista. Sin embargo, luego se quejan que con el 11 de septiembre no pudieron continuar su vida burguesa o normal, que tanto detestaban. 
   Cuando Chile ganó en el pleito en La Haya , en la noticias informaron que uno de los abogados que que estuvieron en la Corte Internacional era un ex Mapu y, que además, estaba en el 2010 gestionando por la UDI ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) la extradición de Argentina del terrorista Sergio Apablaza Galvarino. Se trata del señor Claudio Grossmann. El abogado fue recibido con ovación en la Cámara de Diputados. 
   El medio señala que abrió un centro de Derechos Humanos en Holanda, el país que lo acogió en 1974. Más adelante, cuenta que partió a Estados Unidos donde en 1994 lo nombraron decano de la Facultad de Derecho de American University Washington College of Low (WCL). Además, un anfiteatro lleva su nombre. 
   Entre 1993 y el 2001 fue parte miembro de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Asimismo, estuvo en la presidencia contra la Tortura de las Naciones Unidas. La ONU es corrupta y sus funcionarios abusan de menores de edad. Además, le hace la lesa ante la dictadura cubana.
   Su extenso currículo vitae de 44 páginas no interesa, ni tampoco que hablé cuatro idiomas. 
   Sin embargo, lo que me molesto es cuando leí la siguiente afirmación que hizo al diario argentino Clarín el 2015 y que la citan el mismo medio: “Durante la dictadura militar yo perdí el derecho humano de vivir en Chile”. 
   Bajo el gobierno marxista de la Unidad Popular, a los chilenos le comenzaron pedir aval si salían al extranjero, que era una manera de evitar que se quedaran sin profesionales el país. Los chilenos no tenían el derecho humano del largarse de su país por las razones que sea. Lo que no significa que otro país los vaya recibir sí o sí. 
   Nos cuenta que al momento de producirse la intervención militar oficiaba de jefe de gabinete del ministro de la Secretaría General de Gobierno que presidía Fernando Flores. Lo que determino su camino por los derechos humanos fue que su padre, David Grossman fue detenido y torturado en Lebu. Su padre era médico y militante del Partido Radical. Sobre la tortura no les creo nada, pues ante la tortura que realizaba la Unidad Popular a los opositores no decían nada. Por su parte, su madre la echaron de la universidad donde trabajaba como profesora.
   ¡De qué se quejan! Esperaban que los chilenos dócilmente se entregaran a la esclavitud del comunismo.
   Durante la UP se ejerció la tortura no sólo por parte del gobierno como acusa el Acuerdo de la Cámara de Diputados de agosto de 1973, sino también por parte de los diversos grupos que apoyaban dicho gobierno: Mir, VOP, entre otros. 
   Otro quejumbroso de esa generación es, pues, el abogado Álvaro Valera . Para el primer gobierno de Sebastián Piñera, nombró como embajador en Argentina al abogado de Renovación Nacional, Miguel Otero. El ex político dijo una afirmación políticamente incorrecta sobre el Gobierno Militar, lo que lo llevo a renunciar. A raíz de ese incidente, el medio Ciper publicó una declaración del señor Álvaro Valera Yo sentí la dictadura (y también a Miguel Otero)
   Según Ciper, Valera fue expulsado de la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile Miguel Otero. El señor Valera pertenecía al Mapu como nombrado Claudio Grossman y Carlos Portales. En tiempos de la Unidad Popular, Valera era presidente del centro de alumnos de la Escuela de Derecho. Según el abogado, Otero había dicho: “Mientras yo exista, juro que Álvaro Varela no se titulará de abogado en Chile”. 
   Fue expulsado de la Universidad de Chile y obtuvo su titulación en España, gracias un acuerdo realizado durante el gobierno de Eduardo Frei Montalva y el gobierno de Francisco Franco. Según Ciper:“como abogado se convirtió en un hombre clave desde la Vicaría de la Solidaridad en la búsqueda de justicia para los abusos del régimen militar”. Antes no ocurrió nada en el país y los chilenos estábamos súper bien. Ante los abusos que cometía la Unidad Popular, los revolucionarios marxistas junto con la Iglesia Católica chilena le hacían la vista gorda.
 Ser matón era un acto revolucionario. 
   La Vicaría de la Solidaridad fue la iniciativa del Cardenal Raúl Silva Enríquez, quien era partidario del gobierno marxista. Dicha organización religiosa protegió a los terroristas del Mir, del Frente Lautaro y por último, al brazo armado del Partido Comunista, el Frente Patriótico Manuel Rodríguez.    Asimismo, Ciper señala que Miguel Otero “había liderado una razzia para expulsar a alumnos y académicos por sus ideas políticas”. Los profesores de las universidades que eran partidarios de Salvador Allende se dedicaban al activismo político, no a enseñar. El abogado Valera cuenta su testimonio, sin embargo, miente: “La represión ya se había desatado en todo el país, por la persecución a todos quienes habíamos apoyado el gobierno constitucional”. En Chile, había entre ocho mil y mil hombres armados, que era el ejército paralelo que tenía Salvador Allende. La represión fue contra el grupo terrorista Mir, quien luego de destruir la democracia liberal que había hasta 1970, salieron con el cuento de que luchaba contra el Gobierno Militar para recuperar la democracia. ¡Qué bipolares! Allende se salió de la ley y la Constitución.
   Usted señor Valera destruyó la democracia. El personaje de Benjamín Vicuña de la teleserie Los Archivos del Cardenal se inspiró en ese abogado.
   Otros del Mapu son más sinvergüenzas como el ex ministro de Energía del segundo gobierno de Michelle Bachelet, Máximo Pacheco, quien en tiempos de la Unidad Popular estaba a cargo de Dirinco, que era la oficina que fijaba los precios. Cuando ganó Salvador Allende el 4 de septiembre de 1970, él lo celebro. Según él: “Ese día nací a la vida política. Me he identificado con la centroizquierda de toda la vida”. ¿Quiere hacernos cree que la UP era de centro izquierda al estilo de los partidos de izquierda de Alemania Federal o de Inglaterra? El medio agrega el siguiente comentario que a mí me produce risa: “Pero el “Golpe barrió con sus planes y debió partir al extranjero, donde se inició en el rubro empresarial”. Llego a trabajar en el famoso Banco Talca a pedido de Sebastián Piñera . No partió al extranjero, ya que se tituló de Ingeniero Comercial en 1976. Dicho sea de paso, para la próxima elección presidencial, el hombre de George Soros, es el señor Pacheco. 
   Según Claudio Grossman, el Mapu le atrajo “la base moral”. No sé de qué moral habla, pues según Julio Bazán Álvarez, autor del libro Lo derrocó el Pueblo, es movimiento que se separó de la Democracia Cristiana, y que por tanto tenían base humanista cristiana, querían eliminar a los dueños de establecimientos comerciales:“El bolichero aparece como nuestro principal enemigo, pero el que está detrás de él es nuestro verdadero enemigo. Es imposible, técnica y políticamente, eliminar a 800.000 bolicheros. Tenemos que entender que 800.000 bolicheros son técnicamente irremplazables de la noche a la mañana y, que, políticamente no podemos eliminar a 800.000 personas”. Bazán hace la siguiente reflexión:“¡Aceptaban intelectualmente y éticamente eliminar 800.000 modestos bolicheros! Sólo razones políticas se lo impedían
    Además, de querer exterminar los bolicheros de la época, el Mapu estuvo metido en el motín de la Armada, tal como cuenta el ex oficial de esa rama de las Fuerzas Armadas, Germán Bravo Valdivieso en su libro La infiltración en la Armada 1973: la historia de un motín abortado. Cito: “La comisión política quedó integrada por Eduardo Aqueveque, Oscar Garretón, Rodrigo González, Eduardo Montes, Alfonso Néspolo, Carlos Pulgar y otros”. El plan del Mapu y del Mir era seguir el mismo modus operandi utilizado en 1931 para la sublevación de la escuadra: los oficiales estarían arrestados en sus camarotes. 
    Para el 42 aniversario de la intervención militar, que nos liberó de una dictadura comunista, el diario El País cuenta el testimonio de tres ex UP con el título Tres miradas del exilio chileno. En una de esas está la historia es la José Illesca, a quien ponen como preso político. En efecto, él cuenta: “Yo era dirigente sindical y pertenecía al Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR). Me detuvieron tres veces. La segunda vez, una noche en medio del toque de queda, nos prepararon a 26 para dejarnos en libertad. Dijeron ¡a correr! y sentí los balazos. Me metí en unas alcantarillas que estaban llenas de excremento y me arrastré hasta casa de mis suegros. Tenía los pies rotos, me los habían golpeado mucho”. El señor José pertenecía al grupo terrorista que usaba la violencia y que quería instalar una dictadura comunista. Para alguien que seguía a Ernesto ‘Che’ Guevara se queja demasiado. Después de todo, ellos creían que la violencia revolucionaria es mejor que la violencia burguesa. Calificarse de preso político es un acto de sinvergüenza. No lo atraparon por pensar distinto como han dicho hasta ahora.
    Seguramente, si la Unidad Popular hubiese ganado, nos quieren asegurar los que apoyaron ese proyecto político, que los chilenos volverían a su modo de vida que tenía antes de 1970, y que no habría una razzia o una represión contra los opositores. Hicieron una revolución comunista armada.
   Todas las políticas de la Unidad Popular estaban orientada a instalar una dictadura comunista tal como dice el Acuerdo de la Cámara de Diputados. Los revolucionarios marxistas leninistas de la UP eran unos fi fi. Estos testimonios confirman que nunca hubo hombres en la izquierda.

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miércoles, enero 09, 2019

Gabriel Boric es como los de Frente Patriótico Manuel Rodríguez


   Se equivocan Fernando Villegas y Teresa Marinovic cuando tratan al parlamentario, Gabriel Boric de Revolución Democrática como niño, que no sabe lo que hace y lo que dice. Esta vez, porque una canal de Youtube le entregó una polera donde aparecía el rostro del senador asesinado de la Unión Demócrata Independiente (UDI), Jaime Guzmán. 
   Cuando vi el video, pensé que el parlamentario se le había ocurrido la polera. Sin embargo, dijo que se la regaló el metalero Juanjo Feijoo conocido como Juaniya de un canal de Youtube. Se excusa que él no sabía que era de un canal de internet. Se muestra que Boric al ver la polera dice “¡Buena!” y “Aguante”. Añade: “La voy a llevar a CNN”. 
   El año pasado visitó al terrorista Ricardo Palma Salamanca del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, brazo armado del Partido Comunista en el extranjero. Cuando se armó esa polémica muchos no sabían, que en enero del año pasado Gabriel Boric había elogiado al FPMR: "El legado del Frente (Patriótico Manuel Rodríguez), tanto del Frente como del Frente Autónomo, es algo que tenemos que defender en la historia". 
 Asimismo, según él, la justicia en el país no funciona: “Yo no tengo la certeza. Él dice que no y yo no confío en la justicia de Chile en 1991”. Los ministros o jueces no aplican las leyes a los militares, los culpan de delitos ficticios y, por último, le aplican delitos que no son retroactivos. En eso tiene razón. Asimismo, cuando comenzó el segundo gobierno de Michelle Bachelet, en la Universidad de Chile se presentó un libro sobre el fundador del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (Mir), el terrorista Miguel Enríquez. Estuvo presente el rector de la principal universidad del país. Ahí estaba Boric. 
   En el 2015, estuvo en un seminario que se realizó en el Museo de Bellas Artes y el Archivo Nacional sobre el Mir junto a Marco Enríquez Ominani, Guillermo Teillier y Sergio Aguiló. Los temas que trataron fueron “Reforma o Revolución. Estrategias políticas en los mil días de la Unidad Popular” y “Neomirismo: la izquierda transformadora del siglo XXI”. 
   La excusa o el perdón que dio Gabriel Boric es más falsa que el falso diploma de Michelle Bachelet de médico, pues como cite más arriba el parlamentario elogia el FPMR: “Hay algunos que cuando nos equivocamos pedimos perdón inmediatamente, hay otros que se demoran 30 años en hacer una suerte de excusa contextualizada respecto de lo que hicieron, justificaron y apoyaron durante 17. Entonces me parece que la diferencia es bastante sustantiva. Por eso yo ayer decía que no somos como ellos, que no se confundan. Nosotros no actuamos guiados por convicciones y cuando nos equivocamos enmendamos el rumbo”. 
  Cuando se presentó el sesgado Informe Rettig, el general Augusto Pinochet dijo que no había pedir perdón. Y tenía razón. Los que tienen que perdón y todavía no  lo han hecho son los partidos y grupos de la ex Unidad Popular que apostaron por la violencia y el odio. Tiene que decir la verdad, cosa no han hecho desde los noventa.Además, del FPMR. 
  Antes había dicho: “No tengo ningún problema en reconocer con total humildad el error en mi reacción, en que al final de una entrevista de música para un canal de YouTube me equivoqué al recibir una polera que debí haber rechazado. Pero que no se equivoquen, porque nosotros no somos como ellos. Nosotros no avalamos en nuestro país una dictadura criminal, ni la seguimos relativizando". 
   Si su perdón fuese real, entonces tendría que condenar al Mir, al Frente Lautaro y por último, al FPMR, al cual a éste último admira. 
  Boric como hemos visto asistió al lanzamiento de un sobre el fundador del Mir, Miguel Enríquez, y además, fue un seminario de esa misma organización. Supongo que él sabe que ese grupo terrorista o guerrillero nació en democracia para instalar una dictadura del proletariado a través del vía armada. Y no como dicen que el Mir luchó contra el Gobierno Militar para traernos la democracia. Ese grupo destruyó el sistema político y, antes del 11 de septiembre, había amenazado a los jueces de la Suprema. ¿Quiere hacerse el leso de la ideología marxista leninista del Mir?
    Él se cree revolucionario, sin embargo, como buen matón no le gusta que salgan al paso. O sea, que el otro lado que no comparte la revolución marxista se defienda. En realidad, hablar de revolucionario y matón en términos de la izquierda es sinónimo. Los revolucionarios de izquierda siempre son matones a diferencia de los revolucionarios de derecha que no lo son. Boric no quiere reconocer que la revolución marxista de Allende fracaso y que ellos fueron los victimarios. El que ejerce la violencia siempre es malo y no aquel que se defienden. Y puesto que no reconocen que fracasaron inventaron el cuento de las víctimas de la dictadura.
   La revolución armada de la Unidad Popular fue un fiasco.
   Boric no quiere admitir que Allende y el Mir querían instalar una dictadura comunista. 
   Boric me podría explicar las palabras del dirigente socialista, Clodomiro Alymeida, quien dijo que la guerra civil costaría un millón de muertos. Lo mismo que expresó el José Liendo alias Comandante ‘Pepe’. ¿Quién querría una guerra civil? 
   La izquierda es que la relativiza los derechos humanos, pues hay víctimas más importantes que otras. Y eso lo prueba el Museo de la Memoria dedicado a los terroristas que combatieron a los militares. Ellos perdieron. Puesto que no quieren reconocer que perdieron, entonces, posan de víctimas. Pues las verdaderas víctimas de la violación a los derechos humanos son las personas que sufrieron la violencia marxista desde mediados de la década del sesenta del siglo pasado. 
  Al contrario, nosotros no somos ellos como dije hace tiempo cuando comenté las palabras de la madre de Bachelet. La izquierda introdujo el odio en la política, la violencia, el matonaje, el terrorismo y, por último ellos quisieron instalar una dictadura comunista, que la mayoría de los chilenos rechazaron. 
   Mucho antes de apareciese Boric en la escena política conocí a un profesor de artes marciales por 1999, que era comunista partidario de Fidel Castro, Miguel Enríquez, del ‘Che’, del Mir, del FPMR y de la ex Unión Soviética. Es de la generación del odioso parlamentario socialista, Jaime Naranjo, quien en tiempos de la Unidad Popular iba en la enseñanza media. Naturalmente, apoyaba a Allende. Ese profesor que igual Boric le encantaba moralizar. Puesto que tenía contacto con la Armada, a él le gustaba meterles basura a los jóvenes oficiales que iban a sus clases, diciéndoles si ellos actuarían igual de los ‘Veteranos del 73’ o si estarían a seguir cualquier orden. A la izquierda chilena le gusta comparar a los agentes del Estado que combatieron el terrorismo con la SS nazis, cuando ésta últimas siguen el modelo a los jesuitas, que tiene como mandato obedecer sin cuestionar al General de la Orden. Obediencia ciega, que ninguna fuerza armada tiene. Según él, los presos políticos militares están en un hotel VIP, no en una cárcel. ¿Con qué autoridad sermonea alguien fue partidario de los grupos terroristas chilenos? Él les negaba a los militares el derecho a defenderse. Desde luego, cuando ese profesor habla de las víctimas no se estaba refiriendo a los que fueron asesinados por la izquierda, sino a los terroristas, pues éstos son las llamadas ‘víctimas de la dictadura. Hasta se parece a Carmen Hertz.
  Habría dedicarle otra entrada al metalero retorcido que le regaló la polera con la cara del senador asesinado, Jaime Guzmán. Juanjo Feijoo es un genuino heredero de la Generación Maldita, es decir, de aquellos que apoyaron la Unidad Popular.

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