domingo, agosto 26, 2018

Contrapunto







     Si dejan que les arrebaten la conciencia, sus memorias y recuerdos de un período determinado, muy pronto le quitaran sus bienes y posesiones, hasta convertirlos en esclavos. Los chilenos ya perdieron el resto de las libertades de las cuales aún disfrutan. Si alguien cree que la claudicación de Mauricio Rojas no les va afectar, se equivoca totalmente.
   Imagínense cómo será el próximo 11 de septiembre chileno.
   Los revolucionarios marxistas leninistas maoístas y guevaristas del fracasado gobierno de Salvador Allende fueron cobardes el mismo 11 de septiembre de 1973, cuando huyeron literalmente en estampidas, escondiéndose ya sea en las iglesias, conventos y, naturalmente, en las embajadas. Los jesuitas ayudando a escapar a los ex UP. Han seguido siendo cobardes, aun cuando los militares entregaron el poder en forma impecable a los civiles. Tan cobardes que no se han atrevido decirle a las generaciones que vienen desde 1990, que los partidarios de la ex Unidad Popular eligieron el camino de la violencia, la vía armada siendo la guinda de la torta, la instalación de una dictadura comunista o un gobierno totalitario. Y la cobardía en grado superlativo es cuando se declaran víctimas y no victimarios. Con todo, pese a la mentira sistemática de estos veinte y ocho años de vez en cuando aparece la verdad dicha por los propios izquierdistas. Asimismo, en estos seis meses del segundo gobierno de Piñera, cuando alguien dice la verdad por nuestro lado, la izquierda tiene ataque de histeria digno de las mujeres. También le viene a la histeria al gobierno, cuando diputado de la UDI, Ignacio Urrutia dijo la verdad acerca de las pensiones que recibían los terroristas. 
   Ahora bien, el último que dijo la verdad esta vez fue el propio Presidente Piñera  sobre Allende en el programa “El informante” de televisión a propósito de la renuncia de Rojas: "En nuestro país todos hemos evolucionado en la dirección correcta. Yo creo que la izquierda, desde el presidente Allende que validaba la violencia y los mecanismos no democráticos, ha evolucionado y aprendido a reconocer y respetar la democracia. Y creo que la derecha también ha evolucionado y que tiene una defensa férrea en materia de derechos humanos".
    La izquierda no cree en la democracia liberal. 
  Más bien, la derecha probó que le importa los derechos humanos con el Acuerdo de la Cámara de Diputados de Agosto de 1973. Al contrario, desde 1990 la derecha ha involucionado en lo que trata de los derechos de las personas: aprobando informes (Rettig y Valech) que son inconstitucionales, no respetando la igualdad ante ley como en el caso de la Ley de Amnistía de 1978 y los indultos a los terroristas bajo los gobiernos de la Concertación, haciendo la vista gorda ante la prevaricación de los jueces y que éstos condenen con una ficción jurídica del ‘secuestro permanente’, o bien, que condenen con delitos que son retroactivos. Y por último, que se crean el cuento que matar a un terrorista o guerrillero es violar los derechos humanos, mientras que los crímenes de los terroristas no son violaciones a los derechos humanos. 
   Piñera podría haber agregado las palabras del general Augusto Pinochet, que ordeno quitar de la muestra ‘Los Hijos de la Libertad’ del Museo de Historia: “La gesta del 11 de septiembre incorporó a Chile en la heroica lucha contra la dictadura marxista de los pueblos amantes de la libertad”. 
   Las palabras que dijo Piñera provocaron la reacción de la hija de Salvador Allende, la senadora Isabel Allende y la diputada Maya Fernández Allende. La primera dijo: “Lamentables y equivocadas palabras de Piñera sobre el Pte Allende en vano intento de hacer suerte de empate. Nada justificará asesinatos y violaciones DDHH de la dictadura q'la derecha ha defendido incluso hablando de pronunciamiento y excesos”.
  La nieta y presidente de la Cámara Baja, Maya Fernández dijo: “Encuentro grave las palabras del Presidente Piñera respecto al Ex Presidente Salvador Allende. Allende nunca válido la violencia y los mecanismos no democráticos, su historia demuestra que siempre creyó en la democracia y la República, fue elegido por el pueblo en las urnas”. 
   ¡Qué manera de mentir! La izquierda asesinaba y eso se justificaba. Desde luego, que cuando ellos asesinan no se violan los derechos humanos. Ahí tenemos al asesinato del general Carol Urzúa en manos del Mir, el asesinato del dirigente poblacional de la UDI, Simón Yévenes por el FPMR. Están diciendo que no se pueden matar a terroristas o guerrilleros. 
 Si lo que había en la UP era democracia, ¿por qué no se van las dos políticas a Venezuela?
 Allende fue elegido por la Cámara de Diputados, no por el pueblo. Allende valido la violencia, pues estuvo de acuerdo con la declaración del PS del Congreso de Chillán. Fue el creador de las OLAS y quería un socialismo cubano para Chile. Además, despreció las instituciones de la República como la Corte Suprema y la Contraloría. Si no valida la violencia, ¿por qué el arsenal encontrado en su casa Guardia Vieja? 
   La verdad sale a flote por las propias izquierdas. Así a raíz de la renuncia del ex ministro de las Culturas, el ex Mir, Mauricio Rojas, el señor Antonio Sánchez García, ex Mir por su cuenta tweet le dijo a José Antonio Kast:”Yo milité el Mir y Andrés Pascal no puede desmentirlo. Fui su jefe de campaña al rectorado de Chile. Y concuerdo con Rojas: el Museo de la Memoria es parcial y sesgado. No fuimos vírgenes de la caridad. Y hoy estaríamos peor que en Venezuela, donde vivo”. 
 Y así y todo, se escandalizan o se ofenden la propia gente que no es de izquierda, cuando alguien afirma: “No fueron blancas palomas”. Los de la Unidad Popular eran matones. Por tanto, no eran buenos.
  Los revolucionarios marxistas de la ex UP ni con canas se vuelven más sabios, ni compasivos ni ecuánimes. En efecto, antes del affaire Rojas, paseando por Youtube encontré un video de junio donde Mosciatti de CNN entrevista al abogado, profesor y columnista de La Tercera, José Rodríguez Elizondo por su nuevo libro Historia de la relación civil-militar en Chile. El autor sostiene que la intervención militar fue alentada desde el extranjero y luego cita a otros autores que afirman que cada cuarenta años los militares entran en la política para fundar el país. Más bien, la expresión correcta es que la decía el economista y ministro de Pinochet, Álvaro Bardón: “Cada cuarenta años nos disparamos a los pies”. Luego Mosciatti y Rodríguez Elizondo repite la canción de que la gente de su generación no sabía cómo actuarían los militares. Sí sabían, pues hasta Allende mando soldados a entrenar con los norteamericanos y franceses. Los políticos y académicos se lavan las manos. El columnista afirma: “Todos sabíamos que habría un golpe militar”. Menciona la represión. A decir verdad, la izquierda no sufrió represión. Los chilenos llegaron a conocer un poco de la represión comunista con las fuerzas de choque que tenía la UP. 
  El abogado no dice nada de la presencia de los cubanos o la DGI, que es el servicio de inteligencia de ese país, que estuvo en tiempos de la Unidad Popular. Esa entrevista es una prueba que el señor Rodríguez Elizondo no se atreve a decir por la televisión, que ellos querían instalar una dictadura comunista. Una muestra de cobardía. Ni mucho menos a decir que el 10 de septiembre la mayoría de los chilenos sentían que estaba ad portas de una guerra civil gracias a la Unidad Popular, que nos condujo a un punto sin retorno.
  Me encantan los comentarios que recibió:
  “El golpe militar fue un acto totalmente MORAL. Uno derroca (por la fuerza) a un gobierno que viola los derechos del individuo”. 
  “Estos vejetes que hablan del golpe militar, gracias a Dios que existió el golpe si no hubiese llegado al mismo resultado de Venezuela”. 
   “Otro con el temita añejo intentando torcer la historia,, llevan casi medio siglo con el cuento, una versión mentirosa de la historia sólo llevará a incoherencias, por ejemplo en esta entrevista: Si la UP quería que los militares se mantuvieran en sus cuarteles ¿porque nombraban militares hasta para ministro del interior?. Es imposible forzar la historia con mentiras compadre porque es imposible forzar a definiciones que sean incoherentes con los hechos”.
 “El golpe militar se puede explicar fácilmente en esta frase: Cuando la tiranía es ley, la revolución es orden”. 
   Afortunadamente, gracias a la internet y todos los dispositivos podemos refutar las mentiras de la Izquierda. Así, por ejemplo, el canal de Youtube #ereschileno reproduce un audio que viene la Unidad Popular, donde diversos políticos dicen que la el gobierno de Allende se salió de la ley. Ese audio es una respuesta al Museo de la Memoria. 
   Es contrapunto leer las declaraciones de Isabel Allende, Maya Fernández Allende y José Rodríguez Elizondo comparándola con el tweet del ex Mir, Antonio Sánchez García y el audio Juan Carlos Gómez Escobar.

PD: Borraron de Youtube el primer video que era más corto y que terminaba con la frase: "Dejen de mentir".

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domingo, agosto 19, 2018

Pidiéndole permiso a la izquierda para vivir


   Como ya sabrán, más de una vez he criticado al ex mirista y ex diputado de Suecia, Mauricio Rojas. Pues bien, Piñera hace poco lo había nombrado ministro de las Culturas. La izquierda se puso a escarbar y encontró las siguientes palabras sobre el Museo de la Memoria : “Más que un museo (…) se trata de un montaje cuyo propósito, que sin duda logra, es impactar al espectador, dejarlo atónito, impedirle razonar (…) Es un uso desvergonzado y mentiroso de una tragedia nacional que a tantos nos tocó tan dura y directamente”. Por haber dicho esas palabras tuvo que retractarse, porque la izquierda lo consideró “una ofensa”. Liberarse del comunismo no constituye una tragedia.
   El Museo de la Memoria es la creación de la mirista y periodistas Marcia Scantlebury. Igualmente otra creación de los grupos terroristas chilenos es, pues, el Instituto Nacional de los Derechos Humanos (INDH), que tiene como uno de sus objetivos querellarse contra los agentes del Estado que combatieron la subversión entre el 11 de septiembre de 1973 y el 11 de marzo de 1990. Para la izquierda, los terroristas no violan los derechos humanos. 
    En una entrevista en que le sacaron en cara afirma: “Imagínate lo que tienen que reconocer. Imagínate lo que tienen que decir frente a Chile. Y lo que tienen que perder en cuanto a ese capital político, cuando tú dices “yo soy la víctima, aquí están los únicos culpables”, cuando tú dices “yo soy culpable”. Cierto: yo no torturé, ni hice desaparecer, ni maté, como este señor que tenía las armas, pero yo propicié, yo creé el camino por el cual transitaron los tanques”. La Unidad Popular torturó y los particulares afines a ese gobierno como el Mir y la Vanguardia Organizada del Pueblo (VOP).
   A propósito de tortura, escuchen la interesante reflexión que hace Johannes Kaiser -hermano de Alex Kaiser- sobre Rojas, el Museo de la Memoria y la tortura. Es frecuente escuchar a los políticos desde 1990, que los militares casi se mandaban solos antes de la caída de Allende, tanto desde la izquierda como de la derecha. Pues, los políticos fueron los que mandaron a los militares a entrenar con los norteamericanos y franceses sabiendo que el método que empleaban era la tortura. Allende hizo lo mismo. Johannes luego hace el siguiente comentario: “Si los militares los hubieran mandado a la ex Unión Soviética, hubieran aprendido lo mismo que hacían los franceses y norteamericanos: torturar”. Así hablan los hombres. Peor aún, después se asombran cómo los militares actuaron contra el terrorismo, después del 11 de septiembre. El único político que a dicho la verdad ha sido el ex parlamentario Hemógenes Pérez de Arce que ha sostenido que la práctica de la tortura era habitual en los gobiernos democráticos. Bajo la administración de Eduardo Frei Montalva torturaron.

     Luego se retractó: “Las declaraciones de hoy en La Tercera sobre el Museo de la Memoria provienen de una entrevista antigua que no refleja mi pensamiento actual. Nunca he minimizado ni justificado las inaceptables, sistemáticas y gravísimas violaciones de los derechos humanos ocurridas en Chile”. Cuando leí la vuelta de carnero de Rojas, sentí que los chilenos ya perdieron el resto de las libertades que aún conservan. Un grupo de chilenos decidieron ponerse cadenas mentales, mas luego conocerán las cadenas de hierro del comunismo. Por ejemplo, como este blog puede constituir una amenaza para la izquierda. O las declaraciones que hacía Fernando Villegas antes que los progresistas le montaran un montaje. Hasta ahora no se ha sabido que una mujer fuese a querellarse contra el sociólogo y escritor. Si hasta la misma Teresa Marinovic ha dicho que le han amenazado. 
   Como consecuencia de la rendición de Rojas, de nuevo la izquierda quiere sacar una ley para quienes ‘nieguen los crímenes de la dictadura’. Desde luego que ese sector niega los crímenes de los grupos terroristas chilenos Mir y FPMR. Y el historiador Gonzalo Rojas Sánchez dijo se nos viene la ley ‘Cárcel para los historiadores’ basada en los ‘discursos del odio’ como se vio en el documental ‘Pinochet’. Se trata, a fin de cuentas, de imponer una verdad oficial, que es una mentira. 
  Mauricio Rojas en una Carta pública dirigida Marco Enríquez-Ominami , quien es el hijo del terrorista, delincuente y fundador del Mir, Miguel Enríquez, le dice: “Ni cambiamos el mundo ni liberamos a nadie. Terminamos como mártires o como víctimas, y como tal nos acogieron generosamente por todas partes”. En conformidad con la Ley Natural el que usa la violencia, ya sea un delincuente o un grupo que opto la vía armada o la violencia revolucionaria como el Mir son siempre los víctimarios, no los que se defienden. Eso no cambia nada lo que hayan hecho los militares después. Si hubiese sido hombre, no se habría quejado. Quisieron hacer una revolución comunista y les salió el tiro por la culata. No se habla más.
   Rojas en la mencionada Carta dice que conoció al padre de MEO. Supongo que también sabrá que días antes de morir, asalto un banco, se enfrentó con el representante de la sucursal bancaria, quien le aforró un puñetazo en la cara, con lo cual Miguel Enríquez ordenó a sus ayudantes que mataran al hombre. Asimismo, supongo que sabrá que el fundador del Mir murió en un enfrentamiento. El joven oficial del Ejército está en Punta Peuco, Miguel Krassnoff porque nadie en Chile puede matar a un terrorista. En el mismo período, el Mir realizó una emboscada al general Carol Urzúa, quien era el intendente de Santiago. Pues bien, los terroristas que asesinaron al general están amnistiados y no así Krassnoff. El asesinato del trabajador bancario y del Urzúa no constituyen una violación a los derechos humanos, más sí la muerte del padre de MEO. Lo mismo lo podríamos aplicar en los ochenta. Por tanto, las palabras que dijo Rojas no tienen sentido: “Nunca he minimizado ni justificado las inaceptables, sistemáticas y gravísimas violaciones de los derechos humanos ocurridas en Chile”. 
    El senior Rojas de la Fundación para el Progreso (FPP) no siente empatía por las víctimas del terrorismo del Mir y del FPMR. No respeta la igualdad ante la ley, es que lo piden los defensores de los presos políticos de Punta Peuco y avala el ilegal Informe Valech, el cual se basa en acusar a otra persona sin pruebas. Muy liberal. Se hace el leso con la abierta prevaricación de los jueces. Y con ilícito de la Justicia de acusar con la ficción jurídica del ‘secuestro permanente’ y de imputarle a os militares delitos que no son retroactivos. Por último, les niega a los chilenos el derecho a la rebelión. La izquierda chilena no tiene argumentos. Por eso censura. 
   En Chile no hay libertad de expresión desde 1990. El ejemplo más elocuente aparte de la censura al documental ‘Pinochet’, es que el Café Torres que tiene como tradición poner los nombres de los ex presidentes, no puede poner el nombre de quien gobernó entre 1973 y 1990. Cito a Hermógenes Pérez de Arce: “Lo comenté en este blog y “La Segunda” fue al Café Torres, comprobó el hecho y le preguntó al dueño o encargado la razón de esa omisión. Y éste le dijo que originalmente habían grabado el nombre del Presidente entre 1973 y 1990, pero que los comunistas les habían notificado que, si no lo borraban, su local sufriría un atentado incendiario. Entonces, prudentemente, lo borraron”. En cambio, si hay que aguantar que la izquierda le ponga nombre a cada calle, avenida y liceos al peor gobernante que ha tenido el país, Salvador Allende. Los dueños de ese Café podrían querellarse en los tribunales y al INDH. 
    Así, pues, desde 1990 la democracia chilena está secuestrada por un grupo minoritario que no representan a nadie. Los grupos terroristas extorsionaron al presidente demócrata cristiano, Patricio Aylwin con el Informe Rettig y la persecución a los militares. Toda la política de los derechos humanos está en manos de personas ligadas al terrorismo chileno. Algunos políticos de la ex derecha les podrían sacar en cara en el parlamento algunos versos de la canción La Alegría ya viene:
 “Porque digan lo que digan yo soy libre de pensar.  
   Porque siento que es la hora de ganar la libertad, 
 …………………………… 
 Porque nace el arco iris después de la tempestad, 
 Porque quiero que florezca mi manera de pensar,”


 Para opinar y vivir hay que pedirle permiso a la izquierda en el segundo gobierno de Piñera como se ha visto desde las declaraciones del diputado Urrutia, la muestra que hubo en el Museo de Historia, las declaraciones del ex ministro de Educación, Gerardo Valera. Tan bajo se ha llegado. Lo que me recuerda las palabras de Ayn Rand: 
   “Cuando advierta que para producir necesita obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebe que el dinero fluye hacia quienes trafican no bienes, sino favores; cuando perciba que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias mas que por el trabajo, y que las leyes no lo protegen contra ellos, sino, por el contrario son ellos los que están protegidos contra usted; cuando repare que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un autosacrificio, entonces podrá, afirmar sin temor a equivocarse, que su sociedad está condenada.”

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miércoles, agosto 08, 2018

Una vez más una mujer de derecha dice la verdad


   Decir la verdad en este país es un delito revolucionario. Para algunos es más importante que lo diga cualquiera persona no hiera los sentimientos del otro. Pues, cualquier evento privado o público que desmienta el relato que ha inventado la Izquierda se lo toma “como ofensa a las víctimas de la dictadura”. Es increíble como en poco tiempo tomamos prestado la moda que impera en Estados Unidos hace más de 30 años, en que se renuncia a la verdad con tal no herir la sensibilidad de cualquier grupo. En Youtube hay un video donde el polemista homosexual norteamericano Milo Yiannopoulos le explica lo que acabo de decir a una periodista progre. Una frase que encontré de él: “La cultura occidental es lo que mantiene a los gays y a las mujeres a salvo”. Hace poco leí que un nigeriano homosexual se fue a vivir a Rusia pensado que era Europa. Y se llevó la sorpresa que a los rusos no les gustan los homosexuales. Menos mal al nigeriano no se le ocurrió migrar a un país islámico. Los rusos son eslavos y no europeos. Se encargan de mantener esa diferencia. Estoy seguro que si estuviesen vivos los escritores rusos Fiódor Dostoievski y Aleksandr Solzhenitsyn reprocharían por poner la bandera o los colores del LGBT en las casas de gobierno tal como Obama y Piñera en su segundo mandato.
 Una cosa que diferencia Oriente de Occidente es la búsqueda de la verdad. Una compañera de colegio que se hizo monja y vive en Taiwán, me contaba que cuando vino al país, que a los orientales no les interesa la verdad. Nuestras raíces griegas como provenientes del cristianismo tienen como el principal pilar la verdad. Jesús dijo: “La verdad os hará libre”. Y de los griegos tenemos la frase de Aristóteles a Plantón: “Amicus Plato sed magis amica veritas”. Traducido significa "Platón es mi amigo, pero la verdad me es más querida".Esa es nuestra herencia. Ni Jesús estuvo en la tierra para caerle bien a todo el mundo.
 Cuando no existe la verdad, un grupo se escandaliza porque en un bus se diga “Los hombres tienen pene y las mujeres vagina”. O se irritan por lo que dijo el arzobispo de Santiago, Ezzati cuando hablo de perros y gatos.
   Cuando no hay verdad, llegamos a la tontera de la ideología del género y ha violación de la gramática.  
   El director de cine Patricio Guzmán realizó el documental La batalla de Chile después del 11 de septiembre de 1973. Pensé que se titulaba La batalla de Santiago. Pues bien, la misma izquierda nos dice que el país fue un campo de batalla los mil días de la Unidad Popular. Lo que significa que hubo dos fuerzas contrapuestas. Y eso también significa una Revolución. Además, oposición al proyecto revolucionario marxista de Salvador Allende. Los matones de la Izquierda dan por sentado que nunca encontrarán resistencia para sus proyectos totalitarios. 
   Como fue una batalla, naturalmente, un bando perdió. Esto último es lo que no han querido aceptar la Izquierda. La manera de no reconocerlo es posando de víctimas, cuando son los victimarios y culpando a una potencia extranjera de su desastre. El resto de la sociedad se defendió. Sabemos que la izquierda chilena es contraria al derecho a la defensa. 
   Fue una batalla importante durante la Guerra Fría. El comunismo perdió por primera vez. Sin embargo, los propios políticos de la ex derecha y gran parte del mundo académico del sector se han sumado a relativizarlo, minimizarlo o restarle importancia. La batalla de Chile -para usar el título del cineasta chileno partidario de la instalación de una dictadura comunista- es tan importante como la batalla de Stalingrado, la batalla de Inglaterra o la batalla de Midway. Cada una a su manera cambio el rumbo de la Segunda Guerra Mundial. En cambio, los chilenos malagradecidos temen decir la verdad. Se imaginan que en esos países se banalizara esas batallas. Quizás sea por la raza o que el chileno medio es mentalmente de Izquierda, aunque no esté en las filas de ésta. Para usar el título de una canción del Rolling Stone sienten «Sympathy For The Devil». La característica principal es que son acomplejados, culposos, no importa sin son columnistas, políticos, intelectuales y comunes. Lo que dice la Izquierda constituye un dogma de Fe. Los militares son los asesinos que mataban a civiles y militares, no los terroristas. Tanto les avergüenza que el país se haya librado de una dictadura comunista o de una guerra civil. Igualmente, desconocen que hubo una rebelión legítima por parte de los civiles y militares contra Salvador Allende. 
   La Izquierda apela siempre a la emoción. Por eso, las personas emocionalmente inmaduras o mentalmente débiles les creen todo. El sueño de los progresistas es que la sociedad siempre esté en estado de histeria colectiva al estilo de 1984 y su minuto del odio.
   La caída de Allende tuvo dos consecuencias, según el autor del libro Desde las Cenizas. La primera, es que por primera vez se preocuparon por los derechos humanos detrás de la Cortina de Hierro. Ni la ONU se había enterado que los regímenes comunistas existían la opresión y la falta de libertad. Lo segundo, es que el dictador Fidel Castro al ver que falló “la vía chilena al socialismo”, recrudeció la guerrilla en América Latina.
    Una mujer una vez más dice las cosas cómo fueron. Me refiero a las declaraciones de la diputada Renovación Nacional, Camila Flores en el programa Cadena Nacional del canal Vía X. En la campaña parlamentaria la diputada de la UDI, Loreto Letelier dijo la verdad con respecto a pirónama, Carmen Gloria Quintana, a quien Bachelet premió como Agregada Cultural en Canadá: “fueron terroristas que se quemaron vivos”. 
   Primero hay resaltar como los medios dieron a conocer las declaraciones de la legisladora: “Diputada Flores defendió dictadura”. Luego a modo de subtítulo colocan: “Pinochet fue una persona fundamental”. Según la diputada, conforme al contexto "Pinochet fue absolutamente necesario". Ya dirán las voces de la Izquierda, que está usando el contexto para avalar o justificar las violaciones a los derechos. En la Unidad Popular se violaron sistemáticamente los derechos humanos tal como lo denuncia el Acuerdo de la Cámara de Diputados de Agosto de 1973.
  Luego recordó las colas para conseguir alimento: "Lo que hizo con respecto al pronunciamiento militar, la situación que estábamos viviendo en Chile y que muchas familias, incluida la mía, en la Unidad Popular, fue muy duro". Agregó con ironía, según el medio: "parece que de repente se olvidaron de las filas para conseguir alimentos". 
  Asimismo, recordó a los militares asesinados por la izquierda: "los uniformados que murieron, que mataron, este grupo de amigos de Salvador Allende, esas personas no tenían derechos humanos por eso nadie reclama". Para los abogados de los derechos de Izquierda como Nelsón Caucoto, Carmen Hertz, Hernán Montealegre, José Zalaquett, quien estuvo en la comisión Rettig no se les violaron los derechos humanos Tanto para Mauricio Rojas como para Roberto Ampuero, los dos conversos los uniformados asesinados no existen. En mi blog he expresado lo mismo. E igualmente, el escritor y ex parlamentario Hermógenes Pérez de Arce y otros blogs. La frase ‘las víctimas de la dictadura’ u otra parecida quieren ocultar los crímenes perpetrados por los terroristas. 
   La diputada señala que Pinochet evito una guerra civil: "fue una persona fundamental que evitó que llegáramos a una guerra civil, que es para dónde Salvador Allende pretendía llevarnos y evitó que hoy día estemos viviendo como en Cuba o Venezuela". De eso nada dicen los intelectuales, artistas y políticos de Izquierda. Lo único que saben decir es que esperaba un golpe de Estado como si Allende no estuviese preparando su autogolpe. Antes de la diputada escribí un post en que sostuve que Venezuela es igual que Unidad Popular. Sin embargo, los políticos de ex UP como Ricardo Lagos le gusta comparar con el Gobierno Militar, el centro político como Andrés Velasco lo mismo, el actual presidente de la República en su campaña presidencial fue invitado a la Fundación Libertad en Argentino dijo lo mismo. Hay otros más obscenos como el actual canciller y escritor, Roberto Ampuero que el gobierno militar chileno con la dictadura comunista, si fue evitar convertirnos en la segunda Cuba. Otro, es el ex mirista Mauricio Rojas, quien es el encargado de escribirle al Sebastián Piñera sus discursos en su segundo mandato.
   ¡Y qué decir de los que trabajaban en los centro de estudios o think tank de la derecha! Todos repiten como loros el relato de la Izquierda. Hace tiempo Alex Kaiser, director de la Fundación para el Progreso (FPP) se refirió a las víctimas del Gobierno Militar comparando la dictadura cubana. Y volvió a reincidir cuando entrevistó al escritor peruano, Mario Vargas Llosa. Luis Larraín, director del Instituto Libertad y Desarrollo. Y por último, el director del Fundación Horizontal, Hernán Larraín Matte, quien durante el primer gobierno de Piñera junto a otros académicos pidieron a través de una carta pública, que los partidos de derecha cambiaran su declaración de principios, sobre todo, en la parte en que enfatizaba la rebelión contra una coalición que quiso instalar una dictadura comunista.
    Entre los firmantes de esa Carta estaba el filósofo, Max Colodro, quien fue comunista hasta 1990. ¿No le recuerda la Unidad Popular? Tampoco les recuerda a los militantes del Partido Socialista, a los miristas. Ninguno de los políticos de la ex UP que han tenido cargos públicos la actual Venezuela no les recuerda el gobierno marxista de Salvador Allende. Ni siquiera Heraldo Muñoz, el ex canciller de Bachelet, quien fue supervisor nacional de los Almacenes del Pueblo, Ricardo Ñúñez, Carlos Ominani, Nicolás Eysaguirre, a los sociólogos Eugenio Tironi y Manuel Antonio Garretón, Jorge Arrate, José Antonio Viera-Gallo, Ricardo Lagos, Antonio Leal, Jaime Naranjo. Asimismo, tampoco les recuerda a las periodistas Férida Zerán y a Mónica González de Ciper. Ni al Premio Miguel de Cervantes, Jorge Edwards. Y el periodista Augusto Góngora. 
   Por último, señaló que en la Cámara de Diputados está el terrorista confesó y diputado Guillermo Teillier: "tenemos un criminal confeso, sentado en la bancada del Partido Comunista, que admitió matar a un grupo de carabineros, y que lo tenemos de honorable". Ese terrorista y otros jamás hubiesen podido optar a cargos públicos porque estaba prohibido en el Constitución de 1980 en su texto original. Esa parte fue borrada gracias a los políticos de la ex derecha para caerle bien a la ex Concertación.
   Salvador Allende fue nuestro Hugo Chávez y Nicolás Maduro.
   Hugo Chávez y Nicolás Maduro son el Salvador Allende venezolano.
   No hay que olvidar, que las mujeres botaron a Salvador Allende.
   Lo que importa es la verdad, no lo que sienta la otra persona.

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