Mentiras

El reciente nombrado Presidente de la Corte Suprema, Milton Juica declaró: “Creo que en la época de la dictadura el Poder Judicial no se comportó a la altura, especialmente la Corte Suprema”. Se le olvida que los propios ministros de la Corte Suprema en tiempos de Allende estaban atemorizados por los terroristas, pues éstos quería liquidarlos. Parafraseando, a Juica podemos decir que en estos veinte años de democracia y en democracia, el Poder Judicial no ha estado a la altura. ¿Por qué? Porque no ha aplicado la Ley de Amnistía que benefició a muchos personeros que han trabajado en el aparato público en estos veinte años, se ha saltado la prescripción y la cosa juzgada, se ha limitado ha investigar para un lado y para otro, no ha respetado la ley para personas de mayores de 70 años, permitir el perjurio, condenando a base de presunciones sin tener pruebas, inventando delito como ‘el secuestro permanente’, han trasgredido el principio de legalidad base del derecho penal Occidental, han trasgredido el principio de reserva. La Corte ha trasgredido la norma que dice que “las disposiciones de un tratado no obligarán a una parte, respecto de ningún acto o hecho que ha tenido lugar con anterioridad a la fecha de entrada en vigor del tratado para dicha parte ....”, como es cuando ha condenado a un militar por crímenes de lesa humanidad; cosa que recientemente Chile se inscribió.La Corte Suprema en los casos denominados “derechos humanos” o “privilegios humanos” ha aplicado la ley de embudo: ancho a los terroristas y angosto a los uniformados que los combatieron. Naturalmente que no son casos de derechos humanos los delitos cometidos por el terrorismo previo al 11 de septiembre de 1973, ni tampoco los ocurridos durante el Gobierno Militar, ya que esos son ‘delitos comunes’ para la izquierda; aunque el objetivo era político. En fin, no ha respetado el Estado de Derecho y el principio del liberalismo la igualdad ante la ley. En las cárceles donde están encerrados los militares tenemos varios Alfred Dreyfus como el brigadier Miguel Krassnoff , cuyo delito es haberse enfrentado al terrorista y fundador del Mir, Miguel Enríquez, sólo que aquí no ha habido error, sino alevosía y predimitación por parte de la Justicia para estar bien con el poder político. Aquí no hubo genocidio como tanto le gusta decir al progresismo. La derecha ‘liberal’ o chamberliana como yo la califico no dice nada respecto a esos abusos de poder.
Los intelectuales orgánicos nunca se cansan de mentir. Así, el cientista político Patricio Navia afirma en su última columna en ‘La Tercera’: “Uno de sus legados menos comentados será haber presidido sobre el fin del fantasma de Pinochet. Bachelet, correctamente, no le otorgó funerales de Jefe de Estado. En derechos humanos, la Mandataria cerró el ciclo. Una mujer que fue víctima de las violaciones a los DD.HH. ocupó el sillón de La Moneda”. Navia miente en dos cosas: la primera, es que Bachelet no le fue una víctima de las violaciones de los derechos humanos. No fue torturada, ni tampoco estuvo en Villa Grimaldi. Ya sabemos que para Patricio Navia como tantos intelectuales progres los terroristas que han indultado la Concertación no le violaron los derechos humanos a las personas que asesinaron, ya sea bajo el Gobierno Militar, ya sea en democracia. Segundo, el circo de los derechos humanos y de Pinochet va continuar con el Instituto de los Derechos Humanos y con el Museo de la Memoria, de la cual la Presidenta asumirá el cargo de directora, apenas termine su mandato.
A otro que le gusta mentir es, pues, el candidato de la Alianza por el Cambio, el demócrata cristiano, Sebastián Piñera. En efecto, en una entrevista concedida al diario ‘La Tercera’ afirmó:” -por la historia del régimen militar y sus atropellos a los derechos humanos- que viniera una corriente a favor de quienes más lucharon por recuperar la democracia, que fue la Concertación.”. Repite los clichés de la izquierda sobre derechos humanos. Después de todo, el joven estudiante de Harvard no sacó a los terroristas de las empresas y fundos tomados por la Unidad Popular, ni los combatió cuando gobernaron los militares. No fue la Concertación quien recuperó la democracia, sino los militares, ya que los opositores al Gobierno Militar abolieron en democracia o en la vieja democracia la propiedad que estaba garantizada en la Constitución de 1925. Si gracias a que está resguardada la propiedad en la Constitución de 1980, Piñera pudo prosperar como empresario.
En política es un buen negocio mentir.
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