domingo, agosto 31, 2008

Sacando la inmundicia

Aunque el mundo se encandile con Ricardo Lagos y Michelle Bachelet, obviando la corrupción que instaló el primero y el desgobierno del segundo, en Chile existen presos políticos a quienes no se les respeta y aplica las leyes. Estos presos políticos no están entre comillados como los terroristas indultados por el ex Presidente Demócrata Cristiano, Patricio Aylwin, que la prensa cobarde de la época los calificaba de “presos políticos” en vez de calificarlos de terroristas.

Bueno los presos políticos son los militares que se enfrentaron con el terrorismo hace 35 años y que salvaron al país del totalitarismo marxista leninista. Ganaron la guerra, pero perdieron la posguerra. Desde luego, la izquierda con una maestría sacada del 1984, ha reescrito la historia. Así, el gran destructor del país, Salvador Allende es convertido en uno de los Grandes Chilenos en un programa de TVN. Los agresores se convierten en víctimas. El mundo al revés. La moral invertida, donde a los terroristas se le erigen monumentos considerados como ‘víctimas de la dictadura’ y donde reina la locura por sobre la sensatez. ¿Alguien puede creer ese desquicio que se llama ‘secuestro permanente’, que según los hombres de la Iglesia chilena y los abogados ‘progresistas’, los militares tienen secuestrados por treinta y cinco años en las cárceles donde ellos se hayan presos a personas?

Leyendo el sitio www.movimiento10deseptiembre.cl, leo una carta del ex general Hernán Nuñez Manríquez donde denuncia en que hay dos oficiales, ancianos que padecen una enfermedad terminal. Para ellos, no se les respeta su edad ni su enfermedad. En cambio a los terroristas. Recuerdo que durante el gobierno de Lagos, éste último indultó a un terrorista que tenía cáncer. Desde luego, la movida para indultar a terroristas del Movimiento Izquierda Revolucionaria (Mir) y del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) estuvo monseñor Alfonso Baeza. Sin embargo, ese monseñor no se mueve por los dos oficiales ancianos. Después de todo, para la Iglesia Católica chilena, el terrorismo de los grupos de extrema izquierda de la década del setenta del siglo pasado, no constituye una violación a los Derechos Humanos.

Por otra parte, leyendo la bitácora de Bernardita Huerta descubro que dos personajes connotados de la política nacional cometieron una falta gravísima. Me refiero al ex Presidente Patricio Aylwin y el radical Enrique Silva Cimma. El delito que cometieron, según descubrió una señora, es que estos dos políticos dejaron a hijos con Síndrome de Down en la institución Pequeño Cottolengo. Ambas personas abandonas tienen actualmente cincuenta años. ¿Alguien lo puede entender? ¡Cuantas veces hemos caminado por la calle viendo a familias con un hijo, ya bastante adulto con esa enfermedad! Una vecina que hace poco murió de cáncer, acogió hace tiempo a una niña con esa enfermedad.

En cambio, para estos dos políticos le quedó grande el poncho. Prefiero citar una parte de la carta. Es más elocuente: “¿Como es posible que, según sus propios conceptos sobre el gobierno del Presidente Pinochet, hayan dejado a un ser indefenso en un país en el cual según ellos mismos se violaban los DDHH y quien gobernaba (según ellos), era un tirano, violador de los DDHH??? He ahí la inconsecuencia y esta es una de las pruebas más irrefutables de que ellos mismos, al dejar a sus hijos en Chile y partir a su autoexilio, sabían sobremanera que quedaban al cuidado en un país seguro”.

Ambos políticos se dicen defensores de los Derechos Humanos. Uno se dice cristiano y el otro exalta el humanismo laico. Creo que los dos no valen ni un pepino. Aylwin no tiene nada cristiano, ni menos el partido que milita.

Me quedo con el comentario de la señora que escribió la carta: “Tanto a los militares presos como a esos niños Down, NADIE, absolutamente NADIE les ha podido probar una sola muerte, sin embargo siguen encarcelados o internados, sólo porque les MOLESTAN a estos chilenos mal paridos”.

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jueves, agosto 21, 2008

Signo de los tiempos


Cuando por los medios anunciaron un libro sobre las Fuerzas Armadas del think tank de izquierda, Flacso, creo que fui el único en el país que denunció cómo la izquierda obligaba a los altos mandos a meterse a la arena política, con el sólo propósito de blanquear su pasado totalitario. Ningún político de Derecha se pronunció.

Con ello, la izquierda trasgrede las normas. Y una norma que tenemos es que las Fuerzas Armadas no pueden deliberar.

Ahora bien, como he dicho otras veces, cuando un intelectual o artista de izquierda lanza un libro, los medios lo difunde urbi et orbi, cosa que no ocurre cuando se trata del pensamiento políticamente incorrecto. Así, la semana pasada se presentó el libro “Después de la Quimera” del sociólogo y ex comunista Ernesto Onetto, quien fue trabajo en el segundo piso de La Moneda, bajo la administración de Ricardo Lagos. Cuando digo “segundo piso”, se entiende una oficina para conspirar y enlodar a los adversarios. Lo más asombroso fue que el libro comentado en el canal del senado junto con sus autores, en los diarios “La Tercera” y “El Mercurio de Santiago”, respectivamente. Y lo que me llamó más la atención es que al terminar la semana, el canal regional de TVN (V Región), el periodista leyera una parte del libro en la que decía: “Nosotros nos arrepentimos….”. Pareció que los medios se hubiesen puesto de acuerdo para difundir el libro.

En el programa de entrevista del senado, el sociólogo estaba asombrado de que Chile hubiese avanzado tanto. Desde luego, el periodista como de costumbre no hacía su trabajo. Para Onetto, los méritos eran de la Concertación. Prefiero citar al ex panelista de “Tolerancia Cero”, Sergio Melnick en su columna: “El éxito de la Concertación estuvo anclado en tres grandes pilares: primero, y por sorprendente que suene, fue el sistema binominal que los obligó a actuar unidos y así ofrecer gobernabilidad. Bastó que se levantara el sistema en las concejalías para que se dividieran. Segundo, haber mantenido la esencia del sistema económico de mercado y libre emprendimiento, lo que les permitió hacer crecer la riqueza por un tiempo, y tercero, un discurso social indudablemente atractivo para la población” ("La Segunda",20-08-2008). Sobre el último punto discrepo, ya que después de tanto gasto en áreas como educación y salud los resultados han sido magros. Los dos primeros pilares se deben al Gobierno Militar.

Me recuerda, dicho sea de paso, que escuchando al actual senador y ex terrorista, Ominami, él decía en un foro que durante el Gobierno Militar las pymes no las tomaba en cuenta, olvidándose que durante la Unidad Popular, los terroristas del Mir y otras agrupaciones paramilitares de izquierda y el propio Gobierno, las tildaba de “acaparadores”, “especuladores” y capitalista, tal como ocurre en la Venezuela de Chávez. También hubo una comparación entre Pinochet y Allende. No escuché lo que dijeron sobre Pinochet, mas el escritor Sergio Muñoz sostuvo que lo Allende “era más complejo”. ¡Qué tanta palabrería inútil!. Si Allende durante cuarenta años cumplió a grosso modo los ritos democráticos, a excepción de su homenaje a Stalin, y luego despreció la democracia, apostó por el totalitarismo y el terrorismo. Así de simple.

Igualmente, en la misma semana, el columnista y escritor, Hermógenes Pérez de Arce en su penúltima columna, decía que el lanzamiento del libro estaban presentes los tres comandes en jefe. Para él era deliberación. Con todo, el coautor del libro el escritor y analista político, Sergio Muñoz contaba entusiasmado “que era un buen signo de los tiempos, que los altos mandos de las Fuerzas Armadas estuviesen presentes en el lanzamiento del libro. Antes era impensable”. Bueno, como me dice el bloguero Francisco Ibero: “La izquierda se cree que tiene un derecho divino a todo”. Teniendo esos antecedentes me puse a pensar. ¿Qué hubiera ocurrido si el cuerpo de generales y almirantes en retiro hubiesen invitado a los tres comandantes en jefe para el lanzamiento del libro “La Verdad Olvidada del Terrorismo en Chile 1968 – 1996”, el año pasado? Naturalmente, el Gobierno hubiera censurado a los comandantes. Están deliberando y tomando partido. Además, hay que recordarles a estos sesudos “analistas políticos”, que para izquierda de la época del comunismo, las Fuerzas Armadas eran un obstáculos para su proyecto totalitario, a menos que tuviesen como segundo apellido o nombre la palabra “Revolucionaria”. De lo contrario, representaban la reacción. ¿O hay que recordarles las palabras vigésimo segundo congreso de Chillán del Partido Socialista en 1967: “Sólo destruyendo el aparato burocrático y militar del estado burgués, puede consolidarse la revolución socialista”?

¿Qué se puede esperar de la oposición, si en la presentación del libro estaba el investigador del CEP, columnista y abogado de la derecha ‘liberal’, Lucas Sierra ? Para él es “normal” la presencia de los tres comandantes en jefe en un acto político, cosa que en la antigua democracia nunca lo hubieran imaginado.

Signos de los tiempos.

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domingo, agosto 10, 2008

Sed de maldad

Lo bueno de los comics de los norteamericanos es que siempre se encargan de representar la maldad y el bien, ya sea a través de vigilantes, o ya sea a través de seres humanos con poderes. Y lo más importante, la moralidad. Viendo una biografía del actor Gary Cooper, contaba que a él le gustaba el cine western por la moralidad. Había un héroe y un villano. De hecho, ese actor antes de entrar al cine había sido vaquero. Un ejemplo de ello, es la película Spiderman II. La enseñanza estriba en que uno siempre tiene la posibilidad de elegir entre dos opciones.

Así, siendo tan evidente los actos de matonaje de la izquierda en Chile, me extraña que la Iglesia católica chilena y el resto de las otras confesiones no se pronuncien ante el ‘secuestro permanente’, la no aplicación de las leyes como la Ley de Amnistía, el debido proceso, el perjurio permanente que realizan personeros de la izquierda en los tribunales, los mismos jueces prevaricadores, la propia venganza y la demonización hacia los militares. Y que tampoco se pronuncien sobre la consigna ‘Ni perdón ni olvido’. ¿Los hombres de Dios no se darán cuenta que todos esos actos son actos malos, realizados alevosía y predemitación? Si no se dan cuenta, es porque ellos están impregnados de maldad.

Conocidos me critican mi anticlericalismo, pues éste se debe no a las mismas razones del rector Carlos Peña o del blog ‘Chile liberal’. Mi razón estriba es que los pastores permiten la maldad, sabiendo que uno grupo de personas de la sociedad hace daño. Por eso, los critico.

Así, vemos que el obispo Goic hace tiempo declaró: "Cuando la vida, los derechos humanos y las libertades individuales estaban amenazadas, no podíamos callar, no podíamos dejar de ser refugio solidario. Algunos sacerdotes dieron la vida en ese afán” (La Segunda, 4-06-2008). Dudo que esa declaración se refiera a la Unidad Popular, donde las libertades individuales, la vida y los derechos humanos estaban siendo pisoteados. Sí, refugio para terroristas. Esos son los seudo ‘perseguidos políticos’ que la prensa repite una y otra vez la versión de la izquierda.

¿Cómo es que los hombres de Dios no perciben la oscuridad en que se hayan sumido la izquierda? Pues para odiar tanto como lo hace las personas que nos gobiernan hace 19 años, deben estar enfermos y desquiciados. Si ellos perdonan solamente a los terroristas y no a los militares, es porque están mal. ¿Cómo es que no perciben el desquiciamiento y la vendetta? No me salgan con ese sentimentalismo barato de teleserie venezolana de que no se justifica lo que hace mi adversario, pero sí los actos de la izquierda. El desquiciamiento se manifiesta en que cuando uno dice que en nuestra legislación no se encuentra el delito de ‘crímenes de lesa humanidad’, los izquierdistas insisten en que lo hay.

Más de una vez he manifestado que el ser izquierdista es un problema psiquiátrico más que político. Para mí no se trata de que razonen mal, sino que con un psicópata uno no puede razonar. Si intenta explicarle lo sucedido después del 11, se debió a los actos de la propia izquierda (terrorismo, el país al borde de la guerra civil propiciadas por ellos), y éstos no desean escuchar esa explicación ni que la sepan las nuevas generaciones. Simplemente estamos ante la bancarrota de la razón. La propia explicación los inculparía a ellos y no a los militares; de ahí que se esmeren en ocultar el período que va desde 1968 a septiembre de 1973.

¿El episcopado chileno será capaz de creer todos los crímenes que se les imputan al general Contreras, a los oficiales de la DINA y la CNI? La izquierda como de costumbre le gusta representar a sus enemigos con sus propios defectos. Si a la izquierda dicen que sus enemigos eran fascistas, terroristas y psicópatas, simplemente están describiendo las características de la propia izquierda. Las confesiones religiosas premian al Guasón latinoamericano.

La izquierda encuentra hasta los momentos solemnes para mentir. Así vemos, que la Presidenta Bachelet declaró sobre el reciente fallecimiento del socialista Juan Bustos: "fue perseguido por sus ideas por la barbarie del Estado como fue la Operación Cóndor". La Operación Cóndor fue simplemente la coordinación de los servicios de inteligencia en América Latina ante el terrorismo de la Junta de Coordinación Revolucionaria (Mir, Tupamaros, el FLN boliviano y el ERP argentino) que operaron en Chile, Argentina, Uruguay y Bolivia. Fue parecido a la red que se creó en el mundo occidental, después del 11 septiembre americano frente al terrorismo islámico. Asimismo, la Presidenta no considera el terrorismo que ejerció su generación como barbarie. Cabe consignar que la persona que persiguió a los oficiales de marina en retiro en los casos Aldoney y del caso Woodward, era el mismo diputado Bustos, quien presentaba testigos falsos en la Justicia, manipulando los hechos ocurridos hace 35 años a su antojo para favorecer su sed de venganza. De paso, saltándose la prescripción y la ley de Amnistía.

Hay que recordarle a la Presidenta Bachelet como al académico y rector Carlos Peña en su última columna en ‘El Mercurio’ que le atribuyen “(esa fantasía de represión continental que abrigó alguna vez Manuel Contreras),”, como si nunca hubiese existido la Unión Soviética y el terrorismo que ese estado financiaba en el mundo, las palabras de Jorge Massetti: “Hoy puedo afirmar que por suerte no obtuvimos la victoria, porque de haber sido así, teniendo en cuenta nuestra formación y el grado de dependencia con Cuba, hubiéramos ahogado el continente en una barbarie generalizada. Una de nuestras consignas era hacer de la cordillera de Los Andes la Sierra Maestra de América Latina, donde, primero hubiéramos fusilado a los militares, después a los opositores, y luego a los compañeros que se opusieran a nuestro autoritarismo". De lo contrario, estaríamos bajo la esclavitud. La izquierda desea que creamos que los terroristas y totalitarios de la década del 70 eran los suecos y socialdemócratas alemanes de América Latina.

Si las iglesias no perciben la maldad, ¿quién los puede salvar?

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