Tres cosas que no me gustaron

Primera. Fue la columna del padre s.j., Felipe Berríos sobre las mujeres del estrato ABC1 titulada ‘La Cota’ que se dedican al Pilates, entre otras cosas, porque según él, no tenían conciencia social. Para ser social hay que participar en la organización social ‘Techo para Chile’. De lo contrario, se es insensible, egoísta, etc. Hay que ser izquierdista para lo califiquen de ‘sensible’. Afortudanamente, le salió al paso una mujer, quien escribió: “la mala noticia es que tanto en los ricos como en los pobres hay maldad, egoísmo, avaricia y oportunismo, y nunca he creído que esto se justifica en los pobres “por las circunstancias de sus vidas”, ya que esa afirmación es discriminadora con los pobres. Un sino fatal, son pobres, por lo tanto “no pueden” ser honestos, buenos, solidarios y emprendedores”. El Padre Berríos se quedó en la década del 60 y del 70. Además, son precisamente las personas como él la que menos ayudan a las personas a salir adelante. ¿Qué hace el padre Berríos para crear riqueza? Nada. En programa que veo magament tv, ahí mostraron el caso de una empresaria negra que se dedicaba al negocio del caterig, esto es, de preparar banquetes. Ella había perdido sus dos hermanas, por lo que el negocio lo había orientado a regalar comida. El problema que tenía es que estaba hundiendo su negocio, porque la caridad por sí sola no hacía sostenible el negocio. Entonces, le trajeron una empresaria millonaria que hace los banquetes a Hollywood, y ella le recomendó reorientar su negocio para tener ganancias. Sin ganancias no puede haber caridad. Yo, creo, que el padre Berríos estaría contento y satisfecho en sociedades totalitarias, como en la cubana –y antes el comunismo, fascismo y nazismo-, donde los niños son obligados a ser pioneros, tal cual lo muestra la bloguera cubana Yoani Sánchez . Ella tuvo que colocarse una pañoleta, con el propósito de ser: “Pioneros por el comunismo, seremos como el Che.”
Segunda. Lo que me molestó fue que a dos semanas de la elección pusieran en los medios el tema de homosexualidad, como si fuese una prioridad de primera importancia. En realidad, es un tema de la élite como señalo el diputado Kast. En un programa de llamadas telefónicas de Valparaíso, la mayoría de las personas dijeron que era irrelevante. En el país se les respeta. La mayoría de las personas en el país no aprueba ese tipo de conducta, pero lo aceptan. La elite política quieren poner a las personas que piensan a así a la misma altura del Ku Klux Klan y calificarlos de retrógrados. Aquí nadie los persigue, tienen los mismos derechos económicos. Sin embargo, la élite política que se preocupa del patrimonio de los homosexuales, no tiene ningún problema en apoyar el impuesto a la herencia. Paulatinamente, se están creando leyes de orientación de discriminación positiva. Así, a una hermana que postuló a una beca, en el formulario le preguntaban si tenía ascendencia indígena.
Tercera. En la semana se supo que el multimillonario Leonardo Farkas donó ochenta millones al atleta Tomás González, para poder ir a los Juegos Olímpicos. Se acordaran que a principios de años, Chile obtuvo buenos resultados en natación y triatlón, respectivamente. De hecho, ambas deportistas vieron a Chile a buscar apoyo. Sin embargo, no encontraron respaldo. Entonces que me acordé de que ningún comentarista deportivo se le ha ocurrido criticar que el gasto de Gobierno en publicidad –de once mil millones- podría ocuparse para financiar a deportistas destacados. O bien, ocupar la plata que ‘donó’ la Presidenta a las fundaciones izquierdista. Estamos en Chile.
Etiquetas: Discriminación positiva, Farkas, Felipe Berríos s.j., homosexuales