Todo el mundo sabe que el señor Bill Gates no
es médico ni que tampoco es científico. Que el señor Bill Gates esté hablando
de vacunas, pandemias es como estar escuchando a la niña sueca Greta sobre el
clima.
Después
de que acusaran a su empresa Microsoft
en los noventa del siglo pasado de monopolio, él se dedicó a la
filantropía para limpiar su imagen de mafioso en el mundo de los negocios. La
única forma en que el multi millonario puede enriquecerse es, pues, eliminado
la competencia. Y esto quedo más demostrado en esta falsa pandemia en la el
señor Gates estuvo involucrado, ya que él le pagó a científicos y medios para
hablaran mal de la hidroxicloquina y la invermectina privilegiando las mal
llamadas vacunas covid.
Ya había fracasado en África y en la India con
sus vacunas dañando a seres humanos. A él no le importo.
Un estudio demostró que lo servía para el
bicho era la vitamina C y D. Sin embargo, él nunca lo recomendaría.
Cuando la cadena norteamericana CBS entrevistó
a Bill Gates en el 2020, éste dijo que los efectos adversos eran leves, pues
según los ensayos clínicos del laboratorio Moderna arrojaban que sólo producían
fatiga, dolor de cabeza y mialgia o dolor de cabeza.
Sin embargo, desconocía los efectos adversos
de la Pfizer que la FDA había reconocido: encefalomielitis aguda,
desmielinizantes agudas, aborto espontáneo, síndrome de Guillain-Barré, infarto
agudo de miocardio, enfermedad autoinmune, coagulación intravascular
diseminada, artritis y artralgia, meningoencefalitis/meningitis,
encefalitis/mielitis, síndrome inflamatorio multisistémico en niños, tromboembolismo
venoso, anafilaxia, convulsiones/ataques, infarto agudo de miocardio,
narcolepsia y cataplejía, enfermedad de Kawasaki, encefalopatía, accidente cerebrovascular,
reacciones alérgicas no anafilácticas y muerte.
En el 2017, Gates había advertido al mundo
sobre un arma biológica creada a partir de un virus existente. El 17 de octubre
del 2019, su fundación invirtió en LumiraDX
(LMDX), que es un inventor de pruebas rápidas de antígenos covid-19. Antes
de que la OMS declarase la pandemia de acuerdo a la definición que cambiaron,
el señor Gates con su Fundación Bill y
Melinda Gates junto el Foro Económico Mundial y el centro Hopkins desarrollaron
la simulación de una pandemia conocida como el ‘Evento 201’ el 18 de octubre
del 2019. Además, invirtió cincuenta y
cinco millones de dólares en el laboratorio BioNTech, la cual realizó el
tratamiento de Pfizer en otoño de ese año. En el 2022, el multi millonario
aumento su patrimonio en un 31%. Lo que es lo mismo 137 millones de dólares.

En el 2020, el señor Gates sabía que el
covid-19 afectaba a los gordos y a quienes tenían enfermedades preexistentes
como la diabetes. Sin embargo, quiso mantener el miedo a través de los medios
de comunicación en los cuales invirtió para llevar la narrativa a su lado. Presionó a la FDA y a los CDC norteamericano.
Además, de comprar los medios más importantes occidentales para mantener su
relato.
Él sabía cuándo terminaba la “pandemia” y
cuántas dosis había que poner. Según sus palabras, las vacunas “fueron la mejor
inversión de mi vida”. Además, dijo que se volvería a la normalidad si no
estaban todos vacunados.
Bill Gates siempre actúa como si no supiera
nada de lo ocurre a su alrededor. Está
probado que el gobierno norteamericano estuvo involucrado en la creación del
bicho en la laboratorio de Wuhan para obtener la ganancia función. Y ahí estuvo
metido su amigo, el doctor Anthony Fauci, quien es director de la NIH. Con
todo, cuando le preguntaron al magnate que el virus salió de un laboratorio sin
mencionarlo, él repite como mantra la tesis que provino del murciélago. La
tesis del contagio zoonica, es decir, que las enfermedades infecciosas pasan
del animal al hombre.
Tampoco sabe del escándalo en el parlamento europeo, donde le preguntaron
a una funcionaria de Pfizer, Janine Small si los pinchazos detenían el
contagio. Ella dijo: “A la pregunta de si sabíamos que nuestra vacuna era capaz
de detener la transmisión del Covid antes de llevarla al mercado, la respuesta
es ¡No! Tuvimos que movernos rápidamente para entender lo que ocurría en el
mercado y hacer todo con riesgo”.
Según él: “Todos los que toman la vacuna están
reduciendo su transmisión”. Se equivocó.
Según la Base de Datos Médicos Epidemiológicos
(DMED) del Departamento de Defensa de los Estados Unidos, los efectos
defectados de las vacunas ARNm son los siguientes en el 2022: 279% de abortos
espontáneos, 487% de aumento de cáncer de mamá, 1048% en aumento en afecciones
del sistema nervioso, 551% aumento del Síndrome de Guillian-Barre, 680% de
aumento en esclerosis múltiple, 664% aumento en neoplasmas malignos, 2181%
aumento en hipertensión, 369% en aumento de cáncer testicular, 350% aumento de
infertilidad masculina, 55% aumento en defectos al nacer, 471% aumento de
infertilidad femenina, 452% en aumento de migrañas, 302% de taquicardias y 468%
aumento en embolias pulmonares.
Según cuenta la feminista norteamericana en un
video del año pasado, Noami Wolf sobre los ensayos clínicos de Pfizer en las
mujeres embarazadas: “De las 270 mujeres que quedaron embarazadas en los
ensayos, más de 230 de los registros de las participantes desaparecieron, pero
de las 36 mujeres que quedaron, 28 de
sus bebés murieron en los ensayos de Pfizer”. Masacre.
Un twitero dice lo siguiente de los ensayos de
Pfizer el 6 de mayo del 2022: “¡¡¡De los 46.000 participantes en el estudio de
Pfizer, 42.000 tuvieron reacciones adversas y 1.200 murieron y no se lo dijeron
a Nadie!!! Demasiado tarde. ¿no? Y los medios de comunicación no tienen
vergüenza en no informar sobre ello????”
El multi millonario no sabe nada de los
excesos de fallecidos en los países que tienen alta tasa de vacunación. Así,
según un registro de julio del 2022: en España hubo 36.9% de exceso muertos, en
Chipre 32.9%, en Grecia 31.2%, en Portugal 28.8%, en Italia 24.9% y en la Unión
Europea en general fue de un 15%.
Más datos. En julio del 2020 fallecieron 1203
en Inglaterra, 374 en Italia y en España 117 personas. En el julio del 2022
murieron 5.575 en Inglaterra, 3.733 en Italia y 3.188 en España.
En nuestro país estamos igual que el resto de
las naciones que inyectaron a casi toda la población. Así, el médico Francisco
Vidangossy Guzmán escribe el siguiente tweet el 10 de noviembre del 2022: “Chile,
el país con el más alto exceso de mortalidad, fue el peor que manejó la
pandemia. De 109 muertes al año, subimos a 140 mil y súper pinchados. La idea
no era evitar las muertes, era vender pinchazos. Mañalich, Daza, Paris, Piñera.”
En
Inglaterra fallecieron 1.203 en julio
del 2020 y en el 2022 mismo mes
fallecieron 5.575 personas.
Según el medio español “vozpopuli”: “La muerte
de menores entre 1 y 14 años aumentan,
pero los pediatras no saben por qué”.
Los medios chilenos reportan infartos en los
jóvenes en 2022. Todo muy normal.
El legendario base de los Utah Jazz, John Stockton critica la vacuna covid-19:
“Han muerte cerca de 1000 deportistas”.
Según reporta un medio español de Barcelona en
que cita a una enfermera: “La tercera dosis está siendo letal. El cáncer ha
crecido un 5000%. En el hospital donde ejerzo de sanitaria, el 98% de los
ingresos actuales, son vacunados”.
Nos puede explicar por qué el 2021 fallecieron
más personas que en el 2020.
Tampoco puede explicar por qué en los países
donde hay poca tasa de vacunación no hay exceso de fallecidos.
Tampoco sabe que no todas las personas pueden
recibir el mismo medicamento. Un
principio que los doctores y la OMS violaron. De ahí los diversos
efectos adversos que han padecido los seres humanos, después de los pinchazos.
Tanto en el 2021 como el 2022 hubo un aumento
de miocarditis y pericarditis como nunca en la historia médica.
En estos dos años desde que comenzó la
vacunación masiva han fallecido como nunca deportistas.
Y qué decir de las muertes repentinas en
cualquier lugar.
Entre 1966 y el 2004 las muertes súbitas eran
2,4 por mes. Después de la vacunación mundial los problemas cardiacos
aumentaron en un 1841% en atletas. Lo que significa que han fallecido 46 personas al mes entre el 2021 y 2022,
según el sitio “ciencia y salud natural”.
El medio británico “The Time” reporta que
fallecen 1000 personas en la semana.
Dato mata relato.
El medio norteamericano “News Punch” dicen en
su portada: “El jefe de la FDA pide
fin inmediato de las vacunas COVID:
“Millones se están muriendo””. Bill Gates es un genocida.
Además, de ser estúpido es un cobarde. Por esa
razón, uso los verificadores de hechos para descalificar a quienes se oponían
al relato oficial, hasta pensaba crear un Ministerio de la Verdad. El
multimillonario tecnológico desconoce el significado de la palabra ‘debate’ o
‘autopsia’. Cualquiera persona bien informada con que ocurrido en estos casi
tres años fácilmente al señor Gates lo puede derrotar con argumentos y
pruebas.
En un video una periodista le pregunta a Gates que
piensa de la decisión del tenista croata Novak Djokovic de no pincharse. Él
dijo que respetaba su elección, sin embargo, no ayuda detener el contagio. El
millonario no sabe distinguir entre una
persona sana de otra enferma.
En un video el millonario reconoció para que
el presidente Donald Trump no investigue la seguridad de las vacunas covid-19.
Según sus palabras: “Hay un rumor de que va
a hacer algo en esa área. Pero tal vez yo y otros lo convenzamos de que
eso no vale la pena”.
En otro video dice:
“Entonces, en marzo del 2017 en la Casa Blanca…él (Trump estaba considerando una Comisión de Seguridad
para investigar los efectos nocivos de…y dije ‘no, es un callejón sin salida)”.
Gates no quería que investigara los efectos de las inyecciones ARNm, pues sabía
que mataba y mutilaba a las personas.
La
inteligencia de Bill Gates es menor que la de un niño con Síndrome de Down.
No sabe nada de nada. No sabe de salud. No sabe de
medicina. No sabe de nutrición. No sabe de agricultura y de ganadería.
El señor Gates tiene que pagar con la pena de muerte
sus crímenes de lesa la humanidad por
cuatro razones: en primer lugar, con la
salud humana no se juega. Y segundo lugar, la salud no es negocio para probar
fármacos a tontas y a locas. En tercer lugar, por no respetar el código de Bioética de la Unesco y
el Código de Nüremberg. Y finalmente, los daños y muertes que han provocado las
inoculaciones. Así sea.
Javier Bazán
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