La
civilización occidental basa su vida en que el ser humano es poseedor de ciertos
derechos. Sin embargo, en estos tres
años los derechos humanos se han violado como nunca en las democracias
occidentales a raíz de las medidas sanitarias de la falsa pandemia. Primero, el
encierro y en segundo lugar, la vacunación forzosa. Vivimos una dictadura
tecnocrática disfrazada de protección a la salud.
Hoy más
que nunca están vigentes las palabras de Thomas Jefferson: “El precio de la
libertad es la eterna vigilancia”.
La
amenaza para occidente y el resto del mundo viene de la tecnocracia comunista
procedente de la mal llamada élite o del
Sindicato del Crimen, cuya cara visible es el Foro Económico Mundial.
Por un
parte, globalistas violaron el Código de Núremberg de 1947, que señala que
“Nadie te puede obligar a vacunarte sin
tú consentimiento”. Y por otra parte violaron el Acuerdo de Bioética del 2005,
que afirma que nadie se le puede prohibir viajar, estudiar, reunirse, trabajar,
ni discriminar sin haber estado vacunado.
Escuché que en nuestro país había dos millones de
personas esperando ser atendidas en los hospitales. Mientras esperan,
algunos fallecen. Esto no ocurre
solamente en Chile, sino en todos los países donde hubo confinamiento. Hace
tres años lo único que existía el covid. Las otras enfermedades pasaron a segundo plano. Eso es un prueba elocuente
que quienes planificaron la falsa pandemia no saben de nada de salud, ni mucho
menos de medicina, pues para cualquiera epidemia se atiende a los enfermos y no
se encierra a los sanos. ¿Quiénes fueron las mentes maestras de tanta
estupidez? ¿Quiénes son los responsables? Bill Gates conocido como el zar de la
salud mundial por los políticos comprados por el millonario y el Foro Económico
Mundial dirigido por el economista e ingeniero, Klaus Schwab. Ellos son los
causantes de los problemas de la salud. Y la Organización Mundial de la Salud.
Además estos idiotas prohíben las autopsias y todo el diagnóstico se basa en un
test fraudulento.
Para
Bill Gates salud significa esterilizar al mayor número de personas y abortar.
La
libertad y las libertades hoy en día están siendo amenazadas por la Organización
Mundial de la Salud a través de del Tratado Pandémico. La diferencia con lo que
ha sido la gestión hasta ahora, es que con el tratado es vinculante. Por tanto,
los estados miembros estarán obligados a obedecer.
La falsa pandemia fue un pretexto para darle
más poder esa institución privada y corrupta. Todo con la excusa de que los
servicios de salud fueron sobrepasados. Los ministerios de la salud de todos
los países siguieron las instrucciones de la OMS, entre ellos el protocolo
asesino de los ventiladores.
Sin la
OMS no hubiera habido “pandemia”. A la neumonía estacional la renombraron como
covid, pues había que meter temor a la población.
El
actual director de la OMS, el etíope es un esclavo del gobierno chino, del Foro
Económico Mundial y de Bill Gates. No tiene conciencia ni decencia.
La OMS antes
de dar finalizada la plandemia dijo que la mal llamada vacuna no debía dárselas
a las mujeres embarazadas y a los niños. ¿Por qué no dijo antes de comenzar la
vacunación masiva? Era más importante que el señor Gates recibiese su ganancia
que usar criterio y sentido común, cosa que por cierto, el filántropo carece.
La gente
que realmente falleció por el covid no recibió el tratamiento adecuando, porque
la OMS lo prohibió. El filántropo se encargó de que los tratamientos correctos
fuesen desprestigiados: la
invercmectina, melatonina, Vitamina D, Vitamina C, Zinc, HCQ, colchicina,
curcumina, Aspirina y una larga lista. Lo único válido era su estúpida vacuna
que no sirvió para nada. Pues, como decían los negacionistas, era la inmunidad
natural era superior a la tecnología ARNm.
Según
Gates, para próxima pandemia él se encargará de que los científicos tengan las
vacunas en seis meses como manifestó en la Conferencia de Münich en el 2022.
Mientras tanto como ocurrió ahora, los enfermos tienen que fallecer hasta no
encontrar la vacuna. Lo que demuestra que el millonario carece de inteligencia.
Todo para descubrir que la enfermedad era una
simple gripe que afectaba a quienes tenía enfermedades preexistentes, eran
obesos y ancianos en pésimo estado de salud.
Digo una
enfermedad, porque no existen los virus voladores.
El
propósito final de la falsa pandemia fue imponer el certificado digital y la
vigilancia. Esa fue la razón del encierro. Luego la razón de volver a la
normalidad con las vacunas y el pasaporte digital. Trataron de normalizarlo.
El
certificado digital o la Identidad Digital es incompatible con los derechos
constitucionales y el Tratado de Bioética de la Unesco del 2005 señala que
nadie le puede obligar a vacunar para
trabajar, estudiar o viajar. Ambos cosas
no son negociables.
De los planificaron la plandemia jamás estuvo
su interés la salud de los seres humanos.
El aspirante a dictador mundial es el señor Schwab junto Gates en la
reunión de Bali del G20 impusieron el certificado digital a las marionetas de
gobernantes; aunque en una reunión previa la OMS, se había rechazado la
identidad digital.
El
Tratado Pandémico pretende que cuando haya una emergencia de salud o climática
quiere las vacunas obligatorias, pretende utilizar a las fuerzas armadas y
seguridad para forzar a las personas vacunarse. Y por último, quieren tener a
la humanidad en perpetuo estado de emergencia con el pretexto de pinchar.
Los
militares que coaccionen a civiles a forzar a vacunarse serán considerados
criminales. Así que por su bien para la próxima pandemia les conviene
desobedecer. Estarían sirviendo a las farmacéuticas y al Foro Económico Mundial
y no su país. O sea, a las corporaciones transnacionales.
El
certificado digital va unido a las vacunas. De ahí el siguiente paso es unir la
identidad digital a la huella de carbono. Con lo cual se establece el crédito
social chino.
Siempre
se trató de vigilancia y control. A un año de la falsa pandemia, o sea, en el
2021 el filósofo del Foro Económico Mundial, el judío Yuval Noah Harari decía:
“Al contrario, en 2020 la vigilancia digital facilitó mucho el seguimiento y la
localización de los vectores de la enfermedad, con lo que la cuarentena pudo ser
más selectiva y eficaz”.
El medio
Bles denunciaba en el 2020 que el gobierno de Canadá “accedió secretamente a la
geolicalización de 33 millones de celulares durante la pandemia”.
Un medio
norteamericano denunció que “Los CDC rastrearon millones de teléfonos para ver
si los estadounidenses siguieron las órdenes de bloqueo del covid”.
El
gobierno de Israel ocupó los servicios secretos para vigilar a los supuestos
contagiados durante la plandemia.
Vigilar
a los sanos con test fraudulento en vez de enfocarse en los enfermos. Desde el
2023 se puede decir las cuarentenas que fueron ineficaces e innecesarias.
Según el
artículo “El Club de Roma y la mafia del modelo predictivo” de la periodista
norteamericano Mateo Ehret del 2022, el modelo en que se basó la OMS para
predecir pandemias es el del señor, Neil Fergurson, quien trabajó en el
Imperial College. El título en inglés es “The Rome Club and Rise of Predictive
Modelling Mafia”. Copy y paste en el buscador. En mayo del 2020 este señor se vio obligado a
renunciar porque rompió la cuarentena. Hace tres años, este científico había
predicho que en Londres iban a morir un millón de personas. Con todo, no es la
primera vez que se equivocó. Por él hubo los confinamientos.
Así en
2001 fue contratado como asesor del gobierno del Reino Unido por la “fibre
aftosa”. Usando modelos estadísticos concluyó que 150.000 personas morían de
esa enfermedad. Y que debía sacrificarse 11 millones de ovejas y vacas. Las
granjas británicos fueron destruidas por el gobierno. Por su servicio
Fergurson fue premiado por la Orden del
Imperio Británico.
En el
2002, este señor usó sus modelos para predecir que morirían 50.000 de personas
por la enfermedad de las vacas locas. Fallecieron 117 personas.
En el
2005, predijo que la fiebre aviar morirían 150 millones de personas. En
realidad fallecieron por esa enfermedad 282 personas entre el 2003 y el 2008.
En el
2009, el gobierno inglés volvió a llamar a Neil Fergurson para predecir que la
fiebre porcina mataría a 65.000 personas. Fallecieron 457 personas.
El
artículo señala que pese a rotundos fracasos llegó al puesto Vicedecano de la Facultad
de Medicina del Imperial College.
Llegamos
al 2019, cuando se le asignó el puesto del Centro de Colaboración para el
modelado de Enfermedades Infeccionas de la Organización Mundial de la Salud.
Según el modelo, el Covid iba producir 500.000 de muertos en Inglaterra y dos
millones en los Estados Unidos. La única forma de parar la mortalidad era con
los bloqueos o confinamientos.
Lo que
es lo mismo que decir que la OMS
basándose en el modelo predictivo del Imperial College, supuso que la tasa de
letalidad era de un 3% o un 4%. Luego la organización criminal de la salud
admitió que la letalidad era de un 0,3% en octubre del 2020. Y aun así, inició
la vacunación masiva, la cual no era necesaria.
El
Imperial College en el 2019 se basó en los informes manipulados por el gobierno
chino. El resto es historia.
El mismo
Bill Gates reconoció que ellos sabían que la enfermedad no era grave. Él
presionó a los CDC norteamericanos para que inflaran las cifras de muertos en
el 2020. Y así continúo la campaña de vacunación. Esa es la calidad humana del
millonario.
Un
profesor que fue silenciado en el 2020 es, pues, el señor John Ioannidis de la
Universidad de Stanford.Todo un crack del método científico, quien trabaja en
los Departamentos de Medicina de Epidemiología y Salud de la población, de
Ciencia de Datos Biométricos y de Estadísticas, y en METRICS de Meta-Research Innovation de Center at
Stanford. Con tofo, era más importante escuchar a Bill Gates que este
académico, quien es una referencia de los procesamientos de datos médicos y de
la epidemiología.
El 26
marzo del 2021 publicó un nuevo estudió en que se confirmó lo que se sabía en
el 2020, a saber, que la letalidad de la enfermedad era de un 0,23% lo que
significaba una sobrevivencia del 99,77%.
Finalmente,
en marzo 2023 el profesor John Ioannidis
publicó el informe final acerca de la letalidad de la enfermedad. Según él, el
covid mató al 0,095% de la población de menores de 70 años. Estos fueron sus
resultados basándose en el riesgo de muerte por grupo de edad:
“0-19 años:
0,0003% – 1 de cada 333.333 personas positivas
20-29 años:
0,002% – 1 positivo de cada 50.000
30-39 años:
0,011% – 1 persona positiva en 9.090
40-49 años:
0,035% – 1 persona positiva en 2.857
50-59 años:
0,123% – 1 persona positiva en 813
60-69 años:
0,506% – 1 persona positiva en 198
Total
0-59 años:
0,034% – 1 persona positiva de 2.941
0-69 años:
0,095% – 1 persona positiva en 1.053”
Los políticos que
firme el Tratado sean considerados traidores, por lo cual el único castigo que
les toca es la pena de muerte.
Al
contrario de lo que piensan algunos, si se firma el Tratado Pandémico de la OMS
en 2024 no es el fin. Habrá que empalar
para que sea restaurada la libertad y los derechos garantizados en Código de
Nürenberg y el Acuerdo de Bioética del 2005. Y aquellos detrás del Tratado sean
juzgados por las buenas o por las malas. Que así sea.
Javier
Bazán
Etiquetas: Bill Gates, derechos constitucionales, Estado Policial, Identidad Digital, Imperial College, John Ioannidis, Neil Fergurson, OMS, Plandemia, Tratado Pandémico de la OMS, vigilancia, WEF, Yuval Noah Harari