Comentario de libro: Martín Amis

Es conocida en filosofía la historia de Platón y el tirano de Siracusa. Platón quiso llevar a la práctica su utopía o República al ponerse al servicio del tirano Dionisio de Siracusa. Esa historia nos muestra desde antiguo las relaciones difíciles entre el intelectual y la política.
El subtítulo del libro se origina de un comentario de Stalin: “mientras que una muerte es una tragedia, un millón de muertes es una simple estadística”.
Martin Amis en este libro echa por tierra varios mitos entorno a Lenin y Trosky. Cabe destacar,además,que “Koba el Temible” continúa con la crítica demoledora del “Archiélago Gulag” de Solzhenitsyn. Ambos se complementan.
Amis dice: “siempre se puede bromear a costa de la Unión Soviética, pero nunca de la Alemania nazi”
Según la crítica tradicional de la izquierda, quien echo a perder el socialismo en Rusia fue Stalin. ¿Será cierto? ¿Era Lenin un intelectual o una especie de Marco Aurelio? De hecho, muchos políticos de izquierda cuando escriben sus libros, se creen que están en un status especial.
Los intelectuales y el comunismo
El intelectual de izquierda comprometido fue cortesano de cuanto dictador hubiese. El dictador traería el paraíso a la Tierra y todos los seres humanos serían felices.
El escritor inglés Martin Amis nos cuenta en su libro “Koba el Temible: la risa y los Veinte Millones” las relaciones que tuvo el mundo de la cultura del izquierda con el totalitarismo soviético. Este libro es un ajuste de cuentas con su padre, el escritor Kingsley Amis, quien estuvo al servicio del dictador José Stalin, desde 1941 hasta 1957, hasta que termino votando por Margaret Tatcher. De ahí que en la parte de atrás del libro, se diga por parte del editor (de izquierda): “aunque manisfestó tendendencias reaccionarias en la madurez”.
Amis nos cuenta sus relaciones con el poeta Philip Larkin, el soviétologo Robert Conquest, autor del “El Gran Terror” (1968) y su amigo troskista Christopher Hitchens. Christopher aparece a menudo en los documentales sobre la Unidad Popular sermoneando, que trasmite una y otra vez el canal argentino Infinito. Amis lo retrata con estas palabras a Hitchens:
“-¿Qué me dices del hambre? –le pregunté en cierta ocasión.
-No había hambre –dijo, sonriendo ligeramente y bajando la mirada-. Puede que hubiera escaseces ocasionales..”
Luego le crítica: “Por eso se me hace cuesta arriba entender por qué no pones más distancia entre tú y esos actos que organizas, con tu veneración por Lenin y tu impenitente discipulado Trosky. Esto dos hombres no se limitaron a preceder a Stalin. Crearon un Estado policial que funcionaba perfectamente para que él lo utilizara después. Y le enseñaron algo notable: que se podía gobernar un país con una receta a base de libertad muerta, mentiras y violencia… y pretensiones de superioridad sin costuras”.
Martin Amis trabajo en el diario New Statesman , el mismo donde trabajo Paul Johnson.
Stalin echó a perder el socialismo, no Lenin
Martin Amis escribe: “A menudo se ha llamado “intelectuales” a los dirigentes bolcheviques (y se ha dicho con frecuencia que Stalin era “el único no intelectual”. Supongo que se les podría considerar intelectuales del ala radical, en el sentido de que tenían ciertos conocimientos de historia y economía política, pero de nada más. “ Para Nabokov, el padre del autor de Lolita, “un intelectual ruso es un profesional”, en cambio para Lenin eran una “mierda”.
Frases de Lenin: “Es una gran equivocación creer que la NEP podrá fin al terror. Volveremos al terror y al terror económico” o “¿Cómo se puede hacer una revolucione sin ejecuciones?”.
Así el hambre leninista produjo 5 millones de muertos. “La independencia de la prensa desapareció a los pocos días del golpe”. La izquierda siempre habla de Revolución como si fuese un evento positivo, cuando es, en realidad un golpe de Estado. Luego apareció la Cheka a cargo del siniestro Dzerryinski.
Nazi y Comunista.
Es usual en el mundo académico comparar la dictadura nazi con la comunista. De hecho, la izquierda defendía sus dictaduras en que eran distintas a la de los nazis. Así los intelectuales que apoyaron la dictadura nazi son colaboradores de los nazis, lo cual constituye un delito muy grave. En cambio, a los intelectuales que apoyaron las dictaduras comunistas, carecen de responsabilidad moral. Y por tanto, se les exime.
Martin Amis dice: “El nazismo no destruyó la sociedad civil. El bolchevismo sí. Es una de las razones del “milagro” de la recuperación alemana y de los fracasos y la vulnerabilidad de la Rusia actual. Stalin no destruyó la sociedad civil. Lenin sí”. “Parece que en la URRS ha habido poca preocupación por los problemas morales y psicólogicos de los chequistas. Lo único Lenin decía al respecto: “Buscad personal más insensible”. La checa fue la antecesora de la KGB.
El Delfín de Lenin
Es usual en el mundo de la vieja izquierda hablar que el sucesor de Lenin era León Trosky, y no el tosco de José Stalin. ¿Fue así?
Los candidatos a suceder a Lenin eran: Grigori Zinóviev, Liev Kámenev, Nicolai Bujarin, Stalin y León Trosky. Amis dice: “Los bolcheviques habían construido un mundo en el que el Estado tenía que vigilar las actividades de cualquier grupo de dos o más personas. Stalin aceptó las consecuencias de esto. Los románticos enfocan románticamente el fracaso total de Trosky en su lucha por el poder. La verdad es que sus esfuerzos fueron torpes, necios e incluso chonchos...”. En fin, cuando llegaron las elecciones al Comité Central de 1921, Trosky llegó en décimo lugar, por debajo de Stalin y Mólotov.
Pacto Nazi Comunista
Martín Amis cuenta que en los día previó a la guerra, esto es, en “1941 hubo 324 violaciones del espacio aéreo soviético por aviones alemanes de reconocimiento (a veces se veían obligados a aterrizar y eran reparados por mecánicos soviéticos que, si hacía falta, además les llenaban el depósito)”:
Analogías
Amis dice: “Todo el mundo ha oído hablar de Auschwitz y Belsen. Nadie sabe nada de Vorkutá ni de Solovetski.
Todo el mundo ha oído hablar de Himmler y Eichmann. Nadie sabe de Yeyov ni Dzeryinski”.
Post Scriptum
El simple comentario de un libro se transformó en algo más. Lo que plantea Martín Amis sobre el papel de los intelectuales alrededor del Holocausto Ruso, todavía está en pie. El jueves 26 pasado, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa dictó "una condena internacional de los crímenes de los regímenes comunistas totalitarios". El Grupo Socialista a través de su presidente, el español Luis María de Puig del PSC de Gerona, acusó “falta de análisis” e “interpretaciones incorrectas y nefastas”. La izquierda Unitaria se opuso a esa resolución. El demócrata ruso Konstantin Kosachev dijo que había diferencias entre los crímenes del comunismo y los del nazismo las cuales “no vale la pena explicar aquí".
Tampoco no se aprobó un Museo europeo en memoria de las víctimas de los regímenes comunistas.
Desde que estudié filosofía siempre escuché el mismo cuento: “Quien echo a perder el socialismo en Rusia fue Stalin”.
Sergio Vuskovic Rojo, profesor de castellano, filosofía y alcalde comunista de Valparaíso hasta 1973, de quien fui su alumno, escribió un libro titulado “De Stalinismo a la Perestroika”. El prologista es el ex senador y subsecretario de Justicia de Salvador Allende, José Antonio Viera-Gallo. Allí el responsable era Stalin.
El conocido filósofo Victor Farías, me dijo algo parecido. Cuando él vino a comentar su libro “Heidegger y nazis”, argumento del siguiente modo: “En Alemania no existía la opinión pública, se perseguía a las personas por ser diferentes y se seguía a un líder”. Le contra argumenté que lo que valía para Heidegger, era igual para “todos aquellos que apoyaron a la Unión Soviética”. Y que, además, en la Unión Soviética no había opinión pública, se perseguía a las personas por sus ideas y seguían a un líder. La respuesta de Víctor Farías fue: “Yo no vine hablar de Neruda. Además Lenin y Marx no hablaron de eso”. Ya saben qué es eso.
Por último, un exiliado mapucista doctor en Sociología y Antropología y profesor de la Universidad de Concepción, Manuel Baeza, también defendió a Lenin.
Como dice Martín Amis, los muertos todavía duermen a propósito de las víctimas del comunismo.
El subtítulo del libro se origina de un comentario de Stalin: “mientras que una muerte es una tragedia, un millón de muertes es una simple estadística”.
Martin Amis en este libro echa por tierra varios mitos entorno a Lenin y Trosky. Cabe destacar,además,que “Koba el Temible” continúa con la crítica demoledora del “Archiélago Gulag” de Solzhenitsyn. Ambos se complementan.
Amis dice: “siempre se puede bromear a costa de la Unión Soviética, pero nunca de la Alemania nazi”
Según la crítica tradicional de la izquierda, quien echo a perder el socialismo en Rusia fue Stalin. ¿Será cierto? ¿Era Lenin un intelectual o una especie de Marco Aurelio? De hecho, muchos políticos de izquierda cuando escriben sus libros, se creen que están en un status especial.
Los intelectuales y el comunismo
El intelectual de izquierda comprometido fue cortesano de cuanto dictador hubiese. El dictador traería el paraíso a la Tierra y todos los seres humanos serían felices.
El escritor inglés Martin Amis nos cuenta en su libro “Koba el Temible: la risa y los Veinte Millones” las relaciones que tuvo el mundo de la cultura del izquierda con el totalitarismo soviético. Este libro es un ajuste de cuentas con su padre, el escritor Kingsley Amis, quien estuvo al servicio del dictador José Stalin, desde 1941 hasta 1957, hasta que termino votando por Margaret Tatcher. De ahí que en la parte de atrás del libro, se diga por parte del editor (de izquierda): “aunque manisfestó tendendencias reaccionarias en la madurez”.
Amis nos cuenta sus relaciones con el poeta Philip Larkin, el soviétologo Robert Conquest, autor del “El Gran Terror” (1968) y su amigo troskista Christopher Hitchens. Christopher aparece a menudo en los documentales sobre la Unidad Popular sermoneando, que trasmite una y otra vez el canal argentino Infinito. Amis lo retrata con estas palabras a Hitchens:
“-¿Qué me dices del hambre? –le pregunté en cierta ocasión.
-No había hambre –dijo, sonriendo ligeramente y bajando la mirada-. Puede que hubiera escaseces ocasionales..”
Luego le crítica: “Por eso se me hace cuesta arriba entender por qué no pones más distancia entre tú y esos actos que organizas, con tu veneración por Lenin y tu impenitente discipulado Trosky. Esto dos hombres no se limitaron a preceder a Stalin. Crearon un Estado policial que funcionaba perfectamente para que él lo utilizara después. Y le enseñaron algo notable: que se podía gobernar un país con una receta a base de libertad muerta, mentiras y violencia… y pretensiones de superioridad sin costuras”.
Martin Amis trabajo en el diario New Statesman , el mismo donde trabajo Paul Johnson.
Stalin echó a perder el socialismo, no Lenin
Martin Amis escribe: “A menudo se ha llamado “intelectuales” a los dirigentes bolcheviques (y se ha dicho con frecuencia que Stalin era “el único no intelectual”. Supongo que se les podría considerar intelectuales del ala radical, en el sentido de que tenían ciertos conocimientos de historia y economía política, pero de nada más. “ Para Nabokov, el padre del autor de Lolita, “un intelectual ruso es un profesional”, en cambio para Lenin eran una “mierda”.
Frases de Lenin: “Es una gran equivocación creer que la NEP podrá fin al terror. Volveremos al terror y al terror económico” o “¿Cómo se puede hacer una revolucione sin ejecuciones?”.
Así el hambre leninista produjo 5 millones de muertos. “La independencia de la prensa desapareció a los pocos días del golpe”. La izquierda siempre habla de Revolución como si fuese un evento positivo, cuando es, en realidad un golpe de Estado. Luego apareció la Cheka a cargo del siniestro Dzerryinski.
Nazi y Comunista.
Es usual en el mundo académico comparar la dictadura nazi con la comunista. De hecho, la izquierda defendía sus dictaduras en que eran distintas a la de los nazis. Así los intelectuales que apoyaron la dictadura nazi son colaboradores de los nazis, lo cual constituye un delito muy grave. En cambio, a los intelectuales que apoyaron las dictaduras comunistas, carecen de responsabilidad moral. Y por tanto, se les exime.
Martin Amis dice: “El nazismo no destruyó la sociedad civil. El bolchevismo sí. Es una de las razones del “milagro” de la recuperación alemana y de los fracasos y la vulnerabilidad de la Rusia actual. Stalin no destruyó la sociedad civil. Lenin sí”. “Parece que en la URRS ha habido poca preocupación por los problemas morales y psicólogicos de los chequistas. Lo único Lenin decía al respecto: “Buscad personal más insensible”. La checa fue la antecesora de la KGB.
El Delfín de Lenin
Es usual en el mundo de la vieja izquierda hablar que el sucesor de Lenin era León Trosky, y no el tosco de José Stalin. ¿Fue así?
Los candidatos a suceder a Lenin eran: Grigori Zinóviev, Liev Kámenev, Nicolai Bujarin, Stalin y León Trosky. Amis dice: “Los bolcheviques habían construido un mundo en el que el Estado tenía que vigilar las actividades de cualquier grupo de dos o más personas. Stalin aceptó las consecuencias de esto. Los románticos enfocan románticamente el fracaso total de Trosky en su lucha por el poder. La verdad es que sus esfuerzos fueron torpes, necios e incluso chonchos...”. En fin, cuando llegaron las elecciones al Comité Central de 1921, Trosky llegó en décimo lugar, por debajo de Stalin y Mólotov.
Pacto Nazi Comunista
Martín Amis cuenta que en los día previó a la guerra, esto es, en “1941 hubo 324 violaciones del espacio aéreo soviético por aviones alemanes de reconocimiento (a veces se veían obligados a aterrizar y eran reparados por mecánicos soviéticos que, si hacía falta, además les llenaban el depósito)”:
Analogías
Amis dice: “Todo el mundo ha oído hablar de Auschwitz y Belsen. Nadie sabe nada de Vorkutá ni de Solovetski.
Todo el mundo ha oído hablar de Himmler y Eichmann. Nadie sabe de Yeyov ni Dzeryinski”.
Post Scriptum
El simple comentario de un libro se transformó en algo más. Lo que plantea Martín Amis sobre el papel de los intelectuales alrededor del Holocausto Ruso, todavía está en pie. El jueves 26 pasado, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa dictó "una condena internacional de los crímenes de los regímenes comunistas totalitarios". El Grupo Socialista a través de su presidente, el español Luis María de Puig del PSC de Gerona, acusó “falta de análisis” e “interpretaciones incorrectas y nefastas”. La izquierda Unitaria se opuso a esa resolución. El demócrata ruso Konstantin Kosachev dijo que había diferencias entre los crímenes del comunismo y los del nazismo las cuales “no vale la pena explicar aquí".
Tampoco no se aprobó un Museo europeo en memoria de las víctimas de los regímenes comunistas.
Desde que estudié filosofía siempre escuché el mismo cuento: “Quien echo a perder el socialismo en Rusia fue Stalin”.
Sergio Vuskovic Rojo, profesor de castellano, filosofía y alcalde comunista de Valparaíso hasta 1973, de quien fui su alumno, escribió un libro titulado “De Stalinismo a la Perestroika”. El prologista es el ex senador y subsecretario de Justicia de Salvador Allende, José Antonio Viera-Gallo. Allí el responsable era Stalin.
El conocido filósofo Victor Farías, me dijo algo parecido. Cuando él vino a comentar su libro “Heidegger y nazis”, argumento del siguiente modo: “En Alemania no existía la opinión pública, se perseguía a las personas por ser diferentes y se seguía a un líder”. Le contra argumenté que lo que valía para Heidegger, era igual para “todos aquellos que apoyaron a la Unión Soviética”. Y que, además, en la Unión Soviética no había opinión pública, se perseguía a las personas por sus ideas y seguían a un líder. La respuesta de Víctor Farías fue: “Yo no vine hablar de Neruda. Además Lenin y Marx no hablaron de eso”. Ya saben qué es eso.
Por último, un exiliado mapucista doctor en Sociología y Antropología y profesor de la Universidad de Concepción, Manuel Baeza, también defendió a Lenin.
Como dice Martín Amis, los muertos todavía duermen a propósito de las víctimas del comunismo.
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